El bienestar animal se está convirtiendo en una preocupación creciente en todo el mundo (Seng y Laporte, 2005). Los gerentes, veterinarios y científicos necesitan adquirir más conocimientos sobre cómo evaluar y auditar el bienestar animal en la planta de sacrificio.
Los estándares para el bienestar en la granja tienen borradores preliminares. Los estándares de la OIE son estándares mínimos básicos que han acordado tanto los países desarrollados como los países en desarrollo. Además de los estándares de la OIE, cada país tiene sus propias leyes y estándares de bienestar animal (Defra, 2010, USDA, 2010, MAF, 1996).
Un tercer tipo de normas son las normas privadas que han sido creadas por grandes compradores de carne, grupos de productores de ganado o sociedades científicas (Barnett y Hemsworth, 2009, Grandin, 2010a, FASS, 2010, National Pork Board, (2008), Soil Association, (sin fecha), Stafford y Mellor, 2005). Algunas de estas son más estrictas que las normas legisladas o las normas de la OIE. Las normas legislativas y las normas privadas deben evitar estar en conflicto directo con la OIE al permitir prácticas que no deben utilizarse de acuerdo con las normas de la OIE.
Las Normas de Bienestar de la OIE sobre el transporte de sacrificio y la matanza de animales para el control de enfermedades son normas mínimas básicas que todo país debería seguir.
La OIE, la Unión Europea y muchas normas privadas utilizadas por la industria comercial hacen hincapié en las normas de resultados basadas en los animales en lugar de las normas basadas en la ingeniería.
Tanto la industria privada como algunos gobiernos utilizan la puntuación numérica para auditar el bienestar animal en los mataderos. Se miden cinco variables. Estas son:
- 1) Porcentaje de animales aturdidos eficazmente en el primer intento,
- 2) Porcentaje de animales insensibilizados,
- 3) Porcentaje de animales que vocalizan (braman, mugen, chillan) durante el manejo y el aturdimiento,
- 4) Porcentaje de animales que caen durante el manejo y
- 5) Porcentaje de animales movidos con una picana eléctrica.
Cada uno de estos puntos críticos de control mide el resultado de muchos problemas. Un buen sistema de auditoría de bienestar animal también tiene normas que prohíben prácticas realmente malas como arrastrar, dejar caer, lanzar animales vivos antes del sacrificio ritual. Los problemas de granja y de transporte que se pueden medir en el matadero son: porcentaje de animales cojos, porcentaje de animales delgados, porcentaje de animales sucios, porcentaje con llagas, hematomas o lesiones, pérdidas por muerte, morbilidad.
Accede al artículo completo: Temple Grandin, Auditing animal welfare at slaughter plants, Meat Science, Volume 86, Issue 1, 2010, Pages 56-65, ISSN 0309-1740,
https://doi.org/10.1016/j.meatsci.2010.04.022.