En Latinoamérica, el bienestar animal en mataderos ha ganado relevancia en los últimos años, impulsado por la creciente preocupación de consumidores, regulaciones internacionales y la adopción de estándares globales en la industria cárnica. Aunque los niveles de implementación varían según el país y el matadero, existen buenas prácticas que están marcando un cambio positivo en la región.
Uno de los enfoques clave es el transporte de los cerdos hacia los mataderos. Empresas y productores en países como Brasil, México y Argentina han comenzado a invertir en vehículos especializados que reducen el estrés durante el traslado. Estas unidades están diseñadas para garantizar la ventilación, el acceso al agua y un espacio suficiente para evitar lesiones. Además, se fomenta la capacitación de conductores y cuidadores para manejar a los animales con sensibilidad, siguiendo protocolos de manejo ético.
En los mataderos, la infraestructura ha sido adaptada en muchos casos para cumplir con estándares internacionales de bienestar. Se priorizan los corredores antideslizantes y de diseño curvo, inspirados en modelos como los propuestos por Temple Grandin, para facilitar el movimiento natural de los cerdos y evitar el estrés asociado al manejo forzado. Asimismo, las áreas de descanso en los mataderos están siendo mejoradas, proporcionando sombra, ventilación adecuada y agua, lo que ayuda a estabilizar a los animales antes del sacrificio.
La implementación de métodos de aturdimiento previo al sacrificio es otro aspecto destacable. Aunque el uso de dióxido de carbono y aturdimiento eléctrico no está generalizado en toda la región, algunos países han comenzado a adoptar estas prácticas en mataderos industriales, alineándose con normativas europeas y norteamericanas. Esto representa un avance significativo en la reducción del sufrimiento animal.
La capacitación del personal ha sido fundamental en esta transición. Programas de formación promovidos por instituciones gubernamentales, asociaciones ganaderas y empresas privadas están ayudando a cambiar la percepción sobre el manejo de los animales. Estas capacitaciones se enfocan en técnicas de manejo humanitario, identificación de signos de estrés y uso correcto de herramientas para evitar maltratos.
En el ámbito normativo, países como Chile y Costa Rica han dado pasos importantes al promulgar leyes que regulan el bienestar animal en mataderos, estableciendo estándares mínimos y promoviendo auditorías regulares. Aunque en otros países de la región las leyes aún son insuficientes o laxas, hay un creciente interés por armonizar las normativas con estándares internacionales.
Finalmente, el bienestar animal también está siendo incentivado por la demanda de exportaciones hacia mercados que exigen certificaciones éticas. Este factor económico ha llevado a muchas empresas latinoamericanas a adoptar medidas proactivas para cumplir con estos requisitos y mantener su competitividad en el mercado global.
Si bien todavía hay desafíos importantes, estas buenas prácticas reflejan un cambio cultural y estructural hacia un trato más ético y responsable de los cerdos en los mataderos de Latinoamérica.
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