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“Abril hace las puertas cerrar y abrir, y a los cochinos gruñir”

Escrito por: Laura Pérez Sala - Licenciada en Veterinaria por la UAB y Master en Sanidad y Producción Porcina por la UdL. Trayectoria profesional se desarrolló en el área del marketing de la industria del Petfood En la actualidad ejerce como Veterinaria especialista en producción porcina y Personal Coach
ajustes de ventilacion

Con la llegada de la primavera y el calor en la mayoría de hogares se desata una actividad febril; cambios de armario, compra de calzado y chaquetas ligeras a los críos, apagar calderas, quitar alfombras y edredones.

De la misma forma, en nuestras granjas también deberíamos hacer una puesta a punto para prepararnos para el calor. Es fundamental revisar, entre otras cosas, todos los sistemas de ventilación de la granja.

«En el primer día caluroso del año recibo una serie de llamadas telefónicas, a menudo cuando la sirena de emergencia se apaga porque las naves están sobre calentando» Tim Miller, especialista medioambiental de Staffordshire

Puede ser que un ventilador no funcione o que la entrada o los enchufes se peguen debido a una acumulación de polvo de la suciedad o de la comida, así que el flujo de aire es insuficiente. Esto es particularmente importante en  las naves de engorde donde se encuentran los cerdos más pesados a punto de matanza, ya que es donde los animales pueden sufrir más el calor.

Una mala condición ambiental puede manifestarse en la disminución de la tasa de crecimiento, aumento en el índice de conversión, de la mortalidad y la morbilidad, disminución de los parámetros reproductivos y productivos, aumenta el gasto farmacéutico, así como el número de días ocupados de las instalaciones, etc.

Un mal manejo de la temperatura y humedad predisponen a diversos trastornos en el comportamiento del cerdo tales como: agresividad, canibalismo y caudofagia. Así mismo, la predisposición a trastornos respiratorios, cuya frecuencia y gravedad depende esencialmente de las condiciones ambientales, más que del nivel de infección o del propio poder patógeno del micro- organismo en cuestión.

Las altas temperaturas no sólo afectan a la tasa de crecimiento sino también a los parámetros reproductivos, tanto de las cerdas (disminución de la fertilidad, prolificidad y aumento de la tasa de abortos) como de los verracos (disminución de la libido y de la calidad espermática). En las salas de maternidad, las temperaturas altas son críticas, ya que las cerdas verán disminuida la ingesta de alimento, con la consiguiente disminución en la producción de leche.

Las necesidades térmicas varían a lo largo de la vida del cerdo, por lo que en las diferentes fases del ciclo productivo necesitarán unas condiciones de temperatura específicas.

Con la humedad pasa tres cuartas partes de lo mismo, aunque le cerdo se adapta a diferentes % de humedad, un porcentaje ideal de humedad relativa sería del 60-70%.Ambientes excesivamente secos (poca humedad) causan una gran concentración de polvo, provocando alteraciones respiratorias (agravamiento de los procesos infecciosos respiratorios); mientras que ambientes muy húmedos favorecen el crecimiento de hongos y la transmisión de microorganismos a través de los aerosoles.

Existen varios métodos de ventilación. La ventilación natural es aquella que se establece por diferencias de temperatura y presión entre el interior y el exterior de la nave, a través de las aberturas de la nave (ventanas y chimeneas). La ventaja de este sistema es puramente económica, ya que no necesita grandes inversiones y no requiere gastos de funcionamiento. Normalmente por sí sola no es capaz de regular de forma eficiente la temperatura interior, especialmente en los momentos del año en que las condiciones ambientales externas son extremas.

La ventilación mecánica, forzada o dinámica es realizada por elementos mecánicos (ventiladores), ya sean extractores o inyectores, que llevan a cabo la renovación del aire. La ventilación dinámica por inyección, crea una sobrepresión en el interior de la nave, saliendo el aire por aberturas en paredes o techos diseñados para tal fin. Este sistema puede ser compatible con un sistema de refrigeración con paneles humidificadores, muy apropiado en los meses calurosos para las naves de gestación y finalizadores.

Pero como decíamos al inicio, con tener montado el sistema no basta. Es importante certificar que todos los elementos mecanizados funcionan a la perfección.

Es recomendable limpiar, nunca con agua a presión, las láminas de los ventiladores, así como las entradas y salidas de las contraventanas (es posible que durante los meses de invierno no se hayan abierto totalmente y se haya acumulado suciedad que les impida funcionar correctamente)

“El mantenimiento y limpieza periódicos deberían ser una tarea más dentro del plan global de mantenimiento de la granja”. Joan Escobet, veterinario especialista en control ambiental y energético de granjas de porcino.

Otra buena práctica es poner la temperatura al mínimo que sea posible, para forzar así la puesta en marcha de todos los ventiladores, y pasear por todas las naves comprobando su buen funcionamiento.

Para poder detectar las posibles anomalías es imprescindible conocer cómo funciona el sistema correctamente y comprender los fundamentos del movimiento del aire y la termodinámica.

Los animales también nos darán pistas sobre el ambiente, su comportamiento nos indicará si se encuentran o no dentro de la denominada zona de confort térmico. Cuando la temperatura se encuentra por debajo de la temperatura crítica inferior (TCI) los cerdos se apelotonan, duermen sobre sus patas para conservar temperatura y aumentan su ingesta diaria para generar un mayor calor corporal. Por el contrario si la temperatura supera la temperatura crítica superior (TCS) los cerdos raramente se encontrarán secos. Estarán sucios, húmedos para refrescarse, y tumbados en toda su extensión para perder el máximo calor. Beberán más agua y empezarán a utilizar mecanismos para evitar que su temperatura corporal aumente.

Finalmente, comprobad que la sirena y el sistema de alarma están funcionando, de lo contrario, todo el esfuerzo anterior podría ser en vano.

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