La Disentería Porcina, enfermedad ocasionada por Brachyspira hyodysenteriae y caracterizada por la aparición de una diarrea catarral hemorrágica, está experimentando un importante resurgimiento en numerosos países de todo el globo.
¿Cómo hacer frente al reto de la Disentería Porcina en el nuevo escenario de la producción porcina bajo la restricción del uso de los antibióticos? La clave está en conocer a nuestro adversario…
MORFOLOGÍA Y SUPERVIVENCIA
Brachyspira hyodysenteriae es [registrados]una espiroqueta Gram negativa anaerobia con forma helicoidal y 7-14 flagelos periplásmicos, aunque se tiñe débilmente con la tinción de Gram. Sus flagelos facilitan su movimiento sobre la superficie de la mucosa del colon, que es rica en células caliciformes y moco.
Para que se produzca la Disentería Porcina, es necesaria la infección por B. hyodysenteriae, B. suanatina o B. hampsonii, aunque no es suficiente para desencadenar la enfermedad, sino que influyen otros factores como la interacción con la microbiota y la dieta de los animales.
- La presencia del moco favorece su supervivencia y proliferación al crear un ambiente anaerobio, además de ser una fuente de nutrición y protección frente al flujo intestinal.
- Cuenta con el gen nox que codifica para la enzima NADH oxidasa que protege a la bacteria frente a la toxicidad del oxígeno.
- Existen variaciones en el nivel de patogenicidad de la bacteria, de modo que en función de la microbiota y la dieta, la enfermedad puede manifestarse o no, dependiendo de las interacciones de esas condiciones con las características de la cepa presente. Por ello, la circulación de cepas de baja patogenicidad complica la implantación de un programa de prevención.
TRANSMISIÓN
La bacteria puede infectar y ser eliminada a través de las heces de otras especies como los patos, gansos, gallinas, gaviotas, perros y los roedores, siendo estos últimos especialmente importantes porque pueden eliminar la bacteria a través de las heces durante largos periodos de tiempo (hasta 6 meses).
A pesar de que aparentemente se había logrado mantener la Disentería Porcina bajo control en muchas regiones, sigue siendo un gran problema para muchos productores, existiendo varios factores que han contribuido a la reemergencia de esta enfermedad:
- Las restricciones en el uso de antimicrobianos, especialmente los promotores del crecimiento, que podrían haber enmascarado o mitigado la presentación clínica de la enfermedad.
- La aparición de nuevas especies patógenas de Brachyspira, como B. hampsonii en Norteamérica y B. suanatina en los países nórdicos.
- Graves fallos en la bioseguridad que facilitan la contaminación de los sistemas de producción intensiva con cepas que únicamente estaban presentes en los centros de reproducción.
Reconociendo los efectos de la Disentería Porcina
PATOGENIA
Para poder hacer frente a la Disentería Porcina es fundamental conocer los mecanismos patogénicos que desembocan en la sintomatología observada en los animales.
B. hyodysenteriae produce una infección a nivel de los enterocitos cecales y colónicos, provocando el desprendimiento del epitelio de revestimiento y la inflamación de la lámina propia y submucosa intestinal.
Estas alteraciones conducen a una fuerte reducción de la capacidad de absorción del intestino con la pérdida de fluidos y nutrientes, así como la aparición de hemorragias microscópicas en la mucosa lesionada.
En consecuencia, el animal desarrolla una diarrea catarral que en pocos días evoluciona a una diarrea catarral-hemorrágica, principalmente en cerdos destetados, en transición y en cebo, así como en las reproductoras y los verracos.
Inicialmente, se observan heces pastosas de color amarillo-verdoso y, conforme va avanzando la enfermedad, evolucionan a acuosas con sangre, moco y fibrina.
En función de la respuesta individual, los animales se recuperan, aunque se verá comprometido su desarrollo con un aumento de la mortalidad y una disminución de la ganancia de peso en animales de transición y engorde.
Al ser una enfermedad importante con un fuerte impacto económico, es esencial confirmar las sospechas clínicas mediante un examen de las lesiones macroscópicas y la confirmación mediante técnicas laboratoriales.
¿Qué muestras debemos analizar para confirmar el diagnóstico de Disentería Porcina?
- Es fundamental realizar la necropsia de los animales muertos, así como el sacrificio y posterior necropsia de algunos animales con presentación aguda, con el fin de verificar si las lesiones son compatibles con la enfermedad y tomar muestras para su envío a laboratorio.
- Deben enviarse al laboratorio porciones de intestino grueso con lesiones macroscópicas compatibles:
- Fijadas en formol para la realización de un examen histopatológico.
- En fresco para la realización de técnicas de biología molecular y aislamiento bacteriano.
La importancia de contar con las herramientas de prevención y control adecuadas
En el caso de que el laboratorio confirme que se trata de Disentería Porcina, debe instaurarse un tratamiento asociado a la modificación del flujo de animales en la granja, intensificando las medidas de limpieza y desinfección.
Puede ser aconsejable eliminar los animales muy débiles o con baja condición corporal que se hayan recuperado de la infección, ya que podrían continuar eliminando la bacteria a través de las heces durante largos periodos de tiempo, contaminando el entorno.
Como ocurre con cualquier otra enfermedad infecciosa, todos los aspectos relacionados con la prevención de la entrada de cerdos, fómites y vectores biológicos contaminados con la bacteria serán extremadamente importantes.
Debemos recordar que reforzar la cuarentena de los animales de reposición con análisis de las muestras de heces por PCR es una alternativa viable que debe acompañarse de una observación clínica continua de los animales.
Una vez confirmado el diagnóstico, es muy importante implementar un programa de erradicación de la enfermedad en la granja lo antes posible, debiendo realizarse tres acciones fundamentales:
Existen varios productos antimicrobianos que tienen actividad frente a B. hyodysenteriae y lo ideal sería el aislamiento y determinación de la sensibilidad antibiótica de la cepa que está circulando en la granja.
Sin embargo, esto no siempre es posible por lo que la siguiente opción sería elegir un tratamiento en base a la información existente sobre la sensibilidad de las cepas que circulan por el país o la región.
En general, las Pleuromutilinas, la Valnemulina y la Tiamulina ofrecen buenos resultados, junto con la Tilvalosina y la Clortetraciclina.
Por otro lado, los nutracéuticos a base de tomillo y algarroba han demostrado tener resultados prometedores para el control del problema.
La Disentería Porcina está causada por una bacteria cuyo mecanismo de transmisión y comportamiento epidemiológico es bien conocido, por lo que es posible controlarlo con éxito.
Por ello, es importante recordar que la mejor estrategia es evitar la contaminación, siendo la bioseguridad como medida de prevención de la propagación de los patógenos una de las claves del éxito en el control de la Disentería Porcina, siendo esencial:
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