Este tipo de moléculas pueden ser producidas por bacterias, plantas o animales, y se pueden clasificar de distintas formas según su estructura o función.
El uso de este tipo de sustancias para el beneficio humano es muy antiguo, pues algunos de ellos se han utilizado por sus efectos analgésico, vasodilatador o estimulante.
Actualmente, estas sustancias también son empleadas en diferentes productos orales ricos en IQs de origen vegetal para ser usados en personas.
Centrándonos en producción animal y, a raíz de la prohibición en el año 2006 del uso de los antibióticos promotores del crecimiento (AGPs), fueron surgiendo otros tipos de productos para cubrir este hueco y ayudar a los productores a mantener sus costes de producción.
Hoy en día, la nueva legislación europea en relación con el uso de antibióticos, más exigente y restrictiva incluso con su uso como tratamiento, hace más necesaria la búsqueda de nuevas estrategias en este sector no solamente para mantener el rendimiento de nuestros animales, sino también su salud y bienestar.
Así pues, tiene sentido plantearse el uso de IQs en el pienso que permitan regular la inflamación intestinal como parte de la estrategia, junto con el uso de otras sustancias encaminadas por ejemplo a regular la microbiota y siempre acompañadas de las medidas de higiene y bioseguridad requeridas.
El uso de los alcaloides IQs en alimentación animal
Como se ha indicado anteriormente, desde hace ya unos años el uso de IQs se ha extendido también al sector de producción animal.
Su efecto regulador de la inflamación intestinal ofrece grandes beneficios a nivel de todo el organismo pues es bien conocida la relación entre el intestino y el resto de sistemas del cuerpo. Por esto, es crucial mantener el tracto gastrointestinal en buenas condiciones y favorecer su funcionalidad.
En dicho estudio se dividieron los cerdos en diferentes grupos para poder comparar la digestibilidad ileal obtenida a partir de un grupo control (sin producto) con la digestibilidad obtenida a partir de animales que recibieron diferentes dosis de IQs.
Como se puede observar en la Figura 1, con la suplementación de 90mg/kg del producto testado, se obtiene un aumento de la digestibilidad ileal tanto de la proteína como del almidón. De igual manera, se comprobó que la digestibilidad de los aminoácidos esenciales fue estadísticamente superior en el grupo que recibió el producto a esta misma dosis.
En un estudio llevado a cabo en Midwestern (USA, 2018) con 644 lechones destetados, se ha visto que los cerdos que recibían el producto a dosis altas reaccionaban mejor ante un brote compatible con PRRS.
- Durante este periodo, los animales que recibían la mayor dosis del producto presentaban un mayor consumo y ganancia media en comparación con el grupo control.
- Al final del estudio, a los 42 días desde el inicio, se observó una disminución estadísticamente significativa de bajas (muertos o postrados) en este mismo grupo en comparación con los animales control.
Conclusiones
Ante el panorama actual, es necesario buscar diferentes estrategias que nos ayuden a mantener la productividad y rendimiento de los animales, asegurando al mismo tiempo su bienestar y salud.
Para conseguir dicho objetivo, es crucial trabajar para conseguir un intestino plenamente funcional, optimizando así el crecimiento del animal y proporcionándole las herramientas necesarias para que pueda superar de la mejor manera posible los retos sanitarios frente a los que pueda encontrarse durante su vida productiva.