El alojamiento de la cerda lactante influye en la aptitud materna y por lo tanto en la supervivencia y desarrollo de la camada.

La aptitud materna de las cerdas lactantes pueden evaluarse mediante comportamientos como la intención de realizar nidos, atención al llamado de los lechones, disposición al amamantamiento, comportamientos epimiléticos (Damm et al. 2005).

Aunque el instinto maternal es una característica heredable (Canario et al. 2014), el entorno en el que se desarrolle la cerda durante la gestación y lactancia tiene un gran impacto en su fisiología y comportamiento (Merlot et al. 2013; Bolhuis et al. 2018).

Alojamiento en jaulas

Las jaulas utilizadas para alojar a las cerdas reproductoras durante los últimos 50 años han contribuido a la eficiencia de utilización del espacio en las granjas porcinas, como así también, la reducción en los costos de alimentación, disminución de mortalidad de lechones por aplastamiento y la facilidad en el manejo en general (Edwards 2002).

Sin embargo, largos períodos en jaulas, restringiendo el espacio a las cerdas, incrementan los riesgos de cojera (Alakurikka et al. 2017).

Algunos comportamientos normales como la construcción de nidos y las interacciones sociales se ven restringidos en alojamientos en jaula generando comportamientos anormales como esterotipias y estrés crónico (Merlot et al. 2013; Hemsworth 2018).