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Calidad del aire y dinámicas de infección en destetes porcinos

Escrito por: Antonio Vela - Veterinario de ThinkinPig, Zaragoza, España , Gema Chacón -

Veterinaria Responsable del Dpto. Diagnóstico en EXOPOL

, Jorge Robles - Ganadería Canseca , Laura Lafoz - Thinkingpig S.L.
En la producción intensiva, las condiciones ambientales son un punto crítico para la salud de los animales, unido a que el aire es una vía importante de transmisión de diferentes agentes infecciosos.

Unas condiciones inapropiadas de temperatura, humedad o concentración de gases suponen un factor de riesgo que conlleva el incremento de la morbilidad, la gravedad de los síntomas asociados a una enfermedad y la mortalidad, comprometiendo notablemente índices productivos como el Índice de Conversión (IC) o la Ganancia Media Diaria (GMD).

En este contexto entra en juego la monitorización ambiental con el fin de:

En el presente estudio se monitorizaron las condiciones ambientales y la presencia de patógenos en el aire durante el periodo de transición de una explotación porcina comercial.

Se contrastaron los resultados obtenidos con los datos productivos y la incidencia de procesos clínicos durante ese periodo.

 

DISEÑO EXPERIMENTAL

ANIMALES E INSTALACIONES

Se seleccionó una explotación de 950 cerdas reproductoras (cruce comercial LD x LW) con un manejo en bandas a tres semanas. Todos los lechones procedentes del destete se trasladan a una nave de transición situada a 500 metros de la granja de producción.

La nave es de tipo vagón de tren y cuenta con 10 salas (8 cuadras/sala), con capacidad para 300 lechones cada sala (Figura 1). Las cuadras están separadas por tabiques de 1,2 m de altura, de modo que los lechones de diferentes cuadras no pueden entrar en contacto directo.

El año previo al estudio hubo un 4-5% de bajas asociadas a PRRS durante la transición, por lo que se decidió realizar el vacío sanitario de esta fase y la monitorización ambiental tras la repoblación.

Para el estudio se seleccionó una sala con 298 lechones procedentes de hembras de distintos números de partos. Se crotalaron 15 lechones de distintas cuadras de la sala, elegidos al azar. Los lechones estaban sanos en el momento de la selección y su peso representaba el peso medio de dicho lote de destete.

Se establecieron 3 tomas de muestras separadas por intervalos de 10 días (inicio, mitad y final de transición).

ÍNDICES PRODUCTIVOS Y SANITARIOS

Los lechones fueron pesados en el momento del destete y en cada una de las tres tomas de muestras, siendo la unidad de estudio la cuadra. A partir de aquí se calculó la GMD de los lechones para evaluar su crecimiento.

Una vez por semana se clasificó individualmente el estado sanitario de los lechones en clínicamente afectados o no afectados.

Para ello, se [registrados]establecieron puntuaciones en función de la temperatura corporal y de la severidad de los síntomas respiratorios (Tabla 1).

 

MONITORIZACIÓN DE CONDICIONES AMBIENTALES

ESTRÉS TÉRMICO

Los principales puntos críticos a monitorizar son el estrés térmico y la ventilación.

El estrés térmico es consecuencia de la combinación de temperatura (Tª) y humedad relativa (HR).

La temperatura óptima varía con la edad, de modo que durante la transición se considera apropiado estar a 28°C en la recepción de los lechones con una reducción de 2°C por cada semana de estancia.

La otra parte de la ecuación es la humedad relativa. A mayor HR es necesaria una menor Tª para evitar el estrés térmico, como se observa en la fórmula:

IHT=HR/Tª

Durante todo el periodo de estudio la monitorización de Tª y HR se realizó de forma continua con un “DataLogger” (Elitech RC-51H).

VENTILACIÓN

Para valorar si el régimen de ventilación es adecuado se evalúa la concentración de CO2, que debería oscilar entre 1.500 y 2.000 ppm, influyendo en su concentración la densidad y la actividad de los lechones.

Valores superiores a 2.000 ppm indica una ventilación insuficiente y por debajo de 1.500 un exceso de ventilación.

La concentración de CO2 se midió en cada recogida de muestras, realizándose 4 mediciones/muestreo en puntos distintos de la sala a la altura de los animales (Herter AZ 77535).

 

CONTROL DE PATÓGENOS EN AIRE

Para evaluar la carga de patógenos en el aire se utilizan dispositivos que capturan un volumen determinado de aire que se pone en contacto con una matriz que retiene las partículas que pueden contener agentes patógenos.

Para la toma de muestras de aire (MA) se utilizó un aparato portátil (Coriolis Micro- Biological, Bertin Instruments) basado en la tecnología ciclónica (Figura 2).

El aire ambiental aspirado es introducido a alta velocidad en un cono recolector que contiene una solución. El efecto centrífugo generado permite que las partículas presentes en el aire se depositen en las paredes del cono para ser recogidas en la solución.

Se tomó una muestra de aire en cada uno de los tres muestreos. El aparato se ubicó en el pasillo central de la nave entre las cuadras (Fotografía 1) y se ejecutó un ciclo de 10 minutos a una velocidad de absorción de 300 L/min.

TOMA DE MUESTRAS BIOLÓGICAS

LAVADO BRONCOALVEOLAR

Se tomaron muestras de lavados broncoalveolares (LB) de los 15 animales crotalados mediante un sondaje laríngeo hasta la bifurcación bronquial y posterior inoculación y aspiración de 20 ml de suero fisiológico estéril (Fotografía 2).

FLUIDOS ORALES

Para la obtención de muestras de fluidos orales (FO) se colocaron dos cuerdas de algodón en dos cuadras de la sala durante 15-20 minutos al acceso de los lechones y, posteriormente, se extrajo el fluido oral de las mismas.

 

ANÁLISIS DE MUESTRAS

La técnica diagnóstica elegida para el análisis de las muestras fue la PCR a tiempo real (qPCR) por su alta sensibilidad y especificidad. Se testó un panel respiratorio completo que incluía los principales agentes primarios y secundarios del complejo respiratorio porcino (Tabla 2).

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

CONDICIONES AMBIENTALES

La temperatura y humedad relativa se consideraron adecuadas durante el periodo estudiado (Figura 3).

Gracias al sistema de climatización del interior de las salas de transición, se mantuvieron las condiciones ambientales óptimas.

En lo que respecta a la ventilación, los valores de CO2 fueron ligeramente superiores a los recomendados (Tabla 3), aunque no son concentraciones que impliquen un compromiso para la salud de los animales.

 

ÍNDICES PRODUCTIVOS Y SANITARIOS

Se obtuvieron unos índices de crecimiento (Tabla 4) ligeramente superiores a los lotes previos de la misma explotación, pero algo inferiores a los esperados en función de la genética de los animales (LD x LW finalizado con Duroc).

En cuanto a la valoración sanitaria, la mortalidad fue del 1,65% (5 de 298).

El 87% de los lechones estuvieron sanos durante todo el periodo de estudio, mientras que un 13% presentaron en algún momento algún signo de enfermedad (Tabla 5) según el criterio descrito en la Tabla 1.

El diagnóstico clínico se presenta en la Tabla 6.

Tres de los 13 lechones con cuadros nerviosos y/o articular murieron, lo que supuso el 60% de las bajas totales, y una letalidad de este proceso del 13%.

ANÁLISIS DE AGENTES INFECCIOSOS MEDIANTE qPCR

En la Tabla 7 se muestran los resultados del análisis por qPCR de las muestras de fluidos orales, muestras de aire y lavados broncoalveolares, cabiendo resaltar que al final de transición no fue posible la toma de muestras de lavados broncoalveolares.

Es remarcable la detección de Streptococcus suis y Glaesserella parasuis en todas las muestras analizadas durante el periodo de estudio. La detección de estos agentes justifica la presencia de la patología nerviosa y articular observada durante el estudio.

A pesar de la ausencia de procesos respiratorios graves, se confirmó la recirculación de agentes implicados en el CRP, tanto víricos como bacterianos.

Cabe destacar la detección en aire de bacterias, como S. suis y G. parasuis, cuya transmisión principal es por contacto directo entre animales. Esto refuerza la importancia de la ventilación, no siendo suficiente la separación de animales en cuadras dentro de la misma nave para evitar los contagios.

El fluido oral resultó ser la muestra más sensible para monitorizar la recirculación de agentes infecciosos.

La mayor sensibilidad respecto a los lavados broncoalveolares puede deberse al número de animales testados con cuerdas (60 lechones) en relación a los 15 lechones muestreados mediante lavados broncoalveolares.

La muestra de aire mostró una sensibilidad muy similar al lavado broncoalveolar, siendo menor que los fluidos orales, lo que puede deberse a un escenario con ausencia de procesos respiratorios clínicos y un posible exceso de velocidad de flujo en el muestreo de aire (300 LPM).

Recientemente, se han recomendado velocidades de máximo 200 LPM para preservar la viabilidad de virus ARN, siendo necesarios más estudios con estas nuevas condiciones.

CONCLUSIONES

La monitorización de condiciones ambientales y agentes infecciosos permite la aplicación de medidas correctivas para disminuir la incidencia de procesos clínicos y mejorar los índices productivos.

Las muestras de aire y de fluidos orales son útiles en la monitorización de la circulación de agentes infecciosos transmitidos vía aerógena y permite evaluar riesgos de procesos infecciosos.

La muestra de fluidos orales parece ser más sensible que la muestra de aire, al menos en situaciones sin clínica aparente. Las muestras de lavados broncoalveolares son muy útiles para muestreos dirigidos de animales vivos con clínica, siendo menos apropiada en caso de monitorizaciones.

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