La porcicultura moderna , impulsada por la creciente demanda mundial de carne de cerdo, se ha consolidado como una de las cadenas de producción más importantes de la agroindustria brasileña y mundial. El sector ha avanzado no solo en productividad, sino también en eficiencia tecnológica, sostenibilidad ambiental y cumplimiento de las normas de bienestar animal , aspectos cada vez más demandados por los consumidores y los mercados internacionales. Calidad del aire en las granjas porcinas
Entre los muchos factores que influyen directamente en la productividad y la salud animal, la calidad del aire en las instalaciones de cría de cerdos juega un papel central.
El microclima dentro de los galpones es el resultado de una interacción compleja entre:
Ventilación
Temperatura
Humedad relativa
Gases emitidos por los residuos
Partículas suspendidas
Bioaerosoles
Cuando se controlan mal, estos elementos pueden comprometer la fisiología respiratoria de los animales, reducir la ganancia de peso, aumentar la susceptibilidad a las enfermedades y disminuir la longevidad productiva.
Los principales gases preocupantes en el ambiente porcino son:
Amoníaco (NH₃)
Metano (CH₄)
Dióxido de carbono (CO₂) y
Sulfuro de hidrógeno (H₂S).
Amoníaco
Metano
El dióxido de carbono , liberado por la respiración animal y la descomposición de materia orgánica, en exceso puede causar hipoxia y reducir la eficiencia metabólica.
El sulfuro de hidrógeno , producido por la degradación anaeróbica de materia orgánica, es altamente tóxico incluso en pequeñas concentraciones y puede causar graves daños a la salud animal y humana.
Estudios recientes han demostrado que las estrategias basadas en modelado térmico con control predictivo, utilizando principios de balance entálpico, pueden optimizar el microclima interno de las instalaciones, reduciendo el impacto del estrés térmico y promoviendo mejores condiciones productivas . Este enfoque, que integra datos de temperatura, ventilación y humedad, tiene el potencial de mantener condiciones ideales incluso en entornos tropicales, donde las variaciones climáticas son más pronunciadas (Wei et al., 2025).
En el campo de las tecnologías de reducción de la contaminación, los sistemas APA ( Air Pollution Abatement ) han destacado por su eficiencia y simplicidad operativa.
Esta tecnología ha sido ampliamente reconocida por contribuir no sólo a la salud animal, sino también a la sostenibilidad ambiental , ya que reduce el impacto de las actividades ganaderas en la calidad del aire y cumple con requisitos regulatorios cada vez más estrictos en materia de emisiones contaminantes.
El monitoreo continuo de la calidad del aire en las instalaciones porcinas ha permitido avances significativos en la gestión ambiental.
Estos resultados demuestran que el uso de sistemas de ventilación inteligentes y sensores ambientales es eficaz para mantener los niveles de contaminantes dentro de rangos seguros , contribuyendo a la preservación de la salud animal y humana (Chen et al., 2024).
Investigaciones posteriores también han demostrado que las emisiones de gases están directamente asociadas con factores zootécnicos, como el peso corporal y el consumo de alimento. Durante las fases avanzadas de crecimiento, así como durante los períodos de mayor actividad animal, como la defecación matutina, la emisión de gases como NH₃ y CH₄ se acentúa (Deb et al., 2025).
Otro aspecto relevante es la interacción entre la calidad del aire y el bienestar animal . Las condiciones ambientales inadecuadas provocan respuestas fisiológicas que incluyen aumento de la frecuencia respiratoria, mayor producción de cortisol y disminución del apetito, lo que afecta directamente la ganancia de peso y la conversión alimenticia.
Además, los entornos con altas concentraciones de contaminantes favorecen la aparición de enfermedades respiratorias e infecciosas, lo que incrementa los costos de los tratamientos veterinarios y el riesgo de pérdidas económicas. Por ello, la preocupación por la calidad del aire en las instalaciones trasciende la productividad y se integra en una visión holística de Una Salud, que considera la interacción entre la salud animal, la salud humana y la salud ambiental.
Desde una perspectiva de sostenibilidad , la adopción de tecnologías de control de la calidad del aire está directamente relacionada con la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, las soluciones basadas en:
- Automatización
- Ventilación inteligente y
- Tecnologías de reducción, como depuradores y biofiltros,
Contribuyen decisivamente a reducir los impactos ambientales y a alinear la producción con los objetivos globales de sostenibilidad y neutralidad de carbono.
Las regulaciones ambientales, tanto nacionales como internacionales, se han vuelto cada vez más estrictas con respecto a las emisiones atmosféricas.
Conclusiones
Los sistemas capaces de identificar variaciones en las concentraciones de contaminantes en tiempo real, correlacionando estos datos con variables zootécnicas y ambientales, permitirán ajustes inmediatos en los sistemas de ventilación, aire acondicionado y filtración. Este enfoque, además de reducir los riesgos, aportará importantes mejoras en la eficiencia energética y la sostenibilidad, reduciendo los costos de producción.
En general, la porcicultura ha actualizado sus prácticas de producción con soluciones que integran automatización, monitoreo continuo y control ambiental. Esta tendencia ha resultado no solo en una mayor eficiencia productiva , sino también en una reducción significativa del impacto ambiental .
Esta transición tecnológica refleja una nueva etapa en la porcicultura, que busca conciliar la competitividad económica con la responsabilidad socioambiental , fortaleciendo su posición en los mercados globales y contribuyendo a la seguridad alimentaria mundial.

