El bienestar de los cerdos se define, en parte, por su capacidad para adaptarse al entorno.
Cada vez que tienen que hacer frente a condiciones no óptimas, destinan recursos a la adaptación, perdiendo capacidad para producir y afectando a su sistema inmunitario.
Favorecer que los cerdos tengan un estado inmunitario óptimo a través de mejoras en su nivel de bienestar y su capacidad de adaptarse al medio se antoja pues como una buena estrategia para contribuir a la reducción de antibióticos.
Las condiciones ambientales, higiénicas y de manejo de los cerdos son claves para alcanzar un entorno de desarrollo ideal.
Control ambiental
Tradicionalmente, hemos considerado el control de la temperatura como la clave para alcanzar unas condiciones óptimas en una granja.
Siendo conscientes de la gran importancia de la temperatura en el control ambiental, también sabemos que [registrados]hay otros factores que participan de un ambiente óptimo, como la humedad del ambiente o las corrientes de aire que relacionaremos rápidamente con enfermedades respiratorias.
En los últimos años, la ciencia ha demostrado que la calidad ambiental, entendida como la concentración de polvo o de gases como el amoniaco (NH3) y el dióxido de carbono (CO2) en el ambiente, también juega un papel muy relevante desde el punto de vista del confort de los animales, lo que lleva a implicaciones sanitarias y productivas.
Cuando pensamos en el diseño y funcionamiento del sistema de control ambiental de una nave, la estrategia no debe enfocarse únicamente en alcanzar las temperaturas y humedades óptimas para los cerdos, sino en mantener también una adecuada calidad de aire. |
¿Qué hay más allá de la temperatura?
Los animales homeotermos somos capaces de mantener nuestra temperatura corporal en un amplio rango de condiciones ambientales. Para ello, disponemos de varios mecanismos para intercambiar calor con el medio.
La capacidad de transmitir calor a través de la piel está condicionada, fundamentalmente, por la temperatura del aire, de modo que conforme se acerca esta temperatura del aire a la del animal, disminuye la capacidad de transmisión de calor.
Cuando las temperaturas son bajas, los cerdos pierden calor muy rápidamente y cuando son altas, no son capaces de refrigerarse.
En las situaciones en las que no se puede disipar calor a través de la piel, los animales tienden a eliminar calor latente a través de la evaporación de agua por medio de la respiración.
La velocidad del aire (corrientes) hace que la capacidad de transmitir calor a través de la piel se multiplique.
Esto tiene implicaciones tanto en invierno, acelerando las pérdidas de calor, como en verano, permitiendo que los animales tengan algo más de capacidad de refrigerarse aún con temperaturas altas.
Todos estos factores se combinan entre sí y debemos aprovecharlos para optimizar las condiciones de los animales, siendo muy cuidadosos para evitar problemas (p. ej.: corrientes de aire en destetes).
Para conseguir unas condiciones óptimas en el interior de la nave, existen diversas herramientas que se pueden clasificar en:
Aislamiento Calefacción Refrigeración La ventilación es el factor más importante, dado que es crucial para el control de todos los parámetros mencionados anteriormente. La calefacción y refrigeración tienen una implicación directa sobre la regulación de temperaturas, aunque también influyen en la humedad relativa. Finalmente, el aislamiento, que afectará únicamente al control térmico, tendrá unas implicaciones clave en las otras tres herramientas, fundamentalmente en la reducción del coste de la calefacción y/o refrigeración. |
No debemos olvidar que una calidad ambiental adecuada es más que el simple confort térmico, ya que la concentración de gases nocivos (CO2 y NH3) y partículas en la nave juega un papel fundamental en el bienestar y salud de los animales:
- Los gases causan problemas respiratorios en los cerdos, lo que se traduce en problemas de bienestar directos e indirectos (mayor posibilidad de infecciones).
- La concentración de partículas está muy relacionada con la presencia de patógenos (bacterias y virus) que aumentan la presión sobre el sistema inmunitario de los cerdos.
Algunas ideas para optimizar el diseño de las instalaciones
Uno de los principales errores que se comete en la fase de diseño de las instalaciones es utilizar las mismas soluciones para entornos muy diferentes.
El diseño de cada explotación requiere de un proyecto que considere las singularidades del entorno.
No es extraño que en las explotaciones ganaderas se ventile por debajo de lo necesario. Fundamentalmente en invierno, cuando la prioridad es mantener la temperatura en la granja, en muchos casos se sacrifica la calidad del aire.
Determinar las necesidades de ventilación (caudal, en m3/h) en una explotación ganadera es una tarea compleja dado que, como se ha visto anteriormente, el objetivo de la ventilación es múltiple:
Las necesidades de ventilación serán diferentes en función del parámetro que se desee controlar, por lo que es necesario establecer diferentes criterios de cálculo. |
Un buen aislamiento térmico, comenzando siempre por la cubierta, es fundamental para ayudar a mantener las condiciones ambientales óptimas en la granja.
Una de las claves para optimizar la ventilación en invierno y evitar los problemas causados por las corrientes es dejar que el aire del exterior se caliente antes de llegar a la altura de los animales. |
Finalmente, una de las claves para una buena climatización en verano reside en el correcto uso del sistema de refrigeración.
En las granjas, normalmente utilizamos sistemas de refrigeración evaporativa a través de paneles humidificadores (coolings) o nebulizadores (foggers).
Este concepto es clave para entender que estos sistemas no funcionan bien en climas húmedos, ya que, si el aire ya está cargado de humedad, no se podrá humedecer más y el efecto sobre la temperatura será muy limitado.
En estas condiciones tenemos dos alternativas:
- ‘Mojar’ a los animales, permitiendo que ellos evaporen el agua y se refrigeren imitando el proceso de sudoración (recordemos que los cerdos prácticamente no disponen de glándulas sudoríparas)
- Aumentar las corrientes de aire que ayuden a los animales a disipar calor.
Es evidente que el diseño de unas instalaciones porcinas no puede hacerse siguiendo un patrón predeterminado, sino que es esencial tener en cuenta las condiciones particulares de la granja, como las condiciones orográficas y climáticas de la zona, la densidad y tipo de animales a alojar. Solo de esta forma lograremos unas instalaciones óptimas que garanticen el bienestar animal y el de nuestros bolsillos. |
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