En 2019, se publicó un artículo sobre el consumo per cápita de las tres carnes más consumidas en Brasil, que son, en orden de magnitud, pollo, res y cerdo, pero nos centraremos exclusivamente en el porcino. El presente escrito tiene como objetivo promover la revisión de los números y su actualización al 2021.
Los datos sobre producción y cabezas faenadas provienen del IBG, tanto en su Encuesta Municipal de Ganadería – PPM (Produção Pecuária Municipal) como en la Encuesta Trimestral de Faena (Pesquisa Trimestral de Abates), que se limitan a la faena bajo inspección sanitaria federal, estatal o municipal. Naturalmente, no incluyen la matanza informal de estas tres especies, ni la matanza de carne de ovino y caprino, equino, burro, mulo, conejo y caza, aunque hay producción y consumo doméstico de algunas de ellas.
El consumo aparente corresponde a: (Producción + Importación) – Exportación. Y el consumo aparente per cápita es ese resultado dividido por la población brasileña estimada por el IBGE cada 1 de julio.
Los datos sobre importaciones y exportaciones se recopilaron de Comex Stat, y para las exportaciones de carne de res se usaron estadísticas del sitio web de ABIEC.
A estos factores se suma la devaluación de nuestra moneda, impactando particularmente los granos destinados a la alimentación animal que se comercializan en dólares estadounidenses, así como los microelementos de la alimentación, que en su mayoría son importados. Con 38 millones de personas trabajando en la economía informal, el binomio aumento de costos y menor poder adquisitivo de la población fue perjudicial.
Por lo que a la carne de cerdo se refiere, que hasta 2018 ostentaba el liderazgo en el consumo mundial de todas las carnes, posición que perdió cuando el mayor productor y consumidor mundial de esta carne, China, sufrió numerosos episodios de PPA.
Hoy, el liderazgo de la producción y el consumo lo ocupa la carne de ave, cuyo consumo mundial se estimó para 2021 en 135,4 millones de toneladas frente a 122,0 millones de toneladas de carne de cerdo.
La campaña “Una Nueva Mirada a la Carne de Cerdo”, concebida y realizada por ABCS, jugó un papel decisivo para que los consumidores brasileños conocieran más sobre la salubridad de esta carne, combatiendo el arraigado prejuicio de que la carne de cerdo era sinónimo de grasa.
Además, la industria de cerdo supo adaptarse a la nueva realidad social y demográfica brasileña, con familias cada vez más pequeñas, postergación de la maternidad en favor del progreso profesional, número creciente de viviendas ocupadas por una o dos personas, parejas con doble ingreso y sin niños, etc. lanzando productos en porciones más pequeñas y muy fáciles de preparar.
Estos dos factores, el mayor precio de la carne de res y la casi saturación del consumo de pollo, abrieron la puerta que tomó el cerdo de ocasiones festivas, los lomos en las bodas y el jamón de fin de año, para tener su lugar semanal en la mesa de los brasileños.
Presentamos a continuación a el cuadro resumen del consumo per cápita de todas las principales carnes y el total.
A pesar de la disminución de nuestro consumo de carne per cápita en el período 2019-2021, el brasileño sigue siendo uno de los grandes carnívoros del mundo. ¿Buenas noticias para el 2022? No existen dudas sobre el aumento de la producción y las exportaciones de carne brasileña, pero no se está tan seguro sobre el consumo interno, que no debería sufrir caídas o expansiones significativas.