Con una buena sanidad podremos producir m.s cantidad a un menor coste, que es la piedra filosofal de la producción porcina actual.
¿Por qué estamos siempre cuestionando si se hace bien o no cuando es tan importante?
Porque la palabra bioseguridad engloba muchas cuestiones, acciones y actitudes que son prácticamente imposibles de cumplir en el día a día de una explotación.
De ahí el título de esta primera sección.
¿Todo lo que indican los manuales de bioseguridad se puede implementar en la práctica?
Debería ser que sí, pero luego te das cuenta de que si hay que cambiar de botas en cada sala que se entra o poner en un pediluvio con desinfectante unas botas con heces incrustadas durante 1 segundo, o no hay tiempo o sirve para poco o nada.
Por tanto desde mi punto de vista, en la práctica, las granjas de porcino deberían tener unos mínimos que protejan y que se pudieran implementar en la práctica diaria. Aunque todo es importante según mi experiencia, los puntos básicos que no deben fallar en una explotación son:
BIOSEGURIDAD EXTERNA
- Vallado perimetral: es básico que esté en buen estado y con la puerta cerrada.
- Vestuarios para el acceso del personal.
- Muelles de carga: es básico que no haya contacto entre el chófer y la granja y que los residuos queden fuera. Se deben poder lavar y desinfectar. El acceso debería ser externo y la valla debería ser la partición.
- Telas pajareras en condiciones.
- Uso de cuarentenas.
BIOSEGURIDAD INTERNA
- Todo dentro-todo fuera por módulo.
- Prácticas de limpieza y desinfección correctas.
- Lavado de manos cuantas más veces mejor.
- Nunca mover lechones hacia atrás.
- Cambio de agujas lo más a menudo posible o mejor usar dispositivos sin aguja.