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Decálogo nutricional frente a infertilidad estival

Escrito por: Antonio Palomo Yagüe - Director Técnico Porcino ADM SETNA

La infertilidad estival es conocida como:

BASES

La infertilidad estival tiene hoy total actualidad con la evolución en la mejora genética hasta llegar a las nuevas líneas genéticas, como vemos en el siguiente marco:

Selección cerda actual:

No se seleccionan por apetito

CONSECUENCIAS

Dentro de la pérdida de capacidad reproductiva a nivel de granja , los principales parámetros que podemos ver afectados son los siguientes:

CONSECUENCIAS DEL BAJO CONSUMO DE NUTRIENTES EN LACTACIÓN:

Por lo tanto las pérdidas económicas tan elevadas nos justifican la mayoría de las medidas preventivas para paliar al máximo los problemas derivados de la infertilidad estival.

MEDIDAS PREVENTIVAS

Difícilmente podemos anular completamente las consecuencias derivadas de la estacionalidad, pero sí tenemos un conjunto de medidas que podemos implementar en las granjas para paliarlas en varias áreas de la producción como:

En este breve trabajo tan solo haré referencia a las medidas nutricionales, agrupándolas en este decálogo

MEDIDAS NUTRICIONALES PARA PREVENIR LA INFERTILIDAD ESTIVAL
  1. Proteína: un exceso de proteína en la dieta incrementa los niveles de desaminación y producción de urea y calor endógeno. Por ello, en verano reducir los niveles de proteína bruta en 1-2 puntos, aportar proteína más digestible y mantener el balance de aminoácidos digestibles es la primera solución.
  2. Agua: sin una correcta disponibilidad de cantidad y calidad de agua de bebida la cerda reproductora no consumirá suficiente cantidad de alimento en la fase de lactación. El agua es necesaria para mantener la termorregulación entre otras muchas funciones .
  3. Energía: las principales fuentes de energía son los hidratos de carbono y las grasas. La digestión y el metabolismo de las grasas – lípidos genera menos energía que el de los almidones, siendo deseable aumentar en verano los niveles de grasas en contraposición con el de hidratos de carbono como fuente de energía, y si son grasas más digestibles, mejor.
  4. Fibra: la digestión y el metabolismo de la fibra genera más calor endógeno que el de los carbohidratos y las proteínas. Por lo que las dietas de verano deberán reducir los niveles de fibra bruta, teniendo en todo momento en cuenta el riesgo de constipación intestinal (deseable el mejor balance fibra soluble/insoluble).
  5. Vitaminas-Minerales: la mayoría de las vitaminas tienen efectos positivos frente al apetito de las cerdas, destacando los estudios de la inclusión de ácido ascórbico y de betaina. La inclusión de minerales en forma orgánica también es deseable al reducir los niveles de cenizas y mejorar la densidad nutricional.
  6. Densidad pienso: podemos concentrar la dieta en nutrientes en la misma proporción que baja el consumo. Esto no es válido para todos , y menos para la proteína. Atención a un exceso de grasa añadida, no recomendándose más del 5% para evitar el feed back negativo. Sí es válida la regla para micronutrientes.
  7. Aditivos: la inclusión de probióticos que mejoran la salud intestinal tienden a favorecer el consumo de pienso. Un mayor equilibrio de flora digestiva favorece el confort intestinal y el consumo de alimento.
  8. Presentación del pienso: los piensos en papilla favorecen el consumo frente al pienso en seco, y el pienso granulado aumenta el consumo de nutrientes frente al mismo pienso en harina ( aumento densidad).
  9. Frecuencia de alimentación: aumentar la cantidad de comidas al día con menor cantidad de alimento por comida y mayor cantidad total diaria, es factible al permitir una mejor dispersión del calor endógeno entre comidas. Y si las comidas se realizan en las horas menos calurosas del día, aún mejor será el efecto.
  10. Balance electrolítico: la reducción de niveles de cloro y ajustes en los de sodio favorecen el consumo voluntario. Las recomendaciones de niveles de sodio en cerdas reproductoras oscilan entre 0,22-0,25%, habiendo sido uno de los nutrientes que han visto incrementados sus niveles en las tablas de los centros de referencia. El balance de electrolitos en las dietas entre 150-200 mEq/Kg ha demostrado su eficacia.

Factores que reducen la demanda de agua

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