La diarrea neonatal es uno de los problemas más comunes en la producción porcina moderna.
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El mayor grado de intensificación de las granjas ha contribuido al aumento de la aparición de las diarreas neonatales, lo que provoca importantes pérdidas económicas (mortalidad y efecto negativo sobre los parámetros de rendimiento) y el uso excesivo de antimicrobianos.
La frecuencia de casos de diarrea neonatal se ha incrementado en los países de la UE en los últimos años, afectando tanto a granjas con estatus sanitario convencional como a granjas con estatus sanitario alto tras una repoblación.
PATÓGENOS DEL COMPLEJO DIARREICO NEONATAL
Por definición, la diarrea neonatal se caracteriza por diarrea, generalmente acompañada de la consiguiente mortalidad, que se desarrolla durante la primera semana de vida de los lechones.
La ocurrencia y la gravedad de la diarrea neonatal pueden verse influenciadas por numerosos factores e involucran a una serie de patógenos, incluidas las cepas ETEC (Escherichia coli enterotoxigénica) de E. coli y Clostridium perfringens tipos A y C.
E. coli ETEC
Las fimbrias permiten que la bacteria se adhiera a receptores específicos en los bordes en cepillo de los enterocitos del intestino delgado. |
Clostridium perfringens tipo A
C. perfringens tipo A (CpA) ha sido reconocido en numerosos estudios como uno de los patógenos más importantes causantes de diarrea neonatal, por lo que se ha puesto el foco en su control efectivo. Esta bacteria forma parte de la microbiota intestinal porcina y las cepas virulentas pueden causar enfermedades entéricas. |
Otros patógenos pueden estar involucrados en casos de diarrea neonatal, junto con factores de manejo.
EL PAPEL DE C. PERFRINGENS A Y SUS TOXINAS ESPECÍFICAS
Un estudio publicado recientemente con muestras recogidas en un programa de seguimiento en diferentes países europeos evaluó la aparición de patógenos en las heces de lechones que padecían diarrea neonatal en 2020.
En el examen bacteriológico de las muestras de 116 granjas, las bacterias patógenas más frecuentemente aisladas fueron:
La tipificación de los aislados de C. perfringens reveló que todos pertenecían al tipo A (CpA).
El análisis semicuantitativo reveló que tanto los aislamientos de E. coli (79,4%) como los de C. perfringens (96,7%) se presentan en cantidades moderadas o altas, lo que pone de manifiesto su papel en la patogénesis de las diarreas neonatales.
En los lechones, CpA ocasiona la enteropatía tras una fase de multiplicación que, a veces, se acompaña de la adhesión de la bacteria a la mucosa intestinal.
Todas las cepas de CpA producen la toxina principal CPA (toxina α) en cantidades variables, siendo la toxina β2 otra toxina importante, frecuentemente producida por cepas de CpA que causan diarrea en lechones.
Muchos autores sugieren que la toxina β2 juega un papel en la infección entérica en cerdos, pero también en otras especies animales.
EL PAPEL DE LA TOXINA β2
La mayoría de los aislados de CpA relacionados con casos clínicos contienen el gen de la toxina β2, lo que sugiere su papel en la patogénesis de las diarreas neonatales en lechones.
En investigaciones propias en las que todos los aislamientos fueron recolectados de casos clínicos de diarrea neonatal durante la identificación de candidatos vacunales, el 94,2% de las cepas de C. perfringens investigadas pertenecían al tipo A, y el 87,9% también fueron positivos para el gen de la toxina β2 (cpb2).
Las cepas con baja o moderada capacidad de producción de toxina α a menudo mostraron una significativa capacidad para producir toxina β2 in vitro. Se sugiere que existe un efecto sinérgico entre ambas toxinas, viéndose favorecida la entrada de la toxina α gracias a la acción de la toxina β2 con efectos negativos sobre la mucosa intestinal y su integridad.
EFICACIA DE LA VACUNACIÓN FRENTE A CpA EN CONDICIONES DE CAMPO
En un ensayo realizado para evaluar la eficacia del componente C. perfringens tipo A (CpA) de una vacuna autorizada de toxoide C. perfringens tipo A/C en condiciones de campo se realizó el seguimiento, hasta los 26 días de vida, de:
En estudios laboratoriales, basados en la cuantificación del patógeno, el 96,7% de los aislados de C. perfringens tipo A tienen unas tasas de crecimiento moderadas o altas, lo que pone de manifiesto su papel en los casos clínicos presentados para diagnóstico.
El uso de una vacuna comercial de C. perfringens tipo A con ambos toxoides (α y β2) resultó en la formación de anticuerpos frente a las toxinas α y β2 en el calostro, lo que protegió a los lechones frente a sus efectos y enfatiza la importancia de la vacunación contra este patógeno y el complejo diarreico neonatal.
Referencias disponibles bajo solicitud.
Artículo adaptado de “Neonatal diarrhoea: An emerging problem on Farms” Publicado en PIG PROGRESS, Volume 38, No. 5, 2022