La disentería porcina puede llegar a tener un gran impacto económico en las explotaciones afectadas.
Brachyspira hyodysenteriae es el principal agente etiológico asociado a la disentería porcina y el único descrito en España hasta el momento.
Sin embargo, B. hampsonii y B. suanatina se han identificado en casos de disentería porcina en Europa y Norte de América. |
La disentería porcina se caracteriza por una colitis mucohemorrágica cuya presentación puede variar desde heces blandas y grisáceas hasta diarreas acuosas con moco y sangre.
En la fase de entrada a precebo se observaban de forma esporádica diarreas grisáceas que responden al tratamiento.
En el último lote se observó diarrea mucohemorrágica en varios lechones (Imagen 1).
En madres no había clínica en el momento del estudio, pero había diagnósticos previos de aislamiento de B. hyodysenteriae en cerdas con heces blandas.
CLÍNICA APARENTE
Siempre que nos encontramos con un proceso diarreico, debemos [registrados] dirigir el muestreo hacia animales que comienzan con el cuadro diarreico y que no han recibido tratamiento.
MONITORIZACIÓN O CLÍNICA INAPARENTE
En caso de monitorización de la enfermedad o donde no haya animales con clínica aparente, se puede realizar un muestreo ambiental mediante calzas (Imagen 2).
Este método permite recoger una muestra representativa de todos los animales de un mismo corral, recorriendo la cuadra por los cuatro laterales y cruzando las dos diagonales. |
En el caso que estamos estudiando se tomaron muestras rectales con hisopos con medio Amies de los animales que presentaban diarrea con sangre. |
Con el fin de poder orientar la realización de pruebas laboratoriales, conviene realizar un diagnóstico diferencial completo que incluya los agentes infecciosos que ocasionan diarrea en estas edades:
En base al diagnostico diferencial inicial, las pruebas más habituales realizadas son:
La técnica de PCR a tiempo real permite Producir una autovacuna obtener un diagnóstico diferencial completo de alta sensibilidad y especificidad en 24 horas tras la recepción de la muestra.
Se basa en la detección de material genético específico de cada uno de los patógenos. Así, la detección de B. hyodysenteriae se realiza analizando la presencia del gen nox. |
En el caso estudiado, mediante la qPCR (Tabla 1) se confirmó la sospecha de B. hyodysenteriae, descartando otras posibles causas de diarreas.
Cl. perfringens se detectó en concentraciones muy bajas, lo que no sugiere implicación clínica (valores de Cq superiores a 38 son considerados negativos).
La obtención de la cepa en cultivo requiere un mínimo de 7 días y una metodología específica, pero permitirá:
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En el caso estudiado, se aisló B. hyodysenteriae en las 3 muestras por lo que se procedió al estudio de sensibilidad antibiótica y la caracterización de las cepas (Imagen 3).
Los estudios de CMI (Concentración Mínima Inhibitoria) para B. hyodysenteriae se realizan mediante la técnica de macrodilución de los principales antibióticos registrados para el tratamiento de la disentería porcina (Imagen 4).
En el caso estudiado, los resultados de sensibilidad antibiótica (Tabla 2) pusieron de manifiesto que la cepa de B. hyodysenteriae era sensible a lincomicina, tiamulina y valnemulina, siendo resistente a tilvalosina y tilosina. |
La caracterización de aislamientos de B. hyodysenteriae es una herramienta muy útil para establecer relaciones epidemiológicas entre diferentes brotes y así dotar a los veterinarios de mayor información de cara a la instauración de medidas de lucha y control.
La tipificación mediante secuenciación de varios genes (MLST, Multilocus Sequence Typing) es una técnica genética en la que es necesario determinar los cambios en la secuencia nucleotídica parcial de 7 genes constitucionales de Brachyspira:
En base a dichos cambios se determinan los respectivos alelos de cada locus, obteniéndose un perfil único asignado al tipo de secuencia (ST). |
En este caso se caracterizó la cepa aislada en lechones como ST 8 (Tabla 3). Esta se comparó con la cepa de madres diagnosticada en meses anteriores, confirmando que se trataba de la misma cepa (B. hyodysenteriae ST8).
El tratamiento debe basarse en un diagnóstico confirmado, seleccionando el antibiótico a utilizar apoyado en los resultados de CMI y siguiendo las indicaciones de la ficha técnica del producto.
Existen tres opciones de vía de aplicación, la utilización de una u otra dependerá de la situación en la granja:
En nuestro caso, tras los resultados de CMI se instauró un tratamiento con tiamulina inyectable en los animales de los corrales con clínica, así como tratamiento en agua.
El control de la disentería porcina debe basarse en 3 pilares importantes:
MEJORAS EN LAS MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD, LIMPIEZA/DESINFECCIÓN Y CONTROL DE ROEDORES
LIMPIEZA & DESINFECCIÓN
B. hyodysenteriae puede sobrevivir durante un gran periodo de tiempo en heces a bajas temperaturas, pero es muy sensible a la desecación, el calor y al uso de desinfectante. Por ello, es primordial contar con protocolos correctos de limpieza y desinfección, utilizando productos adecuados.
MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD
Es importante evitar la introducción de animales provenientes de explotaciones positivas a disentería porcina, así como la transmisión de B. hyodysenteriae a través de camiones, coches, tractores o personal que vehiculen restos de heces contaminadas.
VACUNACIÓN DE LOS ANIMALES
Los animales vacunados serán más resistentes a desarrollar la enfermedad clínica y excretarán menos cantidad del patógeno en heces.
La vacunación frente a disentería se basa en el uso de autovacunas.
En función de la caracterización molecular (MLST) de los aislamientos obtenidos, la autovacuna puede incluir una o más cepas aisladas en la propia explotación o unidad epidemiológica.
El programa vacunal a plantear depende en gran medida del sistema de producción: |
En lechones de porcino ibérico, dadas las características especiales de la producción y los prolongados periodos de cría de lechones, estos se vacunan con 2 dosis como primovacunación y dosis de recuerdo cada 4-6 meses.
La vacunación de reproductoras y el destete temprano resulta muy eficaz en el control de la disentería en la propia granja y en los lechones que derivan de ella.
Se deben aplicar 3 sábanas con 3 semanas de intervalo y posteriormente una dosis a final de gestación en cada ciclo.
La reposición (presumiblemente externa) deberá ser vacunada con 2 dosis antes de entrar en contacto con las reproductoras y tercera dosis a final de gestación.
La vacunación de lechones se plantea para acelerar el control en cebaderos hasta que llegan hijos de madres con el programa vacunal completo y en granjas de engorde donde no controlamos el origen o se produce mezcla de orígenes. Son necesarias siempre dos dosis con 2-3 semanas de intervalo a partir del destete.
DIETA
Dietas fácilmente digestibles y el uso de prebióticos son herramientas para el control de la clínica.
La erradicación de la disentería porcina es un tema complejo y de difícil pronóstico que depende de las circunstancias de la granja. Se deben valorar las posibilidades de éxito en función de las condiciones favorables con las que contamos:
En base a estos principios, contamos principalmente con dos escenarios:
La despoblación total es la estrategia más efectiva, siendo factible en explotaciones de cebo o transición.
Consiste en vaciar la explotación y aplicar protocolos de limpieza y desinfección estrictos, volviendo a introducir animales negativos una vez terminado este proceso.
En núcleos de reproductoras o granjas de ciclo cerrado la despoblación total suele ser económicamente inviable, por lo que se intenta adaptar el protocolo a cada explotación, siendo el pronóstico de éxito mucho más limitado.
Esta estrategia se sustenta en diferentes herramientas:
Cuantos más factores favorables sumemos, más cerca estaremos de lograr el control y la erradicación de la disentería en nuestra explotación. |
La decisión tomada en esta explotación de ciclo cerrado fue la de control de la enfermedad. Para ello se instauró un plan de vacunación de madres y lechones complementado con una formulación en pienso con materias primas más digestibles y el uso de un aditivo registrado para disentería, así como la implantación de medidas de bioseguridad más estrictas y el refuerzo de la limpieza y desinfección de los patios.
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