- La calidad.
- La cantidad que ofrecemos a nuestros animales.
Si hablamos de calidad de agua, entran muchos factores en juego.
El análisis laboratorial de una muestra de agua permite obtener información relevante:
- Datos físico-químicos: dureza, sólidos totales disueltos, pH y conductividad
- Calidad microbiológica: virus, bacterias, protozoos y huevos de parásitos intestinales.
De entre todos estos parámetros, el pH es el que más fácilmente podemos modificar. El pH del agua de bebida debe oscilar entre 4 y 9, pero este es un rango muy amplio.
- Mejora la calidad microbiológica
- Ayuda a la digestibilidad de los alimentos
- Mejora la solubilidad de tratamientos en agua
Para conseguir esto, tenemos una herramienta eficaz, si se emplea bien: los acidificantes para agua de bebida.
Un ácido es un compuesto químico que, cuando se disuelve en agua, libera cationes de hidronio (H+) haciendo que disminuya el pH de la disolución, siempre y cuando no haya bases que lo neutralicen.
El valor de la fuerza de un ácido es característico del par ácido-base, depende solo de la temperatura y es independiente de la existencia de otras especies químicas en solución.
Los ácidos se clasifican según su potencia, en débiles o fuertes, y según su origen, en orgánicos o inorgánicos (minerales).
Entre los ácidos se establecen reacciones químicas de las que podemos beneficiarnos, si sabemos cómo. Debemos llevar un control rutinario del pH, puesto que este depende mucho de la composición y temperatura del agua, sobre todo cuando introducimos un nuevo producto para higienizarla.
Los resultados técnicos obtenidos en algunas explotaciones con pH de agua mantenidos entre 4 y 6, confirman el interés de acidificar el agua potable en ciertos casos.
Un ácido tiene una acción favorable a nivel intestinal, siempre bajo ciertas condiciones de calidad de agua (dureza, mineralización, limpieza, turbiedad).
DIGESTAL posee tres ácidos orgánicos y un ácido mineral:
ORGÁNICOS
Ácido Cítrico (E 330)
Ácido dulce con la ventaja de tener una buena reserva de acidez sin bajar demasiado rápido a pH extremos. Su origen se encuentra en la fermentación del moho.
Ácido Fórmico (E 236)
Está presente naturalmente en las hormigas, pero también en muchas frutas (como manzanas, fresas y frambuesas), miel y ortigas. Se usa como conservante contra varios microorganismos. Debido a su olor, su uso es muy limitado.
Ácido Láctico (E 270)
Es producido por bacterias en alimentos fermentados. Producido en grandes cantidades en el intestino grueso por las bacterias presentes. El ácido láctico y los lactatos se usan como conservantes, principalmente contra las levaduras y hongos.
MINERALES
Ácido Fosfórico (E 338)
Acidez fuerte, que permite bajar rápidamente el pH. Es un germicida bacteriostático. Es constituyente normal de varias frutas y verduras. Regulador de acidez y quelante, aumenta la permeabilidad a la sal en carnes, antioxidante, aumenta la secreción y motilidad gástrica.