El bienestar animal es un aspecto fundamental por considerar en la producción animal moderna. No solo es una responsabilidad ética y moral, sino que también tiene implicaciones directas en la salud y productividad de los cerdos. Uno de los factores clave que influyen en el bienestar porcino es el medio ambiente en el que viven los animales. Este se puede definir como todo aquello que rodea al animal, es decir, el entorno donde se encuentra.
Desde parámetros ambientales como la temperatura, humedad, calidad del aire, ventilación, hasta infraestructura y espacio disponible por animal. Cada aspecto del entorno puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los cerdos.
En este artículo, exploraremos los efectos del ambiente sobre el bienestar porcino y cómo podemos mejorar estas condiciones para asegurar su bienestar.
El entorno físico corresponde a uno de los 5 dominios del bienestar animal, Temple Grandin describe en su paper del 2022 titulado: Practical Application of the Five Domains Animal Welfare Framework for Supply Food Animal Chain Managers, que abarca tanto el ambiente en una instalación como el entorno en el alojamiento.
Las fallas en el manejo de animales pueden estar asociados a deficiencias en el entorno, como suelos resbaladizos o errores de diseño en las instalaciones de manejo (Grandin, T. 2021).
Para cada etapa productiva debemos proveerles las necesidades según los requerimientos específicos de cada una de estas. Bond y Kelly (1960) describen el medioambiente en 3 factores:
I Factores térmicos
El ambiente térmico abarca, los efectos de la radiación solar, temperatura ambiental, humedad relativa del aire y velocidad del viento (Falco, 1997; Baêta y Souza, 2010).
Los cerdos son animales homeotermos y endotermos. Homeotermos significa que mantienen su temperatura corporal relativamente constante; endotermos significa que utilizan el calor producido por su propio metabolismo para mantener su temperatura corporal constante (Manteca, 2009).
Los cerdos son especialmente susceptibles a elevadas temperaturas debido a su limitada capacidad de sudoración (Kunavongkrit et al., 2005) ya que poseen escasas glándulas sudoríparas (Dyce et al., 1997), alrededor de 30 por cm2 (Bracke y Spoolder, 2011).
El estrés por calor se produce cuando la temperatura medioambiental provoca un desequilibrio entre el calor producido por el animal y el disipado. EL estrés por calor conlleva a cuantiosas pérdidas económicas en los productores porcinos, consecuencia de los efectos adversos sobre el rendimiento y salud de los animales (Pardo, 2022).
El estrés térmico, una de las principales causas de pérdidas de producción en climas cálidos, se puede minimizar con el uso adecuado de equipos y procesos (Lin et al., 2006; Barbari et al., 2007) dentro de las instalaciones productivas, pudiendo así, en aquellas instalaciones automatizadas o manuales, implementar equipos que permitan controlar las temperaturas ambientales, condiciones de humedad y ventilación.
Los lechones recién nacidos son especialmente sensibles al frío (relacionado con el peso al nacimiento) menor peso, mayor son las necesidades térmicas.
En consecuencia, debemos proporcionar un ambiente térmicamente adecuado para ellos y uno diferente para la hembra.
Cada empleado asignado al sitio 1, en particular aquellos que trabajan en la sala de maternidad, debe estar bien capacitado acerca de la importancia de mantener una temperatura ambiental adecuada para asegurar el bienestar de las hembras y sus lechones.
Es esencial que la temperatura en esta área se mantenga dentro de la zona termoneutral para las hembras, que oscila entre los 18 y 22ºC. Además, para satisfacer las necesidades térmicas de los lechones, es crucial suplementar calor utilizando lámparas calefactoras o paneles de calefacción en el piso, asegurando así que se alcance y mantenga la temperatura requerida para su óptimo desarrollo y salud. Esta práctica no solo contribuye al confort de los animales, sino que también promueve el bienestar de los animales.
Es fundamental verificar que estos calefactores de piso estén encendidos durante la rutina diaria de revisión.
Mecanismos de intercambio de calor ambiente
Debemos entender la forma en que los cerdos pierden calor para poder comprender cómo podemos evitar o manejar ciertas alzas o bajas de temperatura y ser más eficientes en este proceso. Existen 4 formas para realizar este intercambio:
- Radiación
- Convección
- Conducción
- Evaporación
Cuando la temperatura ambiental supera la temperatura corporal, los primeros 3 mecanismos dejan de ser eficientes en la pérdida de calor. El enfriamiento por evaporación es el proceso predominante cuando la temperatura ambiente supera la temperatura de la piel (Robinson, 2004) y en consecuencia, en situaciones de estrés térmico aumenta la frecuencia respiratoria para acentuar la pérdida de calor por evaporación compensando la pérdida mínima que se produce por sudoración.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando se realiza la carga de animales en un día cálido. Dentro del camión, sin estar este en movimiento, los cerdos experimentarán estrés térmico. La pérdida de calor por radiación, conducción y convección no será suficiente, por lo que los cerdos se encontrarán jadeando (evaporación), aumentando, más aún, la temperatura y humedad dentro del camión.
La intensidad del intercambio por evaporación depende de:
- Temperatura ambiental
- Humedad relativa
- Densidad de animales
- Diseño camión de transporte, entre otros factores.
Mutua (2020) presenta una metodología innovadora para mapear el riesgo actual y futuro de estrés por calor en cerdos. Destaca que, hasta la fecha, la principal estrategia de adaptación al estrés térmico en estos animales ha sido la modificación física de su entorno, tal como evidencian investigaciones previas (Mayorga et al., 2019; Schauberger et al., 2019). Además, señala una oportunidad prometedora en la cría de cerdos con mayor tolerancia al estrés térmico, como sugerido por Bloemhof et al. en 2008.
Niu, 2023 en su paper compara los impactos del estrés térmico inducido por el cambio climático en la productividad porcina y en base en los resultados su modelo en estudio, proyectaron el impacto del estrés térmico en la producción porcina a largo plazo en sistemas con y sin avances tecnológicos. Y destaca que al incluir en los sistemas productivos los avances tecnológicos, las pérdidas disminuirán en un 21 % y un 52 %, respectivamente, en comparación con el escenario sin avances tecnológicos.
En la revisión de 2014 realizada por Centurión, titulada “Ambiente térmico y bienestar de los cerdos en el período de descanso previo al sacrificio”, se destacan importantes hallazgos de estudios anteriores que subrayan la relación entre las condiciones térmicas y la respuesta fisiológica en los cerdos. Uno de estos estudios, llevado a cabo por Curtis en 1983, concluyo que la temperatura cutánea es una de las primeras señales de respuesta al estrés térmico en mamíferos, incluyendo los cerdos, quienes comienzan a jadear cuando su temperatura cutánea supera los 35 °C.
Otro estudio relevante, realizado por Kiefer et al. en 2010, observó que la tasa respiratoria de los cerdos de engorde se incrementa significativamente, de 41 a 93 movimientos respiratorios por minuto, cuando la temperatura ambiental se eleva de 21 °C a 32 °C. Estos hallazgos subrayan la importancia de controlar y ajustar el ambiente térmico para asegurar el bienestar de los cerdos, especialmente en las fases críticas previas al sacrificio.
Pardo (2022) en su revisión bibliográfica halló que la ingesta de alimento puede disminuir desde un 15 % hasta un 60% y asoció como principal factor la temperatura ambiental (figura 1).
Figura 1: Efecto del estrés por calor en la ingesta del ganado porcino ( Pardo, 2022)
La reducción de la ingesta trae aparejada una disminución en la ganancia media de peso (figura 2), dando lugar a canales más magras y pequeñas, lo que supone una menor productividad y pérdidas económicas ( Serviento 2020).
Figura 2: Efecto del estrés por calor en la tasa de crecimiento en ganado porcino (Pardo, 2022) .
II Factores físicos
Existen varias opciones pero en esta ocasión hablaremos de los sonidos e infraestructura.
Sonidos
Los animales están expuestos a sonidos continuamente a lo largo de su vida, sin embargo, puede haber ocasiones en que estos sonidos sean percibidos como algo negativo por el animal. Un estudio realizado por Talling en 1996 concluye que un incremento en los niveles de ruido sobre los 97 decibelios (dB) provoca un aumento en la movilidad de los animales mientras están expuestos a dicho sonido. Esta observación sugiere que los niveles elevados de ruido pueden inducir estados de inquietud en los animales, lo cual es una consideración importante para el manejo y monitoreo de ambientes en los que se albergan animales.
El sonido puede ser un factor estresante en estas y otras situaciones debido a su novedad e intensidad, especialmente cuando existen otros factores estresantes, como un aumento de la temperatura.
Las condiciones de vida ruidosas y los niveles en los que una cerda reacciona a un lechón sugieren que la falta de respuesta de la cerda a los lechones se debe a las condiciones ambientales.
En muchas granjas porcinas equipadas con sistemas de ventilación mecánica, es común que se registren niveles de ruido que superan constantemente los 80 decibelios (dB), según lo documentado por Zurbrigg en 2015. Este ambiente puede tener impactos significativos en la conducta y bienestar de los animales. Por ejemplo, Hutson y colaboradores (1993) observaron que las cerdas solo responden a las llamadas de los lechones cuando estas se reproducen a un volumen superior al habitual que fluctúa entre 84 y 86 dB. Además, investigaciones realizadas por Agers y Jensen en 1985 sugieren que los altos niveles de ruido pueden interferir con los patrones normales de lactancia. Estos hallazgos subrayan la necesidad de considerar y manejar adecuadamente los niveles de ruido en las instalaciones porcinas para no perturbar las interacciones entre las madres y sus crías.
Infraestructura
En el marco de una evaluación de bienestar animal, es crucial considerar los factores ambientales como indicadores indirectos. Estos deben evaluarse de manera objetiva, utilizando indicadores que no solo sean válidos, sino también viables. Por ejemplo, la evaluación de la infraestructura del alojamiento se clasifica como un indicador indirecto. Esto implica una revisión detallada de las condiciones de esta y las condiciones físicas en las que se encuentran los animales, asegurando que estas instalaciones cumplan con los requisitos necesarios para promover un estado óptimo de bienestar animal.
Dentro de los componentes críticos de la infraestructura en sistemas productivos, tanto intensivos como extensivos, es fundamental destacar varios elementos clave. Entre estos, el tipo de piso y su estado es de gran importancia, variando desde el material de cama en sistemas de deep-bedding, pisos de slat, concreto, rejillas, madera, entre otros materiales disponibles para estos fines.
Asimismo, las paredes, techo, puertas y barreras protectoras, como mallas o rejillas son esenciales para prevenir el ingreso de aves o cualquier otro animal ajeno al sistema. Las áreas comunes como pasillos, rampas, y áreas en que se realizan ciertos manejos productivos como pesaje, también deben ser evaluadas.
Una gran responsabilidad recae en los empleados de granja, quienes no solo se encargan del cuidado diario de los animales, sino que también deben realizar inspecciones obligatorias de la infraestructura cada día. Esta revisión meticulosa es esencial para detectar a tiempo cualquier daño o deterioro. Al identificar problemas, los empleados deben informar de inmediato al encargado de mantenimiento para que se tomen las medidas correctivas necesarias. Este proceso asegura que se mantenga un ambiente seguro y funcional, previniendo así cualquier riesgo de daño para los animales.
Holendováet al. (2007) y Tummaruket al. (2008) reportó en su estudio que los problemas relacionados con la locomoción era la causa más común de desecho de cerdas en un 27% y 37.4%, respectivamente. Las razones de desecho por problemas del aparato locomotor son más frecuentes en las cerdas jóvenes. El tipo de alojamiento y tipo de piso utilizados se asocian con un mayor riesgo de desecho en cerdas (D‘Allaire y Drolet, 2006).
III Factores Sociales
Los cerdos son animales sociales y jerárquicos. Establecen su jerarquía desde el primer día de vida por medio de la dominancia y la subordinación. Desde el primer día de vida o tras la mezcla de animales desconocidos, los cerdos tendrán que establecer este orden. Se pueden observar agresiones durante este proceso que es completamente normal y es debido al comportamiento natural del animal.
La literatura indica que estos conflictos suelen consistir en vocalizaciones o movimientos de lo cabeza que pueden ir seguidos empujones en lo cabeza o en la espalda. La mayoría de las peleas entre los cerdos se producen con el hocico abierto. Los dientes de los cerdos pueden provocar cortes o laceraciones. Los movimientos de empuje hacia arriba con lo cabeza se pueden generar lesiones, hematomas principalmente observados en cara, flancos o espalda.
Cada vez que se realice mezcla de animales, ya sea por la etapa productiva que sigue o por una mala condición de cercos divisorios entre corrales o cualquier causa, ocurrirá esto. La literatura indica que ciertos productos o elementos pueden ser utilizados con el objetivo de disminuir estos conflictos ya sea por aceites, aromas, feromonas, enriquecimiento ambiental, entre otros y evaluar los efectos benéficos o si hay o no efectos sobre el tiempo de establecimiento de la jerarquía, el estrés, número de peleas, tipo y número de lesiones y en consecuencia menos pérdida de calidad de carne.
Transporte
Durante el transporte, también se deben considerar factores físicos, ambientales y sociales que pueden afectar el bienestar porcino. Los resultados de muchas investigaciones sobre el transporte de animales demuestran que a medida que aumenta el tiempo de transporte los efectos negativos incrementan sobre el bienestar de los animales y la calidad de la carne en aquellos animales de finalización.
Por lo que se debe considerar:
- Hora de la carga
- Tiempo de ayuno
- capacitación de cuadrilla de carga
- Estrés de los animales por carga
- Genética
- Tiempo de carga
- Condición del camión
- Tipo de camión
- Infraestructura interna (pisos paredes)
- Densidad por corral
- Tipo de animal cargado
- Conducción
CONCLUSIÓN
Podemos ver que hay varios factores en el medio ambiente que puede afectar o tiene relación directa con el bienestar porcino.
Es por esto por lo que una buena práctica es comenzar a realizar auditorías internas por medio de auditores de primera parte o First Party ( generalmente realizadas por un encargado de calidad o encargado de bienestar animal que realicen evaluaciones en los sitios para poder evaluar las condiciones in situ o de tercera parte o third party ( empresa externa, un agente certificador que realice auditorias de diagnóstico).
Estos ojos externos, pueden detectar aquellas desviaciones o problemas que puedan afectar, directa o indirectamente, el bienestar del animal y poder tomar las decisiones oportunas a tiempo.