Los inicios de cualquier cerda altamente productiva son los mismos: una cerda joven.
El reto del productor es saber cuándo ha llegado el momento de la primera inseminación, y asegurarse de que el animal recibe la alimentación adecuada para estar convenientemente preparada.
Tomar las decisiones correctas en esta fase marcan la diferencia de rendimiento durante toda su vida. Hay tres factores clave:
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Idealmente la primera inseminación debería tener lugar a los 230-250 días de edad, y su peso estar en 130-155 kg. A medida que las cerdas primerizas se aproximan a este peso, es necesario ajustar su alimentación para controlar la distribución de grasa corporal.
Gestionar el crecimiento y bienestar
Si la cerda primeriza es demasiado delgada u obesa, tanto la longevidad como el rendimiento se encuentran en riesgo.
Prestar atención a la salud del sistema digestivo y la fortaleza de tendones y huesos es, de igual manera, importante para el rendimiento y bienestar del animal.
Pasos en la estrategia de nutrición
Una ganancia de peso diaria de 750-800 gr. es lo recomendado como óptimo para cerdas entre 30 y 140 kg. antes de ser inseminadas.
Mientras una alimentación ad libitum no resulta problemática hasta los 60 kg., a partir de este peso la ingesta diaria debe limitarse para obtener el necesario control de ganancia de peso (Figura 1).
En caso de que la alimentación ad libitum sea la única opción en la granja, el productor puede ajustar el pienso, reduciendo el contenido de proteína y aumentando el de fibra. Una reducción en el contenido de proteínas digeribles en el pienso puede fomentar el crecimiento de depósitos de grasa dorsal y minimizar el exceso de músculo.
Diversos experimentos han demostrado que un peso demasiado alto en el momento de la primera inseminación da lugar a un porcentaje más alto de cerdas primerizas que posteriormente son vulnerables en la etapa de cerda productiva, en parte porque un crecimiento demasiado rápido de la cerda joven incrementa el riesgo de contraer osteocondrosis.
El siguiente paso en la estrategia de nutrición debe iniciarse alrededor de los 7-14 días antes de la inseminación programada. La cantidad de pienso debe ser aumentada hasta 3,5-4 kg. diarios, incluyendo un alto contenido en proteína para elevar los niveles de HL en plasma.
Debido a este sistema de alimentación denominado “flushing” se incrementan los niveles de glucosa, insulina y estradiol en el plasma sanguíneo, lo que estimula la producción de óvulos.
Consideraciones nutricionales
La adecuada adición de minerales y vitaminas asegura un buen desarrollo óseo y un buen estado de salud general. La tabla de nutrición de la Figura 2 resume la composición recomendada del pienso.
Las fibras solubles e insolubles son vitales para el desarrollo y mantenimiento de un sistema digestivo sano, minimizando el riesgo de dolorosas úlceras de estómago, que ponen en riesgo la longevidad y rendimiento de la cerda.
Son todos buenos ejemplos de fuentes de fibra, contando siempre con la cebada como el componente de cereal de preferencia. En una dieta óptima, el grano debiera tener un grado de molienda semi-grueso (Figura 3).
Estrategias de alimentación a medida
Aspectos como el clima, la legislación, el tamaño y equipos de la granja, así como la disponibilidad y calidad de las materias primas, deben ser considerados. Existen grandes diferencias entre granjas a lo largo y ancho de Europa y Asia.
Aquí es donde las competencias de un nutricionista constituyen el ingrediente final y esencial de toda estrategia de alimentación.
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