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El imprescindible apoyo de la nutrición para una lactación eficiente

lactación

La lactancia es el período más exigente en el ciclo reproductivo de una cerda. ¿Sabía que las cerdas modernas pueden producir más leche por kilogramo de peso corporal que una vaca lechera? Con todo, esa cantidad no es suficiente para maximizar el crecimiento de los lechones en lactación.

Todos los ganaderos quieren lechones pesados y uniformes al destete, razón que convierte en crucial el manejo óptimo de la lactancia. En este artículo, se analizan algunos detalles sobre esta cuestión.

La producción de leche está determinada por el tirón de los lechones y el empuje del alimento.

La producción de leche se ve estimulada por la succión de los lechones (pull). Un mayor número de lechones puede provocar el aumento de la producción de leche (Figura 1, línea verde).

Además, un mayor crecimiento de la camada también puede estimular la producción de leche, y viceversa (Figura 1, línea rosa vs línea negra sólida). Por lo tanto, para optimizar la producción de leche de las cerdas es importante que los lechones tengan vitalidad al nacer y estimulen la ubre lo antes posible. Durante los primeros dos días después del parto, es necesario que todos los pezones estén estimulados. Los no estimulados producirán menos leche y sufrirán una regresión.

Esto es especialmente importante para las cerdas de primer parto, ya que la ubre tiene que activarse para producir suficiente leche en los partos posteriores.

La cantidad de alimento consumido por las cerdas también puede estimular la producción de leche (push, Figura 2).

Un problema común, como es el que representan unas ubres duras o inflamadas antes o justo después del parto, puede ser el resultado de “empujar” demasiado a la cerda.

Si se proporcionan altas cantidades de proteínas y energía al animal, se estimula la producción de leche. Cuando los lechones todavía no han nacido o son demasiado pequeños o no vitales y no pueden vaciar la ubre, la leche permanece en la misma. Esto hace que la ubre se hinche y se endurezca, o incluso se inflame.

Además de afectar el bienestar de las cerdas, es perjudicial para la producción de leche más adelante en la lactancia.

Por lo tanto, es aconsejable adoptar una estrategia de alimentación en torno al parto que no empuje demasiado a la cerda. Dependiendo de su modelo de explotación, esto puede significar la implantación de una dieta de transición, ajustar el programa de alimentación de acuerdo con el nivel de energía de la dieta o, simplemente, el cambio a una alimentación de lactancia después del parto.

NUTRIENTES PARA LA PRODUCCIÓN DE LECHE

Para producir leche, las cerdas utilizan los nutrientes del alimento, así como sus reservas corporales. Esto último no es un problema si la cerda tiene una condición corporal adecuada en el momento del parto.

Es importante darse cuenta de que la pérdida de peso corporal comprende la pérdida de grasa y proteína (músculo). La grasa es una fuente de energía relativamente fácil de usar y de recuperar.

La pérdida de grasa, por lo tanto, no afecta demasiado el rendimiento reproductivo.

Por el contrario, las pérdidas demasiado altas de proteínas (o músculos) en la lactancia pueden tener un efecto perjudicial en el rendimiento reproductivo en el ciclo posterior.

Normalmente, una pérdida de peso durante la lactancia de entre el 10% y el 12% se considera aceptable si la cerda está en buenas condiciones corporales en el momento del parto.

Las necesidades nutricionales de una cerda lactante están determinadas por los nutrientes necesarios para el mantenimiento y la producción de leche (Figura 3).

Los requisitos de mantenimiento dependen de:

Condición corporal del animal

Composición en el momento del parto

Asimismo, los requisitos para la producción de leche están determinados por:

Crecimiento de los lechones

Número de lechones lactantes

El crecimiento y el número de lechones se combinan, a menudo, en una cifra clave llamada crecimiento diario de la camada, que se usa para determinar los requisitos para la producción de leche.

Para cerciorarse de que las necesidades están cubiertas, es preciso conocer la ingesta de nutrientes por día. Se trata de una combinación de la ingesta de alimento y la composición del alimento.

La brecha entre los nutrientes suministrados y los requeridos determina la producción de leche y/o la cantidad de reservas corporales que una cerda utilizará en la lactancia.

Comprobar periódicamente la condición corporal de sus cerdas ayudará al ganadero a determinar la estrategia de alimentación óptima en su granja y, por tanto, a optimizar el rendimiento de las cerdas.

¡LO QUE VES NO ES SIEMPRE LO QUE OBTIENES!

Las cerdas modernas tienen menores reservas de grasa y más músculo en comparación con las cerdas de hace 10 años como resultado de la selección para el crecimiento magro de los cerdos de engorde. Esto no siempre se percibe cuando se realiza una valoración visual de la condición corporal (Figura 4).

La cerda de la izquierda presenta una forma corporal promedio, pero unas reservas de grasa relativamente altas. Lo más probable es que la cerda de la derecha se clasifique como gorda, a pesar de que tiene reservas de grasa relativamente bajas.

Por lo tanto, cerdas como la del lado derecho dependen más (principalmente) de la energía del alimento que las del lado izquierdo. El ganadero debe tener esto en cuenta a la hora de determinar su estrategia de alimentación durante la lactancia.

Para distinguir entre estas cerdas, la puntuación visual de la condición corporal debe combinarse con las mediciones de la grasa dorsal.

CONSEJOS Y TRUCOS PARA OPTIMIZAR LA PRODUCCIÓN DE LECHE

Para un rendimiento óptimo de la lactancia de su cerda, el ganadero debe:

  1. Asegurarse de que las cerdas estén en óptimas condiciones en el momento del parto: es importante verificar la estrategia de alimentación durante la gestación.
  2. Prestar especial atención a la transición (nutricional) de la gestación a la lactancia.
  3. Alimentar a las cerdas de forma lo más ajustada posible a sus necesidades, teniendo en cuenta los siguientes consejos:
    1. Más no siempre es mejor.
    2. Un correcto manejo del clima en la sala de partos ayuda a optimizar la ingesta de alimento.
  4. Monitorizar la ingesta de alimento de las cerdas y el crecimiento de los lechones para definir la estrategia óptima de alimentación durante la lactancia.
  5. Asegurarse de que las cerdas beban lo suficiente. Un flujo de agua de la boquilla de 3 litros/minuto sería el adecuado.
  6. Equilibrar el clima para que sea lo suficientemente cálido para los lechones y lo suficientemente fresco para la cerda.

Autores: Lia Hoving, Jefe de Producto Internacional de Porcino en De Heus Animal Nutrition; Jackeline Hornstra, Investigadora de Porcino en De Heus Animal Nutrition; y Francisco José Rodríguez Calvente, Jefe de Producto de Porcino en De Heus Nutrición Animal

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