Entrevistamos a Elisabet Roca y Álvaro Aguarón sobre la vacunación estratégica de lechones en transición, una herramienta segura para el control del PRRS.
Además, sus consecuencias se agravan por el hecho de que, tras un brote, el virus persiste en la explotación durante largos periodos de tiempo pudiendo llegar a convertirse en endémico.
Sin duda, existen muchas evaluaciones para cuantificar ese impacto que varía dependiendo de las cepas del virus implicadas en la recirculación, el tiempo que estas permanezcan en la granja, las características de la explotación y la severidad de las infecciones secundarias directamente relacionadas con la recirculación vírica.
Esta circunstancia es especialmente problemática en la fase de transición debido a la alta incidencia de PRRS en explotaciones de reproductoras, la falta de recursos para establecer medidas de bioseguridad realmente efectivas en esta fase y la alta densidad de animales.
No solo es importante el coste que acarrea un brote agudo de PRRS en cuanto a mortalidad y clínica asociada, sino que, estimando que en un 80% de los casos el virus permanece endémico en la explotación tras el brote, la valoración numérica de dicho impacto podría llegar hasta 10 euros por lechón.
Por todo esto, se hace necesario el uso de herramientas que demuestren ser eficaces para el control de la enfermedad. En este sentido, el desarrollo y puesta a punto de estrategias vacunales sólidas y coherentes contribuirán a la reducción de sus consecuencias clínicas y económicas.
Las nuevas formas de producción porcina y el hecho de que muchas de las granjas de reproductoras sean positivas inestables, hacen muy complicado y costoso el manejo de vacíos sanitarios en transiciones. A mayores, estas medidas no aseguran largos periodos de estabilidad.
En la mayoría de los casos, en situaciones de campo, el desafío que tendrá el animal vacunado será heterólogo con respecto a la cepa vacunal.
Sin un planteamiento que pase por reducir la excreción y la replicación del virus de manera descontrolada en los animales, se hace prácticamente imposible estabilizar una transición. La vacunación actuaría a modo de “cortafuegos” y evitaría ese descontrol.
Los beneficios de la vacunación en los lechones se centrarían en dos aspectos que responden al funcionamiento e instauración de mecanismos inmunológicos propios de un virus vivo atenuado.
1. Reducción de la excreción individual
En primer lugar, a nivel individual del lechón se protegería frente a la infección, se disminuiría la excreción y, por tanto, se lograrían reducir los signos clínicos asociados y la transmisión del virus.
2. Control de la viremia en la población
En segundo lugar, a nivel poblacional de la transición, intentaríamos lograr que la viremia de la cepa campo patógena desaparezca o, en su defecto, se sustituya por una infección controlada por cepa vacunal atenuada.
Unido a esto, hay que considerar que los macrófagos son considerados la principal célula diana de replicación del virus PRRS y este, al replicarse, provoca la muerte de estas células disminuyendo tanto su número como la eficacia de sus funciones.
Un deterioro en su función facilita la colonización del alveolo por otros patógenos y, por tanto, se incrementaría la susceptibilidad del animal a infecciones secundarias.
El control de cepas virulentas de PRRS en transiciones conllevará una reducción de la susceptibilidad de la población a estos patógenos secundarios y una disminución en la necesidad del uso de antibióticos para el control de estas patologías a nivel colectivo.
Pyrsvac-183 es una vacuna frente a PRRS viva atenuada que, desde el punto de vista de carga antigénica y grado de atenuación, es idónea para su uso en lechones.
Pyrsvac-183 estimula una rápida generación de anticuerpos, lo que significa un establecimiento de una inmunidad de 14 días, con lo que el objetivo individual de reducir la excreción y disminuir el grado de viremia, se alcanza en el momento necesario para controlar la transmisión del virus entre los animales.
Pyrsvac-183 cuenta con más de 20 años de presencia en las explotaciones de porcino en nuestro país y con el soporte de estudios independientes que avalan su seguridad clínica, consiguiendo el objetivo colectivo de control de la infección, minimizando los problemas asociados al uso de una vacuna viva atenuada en animales tan jóvenes.
Nuestra estrategia para el control de PRRS en las transiciones se basa en el conocimiento de cómo el virus está afectando en un momento concreto a los animales de la explotación.
Nuestro objetivo es poner a disposición de los veterinarios responsables de la explotación las herramientas necesarias para gestionar de una manera óptima un problema tan grave e insidioso como es una recirculación del virus PRRS en las transiciones.