¿Qué es la colibacilosis y cuál es su impacto en la producción porcina?
Los principales impactos que encontramos son, por una parte, el sanitario y, por otra, el económico.
Estado sanitario
Respecto al estado sanitario de los animales, no solo hay que tener en cuenta la posibilidad de una elevada mortalidad, sino que al verse afectados un gran porcentaje de animales, aquellos que sobreviven, aparte de haber necesitado un tratamiento, necesitan de un largo periodo de tiempo y de un buen manejo para salir adelante.
Coste económico
Es importante destacar que, al ser una enfermedad de carácter multifactorial, pueden llegar a intervenir un gran número de factores desencadenantes, por lo que a veces, es difícil de manejar en situaciones de campo.
¿Cuáles son las principales patotipos implicados en la colibacilosis porcina y cuáles son los grupos de riesgo?
Determinar el patotipo de E. coli es importante, ya que el cuadro clínico y las medidas que llevaremos a cabo van a ser diferentes en función de cada caso. Además, en numerosas ocasiones puede haber más de un patotipo ocasionando la enfermedad y estos pueden estar presentes junto con otros patógenos intestinales ocasionado infecciones mixtas.
Existen diversos patotipos de E. coli:
Los dos primeros son de especial importancia ya que se encuentran asociados a un elevado porcentaje de casos.
Existen otros patotipos que se conocen como E. coli septicémico (SEPEC) Y E. coli uropatogénico (UPEC). Estos se consideran como E. coli extraintestinales, ya que producen otros cuadros clínicos que no atañen al tracto intestinal.
¿Cuáles son las principales diferencias entre las distintas presentaciones clínicas de la colibacilosis (colibacilosis neonatal, colibacilosis posdestete, enfermedad de los edemas)? ¿Cuáles son los animales susceptibles de enfermar en cada caso?
Aunque se puede aislar en menor proporción durante la fase de cebo.
Afecta principalmente durante la primera semana tras el destete, aunque es cierto, que se están presentado casos que no siguen el típico patrón de diarrea asociada al propio destete, sino que son procesos diarreicos más tardíos que coinciden con el cambio de pienso en esta fase de transición.
Lo achacamos principalmente a la retirada del óxido de zinc de los piensos. Esta retirada está siendo paulatina y ya hay un elevado número de granjas que trabajan sin óxido de zinc en los piensos starter, mientras que permanece en el pre-starter durante un periodo de tiempo más prolongado.
Es en este momento de cambio de pienso, cuando aparecen casos de diarreas colibacilares debidas en un alto porcentaje a ETEC.
En cuanto a la enfermedad de los edemas (STEC), se suele dar en el periodo posdestete, principalmente debido a cambios bruscos de pienso y/o a falta de agua.
Es característica la aparición brusca de lechones muertos, generalmente en buen estado corporal. En aquellos cerdos en los que se observan síntomas, lo que se puede apreciar son los signos nerviosos. A nivel visual, lo más característico es la observación de edemas generalizados.
¿Cuáles son los factores de virulencia implicados en la colibacilosis? ¿Podemos utilizarlos de alguna manera para combatir la enfermedad?
Los factores de virulencia de E. coli son los que caracterizan la forma en la que se va a desarrollar la enfermedad. Los más importantes y los primeros que se van a buscar en un diagnóstico son las fimbrias/adhesinas y enterotoxinas.
Cada patotipo está asociado a unos factores de virulencia determinados. En la Figura 1 se puede observar la clasificación de los virotipos de E. coli. (las cepas de cada patotipo se clasifican como virotipos en función de la combinación de sus factores de virulencia).
Del mismo modo, se ha observado que hay virotipos que muestran una mayor resistencia a determinados antibióticos (Magiorakos, 2012).
¿Existen cepas/serotipos de E. coli que afecten al cerdo y que constituyan un riesgo para la salud humana?
La respuesta es que sí.
Existen ciertos serotipos de E. coli como E. coli enterohemorrágico (EHEC) 0157:H7, O26 y otros, que pueden estar presentes de forma esporádica en intestino y heces de cerdos sanos. Son considerados como zoonosis, aunque la prevalencia es muy baja en el caso del porcino. Los rumiantes se consideran el principal reservorio de EHEC.
De todas formas, hay que considerar que, aparte de su escasa prevalencia en estos animales, el adecuado procesamiento de la carne que se lleva a cabo hoy en día es más que suficiente para evitar contaminaciones.
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