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Estrategias clave frente a resistencias antimicrobianas en granjas porcinas

Escrito por: María Jesús Serrano Andrés - Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA) *Contacto: mjserran@unizar.es
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) se ha convertido en una de las principales amenazas sanitarias del siglo XXI.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si no se toman medidas contundentes, en 2050 podrían registrarse hasta 10 millones de muertes anuales atribuibles a infecciones por bacterias multirresistentes, con un coste económico global superior a los 88 billones de euros.

La producción ganadera, y en particular el sector porcino, tiene un papel decisivo en este reto. No solo por el uso histórico de antibióticos en este ámbito, sino también por su potencial como punto crítico para la selección y diseminación de resistencias.

Frente a ello…
¡El sector se está movilizando!

Las nuevas normativas, los avances científicos y un cambio de mentalidad están sentando las bases de un modelo más sostenible, preventivo y comprometido con la salud global.

¿QUÉ ES LA RAM Y POR QUÉ ES RELEVANTE EN EL SECTOR PORCINO?

La RAM aparece cuando las bacterias desarrollan mecanismos que las hacen insensibles a los efectos de los antibióticos. Esto puede suceder de forma:

RESISTENCIA INTRÍNSECA
Se debe a características naturales de la especie bacteriana.

 

RESISTENCIA ADQUIRIDA

Ocurre mediante mutaciones o transferencia horizontal de genes de resistencia entre bacterias, lo que puede suceder con facilidad en entornos donde coexisten muchas cepas.

La consecuencia directa es la pérdida de eficacia de tratamientos que anteriormente controlaban con éxito enfermedades, tanto humanas como animales.

En el contexto porcino, esto implica un riesgo para:
La sanidad animal
El bienestar animal
La productividad de las granjas
La salud pública

La transferencia de bacterias resistentes o genes de resistencia desde animales a humanos puede producirse:

EVOLUCIÓN DEL USO DE ANTIMICROBIANOS EN GANADERÍA

Durante décadas, los antimicrobianos han sido herramientas clave para mantener la salud en las granjas.

No obstante, el uso que de ellos se ha hecho en décadas pasadas (no solo para tratar enfermedades sino también con fines profilácticos o promotores del crecimiento) ha contribuido significativamente a la selección de bacterias resistentes (Figura 1).

En la Unión Europea, el consumo de antibióticos en ganadería ha sido históricamente elevado. No obstante, en los últimos años se han dado pasos importantes. Entre ellos, destaca la reducción del 69,5 % en el uso de antibióticos veterinarios en España desde 2014.

España es actualmente el país que más ha avanzado en este sentido dentro de la UE, situándose como el país con mayor reducción en el uso de antibióticos veterinarios (↓ 69,5 %) y el tercero en cuanto a uso de antibióticos en salud humana (↓ 17 %).

Factores que contribuyen a la aparición de RAM en porcino

Numerosos factores influyen en la selección y diseminación de resistencias en las granjas porcinas:

A pesar de que todas estas situaciones pueden agravar la aparición y evolución de RAM, cada vez son más infrecuentes gracias al gran trabajo que todos los agentes implicados en el proceso productivo vienen haciendo desde hace años.

NORMATIVAS Y ESTRATEGIAS FRENTE A LA RAM

El marco legal europeo y nacional se ha ido desarrollando progresivamente para fomentar un uso más racional de los antimicrobianos. Algunas medidas clave incluyen:

Prohibición del uso como promotores del crecimiento (Reglamento UE 2019/4).
Restricciones al uso profiláctico y metafiláctico (Reglamento UE 2019/6).
Control de residuos (Reglamentos 37/2010, 2021/808).
Establecimiento de tiempos de supresión para residuos de medicamentos (Directiva 2001/82/EC).
Clasificación de antibióticos según su criticidad (EMA): los de uso reservado en humana deben limitarse al máximo en ganadería.

Estrategias como la iniciativa nacional REDUCE han conseguido avances como la reducción del uso de colistina en porcino en un 97 % entre 2015 y 2018.

VIGILANCIA Y BACTERIAS PRIORITARIAS

La OMS prioriza las bacterias según el nivel de emergencia de acuerdo a las RAM:

En el sector porcino, las bacterias zoonóticas como Salmonella spp., Campylobacter coli y C. jejuni son de especial preocupación, además de bacterias comensales como E. coli ESBL, Enterococcus spp., y Staphylococcus aureus MRSA

PREVENCIÓN: EL ARMA MÁS EFICAZ

La prevención es la piedra angular en la lucha contra la RAM. No se trata solo de dejar de usar antibióticos, sino de reducir la necesidad de usarlos. Para ello, hay que actuar en múltiples frentes:

BIOSEGURIDAD
Diseño óptimo de instalaciones.
Control riguroso de accesos y visitas.
Gestión eficiente de roedores, moscas, residuos, cadáveres y purines.
Limpieza y desinfección sistemáticas.

MANEJO Y BIENESTAR ANIMAL
Evitar el estrés y las aglomeraciones.
Establecer rutinas de vigilancia sanitaria diaria.
Aplicar cuarentenas y protocolos vacunales.
Mejorar la inmunocompetencia de los animales.

DIAGNÓSTICO Y PRESCRIPCIÓN RESPONSABLE
Identificación etiológica de los procesos infecciosos.
Realización de antibiogramas.
Prescripción veterinaria ajustada y seguimiento del tratamiento.

VACUNACIÓN
Mediante una vacunación estratégica y planificada, es posible proteger frente a un gran número de patógenos, entre ellos:
Mycoplasma hyopneumoniae
Actinobacillus pleuropneumoniae
PRRSv
PCV2
Lawsonia intracellularis

NUTRICIÓN FUNCIONAL
Piensos adaptados por fases (edad, peso).
Ingredientes altamente digestibles.
Procesos tecnológicos como la granulación o fermentación líquida.
Mejora de la estructura física del pienso (tamaño de partícula, viscosidad).

ALTERNATIVAS AL USO DE ANTIMICROBIANOS: UNA APUESTA INTELIGENTE

Las estrategias alternativas no pretenden sustituir a los antibióticos cuando son necesarios, sino reducir su uso manteniendo el equilibrio intestinal, mejorando la inmunidad y previniendo enfermedades.

A continuación, se presentan algunas de las más prometedoras:

Probióticos

Se trata de microorganismos vivos beneficiosos (Lactobacillus, Bacillus, Bifidobacterium…) que actúan:

Estabilizando la microbiota.
Compitiendo con patógenos.
Modulando el sistema inmunitario.
Se administran en premezclas, en el pienso o en el agua de bebida.

Ácidos orgánicos

Los ácidos fórmico, propiónico, cítrico, láctico, etc.:

Contribuyen a reducir el pH intestinal, dificultando el crecimiento de bacterias patógenas como Salmonella o E. coli.

Tienen efecto conservante en piensos y mejoran la digestibilidad.

Enzimas

Enzimas como las fitasas, xilanasas, glucanasas, entre otras:

Rompen estructuras de los ingredientes vegetales, mejorando la absorción de nutrientes y la salud intestinal.

Reducen la fermentación no deseada en el colon.

Extractos vegetales (fitogénicos)

Los compuestos fitogénicos como los aceites esenciales, las saponinas, los flavonoides, los taninos, etc.:

Poseen efectos antimicrobianos, antioxidantes e inmunomoduladores.

Algunos mejoran índices productivos y la eficiencia alimentaria.

Concretamente, los aceites esenciales han demostrado tener efecto bacteriostático y bactericida, mejorando asimismo parámetros como el Índice de Conversión y la Ganancia Media Diaria.

Arcillas

Las arcillas actúan adsorbiendo toxinas bacterianas y reduciendo las diarreas, siendo importante controlar su dosis, ya que un uso excesivo puede afectar negativamente al crecimiento.

FORMACIÓN Y CONCIENCIACIÓN: SIN ELLAS, NADA CAMBIA

La lucha contra la RAM debe contar con el compromiso de todo el sector: veterinarios, ganaderos, técnicos, operadores y gestores.

La formación continua, la actualización científica y la concienciación del problema son imprescindibles para cambiar hábitos y avanzar hacia un uso racional de los antibióticos.

La resistencia a los antimicrobianos no es una amenaza futura: es una realidad presente que exige acción coordinada, compromiso y ciencia aplicada.

El sector porcino ya ha demostrado que puede adaptarse, innovar y liderar este cambio hacia una producción más responsable.

Implementar estrategias como la bioseguridad, el manejo preventivo, la vacunación, el diagnóstico veterinario, la nutrición funcional y el uso de alternativas eficaces permite reducir el uso de antibióticos sin comprometer la productividad ni el bienestar animal. Porque en la salud animal también se juega la salud de todos.

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