Sin duda, es una revolución en la prescripción veterinaria que hasta ahora, en muchos casos, se hacía de una forma coherente pero en muchos otros no.
La prescripción veterinaria debe contribuir al objetivo común de “UNA SALUD”, garantizando el uso responsable de los antibióticos para preservar su eficacia.
Hacer un uso responsable de los antibióticos implica usarlos “tan poco como sea posible, tanto como sea necesario”.
Si trasladamos este concepto a la producción porcina, donde somos testigos de un resurgimiento de patologías como la Leptospirosis, los antibióticos son una herramienta fundamental que, siempre y cuando se apliquen en base a un diagnóstico fundamentado, nos permiten afrontar la enfermedad sin perder efectividad.
La figura del Veterinario, desde mi humilde punto de vista, debe ganar espacio en la prescripción veterinaria y que sea el verdadero garante del uso del antibiótico en la práctica terapéutica. De todas formas, por lo observado hasta el momento, todavía hay mucha incertidumbre sobre cómo proceder en muchos casos y voy a tratar de dar respuesta a ciertas dudas que surgen.
Prescripción electrónica
No obstante, hay que reconocer que la prescripción electrónica es muy práctica y nos deberíamos acostumbrar a este tipo de formato.
Declaración obligatoria
En relación a la obligación de la declaración obligatoria, tengo entendido que solo afecta a la prescripción en ganadería.
¿Qué ocurre con el resto de especies?
¿No les aplicamos el uso prudente de los antibiótico?
La utilidad del antibiograma
Quisiera matizar la cuestión de la necesidad de realizar un antibiograma ante cada acción terapéutica que se nos plantee.
En primer lugar, nuestra misión es solucionar la posible enfermedad y, para ello, tenemos los antibióticos que son las armas más útiles para combatir las infecciones bacterianas.
Como ejemplo, tenemos el caso de la Leptospirosis, una enfermedad que ha incrementado su prevalencia desde la implementación de la Ley de Bienestar Animal. El hecho de alojar a las cerdas en grupo favorece la transmisión de la enfermedad y, en este caso, la primera opción para hacerle frente es el uso de antibióticos.
El antibiograma es una herramienta útil que puede ayudar a entender mejor qué ocurre, pero se debe interpretar con cuidado.