El uso de fitobióticos ha ido ganando impulso, particularmente desde que se preveía la necesidad de reemplazar los promotores de crecimiento antibióticos a comienzos del siglo XXI. Por lo tanto, no es sorprendente que dichos compuestos derivados de plantas se hayan calificado principalmente en función de sus actividades antibacterianas.
Igualmente, existen un gran numero de trabajos que demuestran otras actividades de valor potencial, como la actividad antioxidante de algunos compuestos derivados de plantas (revisado por Brenes y Roura, 2010).
Sin embargo, hay otras propiedades funcionales de los fitobióticos que vale la pena considerar. Esta revisión es una actualización de investigaciones recientes sobre dos de las funciones más prometedoras asociadas con los fitobióticos en la dieta:
ACONDICIONAMIENTO DIGESTIVO
Muchos de los fitobióticos ampliamente utilizados en los alimentos ganaron popularidad gracias a su uso como especias y condimentos en los alimentos.
Por ejemplo, el orégano, el romero, el tomillo, el ajo o la pimienta negra, entre muchos otros, tienen aplicaciones culinarias con un efecto común de mejorar los perfiles hedónicos/sensoriales de los alimentos (es decir, sabor, olor y especiado).
La estimulación sensorial en la cavidad oral desencadena una cascada de señales al cerebro y otros órganos que finalmente prepara el tracto gastrointestinal (TGI) para la digestión.
Por lo tanto, es probable que la estimulación digestivasea el efecto funcional más común y consistente de losfitobióticos alimenticios.
La mayoría de los fitobióticos con actividad sensorial aumentan
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