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Gestionando la hiperprolificidad desde el nacimiento hasta el postdestete

Escrito por: N. Ochoa - MV,MSc , Servicio Técnico de OPP Group , Ricardo Segundo - MV, MSc OPP Group

En los últimos años y como problema creciente, comienzan a nacer más lechones vivos que mamas funcionales de calidad (en general, por encima de 14,5 lechones nacidos vivos).

Por otro lado, encontramos problemas propios de la cerda como mamas dañadas, agalactia, hipogalactia, mala exposición de mamas, muerte de cerdas en el periparto, etc.

El número promedio de pezones funcionales en las cerdas actuales es de aproximadamente 14 (Vande Pol et al., 2021).

Las granjas con buena genética tienden a tener aproximadamente el 60% de sus cerdas con 16 mamas y el 40% con 14.

Este escenario genera mucho estrés a los operarios de la maternidad que deben desarrollar enfoques prácticos para poder gestionar el problema de falta de capacidad mamaria y criar con éxito el mayor número de lechones.

Entre las estrategias más comunes que se utilizan desde hace años, cabe destacar la transferencia de lechones bien encalostrados. Sin embargo, esta práctica tiene limitaciones y, en algunos casos, estaría contraindicado.

El movimiento de lechones a otras madres puede ser de 2 tipos:

A. Movimiento de lechones entre cerdas de la misma semana de parto, llevando los lechones sobrantes a aquellas cerdas con buena capacidad mamaria.
B. Movimiento de lechones entre cerdas de distintas semanas de parto.

Hay varias formas de hacerlo, pero en general:

1. Se destetan lechones de buen peso (a los 21 días en vez de más tarde).
2. A la cerda destetada (nodriza 1) se le transfieren lechones de una semana menos de vida (14 días).
3. Simultáneamente, a la cerda con 14 días postparto (nodriza 2) se le “suben lechones” de 7 días de vida.

Los movimientos de transferencia ascendente ayudan a crear espacio para lechones que nacen en una semana de partos donde faltan mamas.

Esta práctica se puede emplear con cerdas destetadas precozmente y utilizadas como nodrizas durante una o dos semanas más, o con cerdas nodrizas de descarte a las que se les puede alargar su última lactancia.

Limitaciones en la transferencia de lechones

La transferencia ascendente, tiene como defecto que rompe el flujo semanal del Todo Dentro – Todo Fuera, por lo que atenta contra las reglas de control de transmisión de enfermedades, como el sistema McRebel (Management Changes to Reduce Exposure to Bacteria to Eliminate Losses).
En el caso de camadas con diarrea, no se aconseja mover lechones entre cerdas.
No se recomienda mover lechones (salvo en casos extremos) a partir de los 3 días de vida, ya que ya se habrán resuelto las peleas para establecer su pezón.
Los lechones de cerdas primerizas se desarrollan mejor en pezones pequeños.
Los lechones pequeños (<1 kg) no son buenos candidatos para mover a otras madres.

Se debe considerar, además, que la cerda nodriza que no se descarta en ese ciclo es una “solución cara” al problema, dado que genera días improductivos y menos partos por cerda/año.

¿QUÉ OTRAS OPCIONES HAY PARA GESTIONAR LA FALTA DE MAMAS?

Administración automática de lactoreemplazantes

Existen en el mercado excelentes sustitutos de leche especialmente diseñados para lechones de edades jóvenes.

Su uso debe ir asociado a sistemas automatizados de administración, dado que su administración manual es laboriosa, debiendo suministrarse en cantidades pequeñas y de forma frecuente, preferentemente, atemperada a al menos 25 °C, ya que en caso contrario puede generar problemas digestivos.

Suelen ser productos de alta calidad y rentables cuando son bien usados, pero también tienen limitaciones:

Requieren preparación manual con agua de calidad y atemperada.
Se deben administrar en cantidades crecientes, pero nunca en exceso, de lo contrario hay riesgo de acidificacion.
Riesgo de contaminación por los lechones.
Posible atracción de moscas.
Su uso incorrecto incrementa los costes, ya que se trata de productos de calidad y precio elevado.

El mayor problema es que, si no se usan con un sistema de distribución automático que lo administre cada 3-4 h, hay una ventana de tiempo de ayuno nocturno, lo que puede promover una disbacteriosis intestinal por sobrecarga a la mañana siguiente.

  Sistemas centralizados para la suplementación láctea en maternidades  

Se trata de sistemas ideales para granjas muy prolíficas que se dimensionan desde cero incluyendo este equipo, puesto que se diseñan específicamente para cada maternidad.

Requieren de:

Una cocina de preparación y distribución de la leche.
Un sistema de circuitos.
Platos de administración en cada paridera.
Un procesador (PC) para su programación.

En general, tienen 3 fases de operación (Parado – Alimentando – Enjuagado y desinfección del circuito) en las que la alimentación sigue una curva según su programación.

La gestión informática requiere una supervisión continua y, según se muevan, crezcan o mueran lechones, se deberá ajustar la curva de cada paridera.

Administración de piensos secos en forma de papilla

La suplementación con piensos pre-iniciales de calidad en forma de papilla ha demostrado ayudar al desarrollo longitudinal de las vellosidades intestinales, mejorando el crecimiento en las etapas postdestete. A la hora de suministrar estos piensos, existen distintos tipos de papilleras según las necesidades de los lechones.

Papilleras individuales por paridera 

Las papilleras se instalan en el tabique divisorio de las parideras (uno cada dos) y solo requieren de suministro de agua y electricidad para operar.

Se cargan con pienso pre-inicial y el sistema lo administra incorporando pequeñas cantidades de agua en una frecuencia fácilmente programable.
Cuentan con un sistema lumínico y auditivo para “avisar” a los lechones que comienza el ciclo de alimentación, lo que hace que la administración sea más atractiva.
Si los lechones comen menos de lo previsto, la máquina cuenta con un sensor de corte para evitar que dispense más alimento.

Este sistema puede utilizarse con la madre presente, para promover el crecimiento y uniformidad de la camada, o puede utilizarse en lechones ya encalostrados a partir del día 7-10 de vida, sin la madre, por ejemplo, en una paridera que ha quedado sin cerda.

Papilleras para el agrupamiento de lechones destetados

Se trata de papilleras-comederos en los que se pueden agrupar hasta 40 lechones destetados. Lo más habitual es su instalación en la maternidad (una paridera vacía) o en una sala de papilleras especialmente diseñada para ello.

Normalmente, se requerirá un número mínimo de papilleras equivalente al 10% de los lechones a criar.

La ventaja de este equipo es que reduce la necesidad de cerdas nodrizas y permite recibir lechones a partir de los 14 días de vida. Podría ser antes si el diseño del pienso se adapta a la edad de los lechones.

El manejo que se hace en este caso es:

1. Encalostrar a todos los lechones recién nacidos.
2. Retirar a los lechones pesados de 7 días más de vida de sus madres, permitiendo así “subir” lechones recién encalostrados a ellas.
3. Los lechones retirados de 7 días (aprox.) se transfieren a cerdas de 14 días, moviendo previamente a sus lechones a las papilleras (destete de 14 días).

¡NO se recomienda utilizar las papilleras como comedero de corral enfermería!

Su uso ideal es con lechones pesados y en buen estado de salud, dado que estos son los más viables a la hora de destetar temprano. Los lechones pequeños y enfermos estarán mejor con su madre o una nodriza destinada a amamantar lechones pequeños.

Estas papilleras son de fácil instalación y operativa sencilla, requiriendo solo acceso a agua y electricidad. Ni siquiera requieren anclaje al suelo.

Se cargan con el pienso (seco, polvo o pellet) y, según la regulación ajustada, van mezclando el pienso con agua tibia, generando una papilla muy apetecible y logrando aumentar el consumo de cada lechón en casi 500 g.

La gran ventaja de este sistema es que alimenta día y noche a intervalos preprogramados, dando tiempo al descanso digestivo mientras estimula a comer más.

En la Tabla 1 se muestran los datos de una granja con parámetros productivos y programa de reposición estable, la única variable significativa fue la introducción de una sala de papilleros (6 equipos en total). Gracias a este cambio, se registraron mejoras en múltiples indicadores, principalmente, asociados a la disminución de cerdas nodrizas.

En la Gráfica 1 se muestra el período de lactación del segundo trimestre (con uso de papilleras), observándose un aumento de los destetes tempranos y una reducción en los tardíos debido al uso de nodrizas.

Uso de papilleras para recuperar lechones destetados con bajo peso

Otro uso de las papilleras, distinto a los previamente mencionados, es el de recuperar lechones destetados con bajo peso.

En granjas grandes, no es infrecuente que se desteten lechones por debajo de los 4 kg. Suelen ser lechones sanos en el momento del destete, pero nacidos con bajo peso o a los que les tocó una cerda o una mama con baja producción lechera. También pueden haber tenido diarrea, recuperándose sin llegar a alcanzar a sus hermanos.

Estos lechones suelen tener una mayor mortalidad y una peor ganancia de peso y conversión alimenticia.

En nuestra experiencia, estos lechones se benefician mucho de un periodo adicional de 2 semanas en papilleras en el postdestete, ajustando a una dieta adecuada a sus necesidades.

En una reciente evaluación de campo realizada por el inversión para el productor. Dr. A. Herrera y col. en una granja grande de México, la mortalidad de la fase postdestete (24-70 días) era del 1,6%. Sin embargo, al medir la mortalidad del grupo de lechones de bajo peso (destetados con menos de 4 kg), esta era del 8%. Tras implementar el uso de papilleros para lechones desfavorecidos, la mortalidad de ese subgrupo se redujo al 2%.

La creciente prolificidad de las cerdas, el alto coste de generar lechones débiles o de poco crecimiento, el encarecimiento de la mano de obra y los altos costes que conllevan los días improductivos asociados al uso de cerdas nodrizas hace que sea viable considerar alternativas tecnológicas que nos permitan corregir estos problemas.

El uso de papilleras, acompañadas de un buen manejo empezando por un irremplazable buen encalostrado, es una opción con muy buen retorno sobre inversión para el productor.

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