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Influencia de la condición corporal de las cerdas hiperprolíficas en el parto

Escrito por: Sara Beitia Delgado - Veterinaria

La alta variabilidad en el peso al nacimiento de los lechones se ha convertido en una constante en el curso de la selección genética para el alto rendimiento de las cerdas. La producción de grandes camadas conduce a menor peso promedio al nacer, aumentando el número de lechones nacidos que pesan menos de 1kg.

El bajo peso al nacimiento se considera un impacto negativo en el crecimiento de los lechones, lo que se traduce en un aumento del riesgo de mortalidad.

La importancia de la condición corporal de la cerda

Es fundamental identificar los mecanismos fisiológicos y bioquímicos que se encargan de la variación del peso al nacimiento de la camada y la optimización de la nutrición materna para apoyar los requisitos de crecimiento y el desarrollo de todas las estructuras que engloban la gestación.

La demanda de energía de la cerda durante la lactancia es [registrados]alta, especialmente en cerdas jóvenes, ya que deben mantener un crecimiento corporal y producción de leche paralelo. Con las reservas limitadas de grasa, las cerdas pueden tener un efecto negativo en la reproducción.

En cerdas primíparas, la pérdida sustancial de las reservas corporales durante la lactancia ha demostrado tener efectos negativos en algunas funciones reproductivas

El período de reproducción en las cerdas está asociado a altos requerimientos de energía, especialmente durante el último tercio de gestación y durante la lactancia.

En estos períodos, el consumo voluntario de alimento en la mayoría de los casos es insuficiente para satisfacer los nutrientes necesarios para el mantenimiento y la lactancia, lo que lleva a una movilización de las reservas de grasa y proteínas.

Excesiva movilización de grasas y proteínas durante la lactancia reduce significativamente la posterior reproducción, es decir; si la cerda moviliza demasiada proteína habrá una reducción en el crecimiento de la camada y una disminución de la función del ovario.

 

Estudios demuestran que la pérdida de grasa dorsal durante la lactancia está asociada con:

Las cerdas con exceso de grasa al final de la gestación presentan dificultades al parto y dan a luz a un mayor número de lechones muertos. Por lo tanto, el grosor de la grasa dorsal debe mantenerse dentro de un rango óptimo para garantizar el mejor rendimiento productivo.

 

A fin de estudiar la heterogeneidad dentro de la camada se plantearon los siguientes objetivos:

General

El objetivo general que constituye el propósito central del proyecto es determinar cómo la condición corporal de las cerdas al parto, afecta en el nacimiento de los lechones.

Específicos

  DISEÑO EXPERIMENTAL   

El proyecto se lleva a cabo en una granja de 800 reproductoras situada en el norte de España (Albelda, provincia de Huesca).

La explotación trabaja con una línea hiperprolífica (DANBRED), la cual constituye el 80% de las cerdas reproductoras y un 20% de cerdas híbridas.

En esta explotación se han probado diferentes tipos de curvas de alimentación y la que mejor resultados le ha dado es una curva plana en la fase de gestación en parques. Con esta alimentación las cerdas están tranquilas, sin signos de agresividad ni de peleas.

El estudio tuvo una duración de 4 semanas, en el cual se midió la grasa dorsal una semana antes del parto mediante un ecógrafo de alta precisión en un total de 108 cerdas. La obtención de los datos, y por tanto las semanas, no fueron seguidas en el tiempo.

  PESAJE DE LECHONES  

El pesaje de los lechones se llevó a cabo durante toda la semana exceptuando los fines de semana. Para todas las hembras del estudio, se anotaron:

La siguiente semana a la medición de grasa dorsal se procedió a pesar los lechones a las 24 horas tras el parto de manera individual y en grupo. Al no realizar sincronización de partos, hubo cerdas que parieron en fin de semana, por lo que se descartaron aquellas que habían parido en ese periodo de tiempo. El peso de los lechones estaría sesgado al llevar más de 1 día tomando calostro.

Cuando se realizó el pesaje de lechones, no todos se pesaron de la misma forma:

En el grupo peso individual por lechón, hay un menor número de cerdas que en el grupo peso por camada:

En total se pesaron 765 lechones.

  MEDICIÓN EGD  

En función de los milímetros de grasa dorsal, las cerdas se clasifican en tres grupos:

Al realizar la medición de la grasa dorsal una semana antes del parto tendríamos que coger de referencia los valores de la columna preparto en nulíparas 18 (backfat, BFT) y multíparas 17 BFT. Estos valores entrarían dentro de la clasificación de “cerda normal”. Analizando los resultados del estudio y la productividad de la granja, se decidió clasificar a las cerdas en tres categorías:

Para la medición del espesor grasa dorsal se utilizó un ecógrafo portátil con sondas lineales y transductores de alta frecuencia (5 MHz), que muestran las capas de grasa con nitidez desde el primer milímetro. Se realizó a partir del Punto de Medición P2, que queda entre la última y penúltima costilla, a una distancia de 5 cm de la columna vertebral.

Figura 1. Imágenes del ecógrafo portátil con sonda lineal y transductor de alta frecuencia (5Mhz). En la primera fotografía se puede apreciar el espesor del músculo del lomo marcado de color rojo, y en la segunda fotografía el espesor de la grasa dorsal de amarillo.

 

El presente estudio se planteó con el objetivo de determinar si la condición corporal de la cerda antes del parto es un factor determinante en el peso al nacimiento de los lechones.

Los resultados de la Gráfica 1 nos ayudaron a decidir si era necesaria una semana más de parte experimental para que la gráfica tuviera una relación significativa, pero dada la variabilidad y la forma de dispersión de los datos no habría cambiado nada.

 

Existen estudios que evidencian que el peso corporal y espesor de la grasa dorsal resulta significativo para la prolificidad, tanto para nacidos vivos como para nacidos totales. Este resultado demuestra la gran importancia que tiene el espesor de la grasa dorsal en la cubrición tras el destete, es decir, a mayor condición corporal de la cerda tras el período lactante mejor será su funcionamiento ovárico y su desarrollo folicular propiciando camadas más numerosas en el siguiente parto.

Por otro lado, valores excesivamente elevados de espesor de grasa dorsal en la cubrición, propios de cerdas muy engrasadas, influyen negativamente en la fertilidad.

Para algunos autores el mínimo espesor de grasa dorsal para realizar la cubrición que desencadene resultados productivamente óptimos se ha referenciado en 12 mm, aunque esto depende de la línea genética de la que se trate y ha variado en los últimos años al evolucionar las cerdas reproductoras hacia tipos morfológicos más magros.

Según algunos autores, la mejor forma de predecir la variación de reservas corporales de la cerda a lo largo del ciclo productivo, especialmente con genéticas muy magras como las actuales, es conocer la evolución del peso vivo, aunque este carácter no se tuvo en cuenta en nuestro estudio.

Relación EGD y orden de parto

Las primíparas en general entran a paridera con un grosor superior al de las multíparas, en este caso con 18,12 mm, frente a los 17,66 mm de las multíparas.

Las cerdas se van desgastando a medida que avanzan las lactaciones, por eso se recomienda que las primíparas se engrosen un poco más que las multíparas en la primera lactación. Si entran muy delgadas es mucho más difícil recuperarlas y pueden ir arrastrándolo en las siguientes parideras. Aunque estadísticamente no se puede decir que haya relación porque p > 0,05.

Relación peso camada y orden de parto – grupo

En cuanto a la relación entre peso camada y orden de parto, se aprecia que el peso de la camada es mayor conforme van avanzando las lactaciones (25,95 kg en multíparas frente a 21,62 kg en primíparas). Además, su peso es mayor en cerdas clasificadas como gordas (25,81 kg) respecto a delgadas (23,97 kg) y normales (23,37 kg).

Por lo tanto, se demuestra que la condición corporal de la cerda la semana antes del parto, no es el único factor que influye en el peso al nacimiento de los lechones.

Por otro lado, sí se ha podido demostrar que el porcentaje de lechones ligeros de <1 kg es mayor en cerdas clasificadas como ‘’gordas’’, dato poco habitual dado que en cerdas más magras el peso de los lechones es mayor que en el resto. Por esta razón, serán necesarias futuras investigaciones con un número mayor de cerdas por grupo y en más de una explotación.

  PÉRDIDA DE GRASA  

Estudios anteriores establecen que las pérdidas de grasa durante la lactancia son menores en cerdas con un grosor de <20 mm que en cerdas con >20 mm y se informó que el nivel de pérdidas de grasa dorsal fue proporcional al número de lechones vivos destetados, por esta razón se aconseja no engrosar demasiado a las cerdas. Como se ha comentado al principio, el grosor debe mantenerse dentro de un rango óptimo para garantizar el mejor rendimiento productivo.

Por eso, en este estudio hemos clasificado como cerdas ‘’gordas’’ a las que tenían un grosor superior a 20 mm. Según algunos estudios, las mayores pérdidas de grasa en las cerdas con > 20 mm, podrían deberse a un mayor número y tasa de crecimiento de los lechones destetados que a las cerdas con una grasa dorsal <20 mm.

  SUPERVIVENCIA DEL LECHÓN  

En otros estudios, los días de vida de algunos lechones en la camada se reducen en mayor medida en aquellos que pesan menos de 1 kg y, en menor medida, en lechones que pesan entre 1,0 y 1,28kg al nacer, en comparación con los que pesan >1,28kg.

La reducción del número de lechones en la camada en cerdas primerizas se explica principalmente por su mayor mortalidad antes del destete. Los resultados demuestran que un peso inferior a 1 kg influye negativamente en la producción de lechones y en la longevidad de las futuras hembras reproductoras.

  PESO CERDA AL NACIMIENTO  

Las cerdas nacidas con bajo peso y seleccionadas para cría tienen resultados satisfactorios en términos de manifestación de celo y tasas de parto. Sin embargo, el número de lactaciones de esa cerda son más bajos para las que nacen con menos de 1kg. Por esta razón, en este trabajo, dentro de los pesos individuales de los lechones, se han clasificado en lechones > 1 kg y < 1 kg.

En el caso de la explotación utilizada en el estudio, el peso medio individual de los lechones al nacer en cerdas primíparas es de 1,29 con un nivel de significación de p < 0,05. En consecuencia, no tendrán tantos problemas al seleccionar futuras reproductoras.

Además, está demostrado que las primeras diferencias entre los lechones de bajo peso al nacer y sus compañeros de camada más pesados, tienen un impacto significativo en la supervivencia posterior y en el aumento de peso de lechones de bajo peso al nacer. Esto concuerda con otros estudios en los que se ha llegado a referenciar en 43 g la disminución de peso individual al aumentar en un lechón el tamaño de camada o en 300 g menos en el peso total de la camada por lechón nacido.

 

 

Relación peso individual y orden de parto – grupo

Al contrario que hasta ahora, la relación entre el peso en lechones individuales y orden de parto y grupo, sí es significativa P < 0,05.

El peso corporal, la tasa de crecimiento y el número de lechones destetados al destete fueron mayores en las cerdas con un espesor de la grasa dorsal >20 mm que en cerdas con un espesor de <20 mm.

En este estudio solo se pesaron los lechones al nacimiento, por lo que no se puede concluir qué grupo de lechones fue mayor al destete. Por otro lado, algunos autores evidencian una asociación negativa entre el grosor de la grasa dorsal y el tamaño de la camada al destete. Esta asociación negativa respalda el resultado obtenido en la Tabla 2, donde se relaciona el peso individual dentro de los grupos (delgadas, normales y gordas). El resultado estadístico nos dice que los lechones de las hembras gordas tienen un peso medio de 1,27 kg, frente a 1,34 kg de las delgadas o 1,59 kg de las normales, con un nivel de significación de p < 0,05. En futuros estudios, se tomarían los datos del peso del lechón al destete para poder comparar lo que dicen estos autores.

 

Relación LDM y orden de parto – grupo

Referente a la musculatura (LDM) sí que hay relación significativa P < 0,05 en cuanto a grupo. Se puede observar una menor musculatura en cerdas delgadas (47,30 mm) frente a las gordas (55,12 mm), y conforme aumenta el nivel de grasa también lo hace el grosor del músculo, aunque no siempre es proporcional. También hay una relación significativa entre LDM y orden de parto, siendo esta menor en cerdas con más de dos partos. Conforme avanza la vida reproductiva de la cerda, la musculatura tiende a desgastarse.

 

Relación nacidos vivos y orden parto – grupo

En cuanto a los lechones nacidos vivos, podemos observar que hay un mayor número de lechones nacidos vivos en cerdas multíparas (17,91 lechones) respecto a las de primer y segundo parto (16,08 y 16,42 lechones). Dentro de la clasificación de grupo el mayor número de nacidos vivos se da en cerdas normales (17,66 lechones) y el menor número en cerdas clasificadas como gordas (16,04 lechones).

Relación nacidos totales y orden parto – grupo

En relación a nacidos totales sí que hay una notable diferencia de lechones en cerdas multíparas, con aproximadamente 2,5 lechones más respecto a las de primer y segundo parto, y con un nivel de significación P < 0,05. En la relación entre nacidos totales y grupo hay que destacar que las cerdas clasificadas como normales paren 2 lechones más que las cerdas gordas, 18,91 lechones frente a 16,44, un dato muy importante en producción. Aunque en este último caso no haya significancia estadística.

Por lo tanto, podemos concluir que la condición corporal de las cerdas hiperprolíficas al parto no es una variable que influya directamente en el peso al nacimiento de los lechones. En futuras investigaciones se tendrán que medir más parámetros como la grasa dorsal al final de la lactación, el intervalo destete – celo, prolificidad y fertilidad.

 

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