Una autovacuna es una vacuna que se hace específicamente para una granja concreta y que contiene como antígeno el agente infeccioso aislado de los cerdos de dicha granja.
En el caso de la disentería, el uso de autovacunas es, desde hace años, una herramienta de control que tiene una gran eficacia cuando se utiliza una buena autovacuna y se aplica de la forma adecuada.
Aquilón CyL desarrolla autovacunas para la disentería basadas en la experiencia del Grupo de Investigación en Enfermedades Digestivas del Cerdo (DIGESPORC) de la Facultad de Veterinaria de León.
La experiencia de campo con estas autovacunas data de hace muchos años y se han utilizado y se utilizan en muy diferentes condiciones epidemiológicas con resultados muy satisfactorios.
La fabricación de autovacunas contra la disentería plantea dos problemas.
Aislamiento Brachyspira hyodysenteriae
El primero de ellos es el aislamiento en cultivo puro de la cepa de Brachyspira hyodysenteriae específica de la granja.
Casi siempre se consigue obtener el cultivo puro tras un número de pases razonable, pero en algunas ocasiones, no se consigue porque el aislamiento está contaminado con otras bacterias y es necesario volver a aislar Brachyspira hyodysenteriae de muestras nuevas de la granja e iniciar de nuevo el proceso.
Este proceso puede tardar bastante tiempo y retrasar la preparación de la autovacuna.
El otro problema es conseguir la dosis de antígeno adecuada.
Las autovacunas que desarrolla Aquilón CyL contienen 25 veces más cantidad de antígeno que la única vacuna que ha habido contra la disentería, que se comercializó alrededor del año 1990 y que fue retirada del mercado al poco tiempo.
Una vez solventados estos problemas, el uso de la autovacuna es, como indicábamos, una magnífica herramienta para el control de la disentería.
RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS
En el control de la disentería, un problema creciente es la resistencia a los antibióticos de las cepas de campo.
Brachyspira hyodysenteriae tiene una gran resistencia a las condiciones ambientales. Cuando hay disentería en un lote de animales, el suelo y toda la instalación en general está muy contaminada favoreciendo que una vez que se ha retirado el tratamiento, pueda haber reinfecciones.
Una autovacuna de buena calidad es una herramienta epidemiológica fundamental.
PROTOCOLO DE APLICACIÓN
El protocolo de aplicación de la autovacuna contra la disentería depende de las condiciones de cada granja.
Granja de ciclo completo
En una granja de ciclo completo, se recomienda:
Hemos comprobado que puede haber interferencia de los anticuerpos maternos en la vacunación de los lechones.
- Los lechones hijos de madres vacunadas no deben vacunarse hasta que hayan pasado al menos 2 semanas del destete.
- En un programa de vacunación convencional, estos lechones se vacunarán con una primera dosis a las 2-3 semanas del destete y se revacunarán 2-3 semanas después.
- En el caso de cerdos ibéricos, cuyo período de cebo es más largo, puede ser más seguro aplicar una tercera dosis cuando los animales tienen 6-7 meses de vida.
Pauta de vacunación en cebo
En el cebo la pauta de vacunación es aplicar una primera dosis cuando los animales han pasado el estrés inicial a las 2-3 semanas de la entrada en cebo, y revacunar del mismo modo 2-3 semanas más tarde.
¿LAS AUTOVACUNAS SUSTITUYEN A LAS MEDICACIONES?
La respuesta es no, al menos inicialmente.
¿ES POSIBLE DEJAR DE UTILIZAR LA AUTOVACUNA?
Nuestra experiencia dice que sí es posible.
El uso de la autovacuna debe ser bastante largo en el tiempo.
Desafortunadamente no hay actualmente ningún método de diagnóstico que permita garantizar que una granja está libre de disentería y que puede ya dejar de vacunar.
La decisión debe tomarse después de observar cuidadosamente varios lotes de cerdos en los que se vacune la mitad y se deje la otra mitad sin vacunar y en los que, por supuesto, no se utilicen antibióticos específicos contra la disentería.