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La enfermedad de Glässer: una enfermedad latente en los cerdos de destete

La enfermedad de Glässer es una de las principales enfermedades que afecta hoy en nuestros días la producción porcina a nivel mundial, generando gran cantidad de pérdidas económicas para los productores.

Fue en 1910 cuando K. Glässer descubrió este bacilo en un exudado de cerdo que padecía de poliserositis.
Actualmente, esta bacteria se encuentra considerada como una enfermedad recurrente de impacto económico donde sus brotes son asociados a situaciones de estrés, incluyendo asociaciones o coinfecciones con otras bacterias y virus que potencian su presencia en estos animales.

Esta enfermedad es causada por la bacteria gram-negativa Glässerella parasuis la cual pertenece a la familia Pasteurellaceae. Este agente etiológico pertenece a
la microbiota natural del tracto respiratorio, Glässerella parasuis ha sido diagnosticada y detectada en cerdos destetados de hasta 60 días de edad.

La colonización de esta bacteria en los lechones ocurre cuando aún cuentan a nivel serológico con la protección materna obtenida por el calostro.

La enfermedad puede desarrollarse en diferentes etapas de producción asociada a:

La forma de transmisión mas común de esta enfermedad es a través del contacto directo y de las secreciones expulsadas a través de aerosoles.

La patogenia inicia con la introducción de la bacteria al huésped, la evasión de las barreras de defensa del animal, la multiplicación bacteriana y el daño a nivel tisular, principalmente en los lóbulos pulmonares.

La severidad de la enfermedad dependerá de:

 

SINTOMATOLOGÍA

Los signos clínicos son frecuentemente observados entre las cuatro a ocho semanas de edad.

La edad y la densidad animal son variables a considerar ante el inicio de un brote por parte de este agente.

El periodo de incubación es de cuatro a cinco días post inoculación. Existen distintas formas de presentación de la enfermedad de Glässer.
La presentación hiperaguda tiene una duración muy corta que termina en menos de 48 horas con la muerte repentina del animal donde muchas veces no vemos signos que nos ayuden a actuar con tratamientos precisos.

Los signos más frecuentes de la presentación aguda incluyen:

Un signo poco común pero que se ha descubierto con el tiempo es la miositis en el músculo masetero de las hembras de reemplazo.
La morbilidad puede ser variable debido a los factores mencionados como el número de animales por corral o el nivel de sanidad que presente la granja. Por lo general, representa un 5 a 20 %
y se observan animales con un retraso marcado de crecimiento en el engorde.
La mortalidad se puede ir desde un 10 a 20%.

LESIONES

Las lesiones que la enfermedad de Glässer puede generar son muy variables, pero a la vez característicos.

Al examen físico exterior podemos ver animales desde una muy marcada mala condición hasta animales que presentan muy buenos pesos.

Por eso, realizar un estudio profundo como una necropsia es necesario para visualizar el daño de forma interna. Las lesiones frecuentes se caracterizan por:

El exudado fibrinoso se observa en la cadena mediastínica ganglionar del tórax junto con la congestión y colapso de los lóbulos pulmonares. Además se observan fluidos en el pericardio dando un aspecto de corazón de bola o de nube.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico será clave para confirmar si realmente nos estamos enfrentando a este agente etiológico en las granjas que atendemos.

Las pruebas de ELISA nos ayudan a detectar anticuerpos de Glässerella parasuis e inclusive esta técnica se utiliza con el fin de múltiples investigaciones.

La utilización de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es muy sensible y específica para poder detectar a esta bacteria en nuestros animales.
La PCR nos ayuda a detectar la bacteria sea o no viable, lo cual representa una ventaja respecto al aislamiento bacteriano.

La necropsia se convierte en una actividad y tarea frecuente cuando presentamos un problema a causa de la enfermedad de Glässer. También nos ayuda a generar una memoria clínica como patólogos para saber interpretar estas lesiones en campo.

PREVENCIÓN Y CONTROL

La prevención y control enfermedad inicia con el correcto calostrado a los lechones recién nacidos con el fin de que estos obtengan la mayor cantidad de inmunoglobulinas a través de su madre.
El nivel de anticuerpos alcanzado estará directamente ligado con la resistencia que presenten los lechones contra la enfermedad al exponerse a los desafíos en la granja.

Los lechones que nacen de cerdas vacunadas estarán protegidos durante 28 días promedio; y aquellos que nacen de cerdas no vacunadas presentan un retraso de 7 días, por lo que sus defensas durarán 21 días.

La utilización de antibióticos y tratamientos estratégicos será necesario a fin de no provocar una resistencia de las bacterias al antibiótico y saber actuar, ganándole el tiempo a la bacteria antes de que esta colonice todo el tracto respiratorio.

Se ha demostrado mayor eficacia de los tratamientos intramusculares que a través del agua o comida debido a que no todos los animales alcanzan estos últimos medios por lo cual no recibirían la cantidad de medicamento correcta.

Existen vacunas contra esta
enfermedad, pero no en todos los países se comercializa por diversas normativas. Es por eso que, la bioseguridad debe ser el factor de prevención básico. La limpieza constante y correcta de las casetas de maternidad junto con las salas de destete es de suma importancia debido que es el sitio en donde nuestros animales se desarrollarán.

Una práctica que he hecho y que me ayuda a disminuir la carga bacteriana o viral es la utilización de la termonebulización con agentes cítricos la cual contribuye a disminuir la incidencia de problemas entéricos, pero sobre todo respiratorios.

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