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¿Qué impacto tiene el PRRS en las explotaciones españolas?
La infección por el virus PRRS ha sido considerada desde su aparición en los años 90 como una de las más costosas para la producción porcina, pero adicionalmente, es sin duda una de las patologías cuyo control supone un reto más importante para productores y veterinarios.
A este hecho hay que añadir que la prevalencia de la infección es realmente alta, siendo por tanto no solo una infección complicada, sino además presente en la mayoría de explotaciones.
Estimar el impacto económico de la infección es realmente difícil, ya que hay gran variedad de factores que influyen en la gravedad de un brote: prevalencia previa, virulencia de la cepa, estado inmune y sanitario de la explotación, sistema productivo, tamaño de granja, etc.
El PRRS es una infección complicada y está presente en la mayoría de las explotaciones
Sin embargo, y por dar algunos valores que sirvan como referencia, se estima que en reproductoras son entre 70 y 250€ por cerda los costes de la infección endémica o aguda respectivamente.
Si hacemos referencia al coste de la infección en cebo, también hay grandes variaciones, pero según varias referencias bibliográficas, puede oscilar entre 3 y 15€ por cerdo.
Este es el coste económico, al que hay que añadir en muchas ocasiones la sensación de impotencia y de decepción por parte del personal, que acompaña frecuentemente a la aparición de un brote.
¿Qué papel juega la vacunación en la prevención y control del PRRS?
Existen numerosas estrategias de control descritas, y para ser exitosas deben abordarse desde un punto de vista multifactorial. Sin duda, uno de los objetivos principales es que la población obtenga un nivel inmune elevado y homogéneo, para lo cual el uso de vacunas vivas atenuadas es una de las estrategias más frecuentes y eficaces.
Sin embargo es igual de importante el minimizar el contacto de los animales con el virus, ya sea el propio de la explotación o externo. Por tanto ningún programa de control puede llegar a ser totalmente eficaz sin contemplar de manera adicional a la vacunación estrictas normas de bioseguridad interna y externa.
Dicho esto, la vacunación juega un papel principal en las medidas de control del virus PRRS. Existen numerosas experiencias, tanto in vivo como in vitro, que demuestran que las vacunas vivas atenuadas son capaces de controlar la clínica reproductiva en cerdas, la clínica respiratoria en cerdos en crecimiento, la transmisión vertical por infecciones transplacentarias y la transmisión horizontal del virus.
Se estima que por cerda los costes del PRRS están entre 70 – 250€
El control de la sintomatología clínica es muy importante, pero no lo es menos el papel epidemiológico que en algunos casos concretos pueden jugar algunas vacunas comerciales.
Este es el caso de Porcilis® PRRS, la cual ha demostrado ser capaz de reducir la transmisión entre animales, de modo que animales vacunados y desafiados presentan un grado de viremia mucho menor, pero a la vez su excreción vírica se ve también reducida, con el consiguiente efecto sobre la carga vírica de la explotación.
El uso de vacunas vivas atenuadas es una de las estrategias más frecuentes y eficaces frente al PRRS
De hecho, incluso existen estrategias de erradicación exitosas basadas en protocolos de vacunación masiva combinados con manejo.
Estas estrategias se basan en el concepto de que las vacunas que presentan un valor de Tasa de Reproducción (R0) inferior a 1 son consideradas como herramientas útiles para controlar, incluso erradicar la infección en una población
¿Cuáles son los protocolos de vacunación habituales en una explotación para controlar y/o prevenir la infección?
Establecer un plan vacunal único para todas las explotaciones no es posible, pues es necesario adecuarlo a la realidad de cada granja. Por ejemplo, las recomendaciones no serán las mismas en una granja de cerdas que está sufriendo un brote clínico que en una granja de cerdas con flujo negativo de lechones, o en una granja con entrada de cerdas de reposición negativas que en una con autoreposición.
El estatus de la granja, el tipo de explotación, el sistema de reposición, las normas de bioseguridad internas y externas y la ubicación de la explotación son factores a considerar.
Sin embargo, recalcando por adelantado la necesidad de adecuar el protocolo vacunal a cada caso concreto, lo más frecuente suele ser lo siguiente:
- Nulíparas: Vacuna y revacuna con vacuna viva atenuada, dejando por lo menos un mes tras la revacuna antes de la introducción en la cubricióngestación
- Reproductoras: 3 ó 4 vacunaciones en sábana al año con vacuna viva atenuada, o vacunaciones en ciclo (plan 5,50)
- Lechones: a partir de los 14 días de vida
¿Qué supone a nivel económico una infección por PRRS en los lechones? ¿Qué nos ofrece la vacunación en este supuesto?
Como se ha comentado previamente, el impacto económico que supone la infección por el virus PRRS en animales en crecimiento es muy variable, ya que depende de factores tales como la edad del animal, su estado inmune, la virulencia de la cepa, el sistema de producción o los agentes secundarios infecciosos implicados.
Considerando todos estos parámetros la infección puede pasar desde prácticamente desapercibida hasta presentar una clínica respiratoria evidente incluso con altos porcentajes de mortalidad, traduciéndose en pérdidas económicas de entre 3 y 15€, en función de la gravedad.
En el caso de una granja positiva, la situación deseable sería tener una granja de cerdas estable, cuyo flujo de lechones fuera negativo, y que estos animales no se infectaran, o en su defecto lo hicieran lo más tarde posible, pues en términos generales, cuanto más tarde se infecta un animal, menos grave es la clínica asociada.
Ahora bien, esta situación, aunque deseable, es relativamente poco frecuente, pues es muy común que los animales se infecten durante la fase de crecimiento, bien por infecciones verticales u horizontales.
Si la infección en los lechones se produce por vía vertical, lo imprescindible antes de tomar ninguna otra decisión es estabilizar la explotación.
Ahora bien, si el flujo es negativo, pero los lechones se infectan durante su vida productiva, en estos casos, la vacunación de lechones es una herramienta altamente eficaz y rentable, ya sea empleada de forma continuada, o bien de forma estratégica temporal.
La vacunación de lechones mejora los parámetros productivos como el crecimiento y la mortalidad, así como reduce las medicaciones asociadas al momento de la infección, tal y como demuestran numerosas referencias. Pero además la vacunación de lechones tiene un efecto epidemiológico que puede ser empleado como una alternativa a otras estrategias de manejo, tales como el vacío sanitario de la transición. Es en principios como este sobre el que se basan protocolos como la Vacunación Estratégica de Lechones.
Porcilis® PRRS es capaz de reducir la transmisión entre animales y reducir la excreción vírica, disminuyendo la carga vírica de la explotación
¿Puedes explicarnos un poco más en que se basa la Vacunación Estratégica de lechones?
La Vacunación Estratégica Temporal de lechones es una herramienta de control que se desarrolla con la base técnica descrita anteriormente, basada en que algunas vacunas vivas atenuadas frente a PRRS, no solo reducen la viremia post infección, sino que también reducen la duración de la misma y la excreción vírica, llegando a presentar valores de Tasa de Reproducción inferiores a 1 (R<1).
Con esta base se desarrolla la Vacunación Estratégica, cuyo objetivo es que la vacunación de los lechones que se introducen en la transición elimine o reduzca sensiblemente la recirculación vírica en dicha instalación.
Así, se recomienda vacunar durante un mínimo de12 semanas lechones de 14 días de vida, de modo que la transmisión vírica entre animales se reduzca hasta niveles indetectables.
Evidentemente dicha estrategia no está exenta de condicionantes. El principal es que para que sea exitosa, es imprescindible que la explotación de reproductoras sea estable a PRRS. Por tanto, antes de iniciar la vacunación de lechones es necesario comprobar mediante PCR la ausencia de lechones virémicos durante la fase de lactancia.
Por otro lado, es también necesario controlar las posibles entradas laterales de virus en la transición que puedan aumentar la presión de infección, por lo que el programa debe complementarse con medidas de manejo y bioseguridad.
Por último es necesario tener en cuenta que una vez se cese la vacunación de los lechones, éstos son susceptibles de volver a infectarse, por lo que para mantener negativa la transición es necesario que el flujo de lechones siga siendo negativo y que las medidas de bioseguridad implementadas eviten la entrada de nuevas cepas.
Por tanto, la vacunación Estratégica de Lechones se considera una herramienta eficaz y una buena alternativa a la despoblación de la transición, proporcionando además de la clásica mejora en la clínica y parámetros productivos, el control epidemiológico de la infección.
Algunas granjas de reproductoras sufren infecciones recurrentes de PRRS ¿Cómo podemos normalizar la situación? Y el rendimiento productivo ¿sería posible mejorarlo tras la vacunación?
Sin duda, una vez conseguida la estabilidad en una granja de reproductoras, uno de los mayores retos para ganaderos y veterinarios es el conseguir mantener en el tiempo dicho estado.
Una de las características más críticas del virus PRRS y que complica enormemente su control es su capacidad de persistir en los animales y, por tanto, en las explotaciones, durante períodos muy prolongados. Por otro lado hay que añadir las numerosas vías por las cuales el virus puede trasmitirse entre explotaciones y entre animales, favoreciendo la probabilidad de reinfecciones.
Dependiendo de la virulencia de la cepa y del estatus inmunitario de la población, este hecho se reflejará en brotes de enfermedad más o menos graves, pero sin duda indeseados.
Ya hemos comentado la importancia de inducir un nivel inmune elevado y homogéneo en los animales mediante el uso de vacunas vivas atenuadas. Sin embargo es igual de importante el minimizar el contacto de los animales con el virus, ya sea el propio de la explotación o externo.
La vacunación estratégica de lechones es una herramienta eficaz y una buena alternativa a la despoblación de la transición
Por tanto ningún programa de control puede llegar a ser totalmente eficaz sin contemplar estrictas normas de bioseguridad interna y externa.
De manera simplificada, se trata de reducir el riesgo: Menos virus, menos riesgo. Cuanto mejor inmunizados estén los animales y menos contacto tengan con el virus, mayores serán las probabilidades de mantener el estado de estabilidad, y por tanto mejores serán los datos reproductivos en las cerdas y productivos en la progenie.
¿Qué rol tiene la viremia en la recirculación del PRRS en nuestras granjas? ¿Cómo podemos reducirla?
El control de la viremia post-infección es uno de los puntos clave en el control del PRRS. Cuanto mayor y más larga sea la viremia post-infección, mayores serán las consecuencias, probablemente clínicas, pero sobre todo epidemiológicas, pues mayor será la diseminación vírica y por tanto la persistencia de la infección en una población.
Si hablamos de control de viremia, es necesario hablar de respuesta inmune y de sus mecanismos, y aunque en este campo existen todavía muchas dudas, entre la comunidad científica hay cierto consenso al respecto de que la inducción de una respuesta rápida y potente de AN e IFN-γ es necesaria para una respuesta eficiente.
Numerosos estudios han demostrado que, cuando comparamos estrategias vacunales, el control de la viremia solo se consigue tras el empleo de vacunas vivas atenuadas, ya que las vacunas inactivadas por si solas no son capaces de inducir respuesta inmune capaz de reducir la viremia post desafío.
Las vacunas vivas son por tanto capaces de controlar la viremia en mayor o menor grado, y de manera superior a las vacunas inactivadas, aunque no todas las vacunas son capaces de inducir el mismo grado de protección.
A las lógicas diferencias derivadas del título antigénico y el empleo o no de adyuvantes, hay que añadir las características inmunógenas de la cepa vacunal elegida. Y es que, al igual que se ha demostrado que no todas las cepas de campo confieren el mismo grado de protección homóloga y heteróloga, las cepas vacunales también ofrecen diferencias respecto a su poder protectivo, incluso frente a desafíos homólogos.
En esta línea, numerosas experiencias tanto laboratoriales como de campo han demostrado la capacidad de Porcilis PRRS de controlar de manera muy potente tanto la viremia como la excreción post desafío de numerosas cepas de campo heterólogas.
Porcilis® PRRS controla de manera muy potente tanto la viremia como la excreción postdesafio
En numerosos estudios la eficacia de Porcilis® PRRS se relaciona con una potente respuesta inmune celular, con picos detectables de células secretoras de IFN-γ, evidenciando que la protección frente a la infección por una cepa de virus PRRS diferente a la usada en una vacuna es algo más complejo que la pura similitud genética entre las dos cepas, siendo la habilidad de una cepa vacunal para inducir una potente respuesta celular más importante que la similitud genética con la cepa de desafío.