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¿La inteligencia artificial reemplazará a las personas que trabajamos en el sector porcino?

Escrito por: Laura Batista - MVZ, DVM, PhD Asesor Porcino. Directora técnica Revista porciNews Latam

El sector agrícola y ganadero está experimentando cambios importantes gracias a nuevas tecnologías como el análisis de grandes bases de datos (Big Data), sensores inteligentes y sistemas automáticos de monitoreo. La inteligencia artificial (IA), que imita la capacidad de pensar humana mediante aprendizaje automático y profundo, es fundamental en estos cambios. Estas tecnologías, ya probadas en otros campos, se están usando en áreas como la cría de precisión de cerdos, y la gestión de recursos naturales para aumentar la producción, cuidar mejor a los animales y reducir el impacto en el medio ambiente.

Estudios recientes indican que la IA puede ser tan eficiente o más que los métodos tradicionales en precisión y sostenibilidad. La IA no busca reemplazar a los profesionales del sector, sino ayudarnos a hacer mejor nuestro trabajo. La IA funciona como una herramienta que permite predicción temprana de enfermedades, por lo tanto diagnósticos más rápidos y precisos, y el monitoreo constante de las granjas ayudándonos a tomar decisiones más informadas. La tendencia hacia la digitalización y el uso de la IA ofrece nuevas oportunidades para la innovación y la sostenibilidad en el sector porcino. La implementación de estas tecnologías no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental y a la seguridad alimentaria, aspectos cada vez más relevantes en el contexto global actual.

Desafíos de la inteligencia artificial en la porcicultura

Usar estas tecnologías trae beneficios importantes, pero también presenta desafíos. Entre ellos están la dependencia excesiva de la tecnología, la calidad y disponibilidad de los datos, y cuestiones legales y éticas relacionadas con su uso. Es importante usar la IA de manera responsable y ética para aprovechar sus ventajas y reducir riesgos, asegurando un desarrollo sostenible y justo en el sector porcino. La colaboración entre profesionales y expertos en tecnología será clave para aprovechar al máximo estas innovaciones, asegurando que la tecnología apoye y fortalezca el trabajo humano en lugar de reemplazarlo.

Un artículo reciente de Joe Nocera , publicado en la prestigiosa revista The Free Press, refleja una realidad que debemos aceptar nuestros productores ya no están dispuestos a pagar por recomendaciones genéricas o exposiciones brillantes que no ofrecen resultados medibles. La innovación y la actualización continua son esenciales para ofrecer soluciones efectivas y responder a las necesidades emergentes de los productores. inteligencia artificial

La modernización no solo implica la incorporación de herramientas digitales, sino también la revisión de procesos internos, la capacitación del personal y la adopción de enfoques más ágiles y flexibles. Solo así podremos afrontar los desafíos del mercado actual y aprovechar el potencial de la IA para mejorar la eficiencia productiva y económica de una granja.

¿Está nuestro sector preparado para afrontar el nivel de compromiso que exigen los consumidores en la actualidad?

En 1962, el sociólogo estadounidense Everett Rogers propuso un modelo para entender cómo las personas adoptan nuevas ideas o productos. Este modelo, llamado la curva de adopción de innovaciones, divide a las personas en cinco grupos principales: innovadores (2,5%), usuarios tempranos (13,5%), mayoría temprana (34%), mayoría tardía (34%) y rezagados (16%). Conocer estos grupos ayuda a diseñar estrategias para introducir nuevas ideas o productos en diferentes sectores, como la producción porcina.

La adopción de una innovación depende de la conciencia, interés, prueba y juicio del potencial usuario. Por ejemplo, un porcicultor puede ser uno de los primeros en usar innovaciones genéticas, pero puede ser más reacio a adoptar nuevas tecnologías, incluso si estas mejoran la producción y la salud de los animales. Esto muestra que diferentes personas adoptan innovaciones en diferentes momentos y por distintas razones.

Desde principios de la década de 2000, el profesor Yuzo Koketsu de la Universidad Meiji en Japón, junto con sus colaboradores, ha destacado la importancia de analizar y comprender los datos para impulsar la mejora en el sector porcino. En esta industria, la capacidad de monitorear en tiempo real indicadores clave de rendimiento, como la eficiencia reproductiva y la conversión alimenticia, resulta esencial para incrementar las ganancias de manera efectiva. La integración de tecnologías digitales juega un papel decisivo en la promoción de la innovación y en el fortalecimiento del sector porcino, incluso en períodos de crisis.

Ejemplos del uso de la IA en la porcicultura

El uso de sensores y sistemas de monitoreo en tiempo real son tecnologías que mejoran la vigilancia y el control de las medidas de bioseguridad, ayudando a detectar riesgos tempranos. Esto reduce la posibilidades de que ocurran brotes de enfermedades y crea un ambiente más bioseguro para los animales y las personas.

La incorporación de estos sistemas automáticos hace que los procesos de control sean más eficientes y ayuda a gestionar mejor la bioseguridad en las granjas. Es importante entender la diferencia entre la bioseguridad psicológica, que se refiere a la confianza y percepción del personal sobre las medidas de seguridad, y la bioseguridad efectiva, que significa que las medidas son realmente efectivas, se aplican y cumplen para evitar riesgos biológicos.

 

Otro ejemplo interesante es la tecnología de alimentación de precisión, que es un avance importante en el uso de la inteligencia artificial, entre otras poblaciones de la piara, para hembras gestantes y lactantes. Esta tecnología ofrece varias ventajas para la producción y el bienestar animal. Uno de los beneficios principales es que ayuda a mejorar la condición corporal de las cerdas lactantes, permitiéndoles comer a voluntad y asegurando que reciben los nutrientes necesarios para mantenerse saludables y productivas. Esto asegura que los lechones logren un mayor peso al momento del destete componente clave para su crecimiento y desarrollo futuro. La alimentación correcta, junto con un buen manejo del ambiente como controlar la temperatura (imagen X), humedad y ventilación—, ayuda a que las hembras y los lechones puedan expresar todo su potencial genético y productivo.

La inteligencia artificial puede automatizar tareas y mejorar la eficiencia en diferentes áreas, pero no puede reemplazar completamente la inteligencia humana. En sectores como la porcicultura, su uso requiere más que solo tecnología avanzada; es necesario contar con un equipo capacitado que entienda su función, confíe en sus líderes y comparta los objetivos de la granja. Lograr más de 200 kilogramos destetados por cerda al año no depende solo de genética, nutrición, buenas instalaciones o la implementación de la IA. Es esencial tener un equipo comprometido y bien coordinado, que conozca bien el ciclo reproductivo, maneje adecuadamente a los animales y atienda sus necesidades constantemente. La tecnología es una ayuda, pero el éxito depende en gran medida del trabajo humano, la experiencia y la dedicación del personal.

La IA mejorará la eficiencia en diversos campos al complementar a los humanos en la asistencia en la toma de decisiones, ya que puede analizar grandes cantidades de datos (Big Data) para proporcionar información valiosa. Además, automatizará tareas repetitivas, liberando a los humanos de actividades tediosas y permitiéndoles enfocarse en tareas más creativas y estratégicas.

Limitaciones de la IA en comparación con la inteligencia humana

  1. Inteligencia emocional y empatía: La IA puede analizar datos y responder en consecuencia, pero carece de la verdadera empatía, autoconciencia y razonamiento moral que son esenciales en la interacción humana. En entornos como la gestión de equipos en granjas, la empatía y la comunicación efectiva son fundamentales para mantener un ambiente de trabajo positivo y motivado.
  2. Pensamiento creativo y resolución de problemas complejos: La IA funciona basándose en patrones y datos existentes, lo que limita su capacidad para generar ideas innovadoras o resolver problemas que requieren pensamiento lateral. Los humanos, en cambio, podemos pensar de manera creativa y encontrar soluciones novedosas ante desafíos imprevistos.
  3. Capacidad de adaptación a nuevas situaciones: Los humanos tenemos una mayor flexibilidad para adaptarnos a cambios y aprender de experiencias nuevas, mientras que la IA puede tener dificultades para interpretar sutilezas en la comunicación y en las relaciones interpersonales, lo que limita su efectividad en entornos dinámicos y complejos.

Complementariedad entre humanos y tecnología

La inteligencia artificial puede incrementar la eficiencia en diversos ámbitos, ayudando en la toma de decisiones mediante el análisis de grandes volúmenes de datos y automatizando tareas repetitivas. Esto permite que los humanos se enfoquen en actividades que requieren creatividad, juicio y habilidades interpersonales, promoviendo un entorno laboral más productivo y estratégico. La clave no radica en reemplazar a los trabajadores humanos, sino en complementarlos, creando sinergias que potencien la innovación y la eficiencia en las operaciones ganaderas. La inversión en capacitación y tecnología es, por tanto, una estrategia imprescindible para que las organizaciones puedan adaptarse a los cambios tecnológicos y aprovechar las ventajas competitivas que ofrece la IA, asegurando un crecimiento sostenible y una gestión más inteligente de los recursos disponibles.

En resumen, la IA no reemplazará a los humanos, sino que nos complementará, transformando nuestra manera de trabajar en las granjas. Por lo tanto, es crucial invertir en tecnología eficiente y efectiva, así como formar y capacitar a nuestro equipo en el uso de estas nuevas tecnologías y en la interpretación de los datos generados por los sistemas de IA. La clave es mantenernos actualizados, aprender y adaptarnos a los cambios para integrar soluciones innovadoras que aprovechen el potencial de la IA, mejorando así la rentabilidad y la sostenibilidad de las granjas.

“El dato por si solo es ruido, el análisis lo convierte en conocimiento y la decisión en resultados” Santy Sánchez.

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