En cada fase de producción del animal, esta microbiota es diferente. No solo varía dependiendo de la edad del animal, sino que en cada tramo del intestino vamos a encontrar diferencias tanto cualitativas como cuantitativas. Es decir, estamos ante una estructura extremadamente compleja que se ve alterada fácilmente por numerosos factores.
Lo que se está utilizando en la actualidad son las OTU (Operational Taxonomic Unit). Estas OTU se refieren básicamente al género bacteriano. Se ha conseguido alcanzar una calidad en los métodos de diagnóstico, de tal forma que ya podemos discernir entre géneros.
Una vez identificado el género, es cierto que determinar la especie es cualitativamente muy difícil, aunque no imposible. No obstante, podemos obtener información taxonómica (de forma ascendente) hasta llegar al reino, obteniendo así una información más global.
Existen bacterias comensales y beneficiosas en el intestino, además de bacterias patógenas.
- La mayoría de las bacterias comensales y beneficiosas pertenecen a los filos Firmicutes y Bacteroidetes.
- Las bacterias patógenas que se suelen encontrar son Proteobacterias.
A modo de conocimiento para situar cada especie en su lugar, se esquematiza a continuación dónde se colocaría cada una de las especies más conocidas.
En un cerdo sano, se sabe que los filos más prevalentes son Firmicutes y Bacteroidetes. Estos dos filos suponen más del 90% de la población.
Hay que tener en cuenta que aunque estos dos filos constituyan un alto porcentaje de la microbiota intestinal, existen otros filos de especial importancia como Proteobacteria, la cual incluye a todas las enterobacterias (E.coli, Salmonella…), Actinobacteria, Spirochaetes y Verrucomicrobia.
Diversidad de la microbiota en función de la fase productiva
Como ya se ha mencionado, la microbiota intestinal varía dependiendo de la fase de producción en la que se encuentre el animal. La Figura 3 refleja esta ordenación.
Pero, ¿qué ocurre tras el destete?
Aparte de los cambios morfológicos, enzimáticos e inflamatorios del intestino, tras el destete se va a producir un cambio en la propia microbiota intestinal, la cual es la responsable de numerosas funciones (digestión y fermentación de carbohidratos, producción de vitaminas, regulación de la respuesta inmune…). Destaca la pérdida de unos filos y el aumento de otros. Por ejemplo, Proteobacteria y Fusobacteria disminuyen tras el destete (Chen et al., 2017).
Tras el destete abundan las bacterias anaerobias estrictas como el grupo de los Clostridiales y de Prevotella.
Se ha establecido que durante esta fase se pueden distinguir dos tipos de enterotipos (perfil de microbiota que se repite en un grupo de individuos).
Sería interesante conseguir un aumento de la diversidad de microbiota beneficiosa con el fin de que los microorganismos que se consideran patógenos tengan menos oportunidades de colonizar la mucosa intestinal.
Efecto de microorganismos patógenos sobe la microbiota intestinal del cerdo
Principalmente, se achaca a la reducción del uso de antibióticos en pienso, así como a la retirada del óxido de zinc.
Esta retirada está siendo paulatina y ya hay un elevado número de granjas que trabajan sin óxido de zinc en los piensos stárter, mientras que permanece en el prestárter durante un periodo de tiempo más prolongado. Es en este momento de cambio de pienso cuando aparecen casos de diarrea colibacilar debida en un alto porcentaje a ETEC.
Además, se observó que aquellos cerdos infectados que ya no excretaban la bacteria a los 12 y 19 días postdestete, portaban una microbiota significativamente diferente a los que también se habían infectado por la bacteria y sí que seguían excretándola en las heces.
Se han barajado múltiples factores que contribuyen a que unos cerdos excreten durante más tiempo la bacteria y una de esas opciones es el tema de la exclusión competitiva que se da entre E. coli patógena y el resto de microbiota. Sobre todo, hay que tener en cuenta que en un ambiente donde escasean los nutrientes, va a ocurrir este proceso de exclusión.
Prestando atención al uso de vacunas vivas orales cuyo mecanismo de acción contribuye a mantener la integridad intestinal, se ha intentado buscar la existencia de una relación con la microbiota del intestino.
Es el caso del estudio publicado por Leite y cols. en 2018. En este estudio se evaluó el papel de una vacuna viva oral atenuada de Lawsonia intracellularis.
Este patógeno puede aumentar tanto la susceptibilidad como la excreción de Salmonella entérica. El estudio dividió a los animales en diferentes grupos en función de tres factores (vacunación/no vacunación frente a L. intracellularis, infección/no infección de L. intracellularis, infección/no infección de S. Typhimurium).
Para explicar la reducción de la excreción de Salmonella tras la vacunación oral de L. intracellularis, estudiaron el microbioma intestinal, que se ve alterado en presencia de S. enterica (Kim et al., 2017).
En el grupo Sal Law Vac se observó un aumento de Clostridium butyricum. Esta bacteria puede reducir la susceptibilidad de la infección por Salmonella. De esta forma, se da una idea de la eficacia indirecta que tiene la vacunación frente a L. intracellularis en el control de la infección por Salmonella.
Respecto al tipo de poblaciones de la microbiota intestinal, el aumento de lactobacillus se puede asociar al incremento de la virulencia y excreción de S. typhimurium (Drumo et al., 2106). En este caso, el grupo Sal Law Vac obtuvo una menor proporción de Lactobacillus. Esto podría explicarse si se tiene en cuenta que fueron vacunados de L. intracellularis y, la vacunación, puede inducir un cambio en la composición del microbioma.
Este tipo de estudios aportan información y dan ideas acerca de la búsqueda de la interacción entre la microbiota intestinal y las herramientas de control que existen hoy en día para mantener la integridad del intestino.
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