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Efecto de la actividad probiótica del hidrolizado Saccharomyces cerevisiae en cerdas lactantes

Escrito por: Ernesto Antonio Hurtado - Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí, carrera de Medicina Veterinaria. Calceta, Manabí, Ecuador. , Manuel Octavio Rivera-Cedeño - Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí, Posgrado de Zootecnia. Calceta, Manabí, Ecuador. , Mario Andrés Carreño-Arteaga - Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí, carrera de Medicina Veterinaria. Calceta, Manabí, Ecuador. , Vicente Bryan Solís-Véliz - Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí, Posgrado de Zootecnia. Calceta, Manabí, Ecuador

La producción de cerdos se ha incrementado a una velocidad vertiginosa a nivel mundial y Ecuador no se escapa de esa realidad; de acuerdo a Lassaletta y col. [19], la producción mundial de carne de cerdo se ha cuadruplicado en los últimos 50 años y se espera que continúe creciendo durante las próximas tres décadas. En tal sentido, debido a la selección genética para la prolificidad, las cerdas modernas experimentan una gran demanda metabólica de nutrientes para la producción de leche (PL) para satisfacer un gran tamaño de camada [31]; asimismo, el estrés por calor es un factor principal que influye negativamente en el bienestar y la eficiencia productiva de las cerdas en climas cálidos [6, 29].

Es así como ocurre una elevada mortalidad (M) de lechones principalmente en la etapa de lactancia, lo que traduce en pérdidas económicas sustanciales para la industria porcina. Al respecto, Salazar [25] indica que, la mayor parte de la M ocurre durante los primeros tres días de vida de los lechones y su supervivencia está ligada a factores relacionados directamente con:

Los prebióticos y probióticos a base de levadura, se han considerado una alternativa de interés debido a su potencial para modular positivamente la microflora intestinal, lo que puede conducir a una mejor inmunidad, digestión y absorción de nutrientes y rendimiento del crecimiento [11].

Por lo tanto, los cultivos de levadura se han utilizado ampliamente como:

Su uso se ha incrementado en la última década, especialmente después de la prohibición de los antibióticos promotores del crecimiento en Europa [1, 18].

Aunado a esto, la producción y la calidad de la leche no solo proporcionan nutrientes para apoyar el crecimiento de los recién nacidos [28], sino que, en última instancia, afectan el rendimiento del crecimiento y la salud intestinal de las crías [7]. El objetivo de este estudio fue incluir en las dietas de las cerdas, un probiótico hidrolizado (PHZ) de un cultivo de  en la última etapa de la gestación y la lactancia, y, medir el rendimiento posterior de las cerdas y sus crías, junto con los efectos sobre la calidad de la leche de las cerdas.

MATERIALES Y MÉTODOS 

El estudio se llevó a cabo en la granja Narcisita, ubicada en la ciudad de El Empalme, parroquia Velasco Ibarra de la provincia del Guayas, Ecuador, con características de una zona climática tropical húmeda.

La selección de 48 cerdas de la línea genética PIC (Camborough, 1050), se realizó sobre la base de 85 días de gestación, entre 1 a 6 partos, con peso promedio 215,6 ± 4,3 kilogramos (kg);

La inclusión de PHZ (S. cerevisiae) se aplicó directamente en el alimento comercial en los T2 y T3 con la ración del alimento, desde el día 85 de gestación hasta el momento del destete (21 días promedio), que dependió del estado fisiológico y condición corporal de las cerdas, oscilando entre 2,0 a 2,50 kg. Igualmente, se obtuvo la ganancia diaria del peso (GdP) de los lechones mediante
la relación entre el PN del lechón menos el peso de destete (PD) dividido entre 21 días.

Se utilizó el PHZ comercial Celmanax® de laboratorio Dimune; cultivo desecado, hidrolizado y extracto de levadura S. cerevisiae, de acuerdo a la descripción del producto.

Los lechones fueron pesados al nacimiento (PN) y dentro de las 24 horas (h) de nacidos se descoló, se realizó el descolmillado y se aplicó vía parental en el músculo del cuello 150 miligramos (mg) de hierro a cada lechón.

TOMA Y ANÁLISIS DE MUESTRAS DE LECHE

Para la toma de la muestra de leche se realizó 6 y 24 h después del parto un muestreo de las cerdas sometidas al probiótico; recolectando la leche y presionando de forma manual las ubres de las cerdas, posteriormente que se realizó una limpieza con solución de agua yodada, tratando en la medida de disminuir la cantidad de microorganismos patógenos, tal como lo describió Mendoza [20]. La composición de la leche incluyó: % proteína, grasa, lactosa y sólidos totales.

ANÁLISIS ESTADÍSTICO

Este estudio se realizó bajo un diseño en bloques al azar, con la variable número de partos, el factor de bloqueo (TABLA I); se consideró una cerda o camada como unidad experimental y tratamiento de cultivo de levadura como efecto principal.

El análisis de las variables bajo estudio se realizó a través de la técnica del análisis de la varianza, previamente se comprobó los supuestos normalidad (prueba de Shapiro Wilks y homogeneidad de varianza (prueba de Levene).

mientras que, a nivel de leche: % proteína, grasa, lactosa y sólidos totales.

Los promedios de las variables que resultaron
significativas fueron comparados por medio de la
prueba de LSD de Fischer (P<0,05).
Los análisis estadísticos se realizaron con el software
estadístico InfoStat [9].

RESULTADOS Y DISCUSIÓN levadura

INDICADORES DE PARÁMETROS ZOOTÉCNICOS DURANTE EL PERÍODO DEL NACIMIENTO AL DESTETE

En la TABLA 2 se observa el efecto de inclusión del PHZ con cultivo de levadura Saccharomyces cerevisiae desde el final de la gestación hasta la lactancia en el rendimiento de parto de las
cerdas; es así como, los indicadores NT y NV resultaron favorables con el complemento del PHZ (P<0,001), alcanzando los mayores promedios cuando se incorporó 6 g (T3).
Estas diferencias pueden estar atribuidas al número de partos que ostentaban las cerdas, y que es un factor predisponente para NT y NV.

Sin embargo, estos resultados permiten inferir que el PHZ en la dieta, desde la gestación tardía hasta el destete pareció ser beneficiosa para las cerdas y el rendimiento de los lechones, lo que podría deberse a una mejor ingesta de alimento, calidad de la leche, estado inmunológico materno y homeostasis microbiana intestinal alterada, tal como lo manifiestan Zhao y col. [30]; todo confluye en un mejor estado de salud de la cerda, producto del equilibrio microbiota en el sistema gastrointestinal, lo cual mejora la absorción de nutrientes.

El aspecto inmunológico es fundamental; así pues, el lechón recién nacido depende de la inmunidad pasiva suministrada por la madre a través del calostro. Las inmunoglobulinas (Ig) recibidas son capaces de atravesar la pared intestinal durante las primeras horas de vida del lechón [15]. Kim y col. [17] indican que, la alimentación con producto de fermentación de S. cerevisiae (SCFP) (12 y 15 g·día-1 durante la gestación y la lactancia, respectivamente) a las cerdas durante la gestación media y tardía y la lactancia aumentó el aumento de peso de la camada en un 6,9 % (P< 0,01)

Czech y col. [8] reportan un aumento en los LNV y PN cuando la dieta de las cerdas se complementó con productos de pared celular de levadura o mannaoligosacáridos, a partir del día 28 antes del parto. Sin embargo, Shen y col. [26] refieren de los efectos de la suplementación de levadura durante toda la gestación y la lactancia en el rendimiento de la cerda y la camada, y encontraron que la alimentación con 12 y 15 g·día-1 SCFP durante la gestación y lactancia, respectivamente, a las cerdas no tuvo efecto en el rendimiento reproductivo de las cerdas, pero mejoró el PD de la camada (P=0,068) y GdP de la camada (P=0,084).

Galaz y col. [11] concluyen que la suplementación con levaduras a dietas porcinas durante estrés calórico severo mejora el comportamiento productivo y el estado de salud, y reduce costos del alimento consumido por kg de peso aumentado.

es así como, Chen y col. [5] demuestran que existe un efecto significativo (P<0,05) en la interacción del índice temperatura- humedad × dieta, que influye en el número de LN, LVN, lechones sanos (LS) y PN. Al respecto, cuando las cerdas fueron alimentadas con levadura viva y extracto de levadura desde el día 110 de gestación hasta el destete, su progenie era más pesada al destete y había aumentado la GdP, consumo diario promedio y peso corporal [4].

En efecto, Kiros y col. [18], con el suministro de levadura durante el período de lactancia mejoró el rendimiento de los lechones. Además indican que, se modifica la composición de la microbiota del ciego de los lechones dependiente de la dosis empleada.

Asimismo, García y col. [13] refieren que la suplementación con un prototipo liquido de S. cerevisiae en las cerdas lactantes mejora el consumo de alimento lo que permite a las cerdas mantener
las reservas corporales y tener un mejor rendimiento posterior en la recría.

Otro aspecto relevante, es el encontrado por Peng y col. [21] quienes manifiestan que la suplementación con levadura viva (LY) en las dietas maternas disminuyó el número de lechones nacidos
muertos y lechones de peso bajo, mejoró la calidad del calostro y el estado de salud de las cerdas.

INDICADORES DE PARÁMETROS ZOOTÉCNICOS DE LAS CERDAS DURANTE LA LACTANCIA Y POST-CELO

El efecto del PHZ en las cerdas durante el período de lactancia hasta post-celo se observa en la TABLA 3; en tal sentido, se muestra que los T que incluía el PHZ alcanzaron los mayores promedios para lechones destetados y PD (P< 0,01); donde el T3 obtuvo los más altos valores, siendo éstos de 12,41 (± 0,45) y 7,95 (± 0,20), respectivamente.

No obstante, Chance y col. [3] enfatizan que, al incluir levadura viva y un extracto de levadura durante la lactancia de la cerda, el tamaño de la camada, el peso de la camada o el peso promedio de los lechones el día 2 después del parto, el día 10 después del parto o al destete, al igual que M predestete no se ven afectada (P>0,10).

Por otra parte, Zhao y col. [31] revelan que, la GdP de los lechones mejoró en el grupo de cerdas suplementadas con el cultivo de levadura (P=0,036). Mientras tanto, Bravo y col. [2] concluyen que, la alimentación de cerdas con S. cerevisiae Var. Boulardi (ScVB) CNCM I-1079 mejoró el rendimiento de los lechones durante la lactancia.

Salak-Johnson y col. [24] refieren que, los probióticos pueden mejorar la respuesta inmunitaria innata y adaptativa de las crías de las madres tratadas con probióticos, reduciendo la capacidad de respuesta al estrés de estos lechones ante múltiples factores estresantes.

Así pues, Shen y col. [26] expresan que, la adición del SCFP en las dietas de las cerdas en gestación y lactancia tienen el potencial de mejorar la GdP de la camada durante la lactancia, asociado a la reducción del nitrógeno en urea plasmática, conllevando al mejoramiento de salud madre y como consecuencia la tendencia a mejorar la GdP de la cría Esto último, por la mejora de la capacidad antioxidante de los mismos [30].

Por lo tanto, los derivados de levadura agregado a la dieta de las cerdas durante la gestación aumentan la disponibilidad de calostro y su contenido de energía para los lechones recién nacidos, y también promueve fuentes microbianas maternas beneficiosas para los recién nacidos [14].

Esta respuesta observada en los lechones podría estar relacionada con un mejor estado inmunitario, por los altos valores de IgG [22, 25, 27] y una mejora en la composición de la microflora a nivel del ciego [18]. Con respecto a la variable días de RC, se ve afectada (P=0,029) por la inclusión del PHZ (TABLA 3).

Se muestra que el tratamiento control resultó con menor intervalo entre el destete y celo (4,16 ± 0,24); por otra parte, el T3 alcanzó promedio de 5,18 ± 0,26 días. Aún cuando Zhao y col. [31] suplementando con cultivo de levadura mejoraron el intervalo entre el destete y el celo de las cerdas, en comparación con las cerdas que no se suplementaron, en valores promedios de 5,16 días en comparación con los 6,12 días (P=0,046)

Finalmente, las diferencias manifestadas entre ambas investigaciones pueden estar asociadas al factor genético e inclusive al índice temperatura-humedad (ITH).

Como se muestra en la TABLA V, la composición de la leche (calostro) no cambió con la inclusión de PHZ (P>0,05), excepto el contenido de la grasa (%) y lactosa (%) que resultaron ser mayor en aquellas cerdas que incluían el PHZ (P<0,05). Donde T2 con 3 g de inclusión resultó con los mayores promedios (9,36 y 7,74 %), respectivamente.

Esos resultados difieren a los encontrados por Jang y col. [16] quienes, con suplementación directa de levadura viva a las cerdas durante la preñez y la lactancia, reportaron que la levadura viva no tuvo efectos beneficiosos sobre la composición de la leche.  No obstante, Zhang y col. [30] suplementando con levadura y la inclusión de selenio mejoró el contenido de grasa en la leche, tal como se observó en los resultados (TABLA 4).

Además, Zhao y col. [31] refieren que la composición de la leche en las cerdas con suplemento de cultivo de levadura son probablemente las principales razones para mejorar la GPD individual de los lechones.
Igualmente, Rocha y col. [23] mencionan acerca del suministro dietético S. cerevisiae en la mejora de la PL de las cerdas adultas y el rendimiento de sus camadas, así como el contenido de proteína y materia seca de la leche en las cerdas más jóvenes en condiciones climáticas tropicales húmedas.

En efecto, derivados de levadura agregado a la dieta de las cerdas durante la gestación aumenta la disponibilidad de calostro y su contenido de energía para los lechones recién nacidos, y
también promueve fuentes microbianas maternas beneficiosas para los recién nacidos [4] Por otra parte, García y col. [12] concluyen que, mejora el consumo de alimento y el crecimiento de la camada sin afectar la PL ni la calidad del calostro.

De este modo, Plante y col. [22] destacan que, cuando se alimentó tanto a la cerda (al final de la gestación y lactación) como a los lechones (1 semana antes de las 4 semanas posteriores al destete), mejoraron las ganancias de peso y la eficiencia alimenticia posteriores al destete.

Además, observaron tendencias a un mayor contenido de proteína y gamma globulina en la leche de las cerdas tratadas y concluyen que los efectos beneficiosos sobre los rendimientos posteriores al destete podrían atribuirse a una mayor inmunidad a través de la leche de la cerda y/o a la presencia de levadura seca activa en el dieta de los lechones.

Asimismo, Chen y col. [5] reportan que el ITH afecta negativamente la composición de la leche, probablemente debido a la disminución de la ingesta de alimento durante la lactancia, mientras
que la suplementación dietética de SCFP no tuvo un impacto beneficioso en la composición del calostro y la leche.

CONCLUSIONES

Estos resultados implican la utilización de PHZ (S. cerevisiae) en la dieta a razón de 3 y 6 g en cerdas durante gestación tardía (85-114 días) y lactación (0-21 días), por su efecto potencial como suplemento alimenticio.

Finalmente, el uso estratégico del PHZ (S. cerevisiae) mejora significativamente el estado de salud de las cerdas y los lechones lactantes, así como los parámetros de crecimiento de los lechones; dado al efecto ejercido en la grasa y lactosa de la leche.

Referencias

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