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MCREBEL en tiempos de la hiperprolífica

Escrito por: Laura Pérez Sala - Licenciada en Veterinaria por la UAB y Master en Sanidad y Producción Porcina por la UdL. Trayectoria profesional se desarrolló en el área del marketing de la industria del Petfood En la actualidad ejerce como Veterinaria especialista en producción porcina y Personal Coach
MCREBEL hiperprolifica

Aunque la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a esperar brotes de PRRS con la llegada del otoño y los primeros fríos, no son pocos los brotes que nos ha tocado sufrir durante este verano. No sé si culpar también de esto al cambio climático o sencillamente pensar que ha sido fruto de la casualidad, pero lo cierto es que ahí están.

Cómo reaccionar ante un brote de PRRS es un tema extensamente explotado y en el que se han vertido litros de tinta. Básicamente es como con los hijos, cada uno lo hace lo mejor que puede. Pero sí que seguramente todos nos pondríamos de acuerdo en una serie de medidas:

Es interesante recordar en qué contexto se desarrollaron las Reglas de MCREBEL. En el 1994 ya se tenían bastantes claros los factores claves de PRRS: 

A estos hallazgos fruto de la investigación, se sumaron las observaciones en el campo que concluían que el uso de antibióticos no ayudaba a disminuir la mortalidad de estos lechones.

Por ello se diseñó una estrategia para limitar la exposición de los lechones al virus del PRRS y a bacterias, considerando cada una de las camadas como una unidad productiva que funcionara como un «mini todo dentro-todo fuera».

Este procedimiento fue denominado McREBEL  – Management Changes to Reduce Exposure to Bacteria and Eliminate Losses

¿Cómo se aplican las reglas de MCREBEL en explotaciones con cerdas hiperpolíficas?
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Las reglas son las siguientes:

Estas son las principales reglas recomendadas para la maternidad, existiendo más para la fase de destete.

Yo soy una gran defensora del manejo, y sigo pensando que muchas de las reglas planteadas siguen siendo útiles, pero hay otras que en la actualidad, con la realidad de nuestras granjas, parecen difíciles de aplicar.

Por ejemplo, la primera de todas, “no realizar cambios tras las primeras 24h de vida”. Y mi pregunta es, ¿y antes sí?

Sabemos que el calostro se produce durante las primeras 24h post parto y que la transmisión de macromoléculas (como las inmunoglobulinas) a través de la pared intestinal de los lechones se inhibe dentro de las primeras 18-36h de vida.

El calostro es tan imprescindible para el aporte de anticuerpos maternos como para el aporte de energía durante las primeras horas de vida

Para que un lechón tenga más posibilidades de vivir en un entorno hostil, con bacterias, virus como el PRRS y probablemente 18 hermanos más, que compiten por las tetinas, priorizar el encalostramiento es fundamental.

¿Y pasadas 24h podemos hacer cambios y adopciones?

Sí, pero con mimo… Con cambios pensados, vigilando la reacción de las madres y sabiendo que siempre tendremos camadas en las que será necesario mover lechones el mismo día del parto (pero respetando siempre 12h mínimo con su madre).

A día de hoy me parece también gracioso lo de “dar menos prioridad a los lechones pequeños”.

Con las nuevas genéticas tenemos un elevadísimo porcentaje de lechones pequeños. Es una cuestión puramente física, el útero de la cerda tiene una capacidad máxima (20-24kg según el estudio de Foxcroft et al, 2010). Pero la mayoría de veces, los lechones pequeños nacen fuertes y vitales, solo necesitan una oportunidad para salir adelante.

Partir camadas durante las primeras 12-24h de vida, y después hacer camadas de pequeños en la cerda adecuada, da excelentes resultados.

Por lo tanto, si entramos al juego de las hiperprolíficas debemos saber de antemano que jugamos a número de lechones y que cada lechón cuenta, y deberemos trabajar duro para sacar adelante a los pequeños y grandes.

Aún así, estoy totalmente de acuerdo en la necesidad de sacrificar a los débiles y enfermos, especialmente si nos enfrentamos a un brote de PRRS.

Lo de “no mover lechones entre salas de parto”, aunque a los veterinarios nos encanta, la realidad es que resulta realmente complicado.

Pero ante un brote de PRRS, aunque considerar cada camada como una unidad de producción independiente resulta imposible, intentar que cada sala de maternidad lo sea, será de gran ayuda para evitar la diseminación del virus.

En conclusión, ¿McREBEL si o no? Pues depende. En muchas cosas si, en otras, desde mi punto de vista, no. Creo en la necesidad de cuestionarse las cosas. Lo que antes servía, ahora tal vez no…

Las cerdas hiperprolíficas son un reto, están cambiando las reglas del juego y en muchas ocasiones nos ponen contra las cuerdas. ¿Aprenderemos a manejarlas y a sacarles el máximo provecho? Probablemente en la capacidad de cuestionar y tener la mente abierta a cambios esté la clave del éxito.

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