La producción porcina se enfrenta a numerosos retos en la actualidad, entre los cuales encontramos una creciente preocupación por el uso de antibióticos durante las distintas fases del ciclo productivo de los animales. La obligatoriedad de un uso racional de dichas moléculas, lleva a replantearse muchas de las pautas terapéuticas empleadas en el pasado, y a buscar vías complementarias, seguras y eficaces para asegurar el correcto tratamiento de los animales enfermos.
La medicación en agua de bebida, es uno de los pilares a los que a buen seguro va a aferrarse la industria para cumplir con dichos requisitos, y por lo tanto, es necesario conocer a fondo los factores de los que depende el éxito de estos tratamientos.
En un primer vistazo puede parecer simple el administrar las diferentes sustancias en el agua de bebida para que los cerdos las ingieran. Sin embargo, para asegurarnos de que los cerdos toman la cantidad adecuada para su peso corporal, durante el periodo correspondiente y con los múltiples sistemas de producción e instalaciones de los que disponemos en la actualidad, debemos conocer los diferentes aspectos que trataremos a lo largo de este monográfico.
UN SISTEMA CON VENTAJAS E INCONVENIENTES
Establecer un tratamiento en agua de bebida, presenta grandes ventajas respecto a otras vías de administración. Es rápido como para poder abordar un brote agudo de enfermedad tan pronto como se detecte, y los cerdos necesitan mantener cierto consumo de agua en circunstancias en las que no comen pienso. Es un proceso flexible y permite amoldarse a las necesidades concretas de cada lote de animales. No requiere de excesiva mano de obra, y puede adaptarse a las distintas instalaciones, desde las más sencillas a las más modernas.
Otra característica favorable es que los tratamientos son de menor duración si los comparamos con los realizados vía pienso, lo cual supone un aliciente importante.
Por el contrario, es necesario realizar cálculos para asegurar que cumplimos con las especificaciones del producto empleado y podemos sufrir diferentes percances, como fluctuaciones en el consumo hídrico, pérdidas de agua que aumenten el coste del tratamiento y comprometan el alcanzar las dosis necesarias, o pueden surgir interferencias con las características fisicoquímicas del agua de las explotaciones.
En la Tabla 1 podemos apreciar que las ventajas de la medicación oral vía agua son muy significativas. Además, los inconvenientes son en buena parte evitables mediante un buen manejo y control de los factores implicados.
Cuatro son los pilares que sustentan el éxito de un tratamiento en agua de bebida:
- Los animales a tratar.
- El agua con sus características.
- Las instalaciones de abrevado de los animales.
- El producto a emplear.
Todos ellos deben tenerse en cuenta y estar en sintonía para obtener éxito en la empresa que nos atañe. Pasaremos a continuación a analizar cada uno en concreto.
LOS ANIMALES
El agua es el principal nutriente que precisan los cerdos y a menudo el más olvidado. Es necesaria para diversas circunstancias, como llevar a cabo múltiples funciones metabólicas, controlar la temperatura del organismo, transportar alimentos y residuos, para el crecimiento del animal, la producción de leche, la reproducción, etc. (Almond G. 2011).
El consumo de agua varía en función de diversos factores:
- Edad y peso de los animales.
- Factores de la dieta.
- Temperatura ambiente.
- Humedad relativa.
- Salud de los animales.
- Estado fisiológico.
Todo esto hace que sea muy complicado calcular cual va a ser el consumo de agua de un lote de animales. En general podemos realizar distintas estimaciones, principalmente teniendo en cuenta la edad y/o peso de los animales como se puede ver en la Tabla 2.
La dieta de los animales influye directamente en los consumos. Este puede estimarse en un 2,5 a 3 veces el consumo de pienso. Dietas con elevados niveles de proteína, sal o fibra aumentan las necesidades hídricas, mientras que las bajas en sal disminuyen el consumo en torno a un 10-20%. (Shaw M.J. et al 2006).
El aumento de temperatura y la caída de la humedad relativa ambiental aumentan las necesidades de agua. (Almond G. 2011). Por ende, estos incrementos de temperatura, son capaces de modificar los patrones de consumo de los animales, pasando a dos picos de ingesta a primera hora de la mañana y a última de la tarde. (Brumm M. 2006).
Los animales que se someten a un tratamiento por norma son animales enfermos. La patología es otro de los factores que modifican un consumo normal de agua.
La monitorización de la ingesta de agua en los animales puede usarse como un “sensor” para adelantarnos a ciertas patologías.
En un brote de influenza, lo primero que se modifica es el consumo de agua (Brumm M. et al 2004). Esto puede ser de gran utilidad para reaccionar lo más rápido posible ante un episodio de enfermedad, y debemos tenerlo en cuenta a la hora de ajustar los tratamientos.
EL AGUA
Las características del agua son básicas en la producción porcina, ya que de ella dependen la subsistencia y rendimiento de los animales de producción.
En cuanto a las medicaciones, es el vehículo en el cual se disuelven y transportan los medicamentos y las variaciones en su composición pueden influir en la actividad de los mismos.
Una de las propiedades clave es el pH. En condiciones normales puede oscilar entre 6,5 y 8, en función de lo cual va a favorecer la solubilidad de unos u otros componentes. La mayoría de las moléculas que se administran vía agua son sales.
Dichas sales necesitan disociarse en radical ácido y básico para ser efectivas en función de la pKa de dicho compuesto.
Cuando el pH del agua coincida con la pKa de la molécula, esta se encontrará disociada en un 50%. Aquellas moléculas que sean ácidas se disociarán mejor a pH alcalino y viceversa.
Ciertas sustancias que pueden encontrarse en el agua como son el hierro (Fe) o los sulfatos, pueden interaccionar con ciertos antibióticos que se incorporen por esta vía, interfiriendo en su eficacia al producir quelatos o precipitados. (Van Heugten E. et al 2011).
Por último, las características microbiológicas también deben ser tenidas en cuenta, tanto por la salud de los cerdos, como por la posible contaminación de las tuberías, dando lugar a la aparición de biofilm que tapiza su interior. El mucopolisacárido que recubre dicho biofilm es capaz de captar del agua los antibióticos, disminuyendo su aporte en el agua.
LAS INSTALACIONES
Por muy buena calidad de agua que tengamos en una explotación, el cómo se distribuye y llega a los animales tiene al menos la misma relevancia. Cada día nos encontramos con explotaciones más complejas y de mayor tamaño, lo cual complica, alarga y dificulta los sistemas de distribución. A medida que avanzamos en una línea de agua, se van produciendo pérdidas de presión, lo cual hace que los primeros bebederos tengan mayor presión que los últimos.
Cuando se conjugan las pérdidas de presión en un circuito, y la extrema longitud en de estos diseños, se ven favorecidos la acumulación de sedimentos y contaminaciones en las tuberías.
Para dosificar los medicamentos en agua de bebida, debemos emplear diferentes sistemas, como puede ser desde un simple depósito de agua, hasta complejos dispositivos automáticos de dosificación que son altamente recomendables, aunque nos obligarán a un mantenimiento adecuado y a calibraciones y comprobaciones periódicas. Cada bomba requiere unas condiciones de presión para trabajar adecuadamente que deben consultarse siempre para un correcto trabajo de los equipos.
Los bebederos son una parte fundamental ya que son el punto del que los animales obtienen el agua de bebida. Debemos disponer de un correcto número de los mismos, al menos uno cada 15 animales, y estar situados a la altura correcta y con el caudal y presión adecuados, variando estos últimos aspectos en función de la edad y tamaño de los cerdos.
El tipo de bebedero determina a su vez que los animales puedan ingerir más o menos agua, y sobre todo que se desperdicie esta en mayor o menor cantidad. En el siguiente gráfico procedente de un estudio de 2014 (Torrey S. et al 2014), se puede ver como en cerdos recién destetados el desperdicio de agua es mucho mayor (1.114 ml frente a 295 y 186ml) en los animales con chupetes (Nipple), que en aquellos que tenían dos tipos diferentes de cazoleta (Float y Push). Sin embargo, a nivel de crecimiento, consumos, etc. no se apreciaron diferencias significativas.
Si tenemos en cuenta estos datos en el caso de los chupetes, se desperdiciaría más medicamento, y existiría un mayor riesgo de que los animales no recibieran la dosis diaria.
EL PRODUCTO
Los diferentes productos que se encuentran en el mercado, son los actores principales de este escenario. Sus características intrínsecas de naturaleza, solubilidad, estabilidad, etc. Determinan en gran medida la eficacia y facilidad de uso.
La propia naturaleza de sus sales supone un primer factor a tener en cuenta ya que algunos actúan como sales ácidas y otros como básicas. Esto como anteriormente vimos, supone que aquellos que tienen pH ácido se disocian mejor en aguas básicas y viceversa.
Dependiendo del tipo de principio activo o componentes de un preparado para agua de bebida, se verán estos afectados por diferentes procesos degradativos, que les aparecerán con mayor o menor celeridad. Por ejemplo, ciertos betalactámicos son sensibles a la hidrólisis (Crowley & Martini 2001).
Teniendo esto en cuenta, la fabricación y los excipientes que llevan los medicamentos son absolutamente claves a la hora de garantizar una estabilidad y solubilidad adecuadas, en el amplio abanico de condiciones que pueden encontrarse en las diferentes granjas. En algunos casos se añaden ácidos o sustancias con efecto regulador del pH para conseguir una mejor disociación y efectividad de la molécula.
La elaboración de los mismos puede ser crucial en otros casos, como el de sustancias puras que no llevan excipientes. En estos casos el tamaño de partícula puede ser el factor diferencial. Si la partícula es demasiado pequeña, es incapaz de romper la tensión superficial, lo cual hace que no pueda disolverse correctamente. La tecnología de control de dicho tamaño será la clave para conseguir en estos casos un funcionamiento óptimo del producto. También tendrá influencia sobre precipitados que puedan taponar conductos o chupetes.
CÓMO CALCULAR UNA MEDICACIÓN EN AGUA DE BEBIDA
Una vez considerados todos los factores que pueden afectarnos vamos a calcular con un ejemplo práctico una medicación en agua de bebida.
- Conocer el peso de los animales a tratar. Esto puede hacerse conociendo la edad de los mismos y teniendo en cuenta la curva de crecimiento de dicha explotación, o pesando una muestra representativa. Ejemplo:1000 cerdos de 30 kilogramos= 30.000 kg.
- Conocer su consumo de agua diario. Lo más eficaz y sencillo es disponer de contadores de agua. Existen en el mercado sensores que pueden darnos consumos a tiempo real y patrones de ingesta de agua. Los dispositivos de dosificación también nos pueden servir, conociendo el porcentaje de inclusión de la solución madre y el tiempo que tarda en consumirse cierta cantidad de dicha solución. Ejemplo: 3000 litros agua/día.
- Cumplir con las indicaciones de la ficha técnica del medicamento. Debemos tener en cuenta tanto la dosificación como la duración del tratamiento. Ejemplo: 12,5 mg/Kg peso vivo durante 5 días. El producto es puro, va al 100%. Luego 12,5 mg/Kg pv x 30.000 kg pv = 375.000 mg/día = 375 g de producto/día en 3000 litros de agua durante 5 días.
- Si se utilizase un dispositivo de medicación con inyección al 2%, habrá que preparar una solución madre: 3000 litros de agua x 2%= 60 litros de solución madre a los que adicionar 375 g de producto.
CONSEJOS Y BUENAS PRÁCTICAS
Por último, es indispensable cumplir con ciertas prácticas de manejo para asegurarnos de la eficacia de las terapias y el correcto funcionamiento de todo el proceso.
- Cumplir estrictamente las indicaciones de la ficha técnica y la prescripción veterinaria.
- Medir siempre es mejor que estimar. Los consumos de agua pueden variar drásticamente.
- Preparar diariamente el producto, no para varias jornadas. Esto nos asegura la mayor actividad del producto y nos permite reaccionar a variaciones ocurridas durante los días de tratamiento.
- Realizar una dilución previa del medicamento antes de añadirlo al tanque de agua o a la solución madre, en el caso de las presentaciones en polvo soluble. ” Añadir agua al polvo y nunca polvo al agua”. Nos garantiza una óptima solubilidad.
- Chequear diariamente que los animales han consumido lo que estaba calculado previamente. Si esto no ocurre, corregiremos los cálculos o comprobaremos que no ha existido ningún fallo. Debemos asegurarnos de que “está ocurriendo lo que debía ocurrir”.
- En caso de dispositivos de medicación en agua debemos llevar el adecuado mantenimiento de los mismos, y testar su funcionamiento, comparando el consumo de solución madre con el volumen que nos indique un contador, no dar nada por supuesto.
- Realizar limpiezas periódicas de las tuberias y tanques para evitar los sedimentos y la aparición de biofilm. Puede llevarse a cabo con diferentes productos como el dióxido de cloro y el ácido peracético.
- Analizar periódicamente las características fisicas, químicas y microbiológicas del agua de bebida.
- Antes de combinar productos, asegurarnos de su estabilidad y compatibilidad.
- Una vez terminado el tratamiento, comprobaremos que ha sido efectivo.
CONCLUSIONES
Los tratamientos en agua de bebida tienen valiosas ventajas sobre otras vías de medicación que debemos aprovechar para determinadas ocasiones en las que sean necesarios.
Es preciso conocer y controlar las diferentes variables que afectan a esta vía terapéutica para poder optimizar los resultados.
La mayoría de los inconvenientes son controlables mediante las adecuadas buenas prácticas de empleo.
Su uso debe ser acorde y responsable con la legislación vigente.
Referencias
Se enviará a aquellas personas que lo soliciten.
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