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Memoria porciFORUM 2020 – Emma Fàbrega i Romans

Emma Fàbrega i Romans es licenciada y doctorada en veterinaria por la UAB. En 1998 cursó un máster en comportamiento animal aplicado y bienestar animal de la Universidad de Edimburgo. Desde 2011 es diplomada del European College of Animal Welfare and Behaviour Medicine. Trabaja desde 2003 en el programa de Bienestar Animal del IRTA, donde ha participado y coordinado en proyectos financiados por la Unión Europea (Welfare Quality, Q-Porkchains, EUPIG, FEED-A-GENE…) o de financiación nacional (RETOWEL, ALCASDE; TECHWEL). Sus principales áreas de investigación son el desarrollo de estrategias para aumentar el bienestar animal en granja, especialmente en Porcino, y en la actualidad participa en diversas acciones y proyectos para encontrar estrategias viables para evitar la caudofagia y el raboteo en Porcino, así como en otros retos de futuro para el bienestar en Porcino como los alojamientos de cerdas lactantes.

Bienestar de la cerda en maternidad ¿Hacia dónde vamos?

El bienestar durante la fase de maternidad resulta de crucial importancia para los índices reproductivos y productivos, tanto en la madre como en el lechón. La legislación respecto al alojamiento durante el parto y de los lechones tiene un carácter genérico.

Las jaulas de maternidad impiden que la cerda desarrolle la conducta de nidificación, llegando a correlacionarse, según algunos autores, con partos prolongados y un incremento del número de mortinatos.

Se está trabajando en desarrollar sistemas de alojamiento que puedan conciliar un mejor bienestar para la cerda. Suiza, Suecia y Noruega han prohibido el uso de jaulas en la maternidad.

Existen actualmente 3 tipos de alojamientos alternativos a las jaulas: lactaciones en grupo, plazas individuales sin confinamiento y plazas individuales con confinamiento temporal.

Los retos para el futuro en maternidad van en la dirección de aumentar el bienestar y reducir la mortalidad neonatal. Además, la interacción entre los nuevos sistemas de alojamiento y el uso de genéticas hiperprolíficas debe considerarse con atención.

La fase de maternidad resulta de crucial importancia para que los índices reproductivos y productivos de una explotación sean eficientes. En esta fase productiva, el bienestar de la cerda y del lechón constituyen dos elementos fundamentales a considerar como herramientas que pueden aportar una mayor eficiencia.

La legislación europea de bienestar animal en porcino se ha centrado más en otras fases productivas, y los requerimientos legales son de carácter genérico acerca de proporcionar condiciones de alojamiento adecuadas para el parto y protección para los lechones. Sin embargo, durante los últimos 20 años la prolificidad y la conformación de las cerdas han cambiado sustancialmente.

Asimismo, los estudios acerca de sistemas de alojamiento sin jaulas para la maternidad también han ido en aumento, puesto que las expectativas y presión social en torno a una mejora del bienestar animal en esta fase productiva son crecientes.

El uso de las jaulas de maternidad se ha asociado tradicionalmente a algunas ventajas como la de aportar un espacio de seguridad para el lechón evitando así aplastamientos, y la de facilitar algunos aspectos de supervisión, manejo e higiene.

Sin embargo, las jaulas de maternidad impiden que la cerda desarrolle su conducta de nidificación, lo cual se ha asociado a unos mayores niveles de estrés, una menor liberación de oxitocina y, en consecuencia, una duración mayor del parto.

Algunos autores han encontrado correlaciones entre partos prolongados y un mayor número de mortinatos, e incluso en algunos estudios, el número de mortinatos se encontró superior en jaulas de maternidad que en sistemas sin confinamiento.

De ahí que se esté trabajando intensamente en desarrollar sistemas de alojamiento que puedan conciliar un mejor bienestar para la cerda, con unos índices de mortalidad neonatal aceptables.

En Europa, Suiza, Suecia y Noruega han prohibido el uso de jaulas en maternidad. Existen ya numerosos estudios de campo contrastando resultados de distintas opciones comerciales (ver, por ejemplo, Hansen, L. 2018, Test of 10 loose farrowing pen systems, SEGES).

En algunos países como Dinamarca, existen objetivos como el de mantener al 10% de las cerdas lactantes en sistemas sin jaulas en 2021 (Danish Agriculture and Food Council, 2016). El gran reto a superar para que estos sistemas se implementen es, precisamente, lograr unos índices de mortalidad neonatal aceptables.

La mayor parte de estudios concluyen que todavía existen retos a superar para que, tanto los requerimientos de la cerda, como los del lechón y el ganadero queden reunidos en el mismo sistema de alojamiento.

A parte de los sistemas “outdoor”, que no son muy comunes en España, existen tres grandes posibilidades de alojamientos alternativos a las jaulas:

Las lactaciones en grupo, las plazas individuales sin confinamiento y las plazas individuales con confinamiento temporal.

1. LACTACIONES EN GRUPO
Estos sistemas permiten a las cerdas y sus camadas mezclarse antes del destete.

La cerda puede previamente confinarse para el parto e integrarse al grupo entorno a los 10 días, o bien, las cerdas pueden permanecer en grupo incluso en el momento del parto, y disponer de acceso a boxes individuales donde nidificar.

Tanto las cerdas como los lechones suelen disponer de gran cantidad total de espacio, y de paja como cama, aunque en España se ha probado con suelo de slat.
En Van Nieuwamerongen et al. (2014) aparece una descripción detallada de algunos de estos sistemas.

2. SISTEMAS INDIVIDUALES SIN CONFINAMIENTO

Consisten fundamentalmente en proporcionar un corral individual de parto para cada cerda y su camada.

Ya en los 80, la Hillside sloped pen trataba de ofrecer un sistema de este tipo en el mismo espacio de la jaula convencional de maternidad, con suelo de emparrillado total y utilizando los propios barrotes de la jaula abierta como protección para los lechones.

A este diseño se añadieron con el tiempo otros elementos protectores para prevenir el aplastamiento de los lechones, como unas protrusiones en forma de seta en el centro del corral (BPEX, 2011).

En la actualidad, estas corralinas de parto pueden disponer de suelos compactos con paja como material de nidificación. Una revisión de estos sistemas aparece en Baxter et al. (2018).

La PigSAFE pen (FOTO 2), SowComfort pen, WelCon pen o FAT pen son ejemplos actuales de estos sistemas, que incluyen áreas separadas de descanso y defecación, y protecciones para los lechones, pero no contemplan limitar el movimiento de la cerda.

3. SISTEMAS INDIVIDUALES CON CONFINAMIENTO TEMPORAL

El problema principal de los dos sistemas descritos anteriormente es que los porcentajes de mortalidad neonatal, fundamentalmente por aplastamiento, son todavía elevados. Para reducirlos, se han desarrollado distintos tipos de alojamiento en los cuales se confina a la cerda durante las horas posteriores al parto y hasta los 2-3 primeros días, y permitiéndole después libertad de movimientos.

Durante las primeras horas después del parto la cerda está agotada y todavía siente dolor por lo que controla menos sus movimientos, lo que resulta en un mayor riesgo de aplastar a sus lechones.

Son ejemplos de estos diseños la 360º Farrower, la SWAP pen o la Combi-flex pen (ver una revisión en Baxter et al. 2018, Fotos 3 a y b). Este sistema ha sido probado y se está utilizando en países centroeuropeos y, actualmente, también existen datos procedentes de pruebas en granjas de Cataluña (JLF15 y SWAP, ver presentación de Deborah Temple).

El sistema SWAP es más grande (3 x 2 metros) y permite a la cerda separar la zona de defecación, la zona de descanso y la zona de alimentación. En ambos sistemas, la cerda puede darse la vuelta, pero, al mismo tiempo, se permite restringir el movimiento de la cerda en las horas alrededor del parto.

En los dos sistemas, los lechones disponen de un nido cómodo y cálido durante toda la lactación. El nido es un aspecto clave como área para promover la seguridad de los lechones y facilita las tareas de manejo.

Los retos principales de futuro en las salas de maternidad son, por lo tanto, aumentar el bienestar de la cerda permitiendo que su conducta de parto (nidificación y aislamiento) se pueda llevar a cabo, y continuar trabajando en la reducción de la mortalidad.

Nuevos sistemas de alojamiento sin jaulas o con solo restricción temporal de la cerda las horas/ días posteriores al parto se han evaluado, y ya existen desarrollos tecnológicos y prototipos comerciales que se están probando con resultados prometedores.

En relación a la mortalidad neonatal cabe destacar, además, que la utilización generalizada de cerdas hiperprolíficas ha conllevado una disminución del peso al nacimiento y una mayor variabilidad en los pesos dentro de las camadas, con un aumento de la mortalidad. Por lo tanto, la interacción entre los nuevos sistemas de alojamiento y el uso de genéticas hiperprolíficas debe considerarse con atención.

El manejo en cerdas hiperprolíficas es fundamental para garantizar la supervivencia de los lechones y, por lo tanto, es básico, en primer lugar, asegurar que la explotación donde se utilicen puede resolver todos los retos satisfactoriamente.

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