A mediados del XIX, John Snow demostró que el cólera en humanos era causado por el consumo de aguas contaminadas con materia fecal proveniente de sujetos “afectados”, al comprobar que los casos de esta enfermedad en la ciudad de Londres se agrupaban en las zonas donde el agua consumida estaba contaminada con heces.
Esta observación se derivó de un proceso cartográfico de los pozos de agua en un plano del distrito de Soho, localizando como culpable al pozo existente en Broad Street, en pleno corazón de la epidemia.
Snow recomendó a la comunidad clausurar la bomba de agua, con lo que fueron disminuyendo los casos de la enfermedad.
La importancia del trabajo realizado por John Snow en Inglaterra radicó en romper con los paradigmas existentes para la época, en la cual aún predominaba la fuerte creencia en la teoría miasmática de la enfermedad, también denominada «teoría anticontagionista».
A la metodología científica establecida por Snow se le conoce actualmente como el «método epidemiológico», el cual ha sido utilizado a través de la historia tanto para la investigación de las causas, como para la solución de los brotes de todas las enfermedades transmisibles.
Por ello se le considera a John Snow como el padre de la epidemiología moderna, dado que logró el control de la enfermedad, incluso 30 años antes de que se diera nombre al microorganismo (Vibrio cholera).
Las bases sentadas por Snow se sumaron a los avances en la conocida Edad Dorada de la Microbiología (a finales del siglo XIX y principios del XX), a saber, muestreos en masa, inmunización, tratamientos específicos, control de vectores, uso de animales centinelas, entre otras, llevando a la construcción de redes multifactoriales de la enfermedad.
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