Leptospirosis porcino - Tratamiento y control
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    Leptospirosis

Ficha de patología

Ficha de patología

La leptospirosis es una enfermedad aguda y febril causada por una bacteria del género Leptospira, que afecta sobre todo a los animales salvajes y domésticos.

En el cerdo, la leptospirosis se manifiesta a través de pérdidas reproductivas.

La infección endémica ocasiona pocas evidencias clínicas. Sin embargo, se refleja con frecuencia un desequilibrio inmunológico a través de los abortos, lechones nacidos muertos, lechones débiles o de baja viabilidad e infertilidad en cerdas.

Los antibióticos para el control de la leptospirosis siguen siendo los elegidos, en particular, el uso de la estreptomicina es considerado el antibiótico de elección para el tratamiento de elección. En el presente trabajo se propone como objetivo, implementar la dosificación adecuada de estreptomicina para el tratamiento frente a la leptospirosis porcina, dado el daño que esta enfermedad ocasiona al hígado y riñón de los cerdos.

 

INTRODUCCIÓN

La leptospirosis es una enfermedad causada por una bacteria (Leptospira interrogans) que tiene predilección por los riñones que también puede ocasionar problemas reproductivos (aborto, tercer trimestre casi a término y fiebre alta). Esta enfermedad afecta a numerosas especies animales, salvajes y domésticas, que son el reservorio y la fuente de infección para los humanos.

Las personas tienen el riesgo de enfermar debido al contacto con suelos contaminados con orina de animales infestados con leptospirosis.

Específicamente, la infección hacia los humanos ocurre, por el contacto con orina o tejidos de animales infectados, presentándose cuadros clínicos variables que van desde infecciones inaparentes, meningitis aséptica, hasta formas severas como el síndrome de Weil, (Heath et al., 1965 y Lee, 2000).

La leptospirosis es una enfermedad zoonótica (Thiermann, 1984), zoonótica que representa un riesgo elevado para la salud humana, y que genera elevadas pérdidas económicas en los sectores agropecuarios. Posee un comportamiento endémico.

Se trata de una infección sistémica, tanto en animales como el hombre, causada por varios serovares de Leptospira (Almenteros, 2004). Las infecciones por Leptospira son más graves en animales que no actúan como reservorios. Así, para cualquier serovar específico, la infección en el animal reservorio pasa a menudo inadvertida clínicamente, si bien en un animal receptivo puede tener resultados adversos.

La enfermedad es producida por serotipos de espiroquetas del género Leptospira. Este género contiene especies patógenas para los seres humanos (p.e., L. interrogans) y no patógenos (L. biflexia).

El complejo interrogans, con base en propiedades antigénicas, se subdivide a su vez en aproximadamente 180 serotipos. Estos 180 serotipos, por su comportamiento inmunológico, se han dividido en 18 subgrupos, y entre los más comunes se encuentran: L. icterohaemorrhagiae, L. autumnalis, L. canicola, L. pomona, L. australis, L. grippotyphosa, (Stallman, 1986).

Estos microorganismos tienen forma de espiral, son muy de 5-18 µm de longitud y 0,1-0,2 µm de ancho, tienden a formar un gancho aerobio que se ha diferenciado de otras espiroquetas patógenas y se puede cultivar en medios artificiales.

La patogenicidad de la leptospirosis puede ser el resultado de una asociación con otros agentes como Parvovirus porcino o el resultado de un desequilibrio fisiológico global. Esta enfermedad afecta a los riñones de los animales infectados, según refieren (Orrego, Giraldo de León y Valencia, 2003).

En el ganado porcino, la leptospirosis provoca pérdidas económicas de manera primaria por sus efectos sobre la reproducción, se estima que cerca de un 85% de las explotaciones testadas a nivel nacional son positivas a alguna serovariedad patógena de Leptospira.

Estos datos fueron obtenidos a través de análisis serológicos, mediante microaglutinación, de explotaciones sospechosas que muestran un cuadro de fallo reproductivo compatible con la leptospirosis porcina por lo que, previsiblemente, en términos globales la prevalencia sea menor (Aguarón y Farré, 2015).

La infección por Leptospira en los cerdos ocurre a través de las mucosas del tracto respiratorio, digestivo y de la conjuntiva (Pritchard, 2001), o a través de las lesiones en la piel. Estos microorganismos entran en sangre, se multiplican, y en un periodo de 2-7 días se detectan en vísceras. En un periodo de 5-10 días, se detectan anticuerpos circulantes aglutinantes (Pritchard, Little, Wrathall y Jones, 1985) y en este estadío el microorganismo se localiza en los túbulos renales y cesa la leptospiremia (Pritchard, Little, Wrathall y Jones, 1985).

Durante el proceso de la leptospiremia, la Leptospira cruza la placenta, infecta al feto y penetra en las cavidades serosas y se establece en líquido cerebroespinal y en los túbulos renales proximales, causando daños en el hígado y en otras vísceras, (Taylor, Guilford, Clark, Hale and Forster, 2001).

Cuando las infecciones son agudas se presencia una hemoglobinuria, ictericia, anorexia y uremia terminal.

Cuando la infección no lleva a la muerte, la Leptospira se elimina por orina (Cargill, Davost, 1981), variando la duración según cada animal y según cada serovar (Hathaway, Little, Wrathall, 1981).

Por otra parte, es de destacar que cuando ocurre infección por Leptospira en cerdas gestantes y la invasión fetal ocurre sin que el feto haya desarrollado una adecuada respuesta inmunitaria, el resultado es la muerte del feto seguida de reabsorción, aborto o nacido muerto.

En los casos de infección en las cerdas gestantes al inicio de la gestación, el embrión es reabsorbido y se observa un fallo de gestación habiendo un bajo porcentaje de partos, (Taylor, Guilford, Clark, Hale y Forster, 2001); (Frantz, Hanson, Brown, 1989).

Cuando la infección se establece al final de la gestación se ve reducido el tamaño de los lechones. Si la infección ocurre cuando el feto está en desarrollo, se crea una respuesta inmunitaria y el suero de los lechones nacidos muertos contendrá anticuerpos frente a Leptospira y, en estos casos puede diagnosticarse la leptospirosis desde los fluidos fetales, (Frantz, Hanson, Brown, 1989).

 

Las infecciones antes referidas son las que mayores pérdidas económicas ocasionan, sin embargo, existen otras infecciones a tener en cuenta, que ocasionan daños significativos en la producción porcina.

Los signos clínicos que con frecuencia se observan en las explotaciones porcinas son abortos con fetos sin lesiones, cerdos nacidos muertos, mortalidad neonatal elevada y disminución del tamaño de la camada (Andre-Fontaine, Ganiere, 1990); (Ellis, Montgomery, McParland, (1989).

El diagnóstico de la leptospirosis en porcino se torna complejo. Se basa en el cultivo del organismo o en la demostración serológica, lo que provoca retraso en un diagnóstico certero y rápido para controlar a tiempo la enfermedad.

El cuadro clínico se complica y tiende a confundir a la hora de aplicar un tratamiento oportuno. La leptospirosis en cerdos cursa de forma similar a otras patologías que se deben considerar en el diagnóstico diferencial, p.e., fiebres de origen desconocido, hepatitis agudas virales, colangitis, salmonelosis, sepsis por otras bacterias, meningitis, encefalitis, etc.

Medina, Alarcón, Leyva y González (2018), refieren que el diagnóstico clínico de la leptospirosis en cerdos es complejo, ya que la enfermedad es difícil de detectar por la variedad de serotipos existentes.

Algunas variedades muestran un comportamiento endémico estable y se mantienen en hospederos específicos o de mantenimiento, mientras que otras ocurren como infecciones incidentales.

Los cerdos actúan como hospedadores de mantenimiento para L. pomona, L. australis y L. tarassovi, mientras que L. canicola, icterohaemorrhagiae, hardjo y grippotyphosa se presentan en animales de granja, silvestres o en plagas, como ratas y ratones.

Debido a la complejidad que presenta el diagnóstico de la leptospirosis, al presentar los cerdos en el inicio de la enfermedad pocos signos, y los que presentan son esporádicos y a veces inaparentes, según los citados autores, el tratamiento también se torna complicado porque se puede aplicar alguno que no sea eficaz, ocasionando una afección mayor.

Para un adecuado tratamiento se debe tener en cuenta una serie de medidas que incluyen tratamiento, vacunación y la aplicación de procedimientos de bioseguridad.

El empleo de antibióticos para el tratamiento y control de la leptospirosis resulta eficaz, pero también es importante el control de roedores y la vacunación que se realiza combinada con Parvovirus.

En el mercado existen diversos productos que permiten alcanzar el éxito en el tratamiento de la leptospirosis porcina.

Dentro de los productos para el éxito del tratamiento de la leptospirosis se encuentran los antibióticos. Entre los indicados para su control se encuentran la penicilina, penicilinas semisintéticas, estreptomicina, doxiciclina y tiamulina, antibióticos que ofrecen resultados satisfactorios, aunque el más efectivo es la estreptomicina.

La estreptomicina responde satisfactoriamente frente a la Leptospira, una bacteria gramnegativa perteneciente al orden Spirochaetales y a la familia Leptospiraceae, que son helicoidales y aerobias obligadas. Dentro de los factores de virulencia de las leptospiras patógenas se encuentran endotoxinas, hemolisinas esfingomielinasa fosfolipasa y proteínas superficiales de adherencia, lo que favorece el uso de la estreptomicina en el tratamiento de la leptospirosis.

La estreptomicina es uno de los medicamentos más recomendados. Para aplicarlo, en primer lugar, los animales enfermos deben medicarse vía parenteral con estreptomicina a una dosis de 25 mg/kg de peso corporal, en una sola dosis o en periodos de tres a cinco días.

Para reducir la presencia de abortos y los fallos reproductivos se recomiendan los tratamientos inyectables en hembras una semana antes de la cubrición y dos semanas tras el parto.

La estreptomicina es un antibiótico del grupo de los aminoglucósidos aislado de los cultivos del Streptomyces griseus, de acción bactericida. Se absorbe perfectamente por vía intramuscular, alcanzando niveles hemáticos efectivos a las tres horas, disminuyendo lentamente a partir de la séptima hora.

En cambio, por vía digestiva su absorción es casi nula por lo que carece de toxicidad y de ahí su empleo en el tratamiento de infecciones intestinales.

El tratamiento con la estreptomicina difunde a todos los tejidos, incluida la barrera hematoencefálica cuando las meninges están inflamadas, eliminándose la cantidad administrada intramuscularmente casi completamente en forma activa por el riñón y una fracción menor por la bilis. Es por ello que el tratamiento de la leptospira resulta efectivo este medicamento.

Cuando se confirma la infección por Leptospira se consideran portadores a todos los animales. Es por ello que, además de introducir el sistema de la medicación estratégica inyectable en hembras, también se recomienda medicar a los verracos, en el mismo periodo, con estreptomicina (25 mg/kg de peso corporal) de tres a cinco días.

Las prácticas de manejo que eliminen las poblaciones de roedores e impidan la contaminación del alimento y el agua por la orina, también contribuirán en gran medida a sanear el ambiente, siendo importante tener suelos bien cementados y con buen drenaje para evitar corrales encharcados, así como eliminar el acceso a beber en lagunas y charcas.

Los roedores, mascotas y la fauna silvestre local pueden estar también infectados y contribuir a la diseminación de la leptospirosis.

La medicación con estreptomicina, ha mostrado buenos resultados en el tratamiento de la leptospirosis porcina al usar dihidroestreptomicina/penicilina G (25 mg/kg de peso corporal) de tres a cinco días. Tratamiento que se puede repetir si hay una reinfección.

La implementación de medidas estrictas de bioseguridad, como la higiene de los empleados y de los animales, programas de limpieza y desinfección de las instalaciones o tratamiento y filtración del agua de bebida es recomendable para el control de la leptospirosis en cerdo.

El tratamiento de la leptospirosis puede resultar complicado, ya que la respuesta a los antibióticos en un brote agudo es variable.

 

TRATAMIENTO DE LA LEPTOSPIROSIS PORCINA

La interrupción de la leptospirosis porcina, según refieren García Peña y et al., (2014), requiere de la utilización de medidas complementarias entre sí, como el tratamiento con antibióticos, la vacunación y la profilaxis higiénico-sanitaria, para evitar las pérdidas económicas derivadas de la introducción de esta infección en una explotación.

La leptospirosis puede ser tratada con inyecciones de penicilina, penicilinas semisintéticas y animales con enfermedad aguda. Sin embargo, para la prevención de los abortos se recomienda el uso de inyecciones de estreptomicina (25 mg/kg) en una sola dosis o con tratamientos de tres a cinco días.

La estreptomicina es un potente antibiótico aislado del Streptomyces griseus por Waksman y colaboradores en 1943, fue el primer aminoglucósido introducido para la terapia antimicrobiana.

La dihidroestreptomicina se obtiene a partir de la reducción de estreptomicina.

La estreptomicina y dihidroestreptomicina son agentes terapéuticos muy valiosos a causa de su efectividad sobre las bacterias gramnegativas. También aumentan la actividad de otros fármacos que son activos solamente sobre las bacterias grampositivas.

El método de elección para el tratamiento de las infecciones generales es la administración de estreptomicina por vía intramuscular. También puede usarse la inyección subcutánea, la inyección intravenosa de estreptomicina o de dihidroestreptomicina no se recomienda por la posibilidad de intoxicación aguda fatal, tromboflebitis y choque.

La administración oral de estreptomicina o dihidroestreptomicina es satisfactoria para el tratamiento de las infecciones entéricas, pero no para la terapéutica de las infecciones generales porque se absorbe poco.

La aplicación tópica está contraindicada por su escasa absorción y por el riesgo de sensibilización y desarrollo de resistencias.

La estreptomicina es especialmente efectiva contra Pasteurella, Brucella, Hemophilus, Salmonella, Klebsiella, Shigella y Mycobacterium y en la Leptospirosis. Esencialmente la dihidroestreptomicina es igual a la estreptomicina en cuanto a su acción antibacteriana.

El tratamiento de la Leptospirosis con estreptomicinas a las cerdas gestantes, una semana antes de la cubrición y dos semanas antes del parto, ha mostrado resultados eficaces en la prevención de pérdidas reproductivas.

Basado en lo antes referido para el tratamiento de la leptospirosis en cerdos, y de acuerdo al impacto que posee esta enfermedad en las cerdas gestantes, se recomienda implementar la dosificación adecuada de estreptomicina para el tratamiento frente a la infección por Leptospira, dado el daño que esta enfermedad ocasiona al hígado y riñón de los cerdos.

Utilizar estreptomicina (25 mg/kg) en una sola dosis o con tratamientos de tres a cinco días, contribuye a la disminución de los abortos, lo que es útil para obtener producciones eficaces en cerdos.

 

RESULTADOS 

Los tratamientos con estreptomicina, al ser aplicados una semana antes de la cubrición y dos semanas antes del parto, contribuyen a la disminución de pérdidas reproductivas.

El uso de la estreptomicina para el tratamiento de la leptospirosis, evita la existencia de camadas cortas, uno de los efectos perjudiciales de la leptospirosis.

Poseer adecuadas condiciones ambientales contribuye a un bajo grado de infección de los animales en una explotación.

El sistema de producción, el manejo y las instalaciones, así como la virulencia de la serovariedad y la susceptibilidad del hospedador, mejoran cuando las condiciones ambientales son las recomendadas para el cuidado y conservación de la salud animal.

 

CONCLUSIONES

Las infecciones por Leptospira están presentes en cerdos de todo el mundo, en granjas intensivas, extensivas, jabalíes y cerdos silvestres.

El tratamiento de la leptospirosis porcina se basa en una serie de medidas que incluyen tratamiento, vacunación y la aplicación de procedimientos de bioseguridad, que es sin duda el factor principal en la prevención de la enfermedad.

Para eficientes producciones porcinas y contrarrestar las pérdidas que ocasiona la leptospirosis porcina, se recomienda el uso de la estreptomicina.

Antibiótico del grupo de los aminoglucósidos aislado de los cultivos del Streptomyces griseus, de acción bactericida, por lo que en la actualidad y con el fin de evitar la reaparición de leptospirosis en la explotación, todas las cerdas reciben un tratamiento postparto con estreptomicina.

Los aminoglucósidos permanecen como una clase de antimicrobianos de uso habitual y eficaz en la práctica clínica. A pesar de que existen diversos mecanismos de resistencia continúan siendo activos frente a gran parte de los bacilos gramnegativos aerobios.

En la actualidad, aunque pueden utilizarse en monoterapia en las infecciones urinarias, se utilizan fundamentalmente en combinación con betalactámicos en infecciones graves por bacilos gramnegativos.

Los conocimientos sobre los parámetros farmacocinéticos y farmacodinámicos han sugerido su uso en monodosis, cuya eficacia ha sido similar a la administración en multidosis en diversos estudios, los cuales también han demostrado una tendencia a menor toxicidad.

 

REFERENCIAS

Aguarón, A., Farré, C. (2015). Las especies patógenas de leptospiras son las que tienen un interés cada vez más reciente en la producción porcina actual, porciNews.

Almenteros, C., Arrieta, G. (2004). Seroprevalencia de leptospirosis porcina en el Departamento de Córdoba. Universidad de Córdoba, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Instituto de Investigaciones Biológicas del Trópico, Montería Córdoba

Andre-Fontaine, Ganiere (1990). Jornadas Internacionales de Producción Porcina. Loudeac, Francia.

Cargill, Davost (1981). Australian Veterinary Journal 57, 236-238

Ellis, W.A.; Montgomery, J.M.; McParland, P.J. (1989) An experimental study with a Leptospira interrogans serovariedad Bratislava vaccine. Vet Rec 12,319–321.

Frantz, J.C.; Hanson, L.E.; Brown, A.L. (1989). Effect of vaccination with a bacteria containing Leptospira interrogans sero-variedad bratislava on the breeding performance of swine herds. Am. J. Vet. Res. 50,1044-1047.

García Peña, F.J., Castro Hansson, M., García Serrano, T., Lorente Fernández, S., Frías Soriano, N. (2014): Leptospirosis porcina: situación, diagnóstico y control, Suis 104,26-31.

Hathaway, S.C.; Little, T.W.A. (1981). Prevalence and clinical significance of leptospiral antibodies in pigs in England. Vet. Rec. 108,224-228.

Heath C W Jr, Alexander A D, Galton M M. (1965). Leptospirosis in the United States. N Engl J Med, 273: 857-64.

Lee, S. (2000). Identification and partial characterization of a novel hemolysin from Leptospira interrogans serovar Lai”. Gene. 254. 1-2. 19–28.

Medina, S. A., Alarcón, J. A., Leyva, M. Y. y González, N. (2018). Análisis costo-beneficio del control de vectores en la transmisión de la leptospirosis en cerdos. Ref. 051825_REDVET (Ref. prov. 181808_analisiscostebeneficio, Recibido 02/03/2018, Aceptado 25/04/2018, Publicado 01/05/2018) está disponible en http://www.veterinaria.org/revistas/redvet/n050518.html; Recuperado de: http://www.veterinaria.org/revistas/redvet/n050518/051825.pdf

Orrego, A; Giraldo de León, G. y Valencia, P. (2003). Leptospirosis en personas de riesgo de quince explotaciones porcinas y de la central de sacrificio de Manizales, Colombia”. Arc. Med. Vet., 35. 1–10.

Pritchard G. (2001). Milk antibody testing in cattle. In Practice, 23, 542–548.

Pritchard, D.G.; Little, T.N.A.; Wrathall, A.E.; Jones, P. (1985): Epidemiology of leptospirosis in relation to reproductive diseases in pigs. Pig Vet. Soc. Proc. 12,65-82.

Stallman ND. (1986). International Committee on Systematic Bacteriology. Subcommittee on the taxonomy of Leptospira. Minutes of the Meeting, 5 and 6 September 1986, Manchester. Int J Syst Bacteriol, 37: 472-73.

Taylor RK, Guilford PJ, Clark RG, Hale CN and Forster RLS. (2001). Detection of in plant material using novel polymerase chain reaction (PCR) primers. New Zealand Journal of Crop and Horticultural Science 29:35-43.

Thiermann, A.B. (1984): Leptospirosis: current developments and trends. JAVMA, 184,722-725.

Tras abordar todas las facetas y pormenores de la Leptospirosis, sobre su epidemiología, diagnóstico y prevalencia, llega el momento en que el técnico de la explotación debe tomar decisiones y establecer protocolos de actuación.

Ante casos sobreagudos, con terribles consecuencias reproductivas, la mayoría respondemos con toda la artillería disponible, atacando con las moléculas con las que sabemos que obtenemos buenos resultados, como por ejemplo la dihidroestreptomicina.

Pero son precisamente los casos subclínicos o crónicos provocados por serovares adaptados, los que nos causan más dudas sobre la forma de proceder. ¿Merece la pena tomar medidas preventivas? ¿Cuál es la mejor para mi explotación? ¿Conozco el impacto real de la enfermedad?

El conocimiento del impacto económico de una enfermedad permite estimar su relevancia en relación con otras condiciones patológicas y la selección de las mejores alternativas de prevención y control.

Como ya hemos comentado, una infección aguda de Leptospira tiene un impacto directo y muy visible:

Abortos

Aumento de lechones nacidos muertos

Lechones débiles que se traducen en un aumento de mortalidad en el destete

Pero la Leptospirosis subclínica incontrolada y endémica puede causar un goteo de pérdidas importante, tanto como un grifo mal cerrado.

 

  La Leptospirosis crónica causa:  

Pérdidas en el total de cerdos nacidos, cerdos nacidos vivos y destetados

Aumento de las muertes fetales y de la mortalidad antes del destete al incrementar el número de lechones vivos pero débiles y de baja viabilidad

Reducción de la tasa de parto

Reducción del peso promedio al nacimiento Aumento del número de camadas cortas o litter scatter

Posible aumento del intervalo entre el destete y cubrición fértil

 

Ejemplo práctico

Pongamos un ejemplo práctico para poder cuantificar la pérdida. Imaginemos dos granjas, A y B, de 1.000 cerdas cada una: la granja A tiene la Leptospirosis controlada, mientras que la granja B no*.

*Análisis realizado a partir de los resultados medios de las granjas españolas y resultados de una granja con leptospirosis subclínica.

Si tenemos en cuenta estos datos, podemos calcular el número de lechones destetados por cada una de las granjas:

 

Resultados

En vista de estos resultados, podemos ver que la granja B está dejando de producir 7.240 lechones por el mero hecho de tener la Leptospira descontrolada o sencillamente por no prestarle atención.

Todo este análisis comparativo tiene en cuenta que los costes de producción de ambas granjas son aproximadamente los mismos.

La granja B, tendrá algunos costes más bajos, por ejemplo, gastarán menos en vacunas porque tienen menos cerdos destetados. Sin embargo, aumentará los gastos derivados de:

Los costes totales de semen

Los costes totales de las cerdas de reemplazo porque tienen que criar más cerdas (tasa de parto más baja) y traer más cerdas de reemplazo (tasa de eliminación más alta)

Costes en fármacos superiores

Al final, cualquier ahorro inicial se ve contrarrestado rápidamente por los costes más altos, por lo que los dos sistemas gastan aproximadamente la misma cantidad cada año, a pesar de que la granja A produce 7.240 lechones más cada año.

Si, finalmente, adjudicamos un coste al lechón destetado, siempre podremos traducir las variaciones productivas entre la granja A y la B a euros.

Este es un análisis rápido y simple, pero que cualquiera de nosotros puede realizar para conocer en detalle el coste real de nuestras acciones y poder apoyar con argumentos económicos el por qué de nuestras decisiones.

En la mayoría de los casos, las leyes que afectan directamente a nuestras rutinas fundamentales crean gran revuelo, expectación e incluso ansiedad. Pero la especie humana se caracteriza por su inteligencia (aunque a veces lo ponga en duda) y por su capacidad de adaptación a los cambios.

Fijaros con la ley antitabaco, cuando surgió nos parecía prácticamente imposible que se llevara a cabo y el sector de la hostelería estaba convencido que sería su fin. Sin embargo, hoy en día, las nuevas generaciones nos miran extrañados cuando les explicamos que podíamos fumar en los exámenes, en la oficina, ¡en los autocares! ¡Pero si los coches nuevos no tienen ni cenicero!

Con el control de los antibióticos estoy convencida que ocurrirá exactamente igual, aprenderemos a trabajar mejor, a diagnosticar y a usarlos de forma racional, pero sin grandes debacles productivos.

Grandes debacles no, pero pequeñas consecuencias a tener en cuenta, sí.

Dejadme que os ponga un ejemplo: Con la disminución de la medicación del pienso, no solo se verán afectados los cerdos, también otros desafortunados inquilinos: los roedores.

Cuando realizábamos blanqueos para tratar enfermedades difíciles e insidiosas en las granjas, como la Leptospirosis, una de las claves del éxito era que indirectamente tratábamos a uno de los principales reservorios de la enfermedad, evitando que diseminara la espiroqueta por toda la explotación.

En estos nuevos tiempos, nuestra actuación como veterinarios pasará por refrescar aspectos de la enfermedad que nos ayuden a hacer planteamientos preventivos y aproximaciones terapéuticas diferentes, pero igualmente exitosas.

El conocimiento de la epidemiologia, la patogenia, y obviamente el diagnóstico marcaran nuestro día a día.

Siguiendo con el ejemplo de la Leptospirosis, ¿recordamos su epidemiología?

 

FUENTES DE INFECCIÓN

Las principales fuentes de infección son la orina, la placenta, los fetos abortados y las descargas vulvares de animales infectados y todo aquello que se infecte con dichos fluidos (agua, comida, material).

TRANSMISIÓN

La transmisión directa es el modo de transmisión más frecuente y, por ello, los alojamientos en parques de cerdas gestantes ha favorecido el resurgimiento de la enfermedad.

SUPERVIVENCIA

La capacidad de supervivencia de la Leptospira en el ambiente determina su transmisión indirecta, siendo importante conocer qué factores prolongan la supervivencia de esta bacteria en el ambiente:

 Temperaturas templadas (25ºC o ligeramente inferiores)

Ambientes húmedos

 pH neutro o ligeramente alcalino

 Presencia de materia orgánica

Si tenemos en cuenta estos factores, podemos entender la estacionalidad de la enfermedad en algunas granjas (otoño y primavera, temperatura templada y humedad), así como su mayor presencia en zonas encharcadas o de alta pluviosidad y en explotaciones sin programa de control de roedores.

También podemos deducir que acciones como el uso de ácidos orgánicos, así como las operaciones limpieza y desinfección y posterior secado, serán de gran ayuda.

Tradicionalmente, uno de los métodos de control más usados frente a Leptospira era el tratamiento con antibióticos de toda la explotación al mismo tiempo, durante un mínimo de 3 semanas.

Sin embargo, algunos técnicos, en explotaciones con muchos problemas reproductivos por Leptospira, optan por un uso combinado de vacunas frente a serovariedades específicas junto con tratamiento antibiótico de determinados animales:

Tratamiento con estreptomicina de los animales de la cuarentena (en granjas con mayor incidencia de abortos en cerdas de primer y segundo parto)

Se ha descrito el tratamiento con dihidroestreptomicina a dosis de 30mg/kg para frenar un brote de abortos.

En casos de monta natural o producción propia de semen, tratamiento de los verracos con estreptomicina.

A los nuevos tiempos pues, recurramos al conocimiento, a la imaginación, a la flexibilidad, obviamente a la Bioseguridad y otras medidas transversales, porque ello nos hará crecer como profesionales y como sector.

Parece de locos hablar de un tema tan evidente pero los que firmamos certificados de declaración de estatus sanitarios sabemos a qué nos enfrentamos.

Nuestros lectores saben que para comercializar los cerdos de las explotaciones debemos firmar un certificado conocido como DVR que valora la situación sanitaria de la explotación.

Dicho así puede parecer una simple firma, pero la responsabilidad de esa acción es mucho mayor de lo que nos imaginamos.

La firma de un certificado, receta o cualquier otro documento tiene más valor del que le damos. Y sí vamos al caso que os quiero plantear todavía tiene mayor importancia.

Estos días, con la amenaza de la Peste Porcina Africana, estamos oyendo continuamente que la situación sanitaria es tan importante para el sector que cualquier caso de dicha enfermedad cerraría las fronteras.

 

No quiero ser alarmista, pero si analizamos nuestros certificados de validación sanitaria o DVR y lo hacemos en profundidad, vemos que certificamos muchas explotaciones sin tener un diagnóstico certero.

Para ilustrar esta situación podríamos tomar como ejemplo cualquier enfermedad de la que debamos declarar sin síntomas a una explotación en el DVR, pero voy a tomar la Leptospirosis como ejemplo.

Sabemos que, para la leptospirosis, en algunas explotaciones la incidencia ha cambiado.

Se ha pasado de no haber incidencia alguna o muy baja a ser una de las enfermedades de las que más se habla en incidencia reproductiva relacionada con abortos a mitad de gestación e infertilidad.

¿Qué hay de cierto en esta situación?

Pues poca luz, parece. Sobre todo a nivel clínico que, con el cambio a cerdas libres a partir de los 28 días, ha aumentado el problema, pero sin confirmar a ciencia cierta.

Y ¿por qué?

Porque el diagnóstico es complejo y no tenemos, ni para esta enfermedad ni para otras, una pauta de diagnóstico que se ajuste a la enfermedad y a la situación epidemiológica.

Sin embargo, en nuestros DVR firmamos que no hay presencia de la misma, y por lo que vemos en lo que encuentran los laboratorios de diagnóstico y las empresas que desarrollan y venden productos para su prevención, no parece que la situación sea tan tranquila.

Además debemos reconocer que, a nivel clínico, y con la coincidencia de la suelta de las cerda por el Bienestar Animal, los problemas de una posible leptospirosis han aumentado.

 

Lo que quiero transmitir es la importancia del diagnóstico, como veterinario y responsable de firmar ese tipo de certificados, o cualquier otro que implique un diagnóstico presuntivo y consolidado en el tiempo (como es el caso del DVR, imprescindible para exportar).

Estamos en el país de las 17 realidades, que no son otras que la situación de cada Comunidad Autónoma. Como ya sabemos, la Sanidad Animal está transferida a cada Autonomía y eso no es ni bueno ni malo, solo es una realidad que complica la ejecución de este tipo de trabajo, ya que cada una lo interpreta de una forma diferente.

Lo primero es que cada Comunidad Autónoma usa figuras veterinarias diferentes. Esto ya es un mal punto de partida.

Debería haber una figura aséptica, responsable y con conocimientos que fuera como el médico de cabecera para cada explotación y que estuviese bien regulado, lo que siempre se ha denominado Veterinario Responsable de Explotación.

Una vez que la figura del veterinario responsable de la explotación fuese igual para todas las explotaciones de porcino, bien regulada y controlada, se deberían consensuar unas indicaciones de diagnóstico iguales para todos.

 

Seguro que esta situación, a muchos, les parece sencilla, pero os puedo asegurar que no es así.

En primer lugar, cada Comunidad Autónoma interpreta la figura del veterinario responsable de la explotación de forma diferente.

Para algunas Comunidades Autónomas, ese tipo de certificados (DVR) los deben firmar los veterinarios oficiales, mientras que para otras es la figura del Veterinario de Explotación la responsable de llevarlo a cabo.

Además, no existe un protocolo común de diagnóstico por lo que no resulta fácil determinar qué debemos certificar.

 

Ante esta situación, no resulta fácil adaptarse a una certificación coherente. Siguiendo con el ejemplo de la Leptospirosis, seguro que hay más casos de los que parece pero menos de los que se diagnostican bien.

Si se estableciera un protocolo común para todas las explotaciones, la certificación tendría más sentido.

Para aquellos casos positivos se podría usar el antibiótico pertinente (por ejemplo, la Estreptomicina 25mg/kg), que al final es la herramienta más adecuada para erradicar la Leptospirosis, a la vez que se podrían usar vacunas para su prevención y llevaríamos a cabo medidas de manejo adecuadas.

Con este escenario todo sería mucho más razonable.

 No se estarían emitiendo certificados en ocasiones faltos de información. 

 Haríamos un mejor uso de la antibioterapia. 

 Tendríamos un mapa epidemiológico de la situación de nuestras explotaciones. 

 

Estos días se oye con mucha frecuencia que el sector porcino es un “gigante con los pies de barro”.

Lo que sí es cierto es que, como en todos los órdenes de la vida, hay cuestiones a mejorar y la calificación sanitaria es una de ellas, además de la figura veterinaria como garante de la misma. En ambos casos, Administración y Sector deberían ir de la mano en esos cometidos.

No basta solo con confirmar que se trata de una Leptospirosis, sino que es importante saber si el agente implicado es una serovariedad adaptada o accidental, ya que de ello dependerán las medidas correctoras que tendrán que llevarse a cabo para la resolución del problema.

DISTRIBUCIÓN DE LEPTOSPIRA EN EL MUNDO

El género Leptospira esta formado por 22 especies que incluyen más de 250 serovariedades.

 

Estas serovariedades se distinguen por sus componentes antigénicos, de forma que aquellas que tienen cierta similitud y se cruzan serológicamente hasta un determinado grado se engloban en un taxón artificial denominado serogrupo.

Cada serovariedad es mantenida, generalmente, solo por una o unas pocas especies de mamíferos, siendo endémica únicamente en determinadas regiones geográficas.

 

 

HOSPEDADORES

  Serovariedades adaptadas  

El ganado porcino solo se ha descrito como hospedador de mantenimiento o reservorio de las serovariedades Bratislava, Pomona y Tarassovi, actuando como hospedador accidental del resto de las serovariedades.

En cuanto a su distribución, solo la serovariedad Bratislava presenta una distribución mundial, mientras que Pomona y Tarassovi son poco frecuentes en Europa occidental.

  Serovariedades accidentales  

En el caso de las serovariedades accidentales, su importancia dependerá de la distribución de su hospedador de mantenimiento. Así, la única que presenta una distribución mundial es la serovariedad Icterohaemorrhagiae, ya que su hospedador de mantenimiento es la rata gris.

 

 

PREVALENCIA

En España, los estudios serológicos realizados han revelado una prevalencia:

  • Alta de la serovariedad Bratislava
  • Moderada de la serovariedad Icterohaemorrhagiae
  • Relativamente baja para el resto de serovariedades

 

 

La circulación de diferentes genotipos de la serovariedad Pomona en ganado vacuno y porcino en extensivo también se ha descrito. En la Tabla 1 se recogen las prevalencia de las diferentes serovariedades y sus principales hospedadores de mantenimiento.

Tabla 1. Hospedadores de mantenimiento y prevalencia de las serovariedades adaptadas y accidentales al ganado porcino en nuestro país.

¿CÓMO ENTRA LA LEPTOSPIROSIS EN LA EXPLOTACIÓN?

En el caso de las serovariedades adaptadas, la entrada en la explotación se produce por la introducción de animales portadores que eliminan leptospiras en su orina y/o portan la bacteria en el aparato genital, o por el uso de semen contaminado.

En el caso de las serovariedades accidentales, la entrada se produce por el contacto con orina de los mamíferos que las mantienen, principalmente roedores.

 

 

 

La orina de animales portadores es la principal fuente de infección, principalmente en el caso de la serovariedad Pomona. La transmisión se facilita con el alojamiento de las cerdas en grupo.

La infección se produce principalmente a través de la mucosa ocular, nasal, oral o del tracto genital y a las 24-48 horas se produce una fase de leptospiremia que dura, aproximadamente, una semana.

¿CÓMO SE MANIFIESTA LA INFECCIÓN?

La mayoría de las infecciones son subclínicas, pero en infecciones por cepas productoras de hemolisina de las serovariedades Icterohaemorrhagiae y Pomona puede observarse en ocasiones un proceso clínico agudo con:

 Fiebre alta

 Ictericia

 Hemoglobinuria

 A veces, muerte en animales menores de 3 meses o debilitados, como por ejemplo cerdos infectados por circovirus

En animales adultos o en infecciones por cepas de otras serovariedades se produce durante la leptospiremia fiebre ligera e inapetencia que normalmente pasan desapercibidas.

La fase de leptospiremia termina con la producción de anticuerpos, los cuales pueden detectarse por pruebas serológicas a los 10-14 días.

Como consecuencia, las leptospiras desaparecen de la sangre y de la mayor parte de los órganos, aunque pueden permanecer en los riñones y el aparato genital de cerdas y verracos.

Esta respuesta inmune humoral alcanza su máximo a las 3-6 semanas, se mantiene durante unos 2 meses y posteriormente comienza a declinar, aunque en muchos animales pueden mantenerse títulos bajos durante años.

En cerdas gestantes, las leptospiras pueden atravesar la placenta y, dependiendo del momento de la gestación, producir mortalidad embrionaria, abortos, momificados y/o nacimiento de lechones muertos o poco viables.

Abortos, nacidos muertos y nacimiento de lechones poco viables son en muchos casos los únicos síntomas de la leptospirosis.

En el caso de las serovariedades accidentales, las alteraciones reproductivas tienen lugar al poco tiempo de la infección, mientras que en el caso de las serovariedades adaptadas pueden producirse semanas o meses después de la misma.

Las serovariedades accidentales son eliminadas de los riñones y del aparato genital, siendo por tanto brotes limitados en el tiempo. Por el contrario, las serovariedades adaptadas se multiplican y persisten en los riñones, eliminándose en la orina durante un tiempo prolongado.

En consecuencia, seguiremos observando alteraciones reproductivas en nulíparas y en cerdas de primer ciclo que al no haber tenido contacto con la bacteria, no han desarrollado inmunidad y se contagian con la orina de las cerdas que han quedado como portadoras.

Por último, mientras que las serovariedades accidentales y las serovariedades Pomona y Tarassovi se eliminan del tracto genital y no van a a afectar a la reproducción en los siguientes ciclos, la serovariedad Bratislava puede persistir hasta 5 meses o más en el tracto genital tanto de la cerda como del verraco.

 

¿CÓMO PODEMOS DIAGNOSTICAR LA LEPTOSPIROSIS?

El diagnóstico laboratorial es necesario para diferenciar la leptospirosis de otros procesos que cursan con alteraciones reproductivas:

  • PRSS
  • Brucelosis
  • Endometritis

Muestras a enviar

  • Orina de las cerdas
  • Hisopos vaginales de las cerdas con descargas
  • Placenta
  • Vísceras fetales (pulmón, hígado y riñón)
  • Contenido de estómago del feto
  • Suero de cerdas que han abortado

El único método que permite de cerdas que han abortado determinar la serovariedad infectante es el cultivo y aislamiento, pero es difícil, caro, tedioso y solo lo pueden llevar a cabo laboratorios especializados.

Es aconsejable la combinación de un método directo rápido, como la inmunofluorescencia o las pruebas de PCR, con la serología para llegar a determinar al menos el serogrupo implicado.

El método directo permitirá establecer un diagnostico de leptospirosis y el serogrupo infectante será aquel frente al que se detecte el título de anticuerpos más alto en la serología.

La prueba serológica de referencia es la prueba de microaglutinación.

En las infecciones por serovariedades accidentales y la serovariedad Pomona, suele producirse una respuesta serológica fuerte y la detección de altos títulos de anticuerpos en el momento del aborto es indicativo de la infección.

Sin embargo, en el caso de la serovariedad Bratislava su utilidad es limitada ya que hasta un tercio de los animales no tienen anticuerpos detectables en ese momento.

Otra de las limitaciones de la prueba es que no distingue entre animales vacunados e infectados.

 

PUNTOS CRÍTICOS DE CONTROL DE LA LEPTOSPIROSIS

El control de la leptospirosis se basa en la vacunación, la metafilaxia antibiótica y la profilaxis higiénico sanitaria.

PREVENCIÓN

Para minimizar las posibilidades de que la infección entre en una granja, los puntos clave son:

La higienización adecuada del agua de bebida con cloro, peróxidos u otro tratamiento que elimine las leptospiras.

El agua de bebida puede ser una fuente de entrada y favorecer la transmisión ya que las leptospiras sobreviven en agua no higienizada.

 Un programa adecuado de control de roedores. 

 Evitar el contacto del ganado porcino con otros animales domésticos o silvestres.

 Utilizar exclusivamente la inseminación artificial, asegurándonos de que el semen procede de centros certificados libres de la infección.

El uso de semen procedente de centros certificados libres de leptospirosis es fundamental para el control de la infección por la serovariedad Bratislava.

 Detectar los portadores genitales y renales durante la cuarentena.

Debido a que no hay un método diagnóstico que asegure la detección de todos los portadores, es aconsejable el tratamiento de todos los animales que se van a incorporar a la explotación con una inyección de 25 mg/kg de estreptomicina y repetir este tratamiento 14 días más tarde.

 

CONTROL

En caso de que la granja se infecte, el objetivo será disminuir la carga de leptospiras en el ambiente para que los animales estén expuestos a un nivel lo más bajo posible.

Las leptospiras son más resistentes en la materia orgánica por lo que disponer de un buen sistema de drenaje, evitar la acumulación de excrementos, retirar y cambiar el material manipulable periódicamente y desinfectar las instalaciones con desinfectantes y detergentes adecuados será de gran importancia.

La supervivencia de las leptospiras es más prolongada en zonas encharcadas y con materia orgánica.

Tradicionalmente, también se ha utilizado la medicación del pienso con clortetraciclina u oxitetraciclina como parte de los programas de control, pero debido a los objetivos de reducción de antibióticos para el control de las resistencias a antimicrobianos no es recomendable actualmente.

La vacunación es un método sencillo para controlar la infección. Las vacunas comerciales son bacterinas que incluyen una combinación de las serovariedades mas frecuentes que infectan al ganado porcino.

Así, normalmente contienen las serovariedades Bratislava, Canicola, Grippotyphosa, Icterohaemorrhagiae y Pomona, con algunas incluyendo las serovariedades Hardjo y Tarassovi. Son serovariedad específicas por lo que solo ofrecen protección frente a las serovariedades incluidas en la vacuna, aunque también protegen parcialmente frente a infecciones por serovariedades del mismo serogrupo.

La duración de la inmunidad suele ser de un año frente a todas las serovariedades excepto frente a la serovariedad Bratislava, cuya duración es inferior a dos gestaciones. Por ello, es necesario la revacunación del efectivo cada 6 meses.

 

TRATAMIENTO DE LA LEPTOSPIROSIS – ¿QUÉ OPCIONES TENEMOS?

En cuanto al tratamiento, la terapia antibiótica de elección para el tratamiento de la leptospirosis aguda ha sido tradicionalmente una combinación de penicilina y estreptomicina.

Aunque otros antibióticos como amoxicilina, tetraciclinas, tulatromicina y cefalosporinas de tercera generación también se han usado, la estreptomicina continua siendo el tratamiento más eficaz.

Leptospirosis crónica

En los casos de leptospirosis crónica, el uso de la terapia antibiótica también puede ser útil. Gummow y col. describieron, en un caso de tormenta de abortos debido a la serovariedad Pomona, que el tratamiento con estreptomicina de todo el stock reproductivo dio lugar a un descenso muy significativo en el número de abortos.

Sin embargo, otros autores indican que el tratamiento tiene generalmente poco efecto sobre la evolución del proceso.

Para los casos de Leptospirosis crónica renal y genital, se recomienda la utilización de estreptomicina a dosis de 25 mg/kg para el tratamiento de estos animales portadores. En este caso, su utilización tiene que englobarse como un componente de un programa de control que incluya otras medidas tales como vacunación.

La eficacia de la estreptomicina y otros antibióticos se ha examinado tanto en infecciones experimentales como naturales con la serovariedad Pomona, no habiendo prácticamente datos para la eficacia de estos tratamientos frente a la serovariedad Bratislava.

 

Leptospirosis aguda – Serovar. Pomona

Alt y Bolin evaluaron diferentes antimicrobianos para el tratamiento de la leptospirosis aguda y persistente en cerdos infectados experimentalmente con la serovariedad Pomona.

  • En las muestras obtenidas en la necropsia, no se detectaron leptospiras en los riñones y orina de ninguno de los cerdos tratados con 25 mg/ kg de dihidroestreptomicina/ penicilina durante 1, 3 o 5 días.
  • Los mismos resultados se obtuvieron para los animales tratados durante 3 ó 5 días con oxitetraciclina o 5 días con tilosina o eritromicina, pero para dichos antibióticos se tuvo que usar una dosificación por encima de la indicada.
  • Por último, los tratamientos con ampicilina o ceftiofur no fueron eficaces para eliminar la infección.

 

Leptospiruria – Serovar. Pomona

Hodges y col. evaluaron la eficacia de una única inyección de 25 mg/kg de estreptomicina para detener la leptospiruria en una infección natural por la serovariedad Pomona.

  • No se detectaron leptospiras en la orina del 80% de los animales al día siguiente del tratamiento y en ningún animal a los 7 días postinyección.
  • Posteriormente, se detectaron leptospiras en la orina de 2 animales a partir de los 26 y 33 días de haberse tratado y en el riñón de otro animal a los 51 días.
  • Los autores concluyen que en condiciones naturales sería aconsejable realizar más de un tratamiento para asegurarse de detener completamente la leptospiruria.

 

Certificado veterinario

En consonancia con estos ensayos, el Código Sanitario para los animales terrestres de la O.I.E. indicaba que en el certificado veterinario para la importación de ganado porcino destinado a la reproducción o a la cría, deberá constar que los animales recibieron dos inyecciones de dihidroestreptomicina (25 mg por kg de peso vivo):

  • La primera 14 días antes del embarque
  • La segunda el día del embarque

A partir de 2003, se sustituyó el tratamiento con dihidroestreptomicina por cualquier tratamiento con un antimicrobiano aprobado y eficaz conforme a las instrucciones del fabricante.

Asimismo, algunos países, como Irlanda, incluyen en el certificado para la importación de ganado porcino que todos los animales deben tratarse frente a la leptospirosis durante la cuarentena con una inyección de 25 mg/kg de estreptomicina antes de las 72 horas de haber entrado en el país y una segunda inyección 14 días más tarde.

A la hora de abordar la leptospirosis porcina, se deben tener en cuenta dos puntos fundamentales:

  1. Se trata de una ZOONOSIS.
  1. Pese a que parecía una patología estancada, con la entrada en vigor de la ley de bienestar animal y el alojamiento en grupo de las cerdas gestantes, la enfermedad ha tenido un nuevo repunte.

LEPTOSPIROSIS – Una enfermedad ZOONÓTICA

La leptospirosis es una zoonosis de distribución mundial que afecta a los mamíferos, tanto domésticos como silvestres, aunque el agente también se ha aislado en otros vertebrados -como aves y anfibios-.

El agente causal de la leptospirosis –Leptospira spp.- es una bacteria espiroidal, que en los humanos puede causar una amplia gama de síntomas que pueden confundirse con otras enfermedades. No obstante, algunas personas infectadas pueden no mostrar síntomas.

Sin tratamiento, la leptospirosis puede provocar daño renal, meningitis (inflamación de la membrana que recubre el cerebro y la médula espinal), insuficiencia hepática, dificultad respiratoria e incluso la muerte.

 

¿CÓMO SE CONTAGIA LA LEPTOSPIROSIS?

Para entender cómo prevenir la infección cruzada debemos conocer la epidemiología de la enfermedad.

 

En la leptospirosis los hospedadores tienen un papel fundamental, pudiendo diferenciarse dos tipos de hospedadores:

  • Hospedador de Mantenimiento
  • Hospedador Accidental

 

  Hospedador de MANTENIMIENTO  

Especie en la que la infección con una variedad de Leptospira concreta es endémica y que asegura la perpetuación de la misma al actuar como reservorio.

Perro y roedores: L. iIcterohaemorrhagiae, L. canicola y L. grippotyphosa

Cerdo: L. pomona, L. tarassovi y L. australis

La transmisión de la infección entre hospedadores de mantenimiento se realizará independientemente de las condiciones climáticas y ambientales.

 

  Hospedador ACCIDENTAL  

Especie que puede resultar infectada, pero no es necesaria para la supervivencia de la bacteria.

El ser humano y otros mamíferos pueden ser infectados de forma accidental.

Para que ocurra la transmisión desde un hospedador de mantenimiento a un hospedador accidental -o entre hospedadores accidentales-, será necesario que las condiciones ambientales fuera del hospedador sean adecuadas, dado que al carecer de una membrana impermeable, la bacteria depende en gran medida de la humedad ambiental.

El porcino es uno de los principales reservorios de algunos serovares de leptospiras (serogrupos Pomona, Tarassovi y Australis), por lo que contribuye a la difusión de la espiroqueta en el medio, con el consiguiente riesgo de infección para esta y otras especies animales susceptibles.

Pero recordemos que roedores, perros y carnívoros silvestres actúan de reservorios de los serogrupos Icterohaemorrhagiae, Canicola y Grippotyphosa.

 

¿CÓMO PODEMOS PROTEGERNOS DE LA INFECCIÓN?

El riesgo de contraer leptospirosis puede reducirse considerablemente si se adoptan unas medidas de precaución:

  • Evitar el contacto con animales potencialmente infectados.
  • Emplear ropa de trabajo y guantes, especialmente si tenemos cortes o heridas en las manos.
  • Eliminar los posibles reservorios. Evidentemente no podemos eliminar nuestro rebaño, pero sí se puede realizar un control exhaustivo de roedores y evitar la presencia de perros en las granjas

 

ALOJAMIENTO DE CERDAS EN GRUPO Y LEPTOSPIROSIS

La principal vía de entrada de la Leptospira al organismo son las mucosas, viéndose favorecida la infección por el contacto directo entre los animales.

Las peleas que ocurren en los corrales ocasionan heridas en las cerdas, facilitando la entrada de la bacteria entra al organismo.

  FASE DE LEPTOSPIREMIA  

Durante la fase de leptospiremia de la enfermedad –presencia de leptospiras en sangre-, se observan cuadros más o menos agudos, en función del serovar de la Leptospira, así como del estado serológico de la granja.

  FASE DE RESERVORIO  

Una vez superada la fase de leptospiremia, la bacteria puede colonizar varios órganos, aunque su órgano diana es el riñón, desde desde donde se excreta a través de la orina. En el peor de los casos, la Leptospira puede acantonarse en el tejido renal llegando a excretarse de por vida.

 

SIGNOS CLÍNICOS DE LEPTOSPIROSIS EN CERDAS

INFECCIÓN CON SEROVARES ADAPTADOS

El patrón de fallo reproductivo es insidioso y se caracteriza por un aumento del valor litter scatter -camadas anormalmente cortas-.

 

INFECCIÓN CON SEROVARES NO ADAPTADOS

La infección del cerdo por parte de serovares propios de otras especies animales -serovares no adaptados-, desencadena un cuadro clínico agudo:

  • Estado febril
  • Anorexia
  • Diarrea
  • Hipoagalaxia en cerdas lactantes
  • Ligera ictericia y hemoglobinuria
  • Importante fallo reproductivo que cursa con: abortos, aumento de las repeticiones, aparición de cerdas sucias, mortinatos, momias y mortalidad perinatal

Cuando se presentan casos confirmados, con frecuencia se observan en rebaños establecidos, viéndose afectadas solo las primerizas, lo cual sugiere que las cerdas pueden tener cierta inmunidad.

Ocasionalmente, L. bratislava puede estar implicado en brotes de infertilidad de manada que afectan a todas las cerdas.

 

LEPTOSPIROSIS PORCINA EN ESPAÑA

La leptospirosis produce pérdidas económicas importantes para el sector porcino, principalmente por su impacto sobre el rendimiento reproductivo de las cerdas.

Aunque no existen referencias exactas de la prevalencia de la enfermedad en España, se estima que cerca de un 85% de las explotaciones testadas a nivel nacional son positivas a alguna serovariedad patógena de Leptospira spp.

Sin embargo, estos datos se han obtenido a través de análisis serológicos mediante microaglutinación en explotaciones sospechosas que mostraban un cuadro de fallo reproductivo compatible con la leptospirosis porcina, por lo que es posible que la prevalencia sea menor (Aguarón y Farré, 2015).

 

 

A continuación se describe un caso clínico agudo que se presentó en una de nuestras explotaciones, compatible con una Leptospirosis asociada a serovares no adaptados a la especie porcina, algo con lo que la mayoría de veterinarios del sector se habrán sentido identificados a lo largo de su trayectoria profesional.

DESCRIPCIÓN DEL CASO

   LA GRANJA  

El caso se presentó en el verano de 2015, en una explotación de porcino intensivo situado en Aragón, con las siguientes características:

  • Explotación de 600 reproductoras con producción de lechones a 18 Kg –transición en la misma granja– .
  • Manejo en bandas semanales: 30 partos/ semana y destete a los 21 días.

 

Problema   EL PROBLEMA  

El proceso agudo apareció a final de la gestación, con una duración aproximada de un mes (4-5 bandas), afectando a cerdas nulíparas y multíparas:

  • Partos adelantados: Algunos partos se adelantaban y hubo un aumento de los lechones nacidos débiles o muertos.

Inicialmente, se pensó que se trataba de un brote de PRRS, pero se realizaba una vacunación en sábana cada 4 meses, por lo que no se realizó ninguna actuación.

  • Cerdas vacías al parto: Con el paso del tiempo, algunas cerdas llegaban al parto vacías, y además seguían produciéndose partos adelantados sin supervivencia de los lechones.
  • Manifestaciones clínicas en lechones: En las camadas que llegaban a término, los lechones se presentan débiles, anémicos e ictéricos, y en los días posteriores fallecían.
  • Manifestaciones clínicas en las cerdas: Las madres de las camadas afectadas mostraban signos de anemia e ictericia, con un estado letárgico y/o febril, llegando a fallecer sin responder a los tratamientos con antibióticos y antiinflamatorios.
  • En algunas camadas se observaban lechones momificados.
  • Mortalidad postparto/aborto en cerdas: 10%
  • Mortalidad en lechones: 40-50%
  • Otras manifestaciones:
    • Las camadas no afectadas llegaban a transición con normalidad.
    • En otras camadas se observó algún lechón anémico o ictérico.
    • En gestación también se observó supuración a los 18 días, cerdas vacías al parto y algunas camadas poco numerosas.

 

DIAGNÓSTICO

Ante el cuadro clínico descrito se planteó el siguiente diagnóstico diferencial, realizando los análisis de laboratorio correspondientes:

  PRRS  

Se enviaron a laboratorio muestras de sangre de lechones nacidos muertos y débiles para la detección de PRRS por PCR.

Los resultados de PCR fueron negativos para PRRS.

  PARVOVIROSIS  

La Parvovirosis se descartó, dado que se trata de una granja vacunada en cada ciclo de lactación y la prueba de la inmunoperoxidasa fue negativo para el virus causante de esta enfermedad.

  BRUCELOSIS  

La posible Brucelosis se descartó gracias al resultado negativo de la prueba de Rosa Bengala.

  LEPTOSPIROSIS  

Los síntomas de ictericia y anemia eran compatibles con la Leptospirosis, por lo que se realizaron las siguientes pruebas:

Inmunoperoxidasa: se enviaron lechones afectados al laboratorio, con resultados positivos para Leptospira en la prueba de la inmunoperoxidasa.

Prueba de microaglutinación: se enviaron muestras de sangre de cerdas afectadas y no afectadas, para la detección de anticuerpos frente a L. bratislava, L. icterohaemorrhagiae y L. pomona, obteniéndose los resultados que se muestran en la Tabla 1. 

No obstante, la posible hemoglobinuria no se valoró.

Resultados de la prueba de microaglutinación para L. bratislava, L. icterohaemorrhagiae y L. pomona en suero sanguíneo

Tabla 1. Los resultados de la prueba de microaglutinación fueron positivos para L. bratislava y L. icterohaemorrhagiae, y negativos para L. pomona. (Laboratorio de Referencia).
*Si la clínica es significativa, los títulos superiores a 1/200 en serovares no adaptados permiten confirmar el diagnóstico de Leptospirosis Porcina.

 TRATAMIENTO

Ante la sospecha de la Leptospirosis, se instauró el siguiente protocolo de tratamiento:

  • Tratamiento de cerdas a 15 días del parto con Oxitetraciclina inyectable.
  • Tratamiento de los lechones con Amoxicilina en el momento del tratamiento con hierro.
  • Medicación del pienso de gestación y lactación con Oxitetraciclina (1.000 ppm).
  • Se extremaron las medidas de limpieza y desinfección en gestación y maternidad:
    • Cambio de la aguja entre cada camada y entre cada cerda.
    • Higienización del agua de bebida de toda la explotación.
    • Se contrató a una empresa de desratización para el control de roedores.

 

A pesar de las medidas adoptadas, no se logró frenar el proceso del todo, por lo que se modificó el tratamiento:

  • La medicación del pienso se cambió a Tetraciclina (800 ppm) durante un mes.
  • Se trataron todas las cerdas con Penicilina y Estreptomicina a los 20 días previos al parto.
  • Se administró Penicilina y Estreptomicina a las cerdas en el postparto, manteniéndose este tratamiento hasta la actualidad.

¿IMPLICACIÓN DE OTROS SEROVARES?

Ante la posibilidad de que existieran más serovares implicados, se solicitó al laboratorio realizar más pruebas de microaglutinación de otros serovares (Tabla 2):

  • L. hardjo, ya que en la zona hay produccion de vacuno.
  • L. canicola –asociado a la presencia de cánidos–.
  • L. grippotyphosa.
  • L. muenchen.
  • L. tarassovi: no se pudo analizar la presencia de este serovar por falta de antígeno en el laboratorio.

 

Resultados de la prueba de microaglutinación para L. canicola, L. hardjo, L. grippotyphosa y L. muenchen en suero sanguíneo

Tabla 2. Los resultados de la prueba de microaglutinación fueron positivos para L. muenchen y L grippotyphosa, mientras que para L. canicola,  y L. hardjo fueron negativos. (Laboratorio de Referencia).

DISCUSIÓN DEL CASO

  SEROVARES NO ADAPTADOS AL PORCINO  

El proceso descrito coincide bastante bien con una Leptospirosis asociada a serovares no adaptados al porcino, estando implicados principalmente L. icterohaemorrhagiae y L. grippotyphosa, con mayor número de animales positivos frente al primero, lo cual es indicativo de que se ha transmitido de forma más rápida o que se introdujo antes en la explotación.

La vía de entrada a la explotación más probable es a través de roedores, aunque no se descarta la posible contaminación del agua de bebida con orina de roedores.

  SEROVARES ADAPTADAS AL PORCINO  

En la explotación también aparecen serovares adaptados:

  • La presencia de L. bratislava sería de esperar.
  • L. muenchen, al igual que L. bratislava, también está adaptado al porcino y es del serogrupo Australis. Además de la especie porcina, su hospedador de mantenimiento es el erizo, y hasta ahora era más raro encontrarlo en España –bien por que no se ha analizado rutinariamente o porque en realidad no estaba–.

 

Probablemente, los serovares adaptados ya estarían en la explotación desde hace más tiempo –debido al historial de infertilidad en general que había–, aunque los títulos elevados podrían indicar una infección relativamente reciente o una reactivación coincidente con la llegada de los serovares no adaptados.

Según autores como F.J. García-Peña, en el serovar Bratislava existen diferentes genotipos y alguno de ellos tiene más especies hospedadoras a parte del cerdo, como erizos, caballos y roedores.

Es probable que la infección se produjera en fases anteriores de la gestación:

Los títulos de anticuerpos aparecen a los 10-15 días postinfección y la bacteria puede atravesar placenta y provocar el aborto hasta 2 meses postinfección, lo cual explica que se encontraran títulos de anticuerpos elevados en sangre en el momento del aborto.

La elección del tratamiento fue Oxitetraciclina de larga acción (Oxitetraciclina L.A.), ya que en las explotaciones actuales – donde las cerdas están sueltas– puede ser difícil aplicar tratamientos inyectables durante varios días seguidos. No obstante, numerosos autores recomiendan la aplicación de Estreptomicina durante 3 a 5 días.

En este caso, el tratamiento no pudo frenar el proceso tal y como se hubiera deseado, y remitió más despacio de lo esperado. Probablemente, la confusión inicial con PRRS nos hizo perder cierto tiempo…

No obstante, el caso se resolvió y se logró que los parámetros reproductivos volvieran a la normalidad.

En la actualidad, y con el fin de evitar la reaparición del problema en la explotación, todas las cerdas reciben un tratamiento postparto con Estreptomicina.

Esta patología, cuando es aguda –serovares no adaptados o accidentales–, es relativamente sencilla de diagnosticar tanto clínicamente como laboratorialmente. Sin embargo, cuando se presenta de forma crónica –asociada a serovares adaptados–, posiblemente se encuentre en muchas explotaciones y tenga mayor impacto sobre los parámetros reproductivos de lo que parece.

El tratamiento de la Leptospirosis puede resultar complicado, ya que la respuesta a los antibióticos en un brote agudo es variable.

Adicionalmente, ciertas patologías descritas desde hace décadas en el ganado porcino intensivo, como la Leptospirosis, parecen haberse visto favorecidas y han reemergido tras la aplicación de la normativa de bienestar.

El control de la Leptospirosis debe pasar por extremar las medidas de bioseguridad interna y externa.

Nos encontramos frente a una patología muy compleja, con una gran variabilidad antigénica –serovares–, muchas especies implicadas y animales portadores/excretores durante largos periodos de tiempo, pero todo esto es motivo de análisis en otros capítulos…

Desde la entrada en vigor, el 1 de enero de 2013, de la normativa relativa a la protección de cerdos (RD 1135/2002 de 31 de octubre), se ha generado cierta alarma en el sector en relación al posible aumento de algunas patologías, entre ellas, la leptospirosis.

Leptospirosis porcina

La leptospirosis porcina es una patología que ha adquirido cierto protagonismo, sobre todo como posible causante de infertilidad en algunos casos en los que se han descartado otras causas infecciosas y no infecciosas más comunes.

 

  Situación de partida  

Hay muy pocos datos sobre la prevalencia de leptospirosis porcina en nuestro país. Aunque la información es ya antigua, probablemente los datos proporcionados por el Laboratorio Central de Veterinaria LCV de Algete sean los más recientes (Tabla 1).

Prevalencia Leptospira

Tabla 1. Datos de seroprevalencia de diferentes serovariedades sobre un total de 290 granjas y 5088 sueros analizados. Estos datos muestran una prevalencia alta de la serovariedad Bratislava y muy baja de las otras serovariedades adaptadas a ganado porcino (Pomona y Tarassovi). En cuanto a las serovariedades accidentales, como la prevalencia está ligada a las posibilidades de contacto del ganado porcino con el hospedador de mantenimiento, es lógico que haya una prevalencia relativamente alta de la serovariedad Icterohaemorrhagiae, ya que ésta es mantenida por la rata.

Signos de leptospirosis

La leptospirosis se caracteriza por la manifestación de los siguientes signos:

  •  Aumento de repeticiones tanto regulares como irregulares
  •  Descargas mucopurulentas en algunas cerdas unos días antes del retorno a celo
  •  Abortos en el último tercio de gestación y aumento de fetos momificados
  •  Lechones nacidos muertos y nacimiento de lechones poco viables

Una vez que la granja tiene un brote de leptospirosis, las cerdas desarrollan inmunidad y los problemas reproductivos se observan solo en cerdas de primer ciclo y en algunos casos también en las de segundo parto. 

 

 

  Asociación de la serovariedad Bratislava con problemas reproductivos  

Además de las vías de transmisión descritas anteriormente, en la serovariedad Bratislava la otra vía principal de transmisión es la venérea.

ExclamaciónEsto se debe a que hay cepas que pueden persistir en el aparato genital de las cerdas hasta 150 días después del aborto. Asimismo, se ha descrito que puede acantonarse en el aparato genital del verraco y en consecuencia eliminarse a través del semen.

La serovariedad Bratislava puede originar problemas de infertilidad que afectarán a cerdas de todas las edades y que no suelen durar más de un único ciclo de 5 meses.

Aunque, algunos veterinarios y ganaderos creen que puede ser la causa de brotes de infertilidad cíclica de larga duración en la granja, pero no hay evidencias definitivas que soporten esta suposición.

 

  Diagnóstico de la infertilidad por la serovariedad Bratislava  

En el caso de infertilidad, el primer paso a seguir es determinar si la serovariedad Bratislava está o no presente en la granja.

Para ello es aconsejable enviar un 10% de sueros de cerdas distribuidos proporcionalmente por ciclos, incluyendo siempre un mínimo de 10 sueros.

Al mismo tiempo, se enviarán hisopos sin medio de transporte de descargas de cerdas repetidoras o hisopos genitales de cerdas con infertilidad para análisis por PCR.

Toma de muestras

  Serología  

Interpretación de la serología

Interpretación serología

 

En el estudio de seroprevalencia realizado en el LCV de Algete y citado al principio del artículo (Tabla 1), la mayoría de los sueros analizados procedían de granjas cuya finalidad era la obtención del antiguo certificado de Sanidad Comprobada.

Por tanto, es de suponer que en la mayor parte de los casos las granjas no tuviesen una patología reproductiva grave.

La alta seroprevalencia podría ser indicativa de una circulación de cepas de baja patogenicidad con escaso impacto en la reproducción.

  PCR  

Utilizando técnicas de caracterización molecular se han descrito tres genotipos diferentes:

  • Genotipo B1, presente solo en caballo y erizo
  • Genotipo B2a, presente en ganado porcino, caballo, perro y una gran variedad de animales silvestres
  • Genotipo B2b, encontrado únicamente en ganado porcino y que sería el adaptado a este especie.

Una serología y un PCR positivos, ¿son sinónimos de problemas reproductivos?

Granjas con problemas de abortos

En un estudio en el Reino Unido se aisló la serovariedad Bratislava a partir de un 66,5% de los fetos y placentas de granjas con problemas de abortos.

Granjas con historia de infertilidad crónica

Asimismo, en una granja con una historia de infertilidad crónica y una alta incidencia de descargas vulvares, todos los oviductos de las cerdas de desecho que se examinaron fueron positivos por fluorescencia.

A raíz de esta alta prevalencia, este grupo investigador se planteó si la serovariedad Bratislava actuaba como patógeno reproductivo primario, patógeno reproductivo potencial o si sería un comensal del tracto genital.

Hay diferentes estudios sobre el impacto de la serovariedad Bratislava en la reproducción con resultados contradictorios.

En algunos casos, una elevada seroprevalencia de la serovariedad Bratislava se relaciona con un:

  • Incremento de días no productivos
  • Baja tasa de concepción
  • Aumento de abortos y nacidos muertos

Sin embargo, en otros casos no hay alteraciones significativas de los índices reproductivos.

La explicación más probable para comprender todos estos resultados es que haya cepas con diferente patogenicidad.


¿Cuál es la situación de los centros de selección?

Leptospiras en semenHay muy pocos datos sobre la prevalencia de leptospiras en los centros de selección o inseminación porcinos, y es aquí donde podría encontrarse una de las claves para explicar la alta seroprevalencia de la serovariedad Bratislava.

No se han realizado estudios para determinar la eliminación de leptospiras en semen, ni sobre su tiempo de supervivencia en semen fresco y semen tratado con antibióticos.

Sin embargo, en el caso del bovino, esta bacteria puede sobrevivir en semen con diluyentes pero sin antibióticos y a 2oC, y si se añade penicilina y estreptomicina, el tiempo de supervivencia se reduce a la mitad.

 

Exclamación Posible impacto del RD 1135/2002 en la prevalencia de la leptospirosis

El alojamiento de cerdas en grupos implica que los animales tienen un contacto más estrecho que en los sistemas anteriores, lo cual puede facilitar la transmisión y hacer más difícil el control de ciertas infecciones.

 

  Transmisión de la leptospirosis  

  Fuentes de infección  

Las principales fuentes de infección de la leptospirosis son:

  • Semen
  • Descargas vulvares, placenta y abortos
  • Orina contaminada: En casos de infecciones por la serovariedad Pomona, la leptospiruria (presencia de leptospiras en orina) puede durar hasta 2 años

Fuentes de infección

  Vía de entrada  

La vía de entrada es la mucocutánea. En el caso de cerdas alojadas en grupo, aumenta la probabilidad de que las gotas de orina de cerdas infectadas salpiquen contra el suelo y alcancen las mucosas (oral, nasal u ocular) de las cerdas sanas.

Asimismo, hay mayor posibilidad de contagio por vía nasal o por ingestión, a través de las descargas vulvares, placentas y abortos. Por tanto, la propagación de la infección puede producirse más rápidamente.

  Supervivencia  

Las leptospiras son viables en orina sin diluir durante unas pocas horas debido a su pH ácido. Cuando se mezclan con heces líquidas, se han descrito cepas de la serovariedad Pomona que pueden sobrevivir hasta 2 meses.

La mezcla de orina con el material manipulable, como por ejemplo paja, provoca un aumento del pH de la orina, alcanzándose valores neutros o ligeramente alcalinos, incrementando la viabilidad de las leptospiras.

Debido a la estructura de las nuevas instalaciones y a la presencia de material manipulable, el sistema de drenaje puede verse comprometido, sobreviviendo las leptospiras durante más tiempo.

 

  Posible impacto del Reglamento (CE) 1831/2003 y del Plan Nacional de Reducción de Antibióticos  

La prohibición del uso de promotores de crecimiento y el plan para la reducción del uso de antibióticos pueden dar lugar al aumento de la incidencia de ciertas patologías bacterianas.

En el caso de la leptospirosis, el impacto podría ser considerable, ya que uno de sus métodos de control es el tratamiento con antibióticos para disminuir el número de portadores y reducir al mínimo la circulación de las leptospiras.

Hay diferentes programas, pero en general todos se basan en la medicación del pienso de los animales reproductores desde el destete hasta un mes después del servicio con la proporción adecuada de clortetraciclina u oxitetraciclina para conseguir una dosis de al menos 10 mg/kg de peso.

Esta medicación puede combinarse con un la administración de estreptomicina a todos los animales reproductores en el momento del servicio y 14 días después.

  Centros de inseminación  

En los centros de inseminación, los verracos podrían tratarse regularmente, por ejemplo cada 6 semanas, con estreptomicina a dosis de 25 mg/kg para eliminar portadores.

En caso de no permitirse este tipo de acciones, podría producirse un aumento de los casos de leptospirosis, principalmente por la serovariedad Bratislava.

  Casos de infertilidad  

En casos de infertilidad, algunos autores han descrito una mejoría en las tasas de concepción y de partos durante el tiempo que ha durado el tratamiento, pero estos parámetros tienden a bajar de nuevo cuando finaliza.

Por tanto, es probable que las restricciones en el uso de antibióticos supongan un incremento de los problemas de infertilidad.

  Presión de infección  

Otro aspecto del uso de antibióticos en pienso es que tiene un efecto colateral sobre la presión de infección.

La ingestión de pienso medicado por los roedores, principalmente ratas, reduce el número de roedores portadores.

Podría esperarse un aumento de los brotes por cepas del serogrupo Icterohaemorrhagiae, que incluye cepas de diferentes serovariedades adaptadas a rata.

Es difícil evaluar el impacto del alojamiento en grupo y de las restricciones del uso de antibióticos, aunque en principio podrían aumentar los casos de abortos, principalmente por cepas de la serovariedad Icterohaemorrhagiae.

La restricción del uso de piensos medicados podría favorecer un aumento de los problemas de infertilidad asociados a la serovariedad Bratislava.

Sería necesario comenzar a realizar diagnósticos fiables, para evaluar el verdadero peso que tiene la leptospirosis en esta problemática.

Una vez confirmada su implicación, sería recomendable disponer de otras herramientas para su control, como por ejemplo la vacunación

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Tras los primeros tres meses desde la entrada en vigor de la norma incluida en el Real Decreto 191/2018 por el que se establece la transmisión electrónica de datos de las prescripciones veterinarias de antibióticos a las Comunidades Autónomas y éstas, a su vez, al organismo pertinente del Ministerio de Agricultura, estamos todavía expectantes con lo que va a suceder.

Sin duda, es una revolución en la prescripción veterinaria que hasta ahora, en muchos casos, se hacía de una forma coherente pero en muchos otros no.

La prescripción veterinaria debe contribuir al objetivo común de «UNA SALUD», garantizando el uso responsable de los antibióticos para preservar su eficacia.

Hacer un uso responsable de los antibióticos implica usarlos “tan poco como sea posible, tanto como sea necesario”.

Si trasladamos este concepto a la producción porcina, donde somos testigos de un resurgimiento de patologías como la Leptospirosis, los antibióticos son una herramienta fundamental que, siempre y cuando se apliquen en base a un diagnóstico fundamentado, nos permiten afrontar la enfermedad sin perder efectividad.

La figura del Veterinario, desde mi humilde punto de vista, debe ganar espacio en la prescripción veterinaria y que sea el verdadero garante del uso del antibiótico en la práctica terapéutica. De todas formas, por lo observado hasta el momento, todavía hay mucha incertidumbre sobre cómo proceder en muchos casos y voy a tratar de dar respuesta a ciertas dudas que surgen.

 

Prescripción electrónica

En primer lugar, la prescripción electrónica:

No es obligatoria

No es necesario estar suscrito a ninguna plataforma

Se puede continuar realizando la prescripción en formato papel

No obstante, hay que reconocer que la prescripción electrónica es muy práctica y nos deberíamos acostumbrar a este tipo de formato.

 

Declaración obligatoria

En relación a la obligación de la declaración obligatoria, tengo entendido que solo afecta a la prescripción en ganadería.

¿Qué ocurre con el resto de especies?

¿No les aplicamos el uso prudente de los antibiótico?

 

Con respecto a la declaración de las prescripciones realizadas, imagino y casi corroboro por reuniones y charlas a las que he asistido que, de momento, estamos en una fase primaria en la que se pondrá a prueba la forma de valorar si en una determinada explotación se consume mucho antibiótico o no. Una vez que esa medida esté clara, tal vez nos podamos comparar.

 

Quiero enfatizar la relevancia de la figura del veterinario, ya que si no hay interés comercial manifiesto entre prescriptor y ganadero, deberá recetar tanto antibiótico como sea necesario para preservar la salud de los animales y, a la vez, analizar qué acciones de prevención se pueden llevar a cabo para reducir el uso del antibiótico recetado.

 

La utilidad del antibiograma

Quisiera matizar la cuestión de la necesidad de realizar un antibiograma ante cada acción terapéutica que se nos plantee.

En primer lugar, nuestra misión es solucionar la posible enfermedad y, para ello, tenemos los antibióticos que son las armas más útiles para combatir las infecciones bacterianas.

Como ejemplo, tenemos el caso de la Leptospirosis, una enfermedad que ha incrementado su prevalencia desde la implementación de la Ley de Bienestar Animal. El hecho de alojar a las cerdas en grupo favorece la transmisión de la enfermedad y, en este caso, la primera opción para hacerle frente es el uso de antibióticos.

El antibiograma es una herramienta útil que puede ayudar a entender mejor qué ocurre, pero se debe interpretar con cuidado.

No es lo mismo valorar halos de inhibición que concentraciones mínimas inhibitorias (CMI)

Hay que valorar mucho la muestra tomada

Debemos reconocer que el comportamiento de las cepas in vitro es distinto, ya que en el campo hay otros factores implicados que pueden afectar a la eficacia del antibiótico.

Nos mantendremos a la espera de conocer los datos de las prescripciones que seguramente nos permitirán ver la realidad sobre el consumo de antibióticos en España. Estoy seguro de que hacemos un uso más racional del que los primeros datos del ESVAC mostraron. No obstante, es bueno que reflexionemos sobre lo que podemos hacer para minimizar el consumo de antibióticos y valoremos cuánto usamos para seguir reduciendo.

Las medidas de Bioseguridad Interna y Externa son imprescindibles para prevenir y evitar el contagio y propagación de la leptospirosis en las explotaciones de ganado porcino.

Cuando planteamos un protocolo de bioseguridad en una explotación porcina, debemos tener en cuenta a qué serovares nos enfrentamos y cuya entrada queremos evitar. A continuación veremos cuales son las principales medidas que debemos tener en cuenta a la hora de proteger a nuestros animales.

EVITAR LA ENTRADA DE SEROVARES ACCIDENTALES A LA EXPLOTACIÓN

1.- Tratamiento e higienización del agua de bebida

Las leptospiras sobreviven en un pH neutro o ligeramente alcalino (prácticamente lo son todas las aguas). Sin embargo, no soportan pH inferior a 6 ni superior a 8.

Hemos de tener en cuenta que el riñón es el principal órgano donde se acantonan las leptospiras una vez superada la leptospiremia, siendo las aguas contaminadas con orina proveniente tanto de purines como de la fauna existente en la región una importante fuente de infección.

 

Recordemos que la supervivencia de esta bacteria en agua sin tratar puede ser de hasta 22 días a 25°C.

Por ello, los higienizantes más comunes y la acidificación del agua son armas eficaces para la eliminación de la bacteria.

 

2.-  Control de roedores

La desratización y el impedimento de la entrada de roedores, principalmente las ratas, es una parte indispensable del control de la leptospirosis.

Los ratones son reservorio de serovar ballum, menos común en nuestro país, pero no de L. icterohaemorrhagiae (de mayor importancia).

 

3.- Limpieza y desinfección

Es crucial realizar una limpieza y desinfección esmerada de todos los compartimentos de las explotaciones, teniendo en cuenta que la desecación, la luz del sol, los desinfectantes y los detergentes habituales eliminan la bacteria.

 

4.- Restricción del acceso de otras especies

Se debe evitar la convivencia en las explotaciones con otras especies animales, tanto animales domésticos como silvestres o exóticos.

Recordemos que los jabalíes suelen ser portadores de la serovares pertenecientes al serogrupo Pomona.

 

5.- Higiene durante el transporte

Es fundamental extremar las medidas higiénico-sanitarias durante la carga de los animales para su envío al matadero, evitando pisar dentro del camión o de los elevadores, ya que la bacteria puede estar en orina-heces de cerdas eliminadoras.

 

 

 

EVITAR LA ENTRADA DE SEROVARES ADAPTADOS

Evitar la entrada de serovares adaptados (Bratislava, Pomona, Muenchen y Tarassovi) es más complicado de lograr.

Para hacernos una idea, según datos de Francisco Javier García Peña del Laboratorio Central de Algete, la seroprevalencia de Bratislava en España es de un 86%, coincidiendo el 85% detectado por otros autores (Aguarón y Farré, 2015).

Siguiendo a mucha distancia se encuentran Icterohaemorrhagiae (15%), Canicola (13%), Pomona (3.1%), Grippotyphosa (3%) y Tarassovi (2.8%).

Puede haber explotaciones en las que convivan varios serovares a la vez y, además, siempre chequeamos explotaciones con algún tipo de problema reproductivo, por lo que las prevalencias podrían estar falsamente elevadas.

Cabe resaltar que el serovar Muenchen aparece cada vez más en las analíticas, bien porque antes no se analizaba o bien porque últimamente se ha extendido más en las explotaciones.

Además las medidas ya citadas para los serovariedades accidentales, en el caso de las serovariedades adaptadas, es importante controlar las siguientes posibles vías de entrada a la explotación:

1.- Reservorios animales

Al igual que en los serovares accidentales, es importante tener en cuenta que existen animales que actúan como reservorio para cada serovar adaptada de Leptospira.

El serovar Pomona, que puede producir leptospiruria hasta durante 2 años, tiene como hospedador reservorio al ciervo.

Por otro lado, los équidos son reservorio del serovar Bratislava genotipo B1, mientras que los perros, équidos y erizos son portadores del serovar Bratislava genotipo B2a.

 

2.- Transmisión lactogénica

Las hembras infectadas pueden eliminar leptospiras a través de la leche (Guijarro y Calvo, 1999), pudiendo encontrarse los serovares Pomona y Hardjo asociados a la mastitis clínica.

 

3.- Transmisión venérea 

  HEMBRAS  

Según algunos autores como Javier García Peña, hay cepas de Bratislava que pueden persistir en el aparato genital de la hembra abortada hasta 150 días.

A la hora de llevar a cabo la inseminación, es crucial extremar la higiene ya que la bacteria puede estar presente en el tracto reproductivo y podemos extenderla de una cerda a otra.

  VERRACOS  

Los verracos pueden eliminar la bacteria intermitentemente a través del semen durante varios meses. Por tanto hay que evitar montas naturales con machos recelas en explotaciones positivas.

En estos machos, una medida eficaz podría ser tratarlos con Estreptomicina (25mg/kg) cada 2 meses, ya que es el tratamiento de elección.

 

  SEMEN  

La transmisión a través del semen podría explicar la alta prevalencia de Bratislava y Muenchen.

Si bien no se conocen estudios de presencia en semen de porcino, los estudios realizados con semen de bovino sin tratar con antibióticos revelan que la bacteria puede persistir hasta 58 días a 2ºC. Sin embargo, al añadir Penicilina-Estreptomicina se lograba reducir esta persistencia a la mitad (29 días).

 

4. Transmisión transplacentaria

Se ha descrito el nacimiento de camadas infectadas de madres que han tenido leptospiremia sin que hayan abortado (Amatredjo y Campbell, 1975), así como la infección en el momento del nacimiento al pasar por el canal del parto.

En este punto, se deben implementar una estrictas medidas de higiene durante la manipulación de partos asistidos manualmente.

 

5.- Reposición

Los animales de reposición siempre se han considerado un factor de riesgo, aunque suelen dar negativo a nivel serológico.

Este fenómeno se podría explicar por el hecho de que, aunque los centros de multiplicadores fueran seropositivos, los animales destinados a vida llevan varios tratamientos antibióticos para otras enfermedades a lo largo de su vida que consiguen eliminar la bacteria.

No obstante, siempre existe la posibilidad de un contagio en los cebos destinados a vida.

Hay que tener en cuenta que en los serovares adaptados los animales pueden ser serológicamente negativos y ser portadores/eliminadores.

 

Por ello, algunos autores recomiendan tratamientos con Estreptomicina a razón de 25 mg/kg en entradas de cuarentenas y repetición a los 15 días de estancia, tanto de cerdas como verracos de reposición.

Esta medida es fundamental si la granja de destino es seronegativa, pero si se trata de explotaciones seropositivas la medida es menos eficaz, ya que una vez dentro de la explotación su contagio es más que probable, aunque tendría sentido para evitar la entrada de nuevos serovares.

 

 

La leptospirosis es una enfermedad muy compleja debido a la cantidad de especies animales, serovares, vías de contagio y las características inherentes a la bacteria.

Los veterinarios del sector se encuentran, a menudo, que a la hora de realizar un diagnóstico y seguimiento epidemiológico en las explotaciones, no hay pruebas serológicas rutinarias como las disponibles para otras enfermedades.

Al tratarse de una enfermedad complicada, se tiende a dejarla “aparcada” y a no darle la importancia que realmente tiene en las explotaciones. Quizá sean necesarias mejores herramientas y medios de diagnóstico, control y divulgación.

La Figura 1 recoge las muestras más adecuadas para el diagnóstico según la fase de la enfermedad y la evolución de la respuesta inmune, pudiendo emplearse métodos de diagnóstico:

  • Directos: cultivo y pruebas de PCR
  • Indirectos: prueba de microaglutinación y ELISA

Relación entre la respuesta inmune, sintomatología y muestras a enviar para diagnóstico

Figura 1. Evolución de la sintomatología y título de anticuerpos durante la leptospirosis.

 

Métodos directos

   Cultivo y aislamiento  

El único método que nos permite determinar la serovariedad de Leptospira es el cultivo y aislamiento, pero es difícil, caro y tedioso.

Condiciones de envío de la muestra

Las leptospiras son muy sensibles al pH y a las condiciones ambientales, por lo que las muestras deben enviarse en un medio de transporte con seroalbúmina y pH neutro, no siendo válidos los hisopos en medios de transporte convencionales.

El éxito depende de que:

  • En la muestra no haya residuos antibióticos.
  • La autolisis tisular no esté avanzada.
  • Las muestras se hayan mantenido en refrigeración.
  • Que no transcurran más de 24 horas entre su obtención y el cultivo.

El cultivo de las serovariedades accidentales y de la serovariedad Pomona puede ser relativamente sencillo. Sin embargo, el cultivo de la serovariedad Bratislava es especialmente difícil. Así, solo se ha descrito su aislamiento en pocos países y es necesario incubar los medios hasta 6 meses para dar un resultado como negativo.

En España no hay reportados aislamientos de esta serovariedad en ganado porcino, lo que unido a la dificultad para obtener crecimientos con suficiente concentración, hace poco probable que puedan elaborarse autovacunas frente a esta serovariedad.

 

  PCR  

Entre los métodos de diagnóstico directo de la leptospirosis más utilizados están las técnicas de PCR debido a las ventajas que ofrecen:

  • Gran sensibilidad
  • No requieren bacterias viables
  • Rapidez

Las pruebas más utilizadas son las dirigidas a genes presentes únicamente en las leptospiras patógenas, por lo que un resultado positivo solo indica, en este caso, la presencia de una cepa patógena pero no permite la identificación directa de la serovariedad.

 

 LIMITACIONES DE LA PCR

Los principales problemas de estas técnicas son que, en muchos casos, no están validadas o la validación se ha realizado frente a la prueba serológica de microaglutinación (MAT), cuya sensibilidad en infecciones por serovariedades adaptadas es muy baja.

Otro problema es la posible presencia de inhibidores de la reacción, lo cual puede ser frecuente en las muestras de abortos debido a la autolisis fetal. Para evitar en parte este problema, es aconsejable enviar muestras del contenido de estómago de los fetos.

 

Interpretación de resultados de los métodos de diagnóstico directo

Un resultado positivo en sangre o en múltiples órganos internos diferentes de riñón y aparato genital, sirve para establecer un diagnóstico de leptospirosis.

La demostración de leptospiras únicamente en riñón, tracto genital, orina o semen solo es indicativo de un estado de portador. Sin embargo, si no se detectan leptospiras en orina no implica que el animal no sea portador, ya que puede ser que el resultado sea negativo porque no excrete una concentración suficiente de leptospiras en ese momento.

Un resultado positivo en fluidos u órganos de fetos abortados o lechones nacidos muertos indica una infección activa del feto y leptospirosis crónica de la cerda. Sin embargo, la demostración de leptospiras solo en la placenta no significa que se haya producido infección fetal.

 

MÉTODOS INDIRECTOS

  PRUEBA DE MICROAGLUTINACIÓN (MAT)  

La prueba más utilizada para el diagnóstico de leptospirosis es la prueba de microaglutinación (microscopic agglutination test o MAT).

La prueba consiste en mezclar diferentes diluciones del suero con una suspensión de leptospiras vivas y el título será la dilución más alta en la que se observen la mitad o más de las leptospiras aglutinadas.

 

Se considera significativo un título de 1/100 o mayor.

ESPECIFICIDAD DE LA PRUEBA DE MICROAGLUTINACIÓN

La prueba de microaglutinación es serogrupo específica y relativamente serovariedad específica. Es importante elegir las serovariedades representativas de cada serogrupo que se incluyen en la prueba

En nuestro país deberían incluirse como mínimo cepas de las serovariedades Bratislava, Canicola, Icterohaemorrhagiae, Pomona y Castellonis.

 

 VALOR DIAGNÓSTICO DE LA PRUEBA DE MICROAGLUTINACIÓN

CASOS AGUDOS

Como prueba individual, tiene valor diagnóstico en los casos agudos.

 Ictericia

Hemoglobinuria

Convulsiones en animales menores de tres meses, que normalmente se recuperan

El diagnóstico se hará viendo si hay seroconversión, tomando un suero en la fase aguda y otro 2-3 semanas más tarde

 ABORTOS & INFERTILIDAD

En casos de abortos y nacidos muertos o poco viables tiene valor diagnóstico si se detectan anticuerpos en suero fetal o en suero de lechones que no han tomado calostro.

La prueba en sueros individuales de cerdas que abortan tiene una utilidad relativa, dependiendo de la serovariedad implicada.

En el caso de las serovariedades accidentales y la serovariedad Pomona, puede servir para hacer un diagnóstico presuntivo, ya que al momento del aborto se detectarán muchos animales que mantienen títulos por encima de 1/100.

En los casos de abortos e infertilidad por las serovariedades Bratislava y Muenchen, la serología puede ser de poca utilidad, ya que se ha descrito que hasta un tercio de los animales no tienen títulos de anticuerpos detectables en el momento del aborto.

Un resultado negativo o por debajo de 1/100 en la prueba MAT no excluye la posibilidad de que la leptospirosis sea la causa del fallo reproductivo.

En estos casos, se enviará al laboratorio suero de al menos un 10% de las cerdas, distribuidos proporcionalmente por ciclos y enviando siempre un mínimo de 10 sueros, para determinar si ha habido infección por estas serovariedades en la granja.

 

 PORTADORES RENALES Y GENITALES

Por último, el MAT no es fiable para la detección de portadores renales (serovariedades Pomona Tarassovi, Bratislava y Muenchen) y/o genitales (serovariedades Bratislava y Muenchen).

Así, se han descrito casos de infecciones por la serovariedad Pomona en los que la leptospiruria dura años, por lo que en estos animales no detectaremos títulos significativos de anticuerpos, pero estarán eliminando leptospiras en la orina.

INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS DE LA PRUEBA DE MICROAGLUTINACIÓN

En general, la cepa frente a la que se obtengan los títulos más altos en la MAT se corresponderá con el serogrupo infectante. Sin embargo hay que considerar varios aspectos:

  • La serovariedad implicada no tiene porqué ser la misma que la utilizada en la prueba.

Ej.: la serovariedad que se aconseja como representativa del serogrupo Pomona es la serovariedad Pomona. Si en el MAT se obtienen los títulos más altos frente a esta cepa, no diferencia si la serovariedad implicada es la serovariedad adaptada Pomona o la serovariedad accidental Mozdok, que son las dos que sabemos que circulan en nuestro país de este serogrupo.

  • Hay reacciones cruzadas entre serogrupos y en algunas infecciones puede que se obtengan títulos muy similares frente a más de una de las cepas utilizadas en el MAT.

Ej.: en caso de infecciones por el serogrupo Pomona, hemos observado títulos en un mismo suero de 1/10.000 tanto frente a la serovariedad Pomona como a la serovariedad Bratislava o diferencias en el título frente a ambas serovariedades de solo una dilución.

 

  ELISA  

Finalmente, las pruebas ELISA son muy útiles por su sencillez en comparación con el MAT.

El problema de las pruebas ELISA es que normalmente se han validado frente al MAT tomando como punto de corte el título de 1/100, por lo que no son de gran utilidad para detección de portadores, y al igual que el MAT, no diferencian animales infectados de vacunados.

Por ello, describiremos brevemente el agente causal de la Leptospirosis, ya que sus características tienen mucha importancia en el comportamiento y su transmisión.

   EL AGENTE  

Taxonómicamente, las leptospiras pertenecen al Orden Spirochaetales, que engloba varias familias de bacterias:

  • Familia Spirochaeteceae, cuyos géneros más importantes son:
    • Género Borrelia: causante de la enfermedad de Lyme, tanto en humana como en animales domésticos.
    • GéneroTreponema: causante de la sífilis en los seres humanos.

 

  • Familia Leptospiraceae –Género Leptospira:
    • Especie Interrogans: incluye todos los serovares patógenos.
    • Especie Biflexa: con los serovares apatógenos o saprófitos.

 

  • Familia Brachyspiraceae:
    • Género Brachyspira: implicado en el desarrollo de problemas entéricos en porcino.

 

 

 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS MIEMBROS DEL ORDEN SPIROCHAETALES?

  Morfología  

  Ciclo de vida  

Estas bacterias permanecen en el individuo durante largos periodos de tiempo, incluso de por vida, existiendo portadores/eliminadores continuos o intermitentes durante toda su vida.

Muchas de las especies se transmiten por vía venérea.

 

   Aislamiento  

Son difíciles de aislar y cultivar, siendo necesarios medios especiales para su crecimiento.

Esto se traduce en una gran dificultad para su diagnóstico y la elaboración de autovacunas.

LEPTOSPIRA INTERROGANS

Serovar

En lo que a Leptospira interrogans nos atañe, el taxón básico es el serovar, habiéndose descrito más de 250 serovares diferentes en todo el mundo.

Serogrupo

Los serovares más próximos antigénicamente se agrupan en serogrupos.

No en todas las partes del mundo están todos los serovares, sino que en cada región o país hay unos serovares más frecuentes o endémicos, lo cual se conoce como la “nidalidad” que depende de las especies animales existentes y que actúan como reservorio.

 

Tabla 1. Serogrupos y serovares más representativos de L. interrogans (Kmety y Dikken, 1988; 1993). Adaptado de “Epidemiología, diagnóstico y control de la leptospirosis” (C. Alonso-Andicoberry, F.J. García-Peña, L.M. Ortega-Mora) *Serogrupos y serovariedades de leptospiras más importantes en el ganado porcino.

 HOSPEDADORES – VÍCTIMAS VS VERDUGOS

Todos los mamíferos terrestres se pueden infectar y sufrir síntomas de enfermedad, por cualquier serovar, incluidos los humanos. Hasta se han encontrado en aves y anfibios (Thiermann, 1984).

 

  Hospedador accidental  

Los hospedadores accidentales son aquellas especies animales que se pueden infectar con la Leptospira sin que sean necesarios para su persistencia y mantenimiento en el medio.

 

 

 

 

 

  Hospedador de mantenimiento  

Los hospedadores de mantenimiento, también llamados reservorio, son la población de una especie o varias especies animales que actúan como hospedadores y portadores continuos de un serovar en un ecosistema determinado, asegurando la perpetuación de esos agentes infecciosos sin la necesidad de que participe un hospedador accidental –Little,1986–.

En España, concretamente en porcino intensivo, se detecta más comúnmente L. bratislava y L. muenchen (serogrupo Australis), mientras que en porcino extensivo, L. pomona, L. mozdok y L. altodouro (serogrupo Pomona) son los más predominantes.

 

Los seres humanos no son reservorio de ningún serovar, y como ya han descrito otros compañeros, solo actúan como hospedadores accidentales.

Cada serovar tiene una especie o más que le sirven de “reservorio”, considerándose que ese serovar está ”adaptado” a esa o esas especies animales. Se podría decir que cada serovar muestra cierta especificidad o predilección de hospedador.

Una especie animal puede ser reservorio de varios serovares y diferentes especies animales pueden ser reservorio de un mismo serovar –Trap, 1988–.

Los hospedadores de mantenimiento son fuente de infección del serovar que mantienen para otros animales, de su misma especie o para otras diferentes, y se caracterizan por:

Ser muy susceptibles a la infección con el serovar que mantienen.

El serovar que mantienen les causa baja patogenicidad.

Persistencia de infección renal con leptospirurias prolongadas.

Presencia de la infección, en algunos hospedadores, en el tracto genital.

 Transmisión eficaz de la infección entre los animales de la misma especie.

 

Figura 1. Especies silvestres que actúan como hospedadores de mantenimiento de Leptospira interrogans en Europa. Adaptado de “Epidemiología, diagnóstico y control de la leptospirosis” (C. Alonso-Andicoberry, F.J. García-Peña, L.M. Ortega-Mora)

Concretamente en España, un estudio llevado a cabo en Extremadura por los investigadores Alfredo y Lourdes García confirmó que los roedores, principalmente las ratas, son portadores –hospedadores reservorio– de la enfermedad, jugando un papel muy importante en la epidemiología.

Demostraron que un 13,84% de ratas muestreadas eran positivas a Leptospira spp mediante la técnica de microaglutinación en campo oscuro (MAT), probablemente al serovar L. icterohaemorrhagiae. Además, mediante la técnica de PCR en riñón, un 2,84% de las ratas testadas eran positivas.

En lo concerniente a la fauna silvestre, Vicente y cols. –2002– detectaron anticuerpos frente al serovar L. pomona en un 12% de los jabalíes del centro-sur español.

Más recientemente, otros investigadores comprobaron la presencia de anticuerpos frente a distintos serovares de Leptospira interrogans en Andalucía, en el lince, meloncillo, zorro, gineta y tejones –Millán y cols., 2008–.

 

Minimizar el impacto de la Leptospirosis está en nuestras manos, siempre y cuando contemos con las herramientas adecuadas. A este respecto, es crucial aplicar correctamente todas las medidas de bioseguridad interna y externa para minimizar su transmisión y, una vez confirmada la infección en la granja, la instauración de un tratamiento con un antibiótico especialmente indicado, como la Estreptomicina o las Tetraciclinas, será la clave para controlar esta enfermedad o incluso eliminar el problema.

En la segunda parte de este artículo profundizaremos en cuáles son las medidas de prevención y tratamiento disponibles para luchar contra esta enfermedad. 

No es una enfermedad que preocupe a día de hoy en la producción porcina, o al menos esa es la impresión que tengo por las conversaciones mantenidas con otros profesionales.

Eso no quiere decir, lógicamente, que en momentos puntuales llegue a ser una preocupación, que en los años venideros esta patología vaya a más o que los problemas subclínicos que pueda estar provocando sean mayores de lo que venimos diagnosticando hasta ahora.

 

 

Las distintas variedades patógenas estarían presentes en el 85% de las explotaciones de reproductoras españolas (Aguarón, Alvaro y Farre, Clara. 2015), curiosamente sin presentar sintomatología. La mayoría de las especies estarían presentes de manera saprófita y solo algunas serían patógenas (Leptospira interrogans).

Probablemente las mejores medidas de higiene, con el uso de jabones y secado de las instalaciones y la desratización cada vez más exhaustivas, son una barrera para el desarrollo de la enfermedad ya que se dificulta la transmisión del germen.

Por otro lado, la monitorización sanitaria de las explotaciones y la instauración de protocolos de trabajo ayuda a que las prácticas de producción sean cada vez más eficaces.

 

Ha sido hace unos años, desde que el alojamiento de las cerdas en grupo se ha generalizado, que se han descrito más casos de lo habitual. Las gestaciones en grupo hacen que la epidemiología de las enfermedades cambie.

No estoy tan de acuerdo con algunas opiniones que lo achacan a la reducción del uso de antibióticos, argumento que se usa también para explicar otras patologías.

 

Resulta fácil su diagnóstico cuando entra en contacto la Leptospira con poblaciones vírgenes o cuando aparece un serovar no adaptado.

Suelen ser problemas puntuales ya que se crea una fuerte inmunidad y suele responder bien a los tratamientos, aunque estos deben ser largos.

Se observa en estas situaciones un brote agudo de abortos a término y fetos momificados, con el nacimiento de algún lechón débil, aunque al ser una enfermedad poco habitual, es fácil confundirlo con un brote de PRRS ya que la clínica coincide bastante y es fácil encontrar explotaciones con títulos variables de anticuerpos de este virus (vacunales o no) e incluso algún PCR positivo, sin ser este el responsable del cuadro. Cuando se inician las actuaciones frente a PRRS, vacuna en sábana, antipiréticos, etc. , resultan totalmente inútiles.

Es el tratamiento con tetraciclinas, como la oxitetraciclina, o la estreptomicina* lo que acaba con el cuadro de abortos y momificados.

En estos brotes, un tratamiento eficaz sería usar doxiciclina a 10 mg/kg PV/día durante 15 días en agua de bebida, para continuar con 20 mg/kg/ PV/día de oxitetraciclina en pienso, a modo de ejemplo, aunque hay otras posibilidades lógicamente.

*Tratamiento recomendado con estreptomicina:

Inyección de 25 mg/kg de estreptomicina en una sola dosis o con tratamientos de 3-5 días para prevenir abortos y el estado de portador. Además, la aplicación del tratamiento 1 semana antes de la cubrición y 2 tras el parto ha demostrado ser eficaz para minimizar las pérdidas reproductivas.

A nivel de confirmación del diagnóstico en laboratorio lo más práctico, en mi opinión, seria enviar hisopos vaginales de cerdas abortadas y fetos, para realizar técnicas directas como la qPCR, que de ser positiva daría elevada cantidad de material genético en todas las muestras.

Conviene hacer diagnóstico diferencial con Chlamydias (Suis y abortus) aunque estas últimas, cuando causan abortos, no lo hacen como agente primario.

Como técnica indirecta la más empleada y eficaz es la aglutinación microscópica (MAT), donde en este tipo de brotes encontraremos bastantes sueros con títulos superiores a 1/800 del serovar causante o de más de uno, ya sea adaptado o no (Bratislava e Icterohaemorrhagie son los más habituales).

Cuadro 1: Alta carga genética en la qPCR en cerdas abortadas a término.

 

El tratamiento con tetraciclinas o estreptomicina es muy eficaz una vez instaurada la infección, siendo la vacunación de toda la granja primero, y posteriormente a la reposición, una medida complementaria útil para prevenir las reinfecciones una vez controlado el brote.

Hasta que no se haya establecido un buen nivel de protección, es esencial medicar con antibióticos a toda la explotación.

La mayor dificultad en su diagnóstico es cuando afecta en el momento de la cubrición en granjas con infecciones endémicas.

La mayoría de las infecciones por leptospiras son subclínicas. Suelen ser serotipos adaptados y no aparece ninguna sintomatología, pero pueden verse afectados algunos parámetros como una ligera bajada de la fertilidad o un número bajo de nacidos vivos por un aumento de camadas cortas (litter scatter).

Fotografía 1: Mayor número de camadas pequeñas en infecciones subclínicas

Los títulos de anticuerpos frente a Leptospira que podemos encontrar en los sueros de estas cerdas con pocos nacidos vivos pueden ser nulos o muy bajos (1/40, 1/50), por lo que descartar esta causa es una tarea difícil.

El uso de antibióticos es eficaz, siempre que se haga de forma responsable, basándose en un diagnóstico certero y eligiendo el antibiótico ideal a la dosis adecuada, prescrita por el veterinario. Adicionalmente, se recomienda vacunar al hato reproductor y monitorizar evolución del patógeno en la explotación.

La leptospirosis porcina es una antigua conocida de técnicos y ganaderos, hemos convivido con ella durante años y resultaría arrogante decir que vamos a explicar algo que no sepáis ya.

Lo que suele suceder con aquello que tenemos siempre a la vista es que al final terminamos por no verlo ni prestarle atención. Por ello, debemos ser conscientes de dos aspectos importantes:

  1. Solemos olvidar que se trata de una zoonosis.
  2. Aunque parecía una patología estancada, con la entrada en vigor de la nueva ley de bienestar animal y el alojamiento en grupo de las cerdas gestantes, la enfermedad ha dado un nuevo impulso.

ZOONOSIS

Dolor de cabezaLa leptospirosis es una enfermedad zoonótica de distribución mundial que afecta a mamíferos domésticos y silvestres, aunque el agente también se ha aislado de otros vertebrados como aves y anfibios.

Leptospira spp. es una bacteria con forma espiroidal, que en humanos puede conducir a síntomas como fallo renal y hepático, meningitis, problemas respiratorios e incluso la muerte.

Riesgo contagioCONTAGIO DE LA LEPTOSPIROSIS

Para entender cómo prevenir la infección cruzada debemos conocer la epidemiología de la leptospirosis, en la que los hospedadores tienen un papel fundamental.

Diferenciamos entre:

Hospedador de mantenimientoHospedador de mantenimiento: es aquel que asegura la perpetuación de la Leptospira y que actúa como reservorio.

Hospedador accidentalHospedador accidental: es aquel que puede resultar infectado pero no es necesario para la supervivencia de la bacteria.

La transmisión de la infección entre hospedadores de mantenimiento se realizará independientemente de las condiciones climáticas y ambientales.

Sin embargo, en el caso de la transmisión de un hospedador de mantenimiento a un hospedador accidental o entre hospedadores accidentales, será necesario que las condiciones ambientales sean las adecuadas para la supervivencia de las leptospiras fuera del hospedador.

La Leptospira no dispone de una membrana impermeable, por lo que su supervivencia depende en gran medida de la humedad del ambiente.

La infección en humanos ocurre por contacto con:

  • Orina de animales infectados
  • Agua, tierra o alimentos contaminados con orina de animales infectados

Vías de entradaLas bacterias pueden ingresar al cuerpo a través de la piel o las membranas mucosas (ojos, nariz o boca), especialmente si la piel tiene algún corte o arañazo.

Beber agua contaminada también constituye un riesgo de infección, mientras que la transmisión de persona a persona es rara.

 

 

 

Leptospiras riñonesLos animales infectados eliminan leptospiras principalmente a través de la orina: la colonización de los riñones se produce en la mayoría de los animales infectados y persiste en las células del epitelio tubular, incluso en presencia de anticuerpos neutralizantes, lo que determina que si el animal sobrevive pase a un estado portador, eliminando leptospiras de forma intermitente durante meses.

El cerdo es uno de los principales reservorios de algunos serovares de leptospiras (serogrupos Pomona, Tarassovi y Australis), por lo que contribuye a la diseminación de la bacteria en el medio, aumentando el riesgo de infección para esta y otras especies animales susceptibles. Además, los roedores, perros y carnívoros silvestres son reservorios de los serogrupos Icterohaemorrhagiae, Canicola y Grippotyphosa.

El riesgo de contraer leptospirosis puede reducirse considerablemente si se evita el contacto con animales potencialmente infectados, utilizando vestimenta de trabajo y guantes, especialmente si tenemos cortes o heridas en las manos.

Control roedoresOtra medida de prevención es la eliminación de roedores de mediante un control exhaustivo y evitando la presencia de perros en las granjas.

 

 

Como hemos comentado anteriormente, la vía de entrada de la Leptospira son las mucosas, por lo que para que la infección resulte infectiva precisa contacto directo de los animales.

Las peleas en los corrales ocasionan heridas en las cerdas por donde la bacteria entra en el organismo.

Durante la fase de leptospiremia de la enfermedad se observarán cuadros más o menos agudos, en función del serovar del Leptospira, así como del estado serológico de la granja.

 

Otro inconveniente de esta enfermedad es que, una vez superada la fase de leptospiremia, la bacteria puede colonizar varios órganos, pero su órgano diana es el riñón desde el que se excreta a través de la orina. En el peor de los casos, la Leptospira puede acantonarse en el tejido renal llegando a excretarse de por vida.

 

¿CÓMO SE MANIFIESTA LA LEPTOSPIROSIS EN LAS EXPLOTACIONES PORCINAS?

Cerdas gestantes en grupo

 

El alojamiento de las cerdas gestantes en grupo ha propiciado el aumento de los problemas reproductivos en las explotaciones porcinas:

  • lechones muertosAumento de repeticiones regulares e irregulares.
  • Descargas mucopurulentas 2-3 días antes de que la cerda demuestre repetición del celo.
  • Abortos, particularmente en la última etapa de la gestación.
  • Lechones nacidos débiles, mortinatos y momificación.

 

La infección de la cerda con serovares propios de otras especies animales -serovares no adaptados-, desencadena un cuadro clínico agudo que incluiría todos los signos descritos anteriormente:

  • Estados febriles
  • Anorexia
  • Diarrea
  • Hipoagalaxia en cerdas lactantes
  • Cierta ictericia y hemoglobinuria
  • Violento cuadro de fallo reproductivo que cursa con tormentas de abortos, aumento de las repeticiones, aparición de cerdas sucias, mortinatos, momias y mortalidad perinatal.

En el caso de infecciones por serovares adaptados, el patrón de fallo reproductivo es más insidioso que abrupto. Se caracteriza por un aumento del valor “litter scatter” o camadas anormalmente cortas.

Cuando se presentan casos confirmados, con frecuencia se observan en rebaños establecidos que afectan solo a las primerizas, lo que sugiere que las cerdas pueden tener cierta inmunidad.

A la vista del fuerte impacto que puede tener la leptospirosis en la salud humana y animal, es evidente que establecer unas medidas correctas de prevención y control es esencial en cualquier explotación porcina, tanto para evitar las pérdidas económicas derivadas de ella, como para salvaguardar la salud de las personas que trabajan en contacto directo con los animales.

La Leptospirosis es una enfermedad causada por la espiroqueta Leptospirabacteria alargada y con forma de espiral, con especial apetencia por el sistema urinario de los animales afectados-, y que a menudo no recibe la atención que merece.

Actualmente, ha adquirido una importancia creciente como agente implicado en problemas reproductivos en el ganado porcino, con las consecuencias económicas que de ellos se derivan.

No debemos olvidar que, además del fuerte impacto económico que puede tener una infección por Leptospira spp. en una explotación porcino, se trata de una importante ZOONOSIS con graves consecuencias para la salud humana.

Leptospirosis zoonosis

La Leptospirosis forma parte de la Lista B – “Lista de zoonosis y agentes zoonóticas que deben ser objeto de vigilancia en función de la situación epidemiológica”– del RD 1940/2004 sobre vigilancia de zoonosis y agentes zoonóticos.

Tal es su importancia que, en el caso de no recibir el tratamiento adecuado, la leptospirosis puede conducir a insuficiencia renal, meningitis, fallo hepático e incluso la muerte.

Aun así, es una enfermedad que si se detecta a tiempo puede resolverse eficazmente con el tratamiento antibiótico adecuado

Existen más de 200 serovariedades de Leptospira con potencial para infectar tanto a personas como a los animales, ya sea por contacto directo o a través de agua contaminada con orina.

cerdos bebiendo agua sucia

Según la OMS, es difícil conocer la verdadera prevalencia de la leptospirosis, ya que a menudo resulta difícil distinguirla de otras enfermedades que cursan con un cuadro clínico similar.

En España, aunque no existen datos epidemiológicos exactos, se estima que hasta el 85% de las explotaciones porcinas podrían ser positivas a alguna de las serovariedades de Leptospira. Estos datos se han obtenido a partir de muestras recogidas en granjas con historial de problemas reproductivos, por lo que este porcentaje probablemente será mayor.

No obstante, se considera una enfermedad de distribución mundial, endémica en países con climas subtropicales y tropicales, dado que bacteria que sobrevive muy bien en zonas con húmedas y presencia de agua, de forma que una instalaciones porcinas con deficiencias higiénicas proporcionan las condiciones ideales para su supervivencia y transmisión.

Por todas estas razones, la adopción de medidas de prevención y control de la leptospirosis en las explotaciones porcinas es indispensable para garantizar un rendimiento óptima de los animales y proteger la salud de las personas que trabajan en las mismas.

A este respecto, existen numerosas herramientas disponibles para el control de esta enfermedad, entre ellos:

  • Vacunación efectiva de los animales
  • Higiene estricta de las instalaciones, realizando una gestión correcta de los purines y cadáveres.
  • Mantenimiento correcto de las instalaciones con el fin de evitar la acumulación de restos de orina.
  • Comprobar el estatus sanitario en origen y realizar una cuarentena adecuada de los nuevos animales.
  • Control estricto de roedores, que son una importante vía de entrada de la bacteria a las explotaciones.
  • Diagnóstico eficaz de la enfermedad

Una vez que la leptospirosis se ha instaurado en la granja, es crucial actuar rápidamente para lograr su erradicación, aplicando las medidas higiénico-sanitarias anteriormente mencionadas junto con un tratamiento antibiótico efectivo -siempre y cuando se haya establecido un diagnóstico definitivo-.

Entre las opciones terapéuticas de uso individualizado disponibles en el mercado, el tratamiento con dihidroestreptomicina inyectable se recomienda como uno de los más efectivos contra la forma aguda de la enfermedad.

El control de la leptospirosis está en manos de todos, debiéndose adoptar las medidas pertinentes para evitar que una enfermedad -en teoría controlable-, se convierta en un problema que comprometa la salud de las personas y el éxito de nuestras explotaciones porcinas