¿Qué es un intestino sano?
Los cerdos están expuestos diariamente a sustancias potencialmente nocivas y agentes infecciosos que amenazan el equilibrio entre salud y enfermedad.
Una de las regiones que mayor carga antigénica recibe es el tracto gastrointestinal, por el tipo de función que desempeña y por presentar la mayor superficie en contacto con el exterior.
De hecho, la mucosa intestinal está especialmente adaptada para la colonización por bacterias comensales que participan en los procesos digestivos e influyen decisivamente en el desarrollo y la función del sistema inmunitario intestinal.
Estas dos funciones, digestiva y defensiva, que deben estar presentes en un intestino sano, son llevadas a cabo gracias a la peculiaranatomía dze la mucosa intestinal y, en particular, de la denominada “barrera intestinal” en la que confluyen diferentes mecanismos, inmunológicos y no inmunológicos, que actúan de forma coordinada para asegurar su correcto funcionamiento.
Tabla 1. Mecanismos de defensa del tracto gastrointestinal. |
El epitelio intestinal y la función de barrera
El epitelio intestinal está compuesto por una monocapa de células epiteliales que se renueva continuamente. E
stas células residen en la base de las criptas y generan células que migran hacia la punta de la vellosidad donde tiene lugar la diferenciación final.
Aunque la mayoría de las células que forman la monocapa son enterocitos (alrededor del 80%), la diversidad de funciones que el epitelio intestinal lleva a cabo se pone de manifiesto por la presencia de otros tipos celulares especializadas en la secreción de moco, de defensinas, de hormonas y neuropéptidos y células especializadas en la captación de antígenos de la luz intestinal.
Los enterocitos son elementos clave del revestimiento epitelial, adaptados para desarrollar la función digestiva, metabólica y el mantenimiento de la integridad física de la barrera. |
Estas uniones intercelulares (Tight Junctions) son un grupo de proteínas entre la capa de células epiteliales del intestino y es por donde se realiza el paso de moléculas pequeñas solubles en agua a través del epitelio que sellan los espacios entre las células epiteliales.
Imagen 1. Adaptado de Moeser, 2014. |
La alteración de los mecanismos que componen la función barrera favorece el desarrollo de respuestas inmunitarias exageradas, y, aunque se desconoce su implicación exacta, la alteración de la función barrera intestinal se ha asociado al desarrollo de enfermedades inflamatorias en el tracto digestivo.
La barrera epitelial, la secreción de agua y sustancias antimicrobianas y la motilidad intestinal, principalmente, restringen el paso de antígenos y microorganismos desde la luz intestinal hacia el medio interno. Sin embargo, estos mecanismos inespecíficos no siempre son suficientes y es necesario un sistema de vigilancia, llevado a cabo por el sistema inmunitario, que permita una respuesta rápida y coordinada.
Así, el sistema inmunitario, a la vez que adquiere tolerancia frente antígenos inocuos, como los procedentes de la dieta o la microbiota comensal, actúa frente agentes nocivos, encontrándose, por lo tanto, en un estado de activación constante denominado “inflamación fisiológica”.
Imagen 2. Adaptado de Moeser, 2014. |
La barrera intestinal es un sistema dinámico en el que intervienen diferentes factores y el aumento del paso de sustancias por incremento de la permeabilidad no implica necesariamente su disfunción.
La progresión desde el aumento de la permeabilidad intestinal hasta la aparición de la enfermedad implica un desequilibrio de los diversos factores que mantienen la función barrera, siendo el sistema inmunitario el principal candidato a ejercer un mayor efecto sobre esta, dada la asociación entre inflamación y disfunción de la barrera en diferentes enfermedades digestivas.
En condiciones normales, el aumento de la permeabilidad es insuficiente para causar enfermedad intestinal ya que la barrera epitelial tiene la capacidad de restablecerse una vez ha cesado el estímulo inductor.
No obstante, en ciertas condiciones patológicas, esta capacidad de autorregulación se puede perder y contribuir al incremento de la permeabilidad, facilitando la inflamación intestinal
Por lo tanto, la conjunción de factores, genéticos, medioambientales y defectos en la función barrera es la que finalmente predispone al individuo a una respuesta inmunológica anómala y a una mayor susceptibilidad para desarrollar inflamación intestinal.
¿Qué papel juega la nutrición en la salud intestinal?
El crecimiento y desarrollo del intestino (prenatal, pre-destete y post-destete) es esencial en la vida productiva de un cerdo” (Dr. J.Pluske, 2015).
Parte de la filosofía de AB Neo radica en la importancia de las intervenciones nutricionales tempranas que preparen al lechón para los desafíos futuros.
Por ejemplo, el hecho de que los lechones crezcan muy rápido y dependan para ello en gran medida de la disponibilidad de DNA, RNA y ATP, cuya síntesis depende a su vez de los nucleótidos, sugiere que los nucleótidos son nutrientes “condicionalmente esenciales” en un destete temprano (Mateo y col., 2004).
Recientemente Che y col. (2016) suplementaron con nucleótidos durante la lactación a lechones con retraso del crecimiento y observaron que incrementa las microvellosidades intestinales, la actividad de la lactasa y la maltasa, las concentraciones de leucocitos, IgA, e IL-1β. Es decir, la incorporación de nucleótidos mejoró la utilización de nutrientes, la función intestinal e inmunidad de los lechones. |
Otros nutrientes para tener en cuenta son ciertos aminoácidos. Por ejemplo, Le Floc’h y col. (2008) observaron que la inflamación aumenta el catabolismo del triptófano (Trp) y, por lo tanto, que su disponibilidad puede verse disminuida para el crecimiento en cerdos. En consecuencia, una suplementación de Trp por encima del requerimiento de crecimiento puede aumentar su disponibilidad para la respuesta inmune y para el crecimiento.
El suministro pulsátil de leucina (Leu) se ha documentado como una estrategia eficaz para aumentar el crecimiento magro de los lechones neonatos (Boutry y col., 2016). El ácido glutámico (Glu) y la glutamina (Gln) generalmente no se consideran nutrientes esenciales; sin embargo, la suplementación de L-Gln, tanto en lechones lactantes como en destetados, ha demostrado mejoras en el crecimiento y en la salud intestinal (He y col., 2016), ya que Gln y Glu modulan positivamente la barrera intestinal y los procesos de digestión y absorción (He y col., 2016; Lin y col., 2014).
Adicare Balance es un complemento a los programas nutricionales de maternidad y transición que puede emplearse tanto ante la aparición de los primeros signos de diarrea como de manera preventiva en granjas con problemas recurrentes.
Cada vez existen más evidencias de que no solo los patógenos específicos están implicados en los procesos diarreicos, sino que la microbiota juega un papel crucial (Dou et al., 2017).
Glutamina
Aunque no es un aminoácido de los llamados esenciales, ya que se puede sintetizar a partir de otros compuestos, las necesidades de glutamina en el intestino del lechón son muy elevadas, al ser el aminoácido predominante de la leche materna, resultando clave en las funciones de mantenimiento y crecimiento celular.
A nivel digestivo, la glutamina tiene un papel fundamental en la maduración del intestino ya que estimula la proliferación y diferenciación de los enterocitos. Los enterocitos requieren altos niveles de glutamina como fuente de nitrógeno, fundamental para la síntesis de purina y pirimidina, que serán utilizadas para la formación de nucleótidos y otros aminoácidos (hidroxiprolina, prolina, ornitina y arginina).
La glutamina actúa también de forma clave en la síntesis de amino-azúcares, esenciales en el mantenimiento de la estructura de la mucosa, siendo a su vez sustrato para la síntesis de acetilglucosamina y acetilgalactosamina, dos compuestos esenciales para la producción de mucina, elemento clave en el correcto funcionamiento de la barrera intestinal.
En situaciones patológicas y de estrés se altera el intercambio de glucosamina entre los diferentes órganos y cuando hablamos del intestino, se compromete especialmente su absorción y síntesis, afectando enormemente al crecimiento celular de los enterocitos, produciéndose una involución de las vellosidades y disminuyendo el grosor de la mucosa intestinal.
Como ejemplo, en un ensayo de Cabrera de 2013 se quiso determinar el impacto del creep-feeding y la adición de glutamina en el rendimiento y salud intestinal de los lechones antes y después del destete. Las camadas fueron distribuidas en diferentes grupos del día 14 al 21 de lactación:
1 No Creep Feed (NC)
2 Creep Feed control (CFC)
3 Creep Feed con glutamina (CFGLN)
Tras el destete, los grupos sin creep feed y con creep feed control se subdividieron en grupos otra vez, recibiendo bien una dieta control (C) o una suplementada con glutamina (GLN). Los que comieron creep feed con glutamina, también lo hicieron en el pienso de transición.
Como resultados, observaron que la mejor conversión fue en el grupo que recibió glutamina tanto en lactación como en la transición y que en relación con la integridad intestinal, la suplementación con glutamina en el pre/postdestete ayudó a prevenir la atrofia de las vellosidades. |
Conclusión
La importancia de un intestino sano es esencial para prevenir las diarreas en los lechones; por lo que, es importante desarrollar estrategias nutricionales para mejorar la integridad intestinal en los lechones, mejorando su bienestar y optimizando la absorción de nutrientes.
Adicare Balance se postula como una herramienta útil para prevenir y controlar los problemas digestivos tanto en lactación como en transición, ayuda al mantenimiento del estado de la barrera intestinal y favorece su correcta maduración.
Además, potencia la respuesta inmunitaria intestinal ayudando al lechón a superar y afrontar los procesos diarreicos comunes. (FOTO)
Está indicado para promover la reducción de los tratamientos antimicrobianos y un uso responsable de los mismos. |
Referencias
Blavi, L. Estrategias alimentarias para afrontar con éxito el destete: lechones – Artículos – 3tres3, la página del Cerdo. https://www.3tres3.com/articulos/estrategias-alimentarias-para-afrontar-con-exito-el-destete-lechones_42024/ (n.d.).
Cabrera RA, Usry JL, Arrellano C, Nogueira ET, Kutschenko M, Moeser AJ, Odle J. Effects of creep feeding and supplemental glutamine or glutamine plus glutamate (Aminogut) on pre- and post-weaning growth performance and intestinal health of piglets. J Anim Sci Biotechnol. 2013 Aug 3;4(1):29. doi: 10.1186/2049-1891-4-29. PMID: 23916292; PMCID: PMC3765720.
Dou S, Gadonna-Widehem P, Rome V, Hamoudi D, Rhazi L, Lakhal L, Larcher T, Bahi-Jaber N, Pinon-Quintana A, Guyonvarch A, Huërou-Luron IL, Abdennebi- Najar L. Characterisation of Early-Life Fecal Microbiota in Susceptible and Healthy Pigs to Post-Weaning Diarrhoea. PLoS One. 2017 Jan 10;12(1):e0169851. doi: 10.1371/journal.pone.0169851. PMID: 28072880; PMCID: PMC5225014.
Dr. Jhon Pluske. Aspects of nutrition and gut growth and development (maturation) in the young pig.
Gut Physiology from a Pathogens Point of View – Dr. Adam Moeser, North Carolina State University, from the 2014 Boehringer Ingelheim North Carolina Swine Health Seminar, August 15, 2014, Wrightsville Beach, North Carolina, USA.
Le Floc’h, N. El triptófano en la nutrición porcina – Artículos – 3tres3, la página del Cerdo. https://www.3tres3.com/articulos/el-triptofano-en-la-nutricion-porcina_2240/ (n.d.).
Moeser, Adam & Pohl, Calvin & Rajput, Mrigendra. (2017). Weaning stress and gastrointestinal barrier development: Implications for lifelong gut health in pigs. Animal Nutrition. 3. 10.1016/j.aninu.2017.06.003.
Pascual, S., Martínez, J. & Pérez-Mateo, M. La barrera intestinal: trastornos funcionales en enfermedades digestivas y extradigestivas. Gastroenterol. y Hepatol. 24, 256–267 (2001).
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