A pesar del paso de los años, la profesionalización del sector y la normalización del uso de la vacuna frente a Mycoplasma, los problemas derivados del Complejo Respiratorio Porcino (CRP) siguen siendo origen de grandes pérdidas económicas.
Estas pérdidas se derivan de:
El origen del CRP es multifactorial, estando implicados factores infecciosos y no infecciosos.
Se trata de un proceso que afecta a lechones predominantemente de 1 a 3 meses de edad y el inicio suele estar relacionado con un factor estresante, en muchos casos, el propio destete.
A partir de este punto, los patógenos primarios, en muchos casos agentes virales, dañan el parénquima pulmonar dejando un escenario perfecto para la intervención y colonización de bacterias secundarias.
Sin embargo, la recombinación y mutación genética propician la aparición de nuevas cepas que, en la mayoría de los casos, dificultan el diagnóstico y el control de la enfermedad. Para rizar más el rizo, el mecanismo subyacente a la patogénesis del CRP sigue sin estar claro a día de hoy.
Estudios actuales aseguran que los mecanismos que envuelven el CRP no son del todo comprendidos y que probablemente exista la intervención de varios virus nuevos.
En un estudio reciente realizado en China (Qin et al., 2018) se identificaron 17 virus diferentes en las muestras recolectadas de hisopos nasales y sueros de 26 lechones afectados por CRP, lo que demuestra que las comunidades virales en estos animales eran complejas y diversas.
También encontraron que las coinfecciones por PCV2 y PRRS en las muestras de pulmón de los lechones afectados por PRDC eran significativamente más altas que las de los otros virus, sugiriendo que ambos virus desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del CRP.
Implementar procesos de diagnóstico precisos es crítico para poder desarrollar protocolos de tratamiento y control efectivos.
Lamentablemente, nos encontramos lejos de esta situación. Para el citado estudio, utilizaron técnicas avanzadas de metagenómica, técnicas por otra parte inalcanzables, por el momento, para su uso habitual.
El caso que se expone a continuación es un caso concreto real, pero podría darse en muchas de las granjas que asesoramos de características similares.
DATOS DE LA GRANJA
Se trata de un ciclo cerrado de 500 cerdas reproductoras con un sistema de manejo en bandas de 3 semanas y lactaciones de 24 días de media.
PLAN VACUNAL
La pauta vacunal empleada es la habitual:
SINTOMATOLOGÍA CLÍNICA
A las 2-3 semanas postdestete[registrados], los lechones empezaron a mostrar síntomas respiratorios (tos y disnea) y se observó un retraso en el crecimiento de alguno de ellos, así como un aumento de la mortalidad.
HALLAZGOS EN NECROPSIA
Al realizar la necropsia de las bajas se observó lo siguiente:
Lesiones combinadas de bronconeumonía bacteriana, con consolidación craneoventral y neumonía intersticial expresada en consolidación difusa.
Lechón 02
Lechón 02
Pulmón voluminoso con focos de consolidación rojizos de origen bacteriano y patrón difuso compatible con neumonía intersticial de origen vírico.
Se mandaron a analizar pulmones y se decidió realizar la extracción de sangre de lechones de 3, 6 y 9 semanas de vida para evaluar por PCR en qué momento se producía la recirculación de virus PRRS y la presencia de PCV2.
Tras realizar un cultivo microbiológico de las muestras analizadas, se aisló Pasteurella multocida que resultó ser sensible a seis familias de antimicrobianos (sulfamidas, macrólidos, fenicoles, pleuromutilinas, quinolonas, cefalosporinas y betalactámicos) y resistente a tetraciclinas.
*Ciclo de cuantificación: Ciclo de ampliación a partir del cual el ADN del patógeno se puede detectar. El valor Cq es inversamente proporcional al número de copias iniciales de la muestra, de forma que un valor más bajo implica una mayor carga del patógeno presente en la muestra analizada.
El tratamiento y control del proceso respiratorio en esta granja incluyó las medidas:
Teniendo en cuenta el resultado del antibiograma y la ley de uso prudente de antibióticos, decidimos usar un fenicol para el tratamiento de los lechones, dejando las quinolonas como opción a tener en cuenta en caso que estos no funcionaran.
Sabemos que el ambiente es uno de los factores determinantes en el desarrollo de procesos respiratorios:
En este caso la densidad era muy buena, la granja no tenía problemas de plazas, pero es uno de los factores a tener en cuenta ante la presencia de CRP.
La implementación de manejo en bandas se realiza precisamente para intentar trabajar en un sistema de Todo Dentro – Todo Fuera (TD – TF), aunque ésta es una realidad difusa en los ciclos cerrados.
Un manejo en bandas y un sistema TD – TF es imposible si los trabajadores no siguen un orden adecuado de los movimientos y si no se implementan rutinas de cambio de ropa y calzado entre fases.
EVOLUCIÓN DEL CASO
Pese a que la mortalidad disminuyó y no llegaban animales enfermos al engorde, en cada lote se repetía el problema, haciendo de la medicación una necesidad permanente.
Teniendo en cuenta nuestra obligación como técnicos de practicar un uso razonable de antimicrobianos, no podemos contentarnos con los resultados obtenidos, lo cual nos lleva a plantearnos varias cuestiones:
Parece claro que el desarrollo del CRP está directamente relacionado con la recirculación del virus PRRS, que actuaría como agente primario, ya que la aparición de signos clínicos es a la par con ésta, a las 6 semanas de vida.
Podríamos plantearnos si una vacunación de lechones frente a PRRS nos ayudaría a controlar el proceso.
Aunque los resultados del cultivo microbiológico solo revelaron la presencia de Pasteurella multocida, no podemos descartar la presencia de otros agentes bacterianos que no hayan crecido por diversos motivos, por ejemplo, por la dificultad de cultivo, como en el caso de Haemophilus parasuis.
Estas bacterias pueden tener sensibilidad a otros antimicrobianos, hecho que podría explicar que la enfermedad se estabilice, pero no se resuelva.
Ciertamente, nos encontramos ante un problema que, por lo que vemos en los estudios, aún no conocemos completamente y cuya solución final puede llegar a ser muy compleja. El sentimiento de frustración de técnicos y ganaderos ante casos como este es enorme, pero seguiremos investigando, estudiando y buscando la forma de resolver o minimizar el problema. En definitiva, ¡seguiremos luchando!
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