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¿Por qué las cerdas son descartadas antes de tiempo? Más allá de la prolificidad, claves para mejorar su longevidad productiva

Escrito por: Gerardo Mariscal Landín - Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias. Centro Nacional de Investigación en Fisiología. Querétaro, México. , Gerardo Ordaz Ochoa - Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Fisiología y Mejoramiento Animal, Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Querétaro, México , Manuel López - Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), México. , Rosa E. Pérez Sánchez - Facultad de Químico Farmacobiología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Michoacán, México , Ruy Ortiz Rodríguez - Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Michoacán, México

La eliminación temprana de cerdas reproductoras representa una pérdida significativa para los sistemas de producción porcina, tanto por el costo del reemplazo como por la pérdida de productividad no alcanzada. Este problema afecta no solo la rentabilidad, sino también la eficiencia genética y el bienestar animal. Se estima que una parte considerable de las cerdas es eliminada antes de completar tres partos, muchas veces por razones prevenibles como bajo rendimiento reproductivo, problemas locomotores o condición corporal deficiente. Comprender los factores que influyen en su permanencia en el hato es esencial para implementar estrategias de manejo más sostenibles y efectivas. descarte de cerdas

¿Por qué algunas cerdas duran menos en la granja?

La vida productiva de una cerda —el tiempo durante el cual permanece en la granja productivamente activas— es clave para la eficiencia económica de cualquier sistema de producción porcina (Engblom et al., 2007). Sin embargo, muchas cerdas, especialmente las más jóvenes, son retiradas prematuramente, generando pérdidas para los productores (Koketsu & Iida, 2020). ¿Qué factores determinan esta “longevidad productiva”? descarte de cerdas

Recientemente se analizó en profundidad esta problemática (Ordaz et al., 2024). La investigación, llevada a cabo en México, se recopilaron y analizaron más de 26,000 registros individuales de cerdas a lo largo de su vida reproductiva, con el objetivo de identificar los factores más relevantes que influyen en su permanencia dentro del hato.

Entre las causas específicas de eliminación forzada de las cerdas, se identificaron 9 categorías principales (Figura 1), siendo las de mayor impacto:

Dichos indicadores se relacionan con el bajo rendimiento reproductivo de las cerdas. Ello comprende cerdas que no lograron alcanzar parámetros mínimos esperados en número de lechones nacidos vivos, como a aquellas con elevado número de días no productivos (Figuras 1 y 2).

Respecto al papel del genotipo. Las cerdas hiperprolíficas, si bien están diseñadas genéticamente para producir camadas más numerosas, muestran una mayor tasa de eliminación temprana. Esta situación se relaciona con:

  1. Mayor carga fisiológica en cerdas hiperprolíficas.
  2. Mayor susceptibilidad a trastornos metabólicos.
  3. Estrés reproductivo.
  4. Dificultad para recuperarse entre ciclos.

Las cerdas hiperprolíficas tienden a mostrar una caída en la supervivencia reproductiva desde las primeras paridades, particularmente en la segunda o tercera, lo cual representa un desafío en términos de retorno sobre la inversión genética. Ello se asocia en gran medida con la baja condición corporal asociada con el déficit nutricional durante la lactancia, lo que compromete la capacidad de las cerdas para mantenerse activas en el sistema (Foxcroft, 2012).

Evitar pérdidas durante el verano

Otro hallazgo importante es que los meses calurosos aumentan las tasas de descarte (Figura 1). El estrés térmico afecta la aparición del celo y la eficiencia reproductiva.

En climas cálidos, se recomienda reforzar la ventilación y ofrecer agua fresca en todo momento.

El tamaño de la granja también importa descarte de cerdas

Granjas con más de 3000 vientres mostraron mayor rotación de hembras (Figura 1). Esto puede deberse a una menor atención individual por parte del personal (Koketsu, 2000).

Indicadores prácticos que alertan sobre el riesgo de descarte de cerdas

Se han identificado señales clave que pueden ayudar al productor a prevenir el retiro prematuro de una cerda (Figura 2), entre los cuales se debe poner atención a:

Llevar un registro de estos indicadores permite tomar decisiones preventivas, como ajustar la alimentación-nutrición, revisar el calendario de inseminación o aplicar estrategias de acondicionamiento físico.

¿Qué hacer para mantener a las cerdas más tiempo?

Más tiempo en producción = más rentabilidad

Estos hallazgos refuerzan la importancia de adoptar un enfoque holístico en la selección, manejo y retención de las cerdas. Más allá de su potencial genético para producir grandes camadas, deben considerarse su resistencia, capacidad de recuperación, eficiencia alimenticia, calidad estructural (patas, aplomos) y adaptabilidad al ambiente. La longevidad debe convertirse en un criterio de selección complementario, al igual que la prolificidad (Rodriguez-Zas et al., 2003).

Desde una perspectiva de manejo, se requiere una mayor inversión en:

También se recomienda el uso de métricas complementarias como el número de camadas completas por cerda, los kilogramos de lechones destetados por cerda a lo largo de su vida, o los días activos versus días no productivos, para evaluar con mayor precisión la rentabilidad individual.

Una cerda que alcanza su cuarta o quinta paridad ha pagado su inversión inicial y genera utilidades netas para el sistema. Por eso, mantenerla sana y eficiente es una inversión rentable. Disminuir la tasa de reemplazo también reduce la presión sobre las primerizas, mejora la estabilidad del hato y disminuye la huella ambiental del sistema.

Conclusiones descarte de cerdas

Referencias

Engblom, L., Lundeheim, N., Dalin, A. M., & Andersson, K. (2007). Sow removal in Swedish commercial herds. Livestock Science, 106(1), 76–86. https://doi.org/10.1016/j.livsci.2006.07.002

Foxcroft, G. R. (2012). Reproduction in farm animals in an era of rapid genetic change: Will genetic change outpace our knowledge of physiology? Reproduction in Domestic Animals, 47(SUPPL.4), 313–319. https://doi.org/10.1111/j.1439-0531.2012.02091.x

Koketsu, Y. (2000). Productivity characteristics of high-performingcommercial swine breeding farms. Journal of the American Veterinary Medical Association, 216(3), 376–379.

Koketsu, Y., & Iida, R. (2020). Farm data analysis for lifetime performance components of sows and their predictors in breeding herds. In Porcine Health Management (Vol. 6, Issue 1). BioMed Central Ltd. https://doi.org/10.1186/s40813-020-00163-1

Ordaz, G., López, M., Pérez, R. E., Mariscal, G., & Ortiz, R. (2024). Factors associated with the productive longevity of sows in commercial breeding herds. Archives Animal Breeding, 67(3), 297–310. https://doi.org/10.5194/aab-67-297-2024

Quiniou, N., & Noblet, J. (1999). Influence of High Ambient Temperatures on Performance of Multiparous Lactating Sows 1. In J. Anim. Sci (Vol. 77). https://academic.oup.com/jas/article-abstract/77/8/2124/4653366

Rodriguez-Zas, S. L., Southey, B. R., Knox, R. v, Connor, J. F., Lowe, J. F., & Roskamp, B. J. (2003). Bioeconomic evaluation of sow longevity and profitability 1. In J. Anim. Sci (Vol. 81). https://academic.oup.com/jas/article-abstract/81/12/2915/4789870

 

 

 

 

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