El destete es un evento estresante para el lechón debido principalmente al cambio abrupto de dieta, lo que resulta en una disminución del consumo de alimento durante los primeros días post-destete. En consecuencia, la barrera intestinal del lechón puede verse comprometida, lo que resulta en problemas gastrointestinales y un bajo crecimiento.
Esto genera un incremento en la morbilidad y mortalidad post-destete, así como en pérdidas económicas en granja. Para mitigar los efectos negativos del destete, la utilización de antibióticos de forma preventiva, así como los niveles terapéuticos de óxido de zinc (ZnO) en las dietas, han probado ser herramientas eficientes para prevenir y controlar desórdenes digestivos.
Sin embargo, en 2006 la Unión Europea prohibió el uso de antibióticos como tratamiento preventivo, y a partir de junio de 2022, la utilización de ZnO a dosis terapéuticas también será prohibida.
Por lo tanto, el reto del sector porcino Europeo radica en la búsqueda de estrategias que permitan la reducción del uso de antibióticos y ZnO, sin comprometer la salud intestinal y rendimiento del lechón. Esto requiere un enfoque holístico, dado que hasta el momento no existe un único aditivo que los reemplace. Por lo tanto, en este artículo se describen una serie de estrategias pre- y post-destete que han sido implementadas en Europa y han generado resultados favorables.
Estrategias pre-destete lechón
El objetivo en esta etapa es preparar el tracto gastrointestinal (TGI) del lechón para una posterior ingesta de materia seca. Para esto, el enfoque es la combinación de un destete tardío y suministrar la misma dieta pre- y post-destete. Es importante que los lechones tengan acceso a una dieta sólida desde el día 7 de vida.
La composición nutricional de esta dieta dependerá de la edad al destete, pero tiene que incluir ingredientes altamente palatables y digestibles y tiene que favorecer el consumo.
Un estudio evaluó el efecto de proporcionar 3 tipos diferentes de dieta sólida durante las 2 semanas previas al destete (día 28), en el desarrollo pre y post-destete. Para ello fueron formuladas, una dieta de iniciación, una dieta formulada para la cerda lactante basada en maíz y soya, y una dieta de destete (Heo et al., 2018).
Cuando los animales fueron destetados recibieron la misma dieta de destete. Los resultados indicaron que el uso de la misma dieta antes y después del destete resultó en una mayor ingesta de alimento y ganancia diaria durante las primeras 2 semanas post-destete.
Con base en estos resultados, en el centro de investigación Schothorst Feed Research (SFR) ubicado en los Países Bajos, se implementó el destete alrededor de los 30 días de edad.
Los animales reciben una dieta de iniciación del día 7 al día 21 de vida y luego reciben la misma dieta de destete desde el día 21 de vida a las 2 semanas post-destete. En situaciones de destete más tempranos (alrededor del día 21 de vida) se podría suministrar la dieta de iniciación hasta una semana después del destete.
Estrategias post-destete
El objetivo en esta etapa es garantizar un consumo constante de alimento sin sobrecargar al lechón con nutrientes que no pueda digerir. Por lo tanto, el enfoque es adaptar el contenido nutricional de la dieta de tal manera que nutrientes como la proteína, la fibra y la grasa generen un impacto positivo en la salud intestinal del lechón y en su producción.
Proteína
Debido a la inmadurez del TGI, la proteína no digerida es el principal factor de riesgo para la diarrea post-destete, puesto que actúa como sustrato para bacterias patógenas como la E. coli. Por lo tanto, el uso de dietas con bajo contenido de proteína cruda (PC) es una de las estrategias más utilizadas como alternativa al uso de antibióticos y ZnO.
En los Países Bajos, la concentración de PC en la dieta alrededor del destete es de 16.5-17.5%, mientras que el nivel de lisina digestible es de 0.8-0.9%. Sin embargo, además del nivel de PC en la dieta, la calidad, así como el perfil de aminoácidos juegan un papel fundamental.
La digestibilidad de la soja o colza es 10-15% menor en lechones que en cerdos de engorde. Por lo tanto, el uso de coeficientes de digestibilidad obtenidos en lechones y el uso de fuentes de proteína altamente digestibles contribuirá en la prevención de diarrea post-destete.
Las fuentes proteicas, además de proporcionar AA, también pueden influenciar la capacidad buffer de la dieta, y así, el pH gástrico del lechón. Datos internos de SFR indican que los ingredientes ricos en proteína poseen una mayor capacidad buffer que los cereales, siendo la harina de pescado uno de los ingredientes con mayor capacidad buffer. El pH del estómago debe mantenerse por debajo de 3.5-4.0 para una óptima digestión proteica y para proveer una barrera eficiente contra patógenos.
Fibra
La fibra es a menudo considerada un nutriente no deseado en dietas para lechones debido a que suele disminuir el consumo de alimento, así como la digestibilidad de los nutrientes, aumentando el riesgo de proliferación bacteriana patógena en el TGI. Sin embargo, dichos efectos negativos son en gran medida el resultado de valorar la fibra desde un punto de vista analítico.
La fibra se puede clasificar como inerte (ICHO) y fermentable (FCHO), dependiendo del patrón de fermentación. Así, los carbohidratos no digeribles y no fermentables, pertenecen a la ICHO, mientras que los carbohidratos no digeribles, pero fermentables en el intestino grueso, corresponden a la FCHO.
Un estudio reportó que la inclusión de 12.8% de ICHO durante las 2 primeras semanas post-destete, aumentó la ingesta de alimento, la capacidad estomacal, la actividad de la amilasa en las microvellosidades de los enterocitos ileales, y disminuyó los recuentos de E. coli a nivel cecal, en comparación a 2 dietas control ricas en cereales o derivados lácteos (Gerritsen et al., 2012).
Por su parte, la inclusión de FCHO en dietas de lechones resulta en una reducción de la ingesta de alimento y un aumento en la incidencia de diarreas, debido a la limitada capacidad de fermentación del lechón (Molist et al., 2014).
Grasa
Aunque el rol de la grasa en la salud intestinal de los lechones ha recibido menos atención que la proteína o la fibra, se sabe que la inclusión de grasa en las dietas de lechones es de gran importancia como fuente de energía, además de que el primer nutriente afectado por la diarrea post-destete es la grasa.
Por lo tanto, se debe prestar especial atención a las fuentes de grasa utilizadas en dietas para lechones. Se ha indicado un efecto beneficioso del aceite de pescado en la salud intestinal de lechones debido a su contenido de ácidos grasos (AG) omega 3 (Li et al. 2014).
Por otra parte, la inclusión de fuentes de grasa altamente digestibles como el aceite de colza o de palmiste, que contienen AG de cadena media, los cuales tienen propiedades antimicrobianas, promueven la salud intestinal del lechón (Jackman et al., 2020).
Conclusión lechón
La retirada de antibióticos y ZnO genera un reto complejo en la alimentación de lechones, y requiere de un enfoque holístico. Las estrategias pre-destete se enfocan en un destete tardío (±30 días) y una introducción estratégica de dieta sólida.
En la fase post-destete, se busca mantener un consumo constante de alimento y minimizar la cantidad de nutrientes no aprovechables.
Para ello se recomienda mantener niveles de PC bajos mientras se utilizan fuentes proteicas altamente digestibles y con baja capacidad buffer, diluir el contenido nutricional de la dieta mediante la inclusión moderada de ICHO, y usar fuentes de grasa con alto contenido de AG Omega-3 y de cadena media.
Más sobre el tema