Los antimicrobianos traen ventajas acerca de la productividad, como reducción de la mortalidad, mejora del rendimiento, disminución de la variabilidad, mejor rentabilidad económica y no hay duda de eso. Por estas razones se han convertido en herramientas de uso constante en la producción ganadera.
Sin embargo, la creciente preocupación por el uso excesivo de antimicrobianos nos lleva a repensar la forma en que producimos proteína animal. En este sentido, vemos un aumento creciente en las alternativas a estas moléculas, así como las prácticas que pueden mantener o incluso mejorar los niveles de productividad alcanzados en la actualidad.
Los antimicrobianos se han utilizado para prevenir enfermedades y también como promotores del crecimiento por décadas. El uso en exceso de estas moléculas en la producción animal contribuye al desarrollo de la resistencia bacteriana.
Los estudios de OME indican correlación fuerte entre la resistencia bacteriana en animales de la producción y los seres humanos. Se estima que en 2050 la principal causa de muerte de los humanos será por enfermedades relacionadas con la resistencia bacteriana (figura 1).
Por lo tanto, se señala que el uso prudente de los antimicrobianos en la producción animal es extremadamente importante y muy probablemente esta práctica se hará rutinaria muy pronto, como ya es cierto en algunos países. En países como Dinamarca y Holanda, ya existen políticas bien definidas para el uso de Fármacos y se practican con éxito.
En general, los antimicrobianos son utilizados con más intensidad en animales jóvenes (figura 2). Al tener su sistema inmunológico todavía en desarrollo, esta categoría necesita de atención especial.
En el caso de los cerdos es la etapa que presenta mayores retos en relación con el uso de niveles bajos o la retirada total de drogas. Sin embargo, es importante mencionar que la reducción en el uso de antimicrobianos comienza con prácticas incluso antes del nacimiento de lechones.
Sabemos que el destete es un paso crítico en el cual el lechón pasa por numerosos cambios en términos del medio ambiente, fisiología, característica de la dieta, etc. No contar con la leche materna y tener que alimentarse de una dieta sólida es un gran desafío.
Este desafío, exponencialmente es más alto en casos donde la dieta no tiene alta digestibilidad, el medio ambiente y el tracto digestivo están contaminados por microorganismos patógenos o hay malas condiciones de higiene y de manejo. En estas situaciones, es frecuente que los fármacos se utilicen excesivamente para enmascarar los problemas, generando resistencia y un desequilibrio total del microbiota intestinal de lechones.
Para que el lechón no sufra las consecuencias de esa etapa crítica, el buen rendimiento zootécnico y el uso de antimicrobianos de manera prudente es factible, para ello debemos actuar con excelencia en varios puntos:
Nutrición: gestión de la alimentación de la cerda antimicrobianos
La vitalidad de los lechones al nacer y consecuentemente el crecimiento durante la lactancia es crítica porque impacta en el desempeño subsecuente en la etapa del destete. Para ello, es muy importante utilizar programas de alimentación durante la fase de gestación que satisfagan las exigencias nutricionales de las hembras, con especial atención a las sobras de energía y los problemas que esto puede causar en la producción de la producción de leche y, por consiguiente, la calidad del destetado.
Las hembras sobrealimentadas son más propensas a presentar problemas de edema mamario y disminución del consumo durante la lactancia en comparación con las de buena puntuación corporal.
Otro punto importante es la adecuada nutrición de la cerda durante la lactancia a través del suministro de fuentes y los niveles correctos de lípidos que mejoran la calidad de la leche, así como los aditivos que actúan sobre la inmunidad del lechón.
Calidad de calostro
El calostro, además de una importante fuente de nutrientes, es una fuente fundamental de inmunoglobulinas que ayudará al desarrollo de los lechones, además de apoyar los retos de salud que se avecinan (figura 3). Realizar los ajustes necesarios en nutrición y manejo para maximizar la ingesta de calostro son todavía más importante cuando se trata de hembras con alto número de lechones nacidos, ya que la producción de calostro no acompaña el aumento en el número de lechones en la misma proporción.
Alimentación de alta calidad para el lechón aún no destetado
En la maternidad el lechón puede tener su primer contacto con dietas sólidas ya que es muy importante para la maduración del sistema digestivo. Es importante subrayar que la objetivo de la el suministro de alimento en maternidad es la preparación para el destete y no un aumento de peso significativo. En la figura 4, se demuestra una reducción significativa de la diarrea en los animales que reciben alimento en el pabellón de maternidad a la edad de 5 días. El efecto de esta práctica en el las dietas que facilitan el consumo, que tienen alta digestibilidad y apetecibilidad, son fundamentales para que esta práctica sea exitosa. Gradualmente se logra equilibrio de la el microbiota intestinal como resultado y así la obtención de mejoras en el rendimiento en etapas posteriores del crecimiento.
Suministro de raciones de alta digestibilidad y uso estratégico de aditivos durante la fase de recría
Varias son las herramientas que se pueden utilizar para “blindar” el sistema digestivo del lechón de varios agentes de riesgo después de destete, y así es posible reducir el uso de antimicrobianos en esta etapa.
Por lo general, el ph intestinal de los lechones después del destete no es óptimo para la digestión de las dietas típicas utilizadas (Figura 5). En este sentido, es fundamental y necesario mirar cuidadosamente los ingredientes que se utilizan en las raciones post-destete principalmente con el fin de no deteriorar aún más la capacidad de acidificación del medio, y, por consiguiente, promover el desarrollo de patógenos. El lechón en esta etapa todavía está con su sistema enzimático inmaduro y en pleno cambio, y el suministro de ingredientes complejos puede convertirse en un problema. La fermentación de la proteína no digerida puede llevar a la formación de compuestos metabólicos tóxicos como amoníaco, aminas, compuestos fenólicos, etc. Estos compuestos causan daño al desarrollo de la mucosa intestinal, diarrea y empeoramiento del rendimiento zootécnico.
Los ácidos orgánicos pueden ser una alternativa interesante desde el punto de vista de accionar en el pH Intestinal. Su modo de acción puede ser directo, es decir, la eliminación de bacterias indeseables o indirectas, mejorando la secreción enzimática y favoreciendo la digestibilidad de la dieta.
En la naturaleza se encuentra una inmensa gama de aceites esenciales con propiedades muy diferentes entre sí. Algunos de estos compuestos tienen propiedades que estimulan la secreción enzimática, mejoran la digestibilidad de la dieta y pueden ser una alternativa para disminuir la fermentación de compuestos no deseados en el intestino. Otro efecto interesante de estas familias de aceites es el incremento en el consumo y consecuentemente, el aumento de peso. Además algunos de estos compuestos tienen propiedades antimicrobianas, favoreciendo La salud Intestinal.
Por otra parte, también se debe revisar el uso de algunos ingredientes, tales como el Óxido de Zn. Recientemente se han publicado algunos estudios que indican que este mineral en altas dosis (1500 a 3000 ppm) también causa resistencia microbiana y algunos países ya han empezado a no utilizar niveles más altos de los establecido como nutricional (125-150 Ppm).
Actualmente contamos con tecnologías disponibles que pueden ser aplicadas estratégicamente en combinación con el uso prudente de antimicrobianos. Para ello es importante entender la dinámica y la manera en que se dan las interacciones entre los distintos pilares que componen la producción animal.
Estas tecnologías, ya sean de formulación, evaluación de ingredientes, gestión o aditivos cuando se combinan aportan grandes resultados de productividad y rendimiento del negocio porcino.
Literatura consultada
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