A mediados del 2022 la producción porcina se va a enfrentar a un nuevo reto, ya que una de las “redes de seguridad” que en los últimos años ha parado algunos problemas de diarreas en destetes, el Óxido de Zinc (ZnO), no va a poderse utilizar.
Como esta situación se ha comunicado con antelación, se ha podido ir buscando alternativas que, como todos los manejos que hacemos en las granjas, funcionan más en unas explotaciones que en otras, pero siempre tienen sus efectos.
Por tanto, lo importante es saber encontrar la combinación que dé mejores resultados en nuestra granja en cada momento. |
Entre las propuestas planteadas ha habido de varios tipos, ya que, ante cualquier patología causada por un agente infeccioso, debemos de plantearnos dos tipos de estrategias:
1. Hacer a nuestros animales más resistentes.
2. Averiguar la vía de llegada, contacto o infección y pensar en cómo eliminarla, o al menos reducirla en el futuro mediante las medidas de bioseguridad.
1. Fortalecer a los cerdos
A la hora de fortalecer a nuestros cerdos, algunas actuaciones se centran en añadir productos al pienso que controlen la flora microbiana digestiva (acidificantes, prebióticos, probióticos, etc.). Otros buscan regular la microbiota intestinal con vacunas comerciales o autovacunas.
Ambas estrategias, por separado o conjuntamente, están obteniendo resultados muy favorables en muchas granjas.
No obstante, en la mayoría de ocasiones, los procesos respiratorios suelen contagiarse desde otros cerdos enfermos. En el caso de los procesos digestivos, la infección llega generalmente porque en el lugar de crianza quedan sus formas de resistencia. Insistimos: generalmente…
2. Reforzar la bioseguridad
Cuando tratemos de controlar un proceso digestivo, nuestro principal punto de actuación debe de ser revisar la bioseguridad interna para limitar al máximo las posibilidades de contagio de nuestros cerdos
Debemos de lograr que, para esos agentes patógenos, llegar a nuestros cerdos sea una carrera de obstáculos y cuantos más les pongamos, más posibilidades de éxito tendremos. |
Antes de continuar, insistimos en la importancia de personalizar el Programa de Bioseguridad de cada granja.
Cada granja y, sobre todo, cada granjero es diferente a los demás. ¡No podemos establecer una pauta común para todas las granjas! |
Lo ideal sería tener un listado con todas las medidas que creemos que son importantes en las granjas para garantizar la máxima protección.
Todos sabemos cuáles son los puntos a controlar, pero esta lista de medidas enorme debemos reducirla a lo que realmente consideremos que se va a cumplir en cada granja, por la idiosincrasia del personal que trabaja en ella.
Insistimos en este punto porque un Plan de Bioseguridad se basa en que los que tienen que llevarlo a cabo se lo crean y, para eso, debemos pedir cosas factibles. De lo contrario, corremos el riesgo de que, por exigir algo irreal, no se respete ni esa medida, ni otras más sencillas.
Por ejemplo, pedir que se duchen las visitas al llegar a un cebadero, cuando muchos de ellos no tienen ni un vestuario limpio para cambiarse de ropa resultaría una quimera. |
¡El límite lo marcamos nosotros!
Limpieza – pilar fundamental del programa de bioseguridad
Para evitar cualquier patología infecciosa, lo principal es que no haya contacto con el agente causal y, si no puede evitarse, lograr que éste sea el mínimo posible.
A veces, debemos de valorar si es económicamente viable plantear la erradicación de un patógeno o si es más rentable convivir con él, reduciendo su población todo lo que se pueda.
Nuestra primera arma debe de ser la LIMPIEZA.
En el caso de los procesos digestivos, nuestro objetivo será evitar que los lechones contacten con las formas de resistencia de los patógenos que ha habido en la crianza anterior.
1. Una buena limpieza comienza por la retirada de toda la materia orgánica más visible que pueda quedar en la instalación. 2. Posteriormente, lo recomendable sería remojar para facilitar la retirada de los restos más pequeños y adheridos a las superficies. 3. Después, es imprescindible que, al lavar, usemos jabones adecuados, dejando que actúen siguiendo los consejos del fabricante en cuanto a forma de aplicación y tiempo hasta su aclarado. El lavado se debe de hacer sin prisa, a la presión adecuada para no afectar a la instalación y de arriba hacia abajo para arrastrar mejor la suciedad. 4. Es importantísimo que exista un correcto secado, ya sea de forma natural o ayudado por calor externo o por productos secantes. A este respecto, es importante acordarse de retirar el agua que queda encharcada en bebederos y comederos. 5. Finalmente, es necesario realizar la desinfección de manera correcta, siguiendo también las indicaciones del fabricante del producto. |
Nuestro objetivo debe ser que, cuando la instalación se vuelva a llenar, se parezca lo máximo a una granja nueva, pues en ella, los lechones crecerán mejor, sin duda alguna. |
Con la intención de “reestrenar” la instalación en mente, hay que pensar que no solo es importante la limpieza de suelos y paredes, también de techo y de materiales móviles.
Además, es conveniente realizar la limpieza de los fosos de purín, aunque sabemos que es insano para la espalda de los trabajadores, tal como se construyen hoy en día las granjas.
Los especialistas en limpieza recomiendan hacer una revisión al finalizar el proceso de limpieza. Esta revisión puede ser tan intensa como queramos (visual, con un algodón o toallita, o con un cultivo de la superficie), nosotros ponemos el límite.
La importancia del trabajo sistemático en la granja
Un punto de bioseguridad que es muy útil y sencillo de aplicar es asegurarnos de que, en nuestro trabajo diario, se visite primero a los cerdos sanos y posteriormente a los enfermos o los que tienen más riesgo de sufrir patologías (por edad o por alojarse en naves que, en ciclos pasados, han tenido un proceso infeccioso y no estamos seguros de que las hayamos limpiado perfectamente).
De no hacerlo así, podemos ser nosotros mismos los que vayamos pasando la infección de unos lechones a otros. |
Evidentemente, lo mismo ocurre con los materiales que se pueden usar en la explotación, como botas, palas o jeringuillas, que deben ser exclusivas de cada zona y deben de limpiarse tanto como sea necesario para garantizar que se disminuye el riesgo de infecciones.
Lógicamente, es muy importante ser lo más estrictos posible en lo que respecta a la mezcla de lechones.
Se debe evitar mezclar lechones de diferentes edades en parideras y destetes por los diferentes estados sanitarios, ya que esta práctica constituye un riesgo y puede conducir al empeoramiento del estado sanitario general y, por tanto, a un incremento del riesgo de padecer patologías.
Todos hemos oído la experiencia de compañeros que marcan los nacidos en cada semana con un color de crotal y en pocas semanas están todos mezclados.
Preguntémonos si nuestra explotación pasaría un control de ese tipo
¿Cuál es nuestro punto de partida?
Como hemos señalado al principio, lo importante de toda medida de bioseguridad es asegurarnos de que se va a cumplir, de lo contrario, no tiene sentido implantarla.
Para saber en qué punto empezamos, lo mejor es hacer una Encuesta de Bioseguridad de las muchas que maneja el sector y si la hace alguien ajeno a la explotación mejor. Así descubriremos los lugares donde es más importante empezar a actuar.
Las 4 estrategias clave para afrontar la retirada del ZnO
A modo de resumen, las actuaciones estratégicas más importantes que pueden ayudar a la lucha frente a diarreas postdestete a las que se van a enfrentar las granjas tras la retirada del ZnO son:
Estrategias Nutricionales
Reducir el nivel de proteína bruta en los piensos para lechones, introduciendo la soja progresivamente.
Formular dietas más digestibles para los lechones mediante la inclusión de:
Proteína ideal, aminoácidos sintéticos y proteínas muy digestibles (tipo pescado, plasma, proteínas hidrolizadas).
Cereales extrusionados.
Fibra.
Usar aceites esenciales y ácidos orgánicos e inorgánicos (protegidos y sin proteger).
Incluir prebióticos (gomas y algunos fructooligosacáridos) y probióticos (Lactobacillus, Saccharomyces, levaduras) en los piensos para lograr que la microbiota del lechón sea más saludable y favorezca la protección frente a los patógenos.
Ser muy exigentes en cuanto a la calidad de las materias primas usadas para fabricar piensos prestarter y starter, evitando al máximo las micotoxinas.
Estrategias de manejo
Estimular el consumo de pienso de los lechones antes del destete para favorecer la maduración de su aparato digestivo.
Si es necesario, aumentar la duración de la lactación y la edad al destete.
Destetar al lechón comiendo el mismo pienso en los últimos días de lactación que en los primeros días postdestete.
Evitar cambios bruscos de dietas, introduciendo el pienso nuevo paulatinamente.
Asegurar que los lechones tienen pienso y agua fácilmente accesible desde el primer momento que llegan a la sala de transición. Si comen enseguida, habrá menos fenómenos de disbiosis y menos probabilidad de que se produzcan diarreas.
Asegurarse de que las condiciones ambientales son las adecuadas para la edad de los lechones que tenemos en la transición.
Un exceso de densidad, temperaturas demasiado bajas o cambios bruscos de las mismas, así como corrientes de aire a la altura de los lechones, provocarán un estrés que se traducirá muy probablemente en diarrea, pues actuará como un factor predisponente muy importante.
Estrategias de Bioseguridad
Buena limpieza, secado y desinfección de las instalaciones, tal y como hemos explicado antes.
Asegurar la calidad del agua, sin contaminación bacteriana y sin niveles altos de salinidad, sulfatos, nitritos, etc. Si hace falta filtrar el agua o higienizarla con Cloro + ácido, Peróxido o Dióxido de Cloro se debe hacer. ¡Es innegociable, el agua debe estar en perfectas condiciones!
Muchas veces, después de tratamientos vía agua de bebida, las conducciones de agua quedan sucias por dentro y se genera biofilm donde viven las bacterias. Estas conducciones deben limpiarse con soluciones alcalinas y, a veces, también ácidas después de cada lote de cerdos. |
Control de visitas, personal de mantenimiento, técnicos, etc. Todos las personas que accedan a la granja deben utilizar ropa y calzado de la misma y, como mínimo, lavarse las manos.
Un aspecto al que apenas se da importancia, y la tiene por la gran cantidad que se consume diariamente, es la bioseguridad en la gestión del pienso. Se trata de un producto que entra cada semana desde fuera de la granja, por lo que supone un riesgo frecuente de vehicular patógenos. Además de la bioseguridad que se debe de vigilar en la fábrica (donde la empresa productora ya hará control de proveedores, de sus materias primas y del producto elaborado, y lógicamente también limpieza de instalaciones y vehículos de transporte), en nuestras manos está la bioseguridad de su correcta conservación. Por tanto, tenemos que supervisar:
Silos cerrados para evitar la contaminación por aves o por la entrada de agua que favorezca la multiplicación de hongos y bacterias en el pienso.
Limpieza periódica de silos, vigilando su vaciado completo, la integridad del mismo y, tras limpiar, tratar con los productos adecuados durante el tiempo recomendado.
Almacenaje correcto de sacos, evitando la presencia de humedad y roedores, algo que se exige en planes de control de Salmonella.
Mantenimiento de instalaciones, ya que su deterioro no solo supone pérdidas económicas por el pienso malgastado, sino que también es un posible foco de contaminación si conducciones o tolvas sufren roturas.
Para un mejor control de todos estos aspectos, la recomendación es tener un programa de Puntos Críticos de Control (APPCC), en el que revisemos periódicamente las instalaciones y dejemos constancia de las acciones realizadas con un modelo de cuestionario adaptado a nuestra granja. |
Estrategias inmunitarias
Es importante contar con un programa vacunal que incluya la inmunización frente a las colibacilosis postdestete.
Existen varios tipos de vacunas frente a estos patógenos, orales o inyectables, algunas funcionan por exclusión competitiva mientras que otras inmunizan contra la toxina Shiga. |
Existe la posibilidad de vacunar frente a Clostridium e, incluso se podrá vacunar frente a los Rotavirus.
En casos determinados, pueden usarse autovacunas para prevenir colibacilosis recurrentes e indeseables de nuestra explotación.