El año 2022 comienza en unas circunstancias peculiares marcadas por cambios, tanto económicos como legislativos, que suponen todo un reto para los productores de porcino.
A su vez, una nueva forma de producción para la que hemos estado cinco años preparándonos se hace efectiva este mes de junio: la retirada del Óxido de Zinc.
Esta restricción afecta principalmente a la fase de transición, una etapa de la vida del lechón problemática por si sola debido al gran estrés que produce la separación de su madre y los numerosos cambios a los que debe enfrentarse como el traslado a la lechonera, cambio de compañeros y establecimiento de nuevas jerarquías, pero, sobre todo, la transición de una dieta altamente digestible a base de leche, a una alimentación sólida. |
Todos estos factores se ven volcados sobre un lechón que todavía no cuenta con un sistema inmunitario maduro y en el que se están produciendo cambios estructurales y funcionales en el aparato digestivo.
Por ello, es altamente probable que este estado de estrés, junto con una inadecuada recepción en la lechonera, provoque una reducción voluntaria del consumo de pienso los primeros días tras el destete que resultará en una alteración de la integridad intestinal (DJ, 1994), siendo esta un factor fundamental en la aparición de trastornos digestivos conocidos popularmente por el productor como las diarreas postdestete.
Estas alteraciones pueden tener consecuencias a largo plazo en la salud intestinal y en la susceptibilidad a distintas enfermedades durante la vida productiva del animal (Adam J. Moeser, 2017). |
Se prevé que la retirada del ZnO agrave la aparición de los cuadros entéricos durante las dos primeras semanas durante el destete. |
Como es bien sabido, la diarrea postdestete es una enfermedad multifactorial en la que entran en juego otros factores además de la sanidad del propio animal.
El control de todos aquellos factores externos que agravan el estrés que sufre el lechón pueden mitigar el impacto de los cambios, tanto fisiológicos como sociales, que se producen durante esta etapa.
¡Una planificación previa a la entrada de los lechones resulta fundamental! |
Realizar una verificación o “check list” con antelación de todos aquellos elementos básicos, pero a la vez críticos, que puedan perjudicar al lechón y condicionar la aparición de diarreas durante las primeras semanas es una herramienta que puede prevenir muchos problemas posteriores.
A continuación, vamos a revisar algunos de ellos.
Limpieza y desinfección
Lo ideal es trabajar con sistemas Todo Dentro – Todo Fuera, bien sea por salas o por naves, para así reducir la transmisión de patógenos entre animales de distintos lotes. Para ello, es vital una correcta higienización de las salas.
Existen numerosos protocolos de limpieza y desinfección que dependerán de los productos a utilizar.
El éxito de una buena limpieza radica en insistir en los lugares de difícil acceso, pero altamente contaminados como:
Las fosas, donde existe alta concentración de bacterias e insectos que pueden ascender y tener contacto directo con los lechones.
Los comederos y bebederos, ya que una limpieza que puede resultar satisfactoria al nivel del suelo puede ser insuficiente en los lugares donde bebe y se alimenta el lechón, considerados de alto riesgo ya que el animal tiene contacto oral directo con ellos.
Figura 1. Efectos de un protocolo de limpieza en el recuento de enterobacterias del suelo de los corrales sucios y limpios (arriba) y en los comederos y bebederos sucios y limpios (abajo). (C. Mannion, 2007).
Condiciones ambientales
Además de una correcta higiene, contar con una instalación seca y precalentada es una condición indispensable para evitar alteraciones fisiológicas y metabólicas a la entrada del lechón.
La literatura describe una temperatura crítica inferior entre 26-28 ̊C (Jean Le Dividich, 1994). Sin embargo, ese rango de temperaturas será mayor o menor según el resto de las condiciones de la nave, como la ventilación, el aislamiento y la humedad. La humedad es tan perjudicial para el lechón como las bajas temperaturas, ya que aumentará la sensación de frío y dificultará la diferenciación de la zona seca para el descanso, provocando malestar y alteraciones posturales. Por lo tanto, no hay que perder de vista el comportamiento de los animales y su distribución en el espacio y regular la temperatura en función de sus necesidades. |
Consumo de pienso y agua
Un hecho descrito constantemente es que las limitaciones de espacio tienen un efecto negativo en el consumo de pienso y en la ganancia de peso de los lechones destetados (McConnell, 1987).
Cualquier hecho que altere el consumo de pienso o alargue el periodo de latencia (tiempo hasta que el lechón tiene un consumo regular de pienso) puede provocar problemas a nivel digestivo, así que se aportará un lineal suficiente de comedero para el lechón (7,5 cm/lechón al destete) y se procederá a la introducción a la dieta seca.
Para esto último, hay que brindarle al lechón todas las facilidades posibles para localizar el alimento y estimular su comportamiento de imitación o la llamada de su madre.
Rellenar con pienso fresco los platos supletorios, comederos corridos o incluso linealmente en el suelo varias veces al día en pocas cantidades puede ser una herramienta muy útil para su estimulación los primeros días. Otra estrategia para incentivar el consumo de agua y pienso y disminuir la desorientación tras el transporte, es establecer un programa de luz casi continua durante las primeras 48 o 72 horas con breves periodos de oscuridad (E. M. A. M. Bruininx, 2002). |
Uno de los aspectos que cobra más relevancia en la era sin ZnO son las aguas. El consumo de agua está directamente relacionado con el consumo de pienso, por lo que ésta debe ser potable y aportarse en cantidad suficiente.
Es importante conocer las características del agua de nuestras explotaciones, con un análisis fisicoquímico y bacteriológico periódico y, en base a ello, escoger un tratamiento biocida adecuado y evaluar su efectividad posterior. |
No debemos olvidar, que, aunque la calidad del agua sea buena, los animales beben directamente del chupete, donde se puede encontrar biofilm acumulado por una incorrecta limpieza del chupete o bien proveniente de las tuberías de la explotación, por lo que una limpieza y desinfección de las tuberías resulta también beneficiosa.
Mezcla de lechones
En el transporte y la descarga se mezclan animales de distintas camadas. Algunos manejos que se utilizan para disminuir el estrés, las peleas y los problemas sanitarios que puede suponer la mezcla de animales son:
El mantenimiento de las camadas desde lactación.
La separación de lechones de primerizas que, por lo general, son animales más débiles inmunológicamente y pueden suponer una vía de transmisión de patógenos para el resto de los lechones.
También es conveniente extremar las prácticas de bioseguridad mediante diferenciación estricta entre lotes de animales con material independiente para cada lote, cambio de vestimenta, lavado de manos, etc.
A lo largo de los años, hemos contado con muchas soluciones terapéuticas rápidas para reducir la aparición de la diarrea postdestete que camuflaban defectos básicos en higiene, instalaciones, bioseguridad, manejo y potabilización de aguas. Sin embargo, debido a las nuevas restricciones, estas herramientas están desapareciendo de nuestras manos y es necesario localizar los puntos débiles de nuestras explotaciones y trabajar en ellos. |
Bibliografía
Adam J. Moeser, C. S. (2017). Weaning stress and gastrointestinal barrier development: impications for livelong gut health in pigs. Animal nutrition, 313-321.
C. Mannion, P. B. (2007). Efficacy of cleaning and disinfection on pig farms in Ireland. The veterinary record, 371-375.
DJ, H. (1994). Postweaning Escherichia coli diarrhoea in pigs. En W. C. International, Escherichia coli in Domestic Animals and Humans,.
E. M. A. M. Bruininx, M. J.-S. (2002). A prolonged photoperiod improves feed intake and energy metabolism of weanling pigs. Journal of animal science, 1736-1745.
H.K. Oh, H. C. (2010). Effects of space allocation on growth performance and immune system in weaning pigs. Livestock Science 132, 113-118.
J. R. Pluske, D. J. (1997). Factors influencing the structure and function of the small intestine. Livestock Production Science, 215-236.
J. R. Pluske, I. H. (1996). Villous height and crypt depth in piglets in response to increases in. Animal Science, 145-158.
Jean Le Dividich, P. H. (1994). Effects of climatic conditions on the performance, metabolism and health status of weaned piglet: a review. Livestock Production Science, 113-118.
McConnell, J. E. (1987). Effects of weaning weight, comingling,comingling,group size and room temperature on pig performance. Journal of animal science, 1201-1206.
McGlone, J. C. (1985). Behavior and performance of weanling pigs in pens equipped with hide areas. Animal Science 60, 20-24.