Dentro de un mes, la retirada definitiva del óxido de zinc en los piensos será una realidad.
Es por ello que, ante un cambio de escenario tan relevante, se han venido buscando alternativas y soluciones que permitan asegurar unos parámetros productivos normales a la vez que se mantiene una buena salud intestinal que evite la aparición de blandeos y diarreas. |
No existen unas directrices ni un plan estándar a cumplir que garantice una supresión segura del óxido de zinc. La realidad de cada explotación es distinta y de nada sirve querer solucionar problemas muy diferentes con las mismas herramientas. Es por ello que el plan de acción debe tener una serie de características.
Todas las explotaciones son diferentes en cuanto a instalaciones, personal, manejo, genética, programa de alimentación, objetivos productivos, dependencia de medicamentos, situación geográfica, etc.
No podemos entender una realidad como distintos factores independientes entre sí, sino que debemos enfocar la solución entendiendo a la explotación como un todo. A pesar de estudiar cada factor, se debe entender que existen interrelaciones que condicionan por completo el plan y los pasos a seguir para una retirada exitosa del ZnO.
La situación de una explotación es dinámica y va variando, en ocasiones bruscamente, en cortos periodos de tiempo. Por esa razón, la capacidad de adaptación al cambio debe estar presente en el momento de elaborar un plan de retirada de ZnO.
El sector porcino es un sector muy innovador que avanza rápidamente para encontrar herramientas nuevas que den respuesta a los retos ya existentes aún sin resolver y a los nuevos que se van presentando.
¡Un buen plan de retirada de ZnO debe tener en cuenta todas las nuevas herramientas para aprovecharse de ellas con la mayor inmediatez en el caso de encontrarlas interesantes! |
Las claves del enfoque nutricional en transición
A pesar de no ser el único pilar sobre el que se debe sostener una buena estrategia para eliminar el uso del ZnO, la nutrición y alimentación de una explotación son un factor importante a controlar, adaptar y mejorar para alcanzar el objetivo de manera exitosa.
COMPOSICIÓN DEL PIENSO
Comenzando por la composición del pienso y los productos, existen diversas alternativas útiles que pueden servir de ayuda, pero nunca de solución única.
Una buena alternativa son los prebióticos que ayudan al lechón a estimular el crecimiento o la actividad de algunas bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal. De esta manera, aumenta la capacidad de modular la composición del microbioma a través del pienso.
Probióticos
Otro tipo de aditivos útiles para este objetivo son los probióticos. En este caso son microorganismos viables que, si son administrados en dosis correctas y llegan al intestino en tiempo y condiciones óptimas, pueden ejercer acciones positivas:
Generalmente, se suelen emplear tanto levaduras como bacterias ácido lácticas.
Algunas especies de lactobacilos, como Lactobacillum rhamnosus, pueden prevenir daños en las uniones estrechas entre los enterocitos, impidiendo también la adhesión de E. coli y modulando la producción de citoquinas proinflamatorias, reduciendo así la propia inflamación (Roselli et al., 2007).
Enzimas exógenas
La inclusión de enzimas exógenas también influye de forma positiva.
En el momento del destete, los lechones no tienen suficiente capacidad enzimática para digerir el alimento que se les suministra de manera óptima. Por ello, la adición de enzimas exógenas en el pienso (fitasas, amilasas, β-glucanasas, β-xilanasas) ayudan a una mejor digestión y asimilación de todos los nutrientes en el lumen intestinal.
De esta manera, el sustrato disponible para las bacterias potencialmente patógenas y causantes de problemas digestivos es menor, reduciéndose directamente el riesgo de diarreas postdestete. |
TAMAÑO DE PARTÍCULA
Generalmente, cuanto menor es el tamaño de partícula del pienso mayor es la capacidad de acción digestiva sobre él, más efectiva es la digestión y, por lo tanto, mayor aprovechamiento y mejores resultados productivos se obtienen.
Pero en el momento que cambian las reglas del juego y que no solo debemos cuidar la productividad, sino también el confort intestinal para evitar problemas digestivos, se debe replantear el hecho de presentar un pienso con una molienda fina.
La molienda más grosera, a pesar de perjudicar levemente la eficiencia o conversión del alimento, ayuda a estimular el desarrollo del sistema digestivo en su totalidad.
Se ha demostrado que con un tamaño de partícula mayor se produce una mayor estimulación de todo el paquete enzimático, lo que va a reducir la proliferación y colonización de bacterias potencialmente patógenas.
La reducción de 100 micras del tamaño supone entre un 1 y un 1,3% de disminución en el IC. No obstante, una molienda más grosera aumenta el peso del estómago, intestino delgado y ciego, la longitud del intestino y un aumento de Lactobacillus con una reducción de Salmonella y enterobacterias.
Pasos para alcanzar el objetivo exitosamente
A la hora de plantear una estrategia:
1. SE DEBEN TENER CLARAS LAS CONDICIONES DE PARTIDA
Se debe hacer una inmersión profunda en la explotación para conocer todas sus peculiaridades y poder examinar in situ la realidad de la granja.
2. SE DEBE COMPLETAR UN INFORME DE SITUACIÓN QUE REGISTRE TODO LO OBSERVADO EN LA FASE ANTERIOR
Los protocolos abarcarán todos los factores que intervienen como instalaciones, manejo, programa nutricional, etc.
En ellos se deben incluir las acciones a realizar de forma práctica y específica. Además, debe tener un timing que ayude a establecer objetivos parciales en plazos definidos.
La parte más importante del plan será el momento de implementar las acciones diseñadas, es decir, llevar el plan a la práctica.
Este seguimiento y mejora continua son las mejores armas para alcanzar el objetivo final y conseguir unos datos productivos óptimos en cada explotación. |
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