Entre sus líneas de investigación más relevantes, cabe destacar las diarreas por espiroquetas (especialmente la Disentería Porcina), las diarreas víricas (principalmente Coronavirus y Rotavirus) y Salmonelosis Porcina. Además, en la actualidad están trabajando en resistencias a antibióticos y alternativas a los antimicrobianos.
AFRONTANDO EL RETO DE LAS RESISTENCIAS ANTIMICROBIANAS
Algunas bacterias son intrínsecamente resistentes a determinados antibióticos, lo que favorece su supervivencia en el caso de la exposición a ellos, mientras que las bacterias sensibles no sobreviven a esta exposición.
El uso masivo de antibióticos desde la década de los 50 ha propiciado un fenómeno de selección de bacterias resistentes.
Por ejemplo, la aplicación de un antibiótico en una población de 100.000 bacterias, 10.000 de ellas resistentes a él, implica que se produzca un proceso de selección favorable a estas últimas en detrimento de las bacterias sensibles que no logran sobrevivir. En este contexto, las bacterias resistentes pueden continuar multiplicándose, convirtiéndose en las predominantes y cuando se vuelva a tratar con el mismo antibiótico, éste habrá perdido su eficacia frente a la población bacteriana en cuestión.
Hemos de recordar que existen numerosas bacterias que presentan ya multirresistencias como Acinetobacter baummani, Staphylococcus aureus (MRSA), Clostridium difficile, Enterococcus spp., Salmonella spp y Klebsiella spp.
La clara interrelación entre salud humana y sanidad animal ha puesto el foco en el uso que se hace de los antibióticos en el sector ganadero, priorizando el uso de muchos de ellos en medicina humana con el fin de preservar su eficacia y poder hacer frente a las infecciones en las personas.
Además, desde el punto de vista estratégico, hay países, sobre todo del norte de Europa, en los que se han establecido estrategias de reducción del uso de antibióticos en producción primaria desde hace tiempo por lo que buscan que el resto de la comunidad europea también lo haga.
Es importante recalcar que, en el caso de la Medicina Veterinaria, al usar los antibióticos no estamos cometiendo ninguna ilegalidad, sino que se tratan de compuestos útiles que se tienen que usar de forma racional para el tratamiento de los animales cuando sucumben a una enfermedad infecciosa bacteriana.
Si bien en los últimos años se ha prestado mucha atención al fenómeno de las resistencias antimicrobianas en la producción animal, hemos de reivindicar la labor y el compromiso del sector ganadero por combatirlas, y no debemos olvidar que es un reto que también requiere la implicación de los profesionales de la salud humana. |
Si optimizamos el uso de antibióticos, utilizándolos solamente cuando sea estrictamente necesario, siempre bajo prescripción veterinaria y cuando la sintomatología y los análisis laboratoriales lo justifiquen, lograremos reducir las resistencias y preservaremos la eficacia de los antibióticos.
Un ejemplo claro podemos verlo en el caso de Dinamarca, un país que decidió trabajar hacia la reducción del uso de antibióticos a principios del 2000. A raíz de esta decisión, durante las últimas dos décadas se ha observado una fuerte disminución de las resistencias a los antibióticos.
En el caso de España, aunque el consumo de antibióticos se mantiene bastante alto en la producción intensiva, en nuestro grupo hemos llevado a cabo un estudio muy interesante comparando las resistencias en intensivo y extensivo.
En la producción extensiva, tradicionalmente se han usado menos antibióticos a lo largo del tiempo y en nuestro estudio hemos confirmado que las resistencias eran más frecuentes en intensivo que en extensivo. Además, observamos que estas resistencias se debían, sobre todo, a los “elementos genéticos móviles” que son genes de resistencia que se transfieren de unas bacterias a otras.
En el caso de la Disentería Porcina, los antibióticos más utilizados son los macrólidos, las pleuromutilinas y las lincosamidas. Nuestra dilatada experiencia realizando antibiogramas de B. hyodysenteriae ha puesto de manifiesto que, a lo largo de los años, se han reducido las opciones de tratamiento en las explotaciones.
En lo que respecta a E. coli, lo que hemos observado es que todos los E. coli enterotoxigénicos (E. coli ETEC) que analizamos se presentaban, sobre todo, en la fase de postdestete, lo que implica que el uso de las vacunas funciona bastante bien en la fase de lactación para prevenir las diarreas por E. coli.
Es importante conocer estas resistencias para saber con qué antibiótico tratar a los animales en caso de que sea necesario y debemos tener en cuenta que el uso de la amoxicilina, a día de hoy, tiene poca utilidad para el tratamiento de patologías asociadas a E. coli.
El sector porcino y los profesionales veterinarios estamos muy concienciados sobre el papel que jugamos en la salud pública y lo que buscamos es producir animales libres de patógenos que puedan ocasionar infecciones en las personas.
Las bacterias mencionadas, por las características que tienen, pueden desarrollar resistencias y, gracias a como los programas REDUCE que se están llevando a cabo actualmente en las granjas porcinas, en los próximos años veremos que las resistencias antimicrobianas se irán reduciendo. |
ES IMPORTANTE CONOCER LAS RESISTENCIAS DE LAS BACTERIAS PRESENTES EN NUESTRAS GRANJAS PARA SABER CON QUÉ ANTIBIÓTICOS PODEMOS TRATAR
En relación a este aspecto de la distribución de las resistencias antimicrobianas en las granjas porcinas, estamos trabajando en un nuevo proyecto que parte de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) para crear un mapa de resistencias de forma que se pueda poner esta información a disposición de los clínicos de forma que puedan elegir el mejor tratamiento en virtud de los datos de la empresa o de la zona. |
En el contexto actual de la restricción del uso profiláctico o metafiláctico de los antibióticos y con la retirada del óxido de zinc, podría pasar algo similar y será un desafío para el sector. Seguramente, encontraremos cuadros clínicos a los que no estábamos acostumbrados.
Es previsible que veamos el impacto de este tipo de procesos, pero el sector está cada vez más concienciado y formado, y vemos que nuestros profesionales son capaces de encauzar y controlar estos problemas, muchas veces a través de medidas de manejo.
Por ello, es probable que nos adaptemos rápidamente, aplicando estrategias basadas en mejorar el manejo y la bioseguridad, el uso de compuestos alternativos y el planteamiento de tratamientos puntuales justificados por los resultados analíticos. |
Estos compuestos han generado interés, no solo por el efecto beneficioso que tienen en el hospedador, sino también por el efecto antimicrobiano que presentan. En nuestro caso, estamos trabajando en determinar qué concentraciones son las más efectivas o cuáles son sus dianas celulares.
Nuestros estudios sobre la actividad antimicrobiana se centran en determinar la Concentración Mínima Inhibitoria (CMI) y Concentración Mínima Bactericida (CMB) con el fin de poder ofrecer información al sector sobre qué concentraciones son las más eficaces.
Asimismo, trabajamos con distintas técnicas que nos permiten obtener información bastante precisa sobre el mecanismo de acción de los compuestos evaluados.
ACEITES ESENCIALES, FITOBIÓTICOS Y ÁCIDOS ORGÁNICOS
Entre los compuestos sobre los que estamos investigando actualmente cabe destacar los aceites esenciales, los fitobióticos y los ácidos orgánicos que, además de tener un efecto antimicrobiano, estimulan el sistema inmunitario, favorecen la función del sistema digestivo y mejoran los parámetros productivos del ganado.
PROBIÓTICOS
Por otro lado, estamos trabajando en aislar probióticos, microorganismos que presenten alguna actividad beneficiosa sobre la salud de los animales. Por ejemplo, realizamos estudios de resistencia a pH bajos, resistencia a sales biliares, determinación de los perfiles de resistencia a los antimicrobianos, etc.
DESINFECTANTES
Finalmente, también hemos llevado a cabo estudios sobre los desinfectantes. Todo el mundo conoce la importancia de las pautas de bioseguridad en las granjas y contamos con productos desinfectantes que son efectivos frente a bacterias resistentes a antibióticos. Sin embargo, hemos detectado que no se está sacando el máximo potencial de estas pautas ni de los agentes desinfectantes.
TENDENCIAS EPIDEMIOLÓGICAS DE LOS ROTAVIRUS Y CORONAVIRUS PORCINOS
Se muestrearon un total de 206 explotaciones, realizando análisis para detectar Coronavirus clásicos causantes de la Diarrea Epidémica Porcina y el de la Gastroenteritis Vírica, Coronavirus emergentes que aún no se habían descrito en Europa (Deltacoronavirus Porcino y Alfacoronavirus Entérico Porcino), Rotavirus A, Rotavirus B, Rotavirus C y el emergente Rotavirus H.
Con respecto a los Rotavirus, hemos detectado todos los tipos A, B y C, siendo el Rotavirus A el más predominante, mientras que Rotavirus B se ha encontrado concretamente relacionado con la fase de destete a cebo, y Rotavirus C solamente en lechones en los primeros 15 días de vida.
Para poder confirmar que la diarrea se debe a un Coronavirus o un Rotavirus, es necesario recurrir a técnicas de diagnóstico molecular, pudiendo ser útil también la histopatología, pudiéndose observar un acortamiento de las vellosidades intestinales más acusado en el caso de las infecciones por Coronavirus.
Cuando se produjo la reemergencia de la Diarrea Epidémica Porcina en el 2014-2015 en España y en Europa, hicimos un seguimiento en las granjas donde el virus no había circulado durante años esperando una población mayoritariamente seronegativa. Sin embargo, los resultados de nuestros análisis revelaron que el impacto no fue tan severo.
Lo llamativo fue encontrar grandes diferencias entre granjas, es decir, granjas con unas mortalidades en lechones del 3-5% y granjas que reportaban una mortalidad del 90% en el transcurso de un brote de 2 semanas. Ante esta enorme variación, nos planteamos si eran cepas diferentes por lo que se secuenciaron los aislados, constatando en ese momento que eran iguales y que el factor diferenciador era el manejo u otros patógenos presentes en la granja, no el virus.
Este hecho pone de manifiesto que la evolución y manifestación de los cuadros clínicos asociados a estos virus dependen de muchos factores, no solo del agente causal, por lo que podemos incidir a muchos niveles.
En el caso de que el virus consiga entrar en la granja, es importante hacer todo lo posible para controlarlo y erradicarlo. Lo habitual es realizar el “feedback” que consiste en poner a los cerdos en contacto con heces de otros cerdos que estén eliminando el virus con el fin de lograr una inmunización de la granja.
Esta práctica es necesaria una vez que el virus ha entrado en la granja, exponiendo a las cerdas gestantes al virus de modo que lleguen a la lactación con un cierto nivel de inmunidad protectora que puedan transferir a sus lechones, minimizando así los efectos de un brote en el periodo neonatal.
Sería fantástico contar con una herramienta mejor que el “feedback”, pero las vacunas no se han comercializado en Europa, y donde se han comercializado (Asia y América) no ha habido una experiencia espectacularmente buena, lo que implica que por ahora no tenemos otro recurso.
De la misma forma que otros virus han llegado a Europa, creemos que el Rotavirus H, independientemente de su origen, está circulando por más países europeos. Esperamos que, gracias a nuestro estudio, investigadores de otros países empiecen a investigar sobre su presencia y su prevalencia de modo que podamos tener una visión más completa sobre la situación epidemiológica del virus.
En lo que respecta a la virulencia y patogenicidad del Rotavirus H, si nos remitimos a estudios realizados en otros países, en la gran mayoría de los animales en los que se detectaba el virus se encontraba una coinfección con otro Rotavirus.
En nuestros estudios, de los nueve positivos que tuvimos de Rotavirus H, en dos casos se aisló solamente este virus, en dos casos se encontró una coinfección con otro Rotavirus, en tres casos se encontró una coinfección con Diarrea Epidémica Porcina y en dos casos se encontró una coinfección con otros Rotavirus y Diarrea Epidémica.
Con la información que tenemos, no hemos podido valorar la virulencia del Rotavirus H, pero en un futuro próximo nuestra intención es llevar a cabo estudios experimentales para evaluar su patogenicidad y virulencia en lechones con pocos días de vida y en animales de transición.
LA IMPORTANCIA DE LA CARACTERIZACIÓN DE LA MICROBIOTA INTESTINAL PORCINA
En nuestro caso, hemos caracterizado la microbiota en cerdos sanos y cerdos con infección por Salmonella, y ahora estamos trabajando en la caracterización de la microbiota en casos de Disentería Porcina.
Hemos podido observar cómo el patógeno es capaz de desplazar a la microbiota habitual de su nicho y viceversa, cómo en condiciones de campo, la microbiota contribuye a que los animales sean resistentes a una infección.
A partir de aquí, se están llevando a cabo varios estudios, por ejemplo, el desarrollo de nuevos probióticos para impedir la colonización del tracto digestivo de los cerdos por parte de los agentes patógenos, o el estudio de las resistencias a los antibióticos de esas bacterias que hasta ahora no se tenían en cuenta, pero que juegan un papel importante en la transferencia de genes de resistencia.
Asimismo, tenemos un proyecto con el Dr. Edgar G. Manzanilla muy interesante sobre la relación entre el óxido de zinc y la microbiota, con el fin de determinar los efectos de su retirada y dilucidar por qué ayuda a prevenir las diarreas.
El estudio de la microbiota es un campo muy bonito y lleno de posibilidades de modo que en un futuro podría ser posible elegir el tipo de microbiota que queremos en nuestra explotación para que nuestros cerdos estén más sanos, crezcan mejor y produzcan más. |
Es esencial plantear un enfoque holístico y muy integrador, teniendo muy en cuenta la fisiología. De hecho, antes de pensar en la patología, debemos pensar en la fisiología para entender qué ocurre en condiciones normales en nuestras granjas de cerdos, porque eso a menudo es lo que nos da las respuestas.
Somos firmes defensores de las alternativas a los antibióticos, pero, por sí solas, no nos van a servir. Necesitamos mejorar todo lo posible en aspectos como la vacunación, la limpieza y desinfección, el manejo de los animales en las granjas, la resistencia genética a las enfermedades, las dietas y sus concentraciones de proteínas, las medidas de bioseguridad, la incorporación de aditivos y prebióticos/probióticos. Todo eso junto, es lo que nos llevará a una buena salud intestinal y difícilmente una herramienta, por sí sola, será la solución.
Hemos tenido mucha fortuna con los antibióticos, eran un remedio sencillo a muchos problemas, pero ahora nos tocará trabajar encajando piezas para encontrar una solución satisfactoria. Los datos de consumo de antibióticos son alentadores y los programas REDUCE están dando sus frutos.
Quizá nos habíamos ido a la postura más “cómoda” y ahora nos toca pensar en qué ocurre en condiciones fisiológicas para tratar de hacer que las condiciones de producción se acerquen lo máximo posible a estas condiciones. |