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Concentración seminal y eficiencia reproductiva porcina

Escrito por: Álvaro Guerrero Masegosa - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Anselmo Martínez Moreno - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Henar González Ramiro - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Juan Conesa Navarro - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Raquel Fernández Rodríguez - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L.

La concentración de espermatozoides en las dosis utilizadas para inseminación artificial es un factor clave en el rendimiento reproductivo de las granjas porcinas. Sin embargo, su impacto real sobre parámetros como la tasa de partos y el tamaño de camada sigue siendo objeto de estudio. Este trabajo analiza el efecto de incrementar en un 20 % la concentración seminal en una explotación de alto estatus sanitario, evaluando si este ajuste puede traducirse en mejoras significativas en la eficiencia reproductiva.

La inseminación artificial (IA) es una técnica ya implementada como un manejo básico en todas nuestras granjas, imposible de desligar ya a la mejora productiva que se ha visto con los años.

Ha sido fundamental para facilitar mejoras globales en la fertilidad, el avance genético, el trabajo en granja y la sanidad del hato reproductivo.

Desde que su uso generalizado comenzó en los años 80, cuando también se establecieron los primeros centros de inseminación, se ha ido perfeccionando la técnica hasta hoy en día.

Aun así, no tenemos explicación para los distintos resultados que se ven en granjas que, a priori, la usan en igualdad de condiciones. Sigue existiendo una gran dispersión de resultados entre granjas y entre verracos.

Se sabe que hay parámetros relacionados con la técnica de IA que tienen gran influencia en los resultados, sobre todo de fertilidad y del tamaño de camada. Por ejemplo:

 

Los resultados obtenidos en relación al tamaño de camada están muy influenciados por la línea genética de la madre. No obstante, en estos momentos, con la mejora genética y la evolución del sector, el objetivo de fertilidad en una granja que cuente con una buena sanidad debería situarse siempre por encima del 90%.

Existen muchos factores que entran en juego para poder alcanzar el objetivo de fertilidad, incluyendo manejo, sanidad, bioseguridad, calidad seminal, correctas instalaciones con unas óptimas condiciones ambientales, personal, etc. Ninguna, por sí misma, permite garantizar una fertilidad óptima, pero un fallo en cualquiera de ellas puede arruinar los resultados reproductivos de nuestra granja.

A continuación, se muestran los resultados de un estudio sobre cómo la concentración de espermatozoides de las dosis seminales contribuye a maximizar la eficiencia reproductiva.

CARACTERÍSTICAS DE LA DOSIS SEMINAL: VOLUMEN Y CONCENTRACIÓN

A la hora de evaluar las dosis seminales, los principales parámetros que puedan afectar a su calidad son, entre otros:

El volumen de dosis ideal sería de 45 ml para uso postcervical si queremos tener un margen de seguridad, aunque con una dosis de entre 30 y 35 ml sería más que suficiente.

Se ha señalado que utilizar dosis superiores a 60 ml podría provocar un proceso de defensa uterina más agresivo de lo normal, exacerbando la destrucción de espermatozoides. Esto conllevaría una reducción de ovocitos fecundados y una disminución del número de lechones nacidos2.

Pero ¿qué sabemos de la concentración ideal?

Realmente hay muy pocos estudios a nivel de campo que hablen de cuál sería la concentración ideal para obtener el máximo potencial de nuestro hato reproductivo.

La cifra varía entre un amplio rango y en los primeros trabajos se hablaba de concentraciones de 5.000 y 10.000 millones sptz/dosis para obtener la fertilidad óptima.

Al ir avanzando en el campo de los diluyentes de mayor duración y calidad y en el análisis y control del propio semen, las concentraciones usadas han ido reduciéndose gradualmente, estando ahora en valores de entre 1.000 y 3.000 millones sptz/dosis3, dependiendo del análisis y la pauta de inseminación elegida.

Según bibliografía, se han descrito incluso efectos adversos al usar dosis altamente concentradas (60-100 x 106 spz/ml), reduciendo la motilidad de los espermatozoides y reflejando que, para obtener una motilidad adecuada, las dosis no pueden superar una concentración superior a 55 x 106 sptz/ml4.

Datos propios de hace ya unos años (2017-2018) sobre la inseminación postcervical de cerdas multíparas con concentraciones (1.200 x millones vs 2.400 millones) y volúmenes (90 ml vs 45 ml) distintos también revelaron diferencias importantes en prolificidad, pero siempre con grandes variaciones entre granjas, ya que en ellas se estaba trabajando con líneas genéticas distintas (Tabla 1).

En este sentido, la concentración óptima es un parámetro controvertido en cuanto a resultados a nivel de campo y seguimos teniendo grandes diferencias entre países, empresas, regiones, genéticas, proveedores y granjas.

EFECTO DE UN AUMENTO DEL 20 % EN LA CONCENTRACIÓN SEMINAL EN CERDAS EN UNA GRANJA DE ALTO NIVEL SANITARIO

Con el fin de saber qué es lo que mejor se adapta a nuestras condiciones, seguimos haciendo pruebas y buscando siempre la combinación óptima, descartando distintos factores y afianzando otros. A continuación, detallamos la última de ellas, hecha en una de nuestras granjas.

La granja en cuestión es una multiplicadora con capacidad para unas 2.000 cerdas con autorreposición, donde se trabaja con cerdas SPF (libres de patógenos específicos) y de raza Large White.

El objetivo del estudio fue evaluar el efecto de dos concentraciones de espermatozoides (sptz) diferentes sobre el rendimiento reproductivo, la tasa de partos y el tamaño de la camada:

  PREPARACIÓN DE LAS DOSIS  

Los formatos de dosis que utilizamos en nuestro estudio fueron (Gráfica 1):

En cuanto al volumen de las dosis:

Para no sesgar los resultados por el efecto verraco, cada eyaculado se dividió en dos alícuotas que fueron diluidas hasta alcanzar las dos concentraciones objetivo. La concentración inicial en el eyaculado previa dilución, y en las dosis finalmente preparadas, fue confirmada mediante análisis con Nucleocounter (SP100, Chemometec).

Así, las concentraciones reales medidas en los grupos prueba fueron:

Las dosis se prepararon con el mismo diluyente y bajo las mismas condiciones de preparación y análisis de calidad. Solo se emplearon eyaculados que cumplieran con los criterios mínimos de calidad (motilidad y porcentaje de formas anormales).

Las dosis se identificaron con información del verraco, fecha y tipo de concentración utilizada.

  INSEMINACIÓN EN GRANJA  

Todas las cubriciones se realizaron con el protocolo de inseminación habitual por el personal de la granja y se registraron en el programa de gestión de la explotación.

Las cerdas fueron distribuidas aleatoriamente en ambos grupos, procurando evitar sesgos por motivos de ciclo y número de cubrición o repetición. También se pesaron y se evaluó su condición corporal en el momento de la inseminación para evitar dichos factores discriminatorios entre grupos.

Los resultados analizados incluyeron:

El estudio incluyó resultados de cubriciones realizadas en cerca de 600 cerdas de ciclo 1, 2 y 3 (mayoritariamente ciclo 2) durante 12 semanas entre los meses de marzo a mayo 2024.

  RESULTADOS  

En la Tabla 2 se muestran los datos de la Tasa de partos de ambos grupos, sin diferencias.

En cuanto al resultado de esos partos, tampoco se vieron distinciones en el número de lechones nacidos totales por camada (Tabla 3) ni en el de lechones nacidos vivos (Tabla 4).

Algunos ejemplos de factores que no siempre se llevan bien o que no pueden evitarse en todas las granjas son:

A este respecto, sería interesante comprobar si el uso de más espermatozoides en las dosis podría contribuir a paliar el efecto de estas circunstancias en los resultados de nuestras granjas.

CONCLUSIONES

En este caso, no se observaron mejoras en la tasa de partos o el tamaño de camada al aumentar el número de espermatozoides de nuestras dosis.

Cuando se realiza un buen manejo en la cubrición, en buenas instalaciones y con un buen nivel sanitario, el incremento del número de espermatozoides en la dosis no supone un beneficio porque los resultados reproductivos de la granja ya son buenos, lo que permite un margen muy estrecho de mejora.

Quedaría pendiente evaluar si aumentar el número de espermatozoides en las dosis (mediante el uso de mayores volúmenes o concentraciones) podría resultar beneficioso en situaciones en las que las condiciones no sean óptimas, pues muchas granjas trabajan con manejos, instalaciones y sanidad con margen de mejora.

BIBLIOGRAFÍA

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2. Gil J. Características de las dosis de semen: volumen, concentración y conservación. www.3tres3.com. 2021.

3. Knox R V. Artificial insemination in pigs today. Theriogenology. 2016;85:83–93.

4. Quirino M, da Rosa GT, Spohr Christ T, Valadares WR, da Rosa Ulguim R, Bernardi ML, et al. Estimation of sperm concentration limits to produce intrauterine insemination doses in swine. Reproduction in Domestic Animals. 2023;58:785–92.

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9. Watson PF, Behan JR. Intrauterine insemination of sows with reduced sperm numbers: results of a commercially based ®eld trial. Theriogenology. 2002;57:1683–93.

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