¿Quién no se ha enfrentado alguna vez a la maldición de la hoja en blanco? Una situación que solemos atribuir a los escritores pero que, en algún momento, todos hemos vivido. ¿Quién no conoce esa sensación frustrante de dar vueltas a un problema cuya solución nos elude o una idea que no termina de tomar forma?
La inspiración se define como un “estímulo o lucidez repentina que siente una persona y que favorece la creatividad, la búsqueda de soluciones a un problema, la concepción de ideas que permiten emprender un proyecto”. Este concepto a veces parece colisionar con la racionalidad y la objetividad que atribuimos a la ciencia.
Y es que, en un mundo gobernado por la observación sistemática, la medición, la experimentación, la formulación, el análisis y la modificación de hipótesis, nos podríamos cuestionar si nuestras emociones e instintos tienen cabida en el desarrollo del método científico.
Sin embargo, recordemos que todo avance científico nace de la curiosidad, un comportamiento instintivo natural y emocional que nos impulsa a explorar, investigar y aprender. Es por ello que es tan importante encontrar nuestra inspiración científica en algo tan sencillo como el acto de disfrutar de pensar y comprender, dejar volar nuestra imaginación evocando un futuro en el que el sector porcino sea el motor que impulse la sostenibilidad ambiental, económica y social.
La inspiración se nos puede presentar de formas inconcebibles a través de vivencias, lugares, palabras, imágenes, personas… El pensamiento difuso, creativo, innovador, out of the box, debe formar parte de nuestro método científico si queremos afrontar con éxito las grandes amenazas que llevamos viendo venir desde hace tiempo y que ya están aquí.
La crisis climática, las zoonosis, las resistencias antimicrobianas, la escasez de recursos naturales y la falta de alimentos no tienen soluciones sencillas. Únicamente a través de un modelo cooperativo basado en el aprendizaje mutuo e interdisciplinar, que tenga en cuenta a los profesionales veterinarios y al sector agroganadero, podremos dejar un mundo mejor para las futuras generaciones. |
Desde porciSapiens, nuestro deseo es que se dejen inspirar por la ciencia, por la naturaleza, por sus mentores, compañeros de profesión, ilustres científicos, amigos, familiares o, incluso, por sí mismos. Nunca pierdan la curiosidad y la pasión por desentrañar los misterios de la vida. Nunca se sabe a quién podrían inspirar…