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Importancia del “anestro estival” en las granjas de porcino

Escrito por: Andrés Suarez Usbeck - Departamento de Patología Animal, Área de Reproducción y Obstetricia, Facultad de Veterinaria, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España; Carrera de Medicina Veterinaria, Facultad de Ciencias Pecuarias, ESPOCH, Riobamba, Ecuador , María Victoria Falceto - Servicio de Asesoría y Diagnostico Reproductivo Porcino (SARPORC) Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA) , Olga Mitjana - Servicio de Asesoría y Diagnostico Reproductivo Porcino (SARPORC) Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA)

gtr gtrhPese a que el anestro puede aparecer en cualquier momento del año, el mayor porcentaje de granjas afectadas aparece en los meses de verano y otoño. Esto es porque el “anestro estival” tiene una fuerte base fisiológica heredada de la estacionalidad reproductiva de su ancestro, el jabalí, modificada en parte a lo largo de los años por la domesticación.

Las hembras de jabalí solo tienen actividad ovárica desde noviembre hasta abril.

La luz, la temperatura y la disponibilidad de alimento controlan el funcionamiento del eje hipotálamo-hipofisario-ovárico (H-H-O) en la especie salvaje para asegurar la supervivencia de los jabatos.

En la cerda doméstica, la posibilidad de supervivencia de los lechones en la granja es muy elevada y el eje H-H-O funciona correctamente  durante  todo el año, considerándose una hembra poliéstrica continua (Figura 1).

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Sin embargo, al igual que ocurre en la vida silvestre, el eje H-H-O se puede bloquear cuando aparece estrés persistente debido a fallos de manejo:

Calor excesivo

Alojamientos inadecuados

Restricciones alimentarias

Interacciones sociales molestas

Ruidos

Cambios de operarios

 

DIAGNÓSTICO DEL ANESTRO

La ausencia de celo es fisiológica antes de la pubertad, durante la gestación, lactación y los siete primeros días tras el destete (Figura 2). Sin embargo, su aparición en cualquier otro momento del ciclo productivo se considerará un problema patológico en la especie porcina.

Puede afectar tanto a hembras nulíparas preparadas para entrar en producción (anestro prepuberal y anestro postpuberal) como a hembras multíparas que después del destete pasan de nuevo a la sala de cubriciones (anestro postdestete). También podemos diagnosticarlo en hembras de la granja que presentan otros problemas reproductivos (vacías, abortadas, etc.).

Una cerda reproductora en anestro presenta un problema de infertilidad  que  impide  su  salida en celo y la inseminación y, por tanto, la preñez.

Es importante identificarlas cuanto antes para decidir si se tratan con gonadotropinas o se eliminan de la producción, evitando prolongar el número de días no productivos y las pérdidas económicas asociadas.

El análisis periódico del índice destete salida en celo (IDC) de la granja (diferenciando hembras primíparas y multíparas) es fundamental para el diagnostico.

Se considera un problema de anestro cuando el número de cerdas que no salen en celo siete días tras el destete aumenta por encima del 7%.

No todas las hembras de la granja clasificadas en anestro presentan inactividad ovárica. Al analizar el aparato genital de las cerdas sacrificadas por anestro, observamos un elevado porcentaje que presentan ovarios cíclicos, indicando:

La existencia de celos silenciosos

Un fallo en el manejo de la granja a nivel de detección del celo

Además, la presencia de celos desapercibidos en maternidad ocasionará que la cerda no salga en celo tras el destete.

El término adecuado en estas hembras en las que ha fallado la detección de celos es el de pseudoanestro.

Para diferenciar anestro verdadero de pseudoanestro (poster descargable) podemos utilizar varias técnicas de diagnóstico que describiremos a continuación:

Ecografía abdominal

Determinación de progesterona sanguínea

Análisis de los ovarios tras el sacrificio de las cerdas

 

 

 

ECOGRAFÍA ABDOMINAL

El diagnostico ecográfico del aparato genital requiere un periodo de entrenamiento previo. Es una técnica muy útil en la granja ya que permite  diferenciar el pseudoanestro   y evitar el sacrificio innecesario de hembras reproductoras cíclicas.

FASE FOLICULAR: durante la fase folicular se identifican los folículos ováricos en crecimiento y el contorno de los cuernos uterinos, pudiendo observarse el edema fisiológico en el endometrio.

FASE LUTEAL: durante la fase luteal no se aprecia el útero, pero en los ovarios pueden observarse los cuerpos lúteos.

La ausencia de actividad ovárica y uterina en la ecografía permite identificar las hembras en anestro.

En la Imagen 1 mostramos la diferencia de tamaño del aparato genital de hembra púber y una impúber.

 

DETERMINACIÓN DE PROGESTERONA SANGUÍNEA

Para confirmar el anestro en la granja se pueden medir los valores de progesterona en suero sanguíneo mediante un test ELISA muy sencillo y rápido de realizar (Imagen 2 y 4). También se pueden enviar las muestras a un laboratorio externo.

De los 21 días que dura el ciclo sexual de la cerda (Tabla 1 y Figura 4), la progesterona es:

Un valor alto de progesterona en una hembra en anestro muestra ciclicidad ovárica (pseudoanestro) ya que esta hormona solo aumenta durante el diestro después de la ovulación.

Los valores basales de progesterona pueden corresponder tanto a una cerda en anestro como a una hembra cíclica en la fase folicular (pseudoanestro).

Para diferenciarlas, recelaremos los siguientes días tras la determinación basal de progesterona y si no observamos síntomas de celo, realizaremos una segunda determinación hormonal de progesterona 10 días después de la primera, dando tiempo suficiente para que la cerda acabe su fase folicular, ovule y aumente de nuevo la progesterona.

En la hembra cíclica aumentarán los niveles de progesterona, mientras que en el anestro se mantendrán niveles basales idénticos a los de la primera determinación.

 

ESTUDIO DE LOS OVARIOS TRAS EL SACRIFICIO DE LAS CERDAS

El estudio del aparato genital de 5-10 cerdas sacrificadas por ausencia de celo permite el diagnostico  diferencial  entre  anestro y pseudoanestro y tomar medidas para solucionar el problema de las hembras que quedan en la granja.

Además, un nuevo estudio permite comprobar si las medidas han sido  efectivas. También es útil como auditoría en las granjas para comprobar la eficacia del método de detección del celo, la ecografía y la determinación hormonal de progesterona.

Los ovarios de la cerda en anestro (Imagen 3) son pequeños y con aspecto de mora, presentando muchos folículos muy pequeños (<2 mm), pequeños (2-4 mm) y medianos (4-6 mm) pero nunca mayores de 6 mm.

Este  crecimiento  folicular  finaliza en atresia al no existir un adecuado equilibrio hormonal del eje hipotálamo- hipofisario-ovárico que produzca la maduración folicular terminal y la ovulación, por lo que no presentan tampoco cuerpos rubrum ni cuerpos lúteos. Si han ciclado recientemente podrían presentar cuerpos albicans.

En los ovarios de las hembras cíclicas, según  la fase del ciclo sexual, identificaremos además de los folículos menores de 6 mm, folículos en crecimiento (>6 mm), cuerpo rubrum, cuerpos lúteos (Imagen 4) y cuerpos albicans. Además, el útero es más grande que en las hembras en anestro.

 

TRATAMIENTO HORMONAL DE INDUCCIÓN DEL CELO EN LAS HEMBRAS EN ANESTRO

Los progestágenos y las prostaglandinas no sirven para inducir el celo en las cerdas en anestro.

Solo las gonadotropinas permiten la inducción del celo en la cerda.

La administración de una dosis única 400 UI de gonadotropina sérica de yegua preñada (PMSG) y 200 UI de gonadotropina coriónica humana (hCG) por vía intramuscular estimula el desencadenamiento de un ciclo estral fértil en  la cerda en anestro.

Las hembras cíclicas (pseudoanestro) no pueden responder a las gonadotropinas y son eliminadas de la granja, pensando erróneamente que no serian buenas hembras reproductoras.

 

PREVENCIÓN DEL “ANESTRO ESTIVAL” EN LAS GRANJAS

La prevención en la granja esta basada en los siguientes aspectos:

Selección genética teniendo en cuenta: pubertad temprana, índice destete salida en celo de 5-6 días, celo manifiesto, excelente adaptación al ambiente y buena capacidad de ingesta.

Planificación de la estructura censal de la granja para evitar que un elevado porcentaje de las cerdas que paren en verano sean primíparas (más predispuestas al anestro).

Control de la ingesta de pienso durante  la lactación, vigilando tanto la cantidad como la calidad, en especial en las hembras primerizas.

Preparación de sistemas de ventilación y refrigeración eficaces para disminuir el calor de las cerdas en verano.

Mejora de las condiciones de vida de las cerdas en la explotación y aumentar su nivel de bienestar, evitando el estrés  persistente por fallos de manejo.

Perfeccionamiento  de  la   técnica   de detección del celo en la granja para reducir el pseudoanestro. En verano los celos pueden ser menos intensos y debe recelar la persona mas formada de la granja.

Adecuado manejo reproductivo de las cerdas basado en la formación continua de los operarios.

Uso preventivo de las gonadotropinas en verano cuando hay un problema en la granja y todavía no se han corregido las causas. Es especialmente útil en las hembras primíparas.

 

Sin duda alguna, siempre es mejor prevenir que tratar el anestro estival. Cuando aparece, lo más importante es el diagnóstico diferencial entre anestro y pseudoanestro (hembra cíclica) para decidir cuanto antes el destino de la cerda y disminuir los días improductivos en la granja.

La cerda en anestro se tratará con gonadotropinas y si no sale en celo se enviará al centro de sacrificio.

La cerda cíclica se recelará para la detección del siguiente celo o se sincronizará con progestágenos.

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