La hiperprolificidad de las cerdas, resultado de la selección genética hacia camadas más numerosas, ha generado un desafío persistente en la producción porcina moderna: asegurar la alimentación y supervivencia de todos los lechones, especialmente durante las primeras horas de vida.
El experimento se llevó a cabo en una granja comercial danesa con 954 lechones distribuidos en dos grupos:
- Grupo control: lechones alimentados exclusivamente por la cerda.
- Grupo experimental: lechones que alternaban la lactancia natural con una ubre simulada construida con materiales que imitaban la forma, textura y altura del pezón natural.
El objetivo principal era comprobar si esta herramienta podía incrementar la supervivencia neonatal en camadas de 18 lechones, sin comprometer su crecimiento. |
Los resultados mostraron que, en promedio, sobrevivieron 0,6 lechones más por camada en el grupo experimental, aunque esta diferencia no fue estadísticamente significativa (P = 0,7).
Sin embargo, el uso de la ubre simulada sí se tradujo en un beneficio claro en términos de crecimiento:
- El 91,6 % de los lechones del grupo experimental aumentaron al menos un 10 % su peso en las primeras 76 horas, frente al 82,1 % en el grupo control.
- El peso medio ganado por los lechones del grupo experimental fue de 5,8 kg, frente a los 4,9 kg del grupo control.
El diseño de la ubre simulada incluyó tetinas de silicona conectadas a biberones con lactorreemplazante, ubicadas en incubadoras y recintos térmicos dentro del corral.
A pesar de algunas pérdidas de peso iniciales al separarse de la cerda, los lechones mostraron una recuperación posterior, especialmente tras el aprendizaje grupal en los recintos compartidos.
No se detectaron efectos negativos en temperatura corporal, incidencia de diarrea ni rechazo materno tras el uso de la ubre simulada. Aunque no se alcanzaron todos los objetivos planteados, como lograr la supervivencia de un lechón adicional por camada o mantener 17 lechones vivos en el 90 % de las cerdas del grupo experimental, los autores destacan el potencial de esta tecnología como apoyo al bienestar animal y como alternativa a las estrategias tradicionales de adopción cruzada o uso de cerdas nodrizas.
Los autores concluyen que serán necesarios más estudios con mayor tamaño muestral y mejoras técnicas en el diseño de las ubres simuladas para confirmar su aplicabilidad en sistemas comerciales. No obstante, esta innovación representa un paso prometedor hacia prácticas más sostenibles en la producción porcina intensiva. |