La Peste Porcina Africana (PPA) sigue siendo el mayor reto sanitario del porcino a escala global.
El análisis incluyó 23 estudios controlados y evaluó tres desenlaces clínicos clave tras el desafío:
- Mortalidad
- Fiebre
- Signos clínicos
Los resultados son claros y matizados a la vez.
- En el grupo de vacunas subunitarias, se observó una reducción modesta del riesgo de mortalidad frente a los controles (RR = 0,90; IC 95 %: 0,83–0,98; p = 0,02), equivalente a una eficacia vacunal estimada del 10 % (IC 95 %: 2–17). Sin embargo, no se detectó protección significativa frente a fiebre ni otros signos clínicos (RR = 0,97 en ambos casos; IC 95 %: 0,93–1,01). La heterogeneidad entre estudios fue baja, lo que sugiere consistencia en esta señal de efecto.
- Las vacunas inactivadas no mostraron beneficio: sin efecto en mortalidad (RR = 1,01; IC 95 %: 0,95–1,06), fiebre ni signos clínicos (RR = 1,00 en ambos). El equipo también exploró el sesgo de publicación; aunque se detectó asimetría para el desenlace mortalidad, el ajuste “trim-and-fill” apenas modificó la estimación global.
Estas cifras tienen implicaciones prácticas inmediatas:
- A día de hoy, las vacunas no replicativas no ofrecen el nivel de protección que exigiría su uso en campo frente a PPA.
- Las subunitarias podrían considerarse línea de desarrollo a largo plazo por su perfil de seguridad y compatibilidad DIVA, pero su beneficio clínico actual es limitado y no evita la aparición de fiebre ni sintomatología, con el consiguiente riesgo de viremias prolongadas o cuadros crónicos que compliquen el control.
- Las inactivadas quedan, con la evidencia disponible, descartadas para protección clínica frente a PPA.
El estudio enmarca estos hallazgos en la conocida dicotomía entre vacunas vivas atenuadas (LAV) —con mejores niveles de protección pero problemas de seguridad (fiebre postvacunal, riesgo de reversión o infección crónica)— y plataformas no replicativas, más seguras pero menos inmunógenas (especialmente en la activación de CD8+ y en la calidad de la respuesta humoral).
En resumen, este metaanálisis aporta una brújula útil: las vacunas no replicativas —especialmente las subunitarias— mantienen interés científico y potencial futuro, pero hoy no sustituyen a las medidas de bioseguridad, vigilancia, manejo del movimiento de animales y productos y preparación para respuesta temprana ante focos. |